La integración de los criterios ESG en la operación de una compañía ya no es una opción, sino una necesidad para asegurar su viabilidad futura. En Chile, se hace esencial la inversión sostenible y la promoción de soluciones que requieran de una colaboración del mundo público, privado, la academia y la sociedad civil.

Latinoamérica enfrenta un enorme desafío en términos sociales y ambientales, además de un deterioro precipitado de ecosistemas, por lo que las empresas y gobiernos han tomado medidas que incluye la sustentabilidad ambiental y social en su quehacer diario.

En este sentido, la incorporación de los factores ESG (ambiental, social y gobierno corporativo, por sus siglas en inglés) en la gestión de las compañías, y los riesgos materiales y transicionales del cambio climático, ha tomado un fuerte impulso en Chile en los últimos años.

En el marco de la COP26, celebrado en noviembre del 2021, la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) emitió una norma de carácter general que obliga a incluir en las memorias anuales de las sociedades anónimas abiertas reportes en materias de ESG, de acuerdo con las necesidades actuales de los mercados y en línea con las tendencias locales e internacionales.

Así entonces, se estaría impulsando un ecosistema empresarial más responsable. De hecho, a raíz de esa instancia, Chile se ha comprometido con la carbono neutralidad, mediante una hoja de ruta que incluye el Plan de Descarbonización y cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2050, entre otras iniciativas, que van de la mano con un crecimiento sostenible.

El país se encuentra en un momento crucial para desplegar un modelo de desarrollo sostenible que lo sitúe en el mapa del mundo avanzado del siglo XXI. Diversas industrias, como el sector minero, han invertido en el cambio de su matriz energética con la adopción de vehículos eléctricos y la renovación de los contratos de suministro de energía, lo que requerirá de la utilización de energías renovables.

Visión de futuro en sector financiero

 En Chile se están impulsando algunas prácticas a través de iniciativas que vienen principalmente desde el ámbito financiero y estatal. Recientemente se convirtió en el mayor emisor de América Latina de deuda ESG, por lo que incentivará a los inversionistas a cumplir con los objetivos de emisiones y generación de energía renovable.

En febrero pasado Chile vendió 2.000 millones de dólares en bonos vinculados a la sostenibilidad, con vencimiento en 20 años, y se convirtió en la primera nación en hacerlo. Un dato que no dejó escapar el grupo de investigación Finance for Biodiversity (F4B), que hizo un llamado a que el resto de los países emulen esta medida.

El objetivo de emisión en mercados externos del país es alrededor de 6.000 millones de dólares este año, aseveró en una entrevista en febrero pasado Cristóbal Gamboni, director de la recién establecida Oficina de Finanzas Verdes del Ministerio de Hacienda.

 

AmCham promueve a Chile como destino de inversiones sostenibles.

 No solo en el sector financiero se reporta información ESG, también en el de energía, forestal, de vinos y bebidas, por mencionar algunos. Sobre este y otros temas se debatió en el Investor Day, iniciativa liderada por la Cámara Chilena Norteamericana de Comercio, AmCham, que buscó promover a Chile como destino de inversiones sostenibles.

El ministro de Hacienda, Mario Marcel, participó en esta instancia y subrayó que el Gobierno ha “avanzado mucho en desarrollar una taxonomía verde”, que, según sus palabras, les permitirá “identificar las actividades económicas fundamentalmente sostenibles” para el país.

Desde la Cámara se viene impulsando este tipo de encuentros y discusiones en temáticas clave para el crecimiento sustentable, y la visibilización de las mejores prácticas de sus 450 compañías socias.

“Como Cámara estamos comprometidos con la innovación y el emprendimiento, el cual debe hacer un match con el desarrollo sostenible del país. Esto significa, emprendimientos que tengan por objetivo mejorar la calidad de vida de las personas, siendo la rentabilidad una consecuencia de su quehacer como organización y no un fin en sí mismo.”, señaló el presidente de AmCham Chile, Sergio Rademacher.

Iniciativas de socios con criterios ESG

Con el propósito de visibilizar el aporte de las empresas socias de AmCham, la Cámara elaboró un informe de buenas prácticas entre 26 de sus miembros, en el que destaca iniciativas en materia de diversidad e inclusión, sustentabilidad ambiental, inversión social y gobiernos corporativos.

