Tomando Decisiones a Largo PlazoTaking the Long-Term View

01 Mayo 2009


Hoy en día, en medio de la peor crisis económica que haya vivido el mundo en más de 70 años, es demasiado fácil perder de vista las demandas del progreso a largo plazo a medida que luchamos contra las preocupaciones más urgentes, de corto plazo. Y, en todo caso, ¿cuál es la clave para el progreso a largo plazo?

Por supuesto, un elemento crucial es el libre comercio y las oportunidades que entrega a las empresas chilenas para competir en igualdad de condiciones en los mercados extranjeros, y a los consumidores locales para que éstos adquieran productos competitivos internacionalmente. Esta es un área en la que Chile lo ha hecho bien mediante la suscripción de acuerdos de libre comercio; el respeto a la inversión privada y a los competidores extranjeros; el mejoramiento de su infraestructura para hacer que sus productos sean más competitivos y el establecimiento de un sólido sistema financiero con fuertes inversionistas de largo plazo, el cual está bien preparado para enfrentar la actual crisis.

Los resultados son evidentes. En casi toda medición, Chile hoy es un país muy diferente al de hace apenas unas décadas. Sin embargo, esa no es una excusa para la autocomplacencia; Chile aún tiene mucho que hacer antes de que pueda unirse a las filas de las naciones desarrolladas.

Chile ha basado parte del desarrollo de sus exportaciones en las materias primas y, de un buen tiempo a esta parte, ha habido cada vez más conciencia en cuanto a que esto es insuficiente para el desarrollo sustentable. La exportación de productos con mayor valor agregado y los servicios es el siguiente paso natural.

Ello exige innovación y eso es posible. ¿Quién habría pensado que, de la exportación de leños, Chile habría avanzado a la exportación de puertas y molduras que ahora venden las principales firmas minoristas de Estados Unidos? ¿O que estaría exportando no sólo pescado sino que filetes de pescado listos para cocinar?

Un mayor progreso en esta dirección requiere el desarrollo de activos intangibles: talento, capital humano, productividad y educación. Cuando hablamos sobre las personas y su papel en el proceso de desarrollo, estamos hablando tanto de preocuparse por cómo desarrollar la mente humana y el “espíritu” o, en otras palabras, la capacidad de perseverar, aprender , inventar y de hacer las cosas cada vez mejor, de manera más eficaz y más eficiente.

Normalmente la educación se destaca como el factor individual más importante en el desarrollo, pero hay otro factor que no es menos importante: el respeto por lo que la gente inventa y crea. El respeto total por la propiedad intelectual es la condición sine qua non del desarrollo.

Esa es la visión que han tenido todos aquellos países que han conseguido el desarrollo, pero en particular de Estados Unidos, el principal socio comercial de Chile y el campeón internacional de la protección a la propiedad intelectual. Es en Estados Unidos donde, año tras año, encontramos lejos la mayor cantidad de patentes registradas para proteger la propiedad intelectual.

Estados Unidos ha cimentado muchas de sus ventajas competitivas sobre la base del talento, la innovación y el respeto por lo que la gente crea e inventa. Para Estados Unidos, el respeto por la propiedad intelectual es un principio muy importante -el que, de hecho, está consagrado en la Constitución- y los países que quieran ser sus socios de largo plazo también deben mostrar el mismo respeto.

El fortalecimiento del marco institucional de Chile para la protección de la propiedad intelectual es una tarea pendiente. No es sólo cuestión de cumplir con cometidos internacionales como el Tratado de Libre Comercio de Chile y Estados Unidos; también es cuestión de sobrevivencia en un mundo en que la competitividad implica conocimiento.

Resulta preocupante que, por tercer año consecutivo, la Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos (USTR, por su sigla en inglés) haya puesto a Chile en la Lista Prioritaria de Observación de países que considera están rezagados en esta área. Esta es una señal de la percepción que el principal socio comercial de Chile tiene sobre el estado de la protección a la propiedad intelectual en nuestro país.

A fines de abril, AmCham, junto con una serie de otras organizaciones empresariales, celebró por segundo año el Día Mundial de la Propiedad Intelectual. Nos complace que este evento haya contado con la asistencia de representantes de distintos sectores económicos y ver que hay interés en esta área. Sin embargo, creemos que se necesita un avance más rápido y que no debiera permitirse que preocupaciones de corto plazo distraigan la atención de un asunto tan importante para el desarrollo de Chile en el largo plazo.

Today, in the midst of the worst global economic crisis in over 70 years, it is only too easy to lose sight of the demands of long-term progress as we grapple with more urgent, short-term concerns. And, in any case, what is the key to long-term progress?

One crucial element is, of course, free trade and the opportunities it provides for Chilean companies to compete on equal terms in overseas markets and for local consumers to acquire internationally competitive products. This is an area in which Chile has done well by signing free trade agreements, respecting private investment and overseas competitors, improving its infrastructure to make its products more competitive, and building a solid financial system with strong long-term investors that is well prepared to face the current crisis.

The results are evident. On almost any measure, Chile today is a very different country from that of just a few decades ago. But that is no excuse for complacency; Chile still has much to do before it can join the ranks of the developed nations.

Chile has based part of its export development on raw materials and, for a long time now, there has been a growing awareness that this is insufficient for sustained development. The export of products with greater value added and services is the next natural step.

That calls for innovation and this is possible. Who would have thought that, from exporting logs, Chile would have moved on to export the doors and moldings now sold by major U.S. retailers? Or that it would be exporting not just fish but also pan-ready fish fillets?

Further progress on this road calls for the development of intangible assets - talent, human capital, productivity and education. When we talk about people and their role in the process of development, we are talking about caring for and developing the human mind and “spirit” or, in other words, the capacity to persevere, learn, invent and to do things ever better, more effectively and more efficiently.

Education is regularly highlighted as the single most important factor in development but there is another no less important factor: respect for what people invent and create. Full respect for intellectual property is a sine qua non of development.

That is the view of all those countries that have attained development but particularly of the United States, Chile’s main trading partner and the international champion of intellectual property protection. It is the U.S. where, year after year, we find by far the largest number of patents registered to protect intellectual property.
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