Ni la situación de Chile hoy en día ni su panorama, dado su actual desempeño, se ven muy brillantes, sugirió el agente financiero y comentarista político David Gallagher en el desayuno de AmCham celebrado el 27 de mayo. Súmele a eso el menor crecimiento internacional y las perspectivas -de hecho- se vuelven lúgubres.
Luego de cinco años de un fuerte crecimiento económico en tres décadas, la economía mundial se está enfriando, destacó Gallagher. Europa, liderada por el Reino Unido, está lista para seguir la desaceleración estadounidense, mencionó a los miembros de la AmCham y sus invitados en el desayuno.
El resurgimiento de la inflación, encabezado por los precios de los alimentos y de la energía, sugiere que el mundo ha estado creciendo demasiado rápido, argumentó. “Y eso va a cambiar”, predijo.
China, que ha encabezado el crecimiento en la última década, comenzará a enfriarse una vez que concluyan los Juegos Olímpicos, sugirió. Y a medida que la construcción de infraestructura se desacelere también lo hará la creación de empleo y China podría volverse represiva al tiempo que los medios de comunicación del mundo vuelven su mirada hacia otra parte, indicó.
Eso enfriaría los altísimos precios de los bienes básicos, incluido el cobre, lo que tendrá importantes implicancias para Chile. Pero, aún cuando los precios del metal rojo han alcanzado niveles récord, Chile ha tenido un bajo desempeño y el crecimiento ha sido decepcionante, destacó Gallagher.
El Gobierno se ha jactado de la alta inversión, que llega a más del 25% del PIB, como un signo de fortaleza de la economía. Sin embargo, gran parte de este dinero se está utilizando para incorporar nuevas líneas de concentradores a las actuales minas para combatir las decrecientes leyes minerales. En otras palabras, dijo Gallagher, apenas servirá “para seguir produciendo más de lo mismo y no podemos quedar satisfechos con eso".
Gallagher identificó el estancamiento de la política en el país como el problema de fondo. Luego de las fanfarreas que acompañaron al anuncio de la agenda política de la presidenta Michelle Bachelet cuando asumió el mando de la nación hace dos años, se ha legislado muy poco a partir de la mencionada agenda, argumentó.
La reforma del Estado, por ejemplo, propuesta en abril por el ministro del Interior Edmundo Pérez Yoma, apenas fue mencionada en la cuenta pública a la nación que hizo la presidenta el 21 de mayo. “Y creo que todos aquí sabemos que en ese frente muy poco sucederá", destacó Gallagher.
Más que un problema del actual Gobierno, esto es sintomático de la clase política de Chile en general, según Gallagher. Esto es, a su juicio, el no abordar temas que son cruciales para el desarrollo del país tales como la necesidad de leyes laborales más flexibles, una reforma del profesorado y la participación privada en la cuprífera estatal Codelco.
La democracia chilena no es lo suficientemente competitiva debido al sistema electoral binominal del país, señaló en el desayuno de la AmCham. "Nos quejamos de que los profesores y los empleados del sector público tienen empleos vitalicios, pero hoy en día los políticos son el grupo con menor movilidad”.
La inscripción automática en el registro electoral, en lugar del actual sistema voluntario, sería una manera "obvia" de inyectar cierta frescura a la política cada vez más formal, indicó. Con más gente teniendo algo que decir en las elecciones, los políticos tendrían una mejor apreciación respecto de lo que la mayoría de los chilenos quiere, algo que no han logrado comprender en los últimos años, argumentó.
Por ejemplo, una reciente encuesta de opinión del Centro de Estudios Públicos (CEP), estudio de investigación en donde Gallagher es director, muestra que una aplastante mayoría de chilenos se opone a las manifestaciones violentas como una táctica de presión, sin embargo el Gobierno ha cedido rápidamente ante las protestas de los trabajadores subcontratistas de Codelco, remarcó.
Más aún, la encuesta muestra que la mayoría de los chilenos tiene poco interés en la política y no ve que el Gobierno o los políticos resuelvan sus problemas. En lugar de esperar que el Gobierno intervenga en su nombre, la mayoría de los chilenos en la actualidad espera que la sociedad recompense el esfuerzo individual.
Como el inglés no ideológico retratado en el famoso ensayo de tiempos de guerra de George Orwell "England Your England", los chilenos de los tiempos modernos, tras 30 años de importantes cambios económicos, están más interesados en avanzar en sus propios proyectos personales.
Y como en Gran Bretaña, Chile necesita un líder como Margaret Thatcher, sugirió Gallagher, que pueda interpretar estos deseos y salvar al país de ser capturado por los intereses de grupos violentos. "Hay una tremenda oportunidad para un político -Sebastián Piñera, si Dios quiere- que realmente pueda interpretar en qué se ha convertido este país", concluyó.