Agua cristalina, playas de arenas blancas, palmeras y sol. Suena como un Club Med en el Caribe, pero en los meses de verano es una descripción que también concuerda con la piscina de nado más grande del mundo en el balneario de Algarrobo, a penas a un par de horas de Santiago.
La piscina de US$ 3 millones, que cubre un área de ocho hectáreas equivalente a 6.000 piscinas residenciales, fue construida usando la tecnología de la firma chilena Crystal Lagoons como parte del proyecto de condominio San Alfonso del Mar.
Incluido San Alfonso, Crystal Lagoons tiene cuatro lagunas en Chile y una en Panamá. La tecnología patentada permite a las empresas de bienes raíces construir enormes lagunas cristalinas en cualquier parte lo que aumenta el valor comercial del terreno.
“Estamos cambiando el paradigma de los bienes raíces que establece que la ubicación es la clave de cualquier proyecto”, afirma Eduardo Klein, gerente comercial de Crystal Lagoons.
Incluso el desierto puede convertirse en un oasis. Crystal Lagoons ha otorgado licencias de su tecnología a la inmobiliaria egipcia Citystars Properties, que está construyendo un enorme proyecto de vivienda por US$ 5.000 millones en Sharm El Sheikh.
“Este proyecto tendrá 10 lagunas que cubrirán 100 hectáreas lo que creará vida de playa en la mitad del desierto”, sostiene Klein.
Además de este proyecto, Crystal Lagoons tiene otros en construcción en Perú, Jordania y Dubai, donde la firma con sede en Santiago ha abierto su segunda oficina.
En total, la empresa tiene 150 proyectos en diferentes etapas de desarrollo en 35 países con planes para abrir oficinas en Estados Unidos y Asia en el corto plazo.
Hecho en Chile
Mantener limpia una piscina de ocho hectáreas no es fácil. El empresario y bioquímico chileno Fernando Fischmann fundó Crystal Lagoons en el 2007 tras pasar una década buscando en vano una tecnología accesible que mantuviera su piscina frente a la playa en el resort de San Alfonso del Mar.
“El borde costero ahí es rocoso y el agua es demasiado helada de manera que necesitaba algo distinto para ofrecer un estilo de vida de playa que fuera atractivo para los residentes”, comenta Klein.
A través de un proceso de ensayo y error, Fischmann y su equipo descubrieron un proceso tecnológico que mantendría grandes masas de agua dulce o salada a un costo relativamente bajo.
La tecnología funciona empleando sensores especiales en la piscina, los que monitorean los niveles de pH e inyectan químicos de manera automática a fin de mantener el equilibrio necesario.
“Las piscinas normales utilizan grandes cantidades de cloro para mantenerlas limpias, nosotros no hacemos eso”, explica Klein.
Crystal Lagoons además usa sistemas de filtrado eficientes en términos energéticos que usan el 2% de la energía consumida por una piscina tradicional. Su bajo consumo de energía y químicos ayudaron a que la firma obtuviera la certificación ambiental Chile Verde, la que cuenta con el respaldo de UNESCO.
“Nuestra tecnología es una combinación de todo desde la calidad del agua que usamos hasta cómo esta se trata y filtra”, comenta Klein.
Las piscinas además usan sólo la cantidad de agua necesaria para compensar la evaporación. “Nuestras piscinas consumen la mitad del agua que consumiría un parque de similar tamaño”, señala Klein.
Modelo de Negocios
Construir una piscina Crystal Lagoons no es barato -cerca de US$ 350.000 por hectárea-, pero construir una piscina de más de tres hectáreas es imposible usando tecnología tradicional.
Para las inmobiliarias, una gran piscina puede ser un activo importante en lo que respecta a tentar a clientes para comprar viviendas o departamentos en condominio de alto valor. Dado que las piscinas son seguras y limpias, resultan atractivas para familias que tienen niños que saben nadar, navegar o andar en kayak con supervisión limitada.
“Permite tener una vida de playa en un entorno seguro”, asevera Klein.
Crystal Lagoons participa en cada aspecto del proyecto desde el diseño hasta la ingeniería y construcción. Una vez que el proyecto se termina, la empresa capacita al personal y hace un seguimiento, por Internet, de la calidad del agua.
Crystal Lagoons no recibe nada por adelantado, sino que se le paga un porcentaje, usualmente entre el 1% y el 2%, de las ventas de la inmobiliaria. “Sólo cobramos nuestro arancel cuando la inmobiliaria comienza a vender, de modo que es cómodo para ellos”, indica Klein.
Pero también es bueno para Crystal Lagoons, que tiene US$ 600 millones en regalías cautivas en los contratos que ha suscrito.
“Nuestro proyecto añade valor a un nuevo desarrollo inmobiliario y nosotros recibimos un porcentaje de ese valor”, comenta Klein.
