Volviéndome LocoDriving Me Mad

19 Junio 2012

Fui a recoger mi nuevo auto ayer -un Very Smart XV “con todos los accesorios”, incluida una cámara que ayuda a retroceder sin atropellar a un perro u olvidar abrir el portón, y palanca de cambios detrás del volante, tal como un conductor de Fórmula One. Viene con una pantalla como tablero de instrumentos que entrega tanta información que tendré poco tiempo para mantener mis ojos en el camino. Me voy a sentir bien, en realidad bastante bacán, mientras viajo por la ciudad entre tacos... Asientos de cuero y ese adorable olor a “nuevo”, que uno espera que dure por siempre. ¿Venden un aerosol con “olor a auto nuevo”?

¿Por qué hice algo tan poco ecológico como comprar un auto nuevo? Bueno, sí tenía uno muy útil, pero me lo robaron afuera de un restaurante donde estaba cenando con mi hijo. ¡La comida más cara de mi vida! Fue recuperado una semana más tarde desde el INTERIOR de un supermercado donde había sido usado, y gravemente maltratado, en un fallido intento por robar un cajero automático. Pedí el divorcio –por abandono y actividad criminal– y posteriormente recibí un pago extraordinario de 10,5 millones de pesos (cerca de US$21.000) que -creo- fue justo. Sí, los autos son más caros en Chile que en Estados Unidos.

Durante mucho tiempo quise dejar el auto como mi principal medio de transporte y me decidí por dos cletas: una Harley Davidson para viajes más largos y una bicicleta de montaña más ligera para los trayectos más cortos, pero la Sra. Eneldo se puso firme (y piso el freno, no el acelerador) y dijo que tendría que elegir entre la Harley o ella. Pensé en esto por 48 horas y luego voté por las opciones: Harley, 49%; la Sra. E, 51%; y así fue como tomé una decisión sobre el Very Smart XV.

Me sorprendió el vendedor. Era extremadamente educado, pero no tenía idea de cómo funcionaban los muchos juguetitos del auto (¡Me encantan!) y por lo tanto tuvimos que verlos en un manual técnico de 2,5 kg. Eso demoró años, porque el manual estaba en español, pero la “systems voice” hablaba solo inglés mecánico (el japonés no era una opción muy útil…) y, no es de sorprender, que haya terminado siendo una importante prueba de nuestras habilidades para trabajar en equipo. Al final, no hubo forma de que el “Greentooth” del auto (la versión ecológica del Blue…) captara las señales de mi celular de modo que eso me significó tarea para la casa.

Finalmente me fui manejando, más contento que chancho en el barro, solo para quedarme sin gasolina a poco menos de dos kilómetros de la concesionaria. ¡Qué podría ser peor! ¡El orgulloso dueño de un Very Smart XV nuevo varado apenas minutos después de que le entregaron las llaves! Mi sonrisa de auto-aprobación se convirtió en una mirada desfigurada de disgusto. ¿Cómo pudieron hacerme esto? ¿Qué hubiera costado tener un poco de combustible en el estanque cuando recién te han entregado un jugoso cheque? ¡40% más que el pago del seguro! Caminé en una rabia silente, pateando las piedras, de vuelta al concesionario quien recibió, probablemente, la más asombrosa Respuesta Personalizada que le hayan dado. “¿Cómo pueden ser tan @$$#*&!? ¿Dónde está el jefe? No, no él, el Gran Jefe…” Una vez que dejé salir algo de ira, me calmé hasta que el vendedor muy tontamente remarcó que la gasolina era cara y que era peligroso tenerla almacenada en la concesionaria… Acto seguido ¡solté otro barril de ira!