Por ejemplo, AES Andes -socio estratégico de la Cámara- aceleró su plan de descarbonización comprometiendo la salida anticipada de seis centrales a carbón a 2025: Unidades 1 (ya retirada), 2 (a retirarse este año) 3 y 4 de Ventanas en Quintero y de Angamos 1 y 2 en Mejillones, revela el informe.

Además, presenta buenas prácticas en materias de inversión social, al financiar fondos participativos para proyectos sociales y de emprendedores, programas de fortalecimiento empresarial, y becas educativas a diferentes niveles, que incluye, entre otros, de preparación preuniversitario.

“La sostenibilidad es parte integral de nuestra estrategia Greentegra, es la forma en la que trabajamos en AES, de modo tal que incorporamos criterios de ESG para medir nuestra gestión y generar valor a la sociedad. Desde políticas para enmarcar nuestras acciones, pasando por gestión operativa y medioambiental, hasta temas como la seguridad de nuestra gente y la diversidad e inclusión.”

“Sin duda alguna, uno de los elementos que más nos permite contribuir con un futuro más sostenible es el impacto que tenemos a través de la transformación de nuestro portafolio y el desarrollo de soluciones de energía sostenibles e innovadoras, con lo cual no solo estamos descarbonizando nuestra matriz, sino también otros sectores de la economía permitiendo que otros también alcancen sus metas de sostenibilidad”, apuntó Adriana Roccaro, Directora Global de ESG de AES.

De igual manera, Cervecería AB InBev - la multinacional cervecera más grande del mundo y que opera marcas como Corona, Budweiser, Stella Artois y Becker- está implementando medidas con criterios ESG, con el desarrollo de proyectos de impacto social o iniciativas sustentables como el Fondo Innova Agua, que permitió a cientos de municipios postular a fondos para desarrollar soluciones tecnológicas que permitan acceder al agua potable.

“En Cervecería AB InBev la sostenibilidad es nuestro negocio y eso se traduce en acciones concretas para impactar positivamente en nuestro entorno (…) estamos promoviendo que el 100% de nuestra cadena de valor sea auditada en los estándares ESG de nuestra cía., basándonos en los más altos estándares internacionales”, sostuvo el Director Legal, Asuntos Corporativos y Compliance, Cervecería AB InBev, José Antonio Alonso.

Otros socios han dedicado importantes esfuerzos en la reutilización de recursos materiales, con el objetivo de impactar lo menos posible en el medio ambiente, al implementar buenas prácticas como el reciclaje.

Tal es el caso de Aramark, una empresa que, en el último año, ha reciclado más de 12.000 litros de aceite y casi 2.000 kilos de papel. Una acción con foco sustentable y una mirada también de innovación, que se suma a otras como la eliminación del 100% de bombillas plásticas en 2019 y de revolvedores plásticos en 2020, además trabaja en la gestión de 57.000 kg de residuos orgánicos al año, o impulsar pilotos en temas como la recolección de colillas de cigarros para su posterior reciclaje.

“Estamos trabajando para poner la innovación al servicio de la sostenibilidad. Contamos con una amplia gama de soluciones y alianzas, que nos permiten abordar desafíos ambientales como la reducción del waste o la eficiencia para ahorro de recursos energéticos. Esto no sólo lo hacemos porque las distintas industrias lo están pidiendo cada vez más, lo que es muy positivo, sino principalmente porque creemos que podemos tener un impacto positivo para las personas y el planeta”, expresó Eduardo Rojas, Presidente de Aramark Latinoamérica.

Los socios de AmCham Chile aportan cerca de 450.000 puestos de trabajo, y es el principal representante de la inversión extranjera en el país. La contribución, experiencia y liderazgo de las empresas estadounidenses van mucho más allá que la inyección de capitales al país, sino que ha generado la transferencia de buenas prácticas en áreas tan relevantes como desarrollo sostenible, gobiernos corporativos, educación y ciencia, diversidad e inclusión, transformación digital, entre otros.