“Un desafío constante y colaborativo”
Paola Calorio, Directora de Asuntos Públicos y Sustentabilidad de Coca-Cola Chile.
Imaginarse por un momento una vida sin agua. Parece casi imposible que el baño, la cocina y hasta el lavado de manos se transforme en una dificultad. Pero lo es para muchísimas personas.
De hecho, durante el último año el tema del acceso al agua tomó una dimensión especial: según la ONU, el 40% de la población mundial carece de servicios de sanidad adecuados; es decir, unas 3.000 millones de personas no cuentan con instalaciones adecuadas para lavarse las manos con agua y jabón, un acto tan simple como imprescindible para el cuidado de la salud en tiempos de pandemia.
En Chile, el 47,2% de la población se abastece de pozos, ríos, vertientes, esteros o camiones aljibe. Estos últimos disponibilizan en promedio 1.000 litros por familia en cada entrega, lo que es muy poco considerando que en una sola ducha se gastan unos 120 litros.
Estos impactantes datos hacen surgir una pregunta que interpela a los distintos actores de la sociedad: ¿Qué podemos hacer para revertir estas cifras? ¿Es posible recuperar el agua que hemos perdido?
Desde hace más de una década, en Coca-Cola hemos trabajado en el desarrollo de una política de manejo de agua basada en cuatro pilares: Proteger cuencas, Reabastecer el agua que utiliza en sus productos, Reducir el consumo de agua en sus plantas y Reciclar el agua de sus procesos productivos.
Gracias a ese trabajo, desde 2015 –cinco años antes de lo previsto y a través de un trabajo colaborativo– logramos la meta global de reabastecer a la naturaleza el agua utilizada en nuestros productos a través de soluciones colectivas, que permitieron a 10,6 millones de personas en el mundo mejorar su calidad de vida gracias al acceso a agua segura o reabastecimiento. No podríamos haber logrado nada de esto sin la asociatividad generada entre las diversas ONG’s, comunidades y organizaciones que hasta el día de hoy nos han acompañado por este desafiante camino.
En Chile, esa meta se superó en 2017 a través de dos proyectos emblemáticos.
En la Quinta Región, encaramos el proyecto de reforestación y recuperación de flora nativa en el Jardín Botánico Nacional de Viña del Mar, que permitirá la recuperación de 250 hectáreas y que ha logrado reponer más de 200 mil m3 anuales de agua, que se perdían por escurrimiento y la plantación de 30 mil árboles de especies nativas. Además de la construcción de un parque abierto a la comunidad, llamado Parque de las Aguas.
En el norte grande, a través del Proyecto Alto Tarapacá y junto a Fundación Avina y la Corporación Norte Grande, hemos logrado recuperar humedales en altura, ubicados en zonas de escasez hídrica del altiplano de Pica. Lo que más nos enorgullece de este proyecto, es que la recuperación de más de 250 hectáreas se ha realizado con técnicas ancestrales y de la mano con las 13 comunidades aymaras presentes en la zona, muchos de ellos jóvenes y mujeres.
Adicionalmente, desde 2019 formamos parte del Fondo del Agua de Santiago, que tiene como objetivo velar por la seguridad hídrica de la cuenca del río Maipo. Junto a The Nature Conservancy (TNC) trabajamos en la reforestación de la zona del Río Clarillo y en la restauración de los humedales de El Morado. Gracias a este programa, se han restaurado más de 70 hectáreas y reabastecido más de 30.000 m3 de agua.
Este 2021 decidimos ir más allá y, además de trabajar en la recuperación de agua, quisimos involucrarnos en mejorar la accesibilidad al agua en comunidades en situación de vulnerabilidad. Fue así como comenzamos un enriquecedor trabajo con la Fundación Amulén como parte del Fondo Innova Agua, que dispuso fondos para que comunidades sin acceso a agua segura pudieran disminuir esa brecha. Como resultado de ese trabajo, acabamos de inaugurar un nuevo sistema en la Villa Peldehue de Colina, donde más de 90 familias ya pueden abrir las llaves de sus casas con total confianza y dejar de depender de camiones aljibes. Otras localidades de las regiones del Maule y Valparaíso ya están trabajando en innovaciones que les permitirán cambiar para siempre su realidad.
En este Día Internacional del Agua, Coca-Cola reafirma y renueva el compromiso con el cuidado del agua a través de su estrategia global al 2030 con una visión: lograr la seguridad hídrica para las comunidades en las que opera y mejorar la salud de las cuencas hidrográficas donde operamos. Queda mucho trabajo por delante, pero estoy absolutamente convencida de que el esfuerzo colectivo desde ONGs, gobiernos y empresas privadas, hacen posible que cualquier proyecto o acción sea exitosa y se transforme en una solución efectiva para las comunidades y la naturaleza que hoy lo necesitan.