Cuando volví a la tierra resolvimos el problema amigable; bueno, fueron muy amables y yo, simplemente, estaba de mal humor. Una lata de “gasolina” se produjo, lo que generó sarcasmo de mi parte… Me aseguraron que eso sería suficiente para llegar a una estación de servicio, donde podría llenar el estanque. Por apenas unos pocos pesos todo esto se podría haber evitado, les hice ver a unas sonrisas sin gracia. Finalmente, viajé a casa “con estilo” con mi ánimo en alza. En casa pasé cerca de 45 minutos jugando con los juguetitos del auto. Entonces, cuando la Sra. Eneldo llegó a casa, le ofrecí dar una vuelta en mi nuevo Very Smart XV y ella sonrió con aprobación. Nos subimos y giré la llave; ¡la batería estaba muerta! Ciertamente, no me merecía esto. Eso fue suficiente por un día. Este auto estaba maldito…

En venta: 2012 Very Smart XV con solo 83 km (50 millas) en el marcador; único dueño; se considerará permuta parcial por una Harley y una bicicleta de montaña.

Sigo convencido de que esto solo me podría pasar a mí… ¿Y usted?

Santiago Eneldo

(Harley y otras ofertas a [email protected])



I went to collect my new car yesterday – a Very Smart XV “with all the trimmings”, including a camera to help you reverse without running over the dog, or forgetting to open the gate, and gear levers behind the steering wheel – just like a Formula One driver. It comes with a dashboard screen which provides so much data I will have little time to keep my eyes on the road. I will feel good, quite cool actually, as I cruise around town between traffic jams... Leather seats and that lovely smell of “new” which one hopes will last forever. Do they sell a “new car smell” aerosol?

Why did I do something so unecological as to buy a new car? Well, I did have a very useful one but it was stolen from outside a restaurant where I was having dinner with my son. Most expensive meal of my life! It was recovered a week later from INSIDE a supermarket where it had been used, and severely abused, in a failed attempt to steal a cash machine. I filed for divorce – desertion and criminal activity – and subsequently received a one-time payment of 10.5 million pesos (about US$21,000) which was, I believe, fair. Yes, cars are more expensive in Chile then in the U.S.A.

I had long wanted to abandon the car as my primary means of transport and decided on two bikes: one a Harley Davidson for the major journeys and the other a lightweight mountain bike for the shorter trips, but Mrs. Eneldo put her foot down (on the brake, not the accelerator) and said it would have to be the Harley or her. I thought this through for 48 hours and then voted on the options: Harley – 49%; Mrs. E – 51% and so that is why I decided on the Very Smart XV.

I was surprised by the salesman. He was extremely polite but had no idea how any of the car’s many gadgets worked (I love gadgets!) and so we had to look them up in the 2.5 kg Technical Manual. This took ages as the manual was in Spanish but the “systems voice” spoke only mechanical English (Japanese was not a very helpful option…) and, not surprisingly, turned out to be a major test of our teamwork skills. In the end, there was no way the car’s “Greentooth” (ecofriendly version of Blue…) would pick up the signals from my cellphone so that meant homework for me.

I finally drove away, happier than a pig in mud, only to run out of gas less than a mile from the Showroom. I mean what could be worse! Proud owner of a brand new Very Smart XV stranded just minutes after being given the key! My smile of self-approval turned to a distorted look of disgust. How could they do this to me? What would it take to have a little fuel in the tank when you have just handed over a fat check – 40% more than the insurance payment!
I walked in silent rage, kicking stones, back to the dealer who received, probably, his most astonishing ever Personalized Customer Service Response. “How could you possibly be so @$$#*&!? Where is the Boss? No, not him, the Big Boss…” Once I had let off some steam, I calmed down until the salesman very foolishly remarked that gas was expensive and dangerous to store in the Showroom… Thereupon I blew another barrel of steam!

When I came back to earth we solved the problem amicably; well, they were very nice and I just sulked. A can of “gas” was produced, which invoked sarcasm from me… I was assured this would be enough to get me to a service station where I could fill up.
For just a few pesos all this could have been avoided, I pointed out to flat smiles. Finally, I cruised home “in style” with my mood on the up. At home I spent about 45 minutes playing with the car’s gadgets. Then, when Mrs. Eneldo got home, I offered her a ride in my new Very Smart XV and she smiled approvingly. We got in and I turned the key; the battery was dead! I certainly did not deserve this. That was enough for one day. This car was doomed…

For sale: 2012 Very Smart XV with only 83 km (50 miles) on the clock; one owner; will consider part exchange for a Harley and a mountain bike.

I remain convinced this could only happen to me… And you?

Santigo Eneldo

(Harley and other offers to [email protected])





Compartir