Los proyectos existentes de la empresa están en resorts como San Alfonso del Mar y Las Brisas de Santo Domingo, pero la firma está construyendo una piscina de 3,5 hectáreas en la comunidad de Padre Hurtado, justo en las afueras de Santiago.
“Esto es revolucionario, por primera vez gente que vive en Santiago tendrá una playa al cruzar la puerta de su casa”, sostiene Klein.
Esa es una buena noticia para la firma encargada del proyecto Inmobiliaria Aconcagua. En su primer fin de semana, las 50 casas en oferta se vendieron y lo mismo ocurrió el fin de semana siguiente.
Patente Clara
En Estados Unidos, Crystal Lagoons está en negociaciones con inmobiliarias de Carolina del Sur y Las Vegas, y planea abrir una oficina ahí a comienzos del 2011, pero aún no se confirma ningún proyecto.
La desaceleración del mercado de la vivienda es la causa de la falta de progreso, argumenta Klein, “pero Estados Unidos es un mercado muy interesante para nosotros, acabamos de patentar nuestra tecnología ahí, lo que es una gran noticia”.
Crystal Lagoons tardó cinco años en obtener su patente en Estados Unidos. “La propiedad intelectual se respeta en Estados Unidos y facilita obtener patentes en otros países”, asevera Klein.
Incluido Estados Unidos, Crystal Lagoons ahora tiene patentada su tecnología en 150 países y contrató a la firma estadounidense de propiedad intelectual Marksmen para proteger su tecnología de posibles competidores.
Crystal Lagoons presionó para la incorporación de Chile al Tratado de Cooperación en Materia de Patentes (PCT, por su sigla en inglés) de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) en el 2009, el que ha hecho que el proceso de postular a patentes en distintos países sea mucho más simple y barato para las empresas chilenas, subraya Klein.
“Hemos allanado el camino de modo que otras empresas puedan seguir”, sostiene Klein.
Crystal Lagoons además es el principal candidato a convertirse en la primera firma chilena en registrar sus acciones en la NASDAQ, que es una de las metas del nuevo Gobierno para los próximos cuatro años.
“Estamos evaluando esto, es una decisión importante y no hay vuelta atrás”, afirma Klein.
De cualquier manera, Crystal Lagoons tendrá mucho trabajo; Boston Consulting Group estima que 14.000 lagunas cristalinas podrían construirse en el mundo en los próximos 20 años.
Julian Dowling es editor de bUSiness CHILE
Crystal clear water, white sand beaches, palm trees and sun. It sounds like Club Med in the Caribbean, but in the summer months it is also a fitting description of the world’s largest swimming pool in the beach resort town of Algarrobo, just a couple of hours from Santiago.
The US$ 3 million pool, which covers an eight hectare area equivalent to 6,000 backyard pools, was built using Chilean firm Crystal Lagoons’ technology as part of the San Alfonso del Mar condominium project.
Including San Alfonso, Crystal Lagoons has four lagoons in Chile and one in Panama. The patented technology allows real estate developers to build huge crystalline lagoons anywhere while increasing the land’s commercial value.
“We are changing the real estate paradigm which says that location is the key to any project,” said Eduardo Klein, Business Manager at Crystal Lagoons.
Even the desert can be made into an oasis. Crystal Lagoons has licensed its technology to the Egyptian real estate developer Citystars Properties, which is building a huge US$ 5 billion housing project in Sharm El Sheikh.
“This project will have 10 lagoons covering 100 hectares which will create beach life in the middle of the desert,” said Klein.
In addition to this project, Crystal Lagoons has projects in construction in Peru, Jordan and Dubai where the Santiago-based firm has opened a second office.
In total, the company has 150 projects in different stages of development in 35 countries with plans to open offices in the United States and Asia in the near term.
Made in Chile
Keeping an eight-hectare pool clean is not easy. The Chilean businessman and biochemist Fernando Fischmann founded Crystal Lagoons in 2007 after spending a decade looking in vain for an affordable technology that would maintain his beachfront pool at the San Alfonso del Mar resort.
“The shoreline there is rocky and the water is cold so he needed something different to offer an attractive beach lifestyle for residents,” said Klein.
Through a process of trial and error, Fischmann and his team discovered a technological process that would maintain large bodies of crystalline fresh or salt water at a relatively low cost.
It works by using special sensors in the pool that monitor pH levels and inject chemicals automatically to maintain the required balance.
“Normal pools use large quantities of chlorine to keep them clean, we don’t do that,” said Klein.
Crystal Lagoons also uses energy-efficient filtration systems that use 2% of the energy consumed by traditional pools. Its low energy and chemical consumption helped the firm obtain the Chile Verde environmental certification, which is supported by UNESCO.
“Our technology is a combination of everything from the quality of the water we use to how it is treated and filtered,” said Klein.
The pools also use only enough water to compensate for evaporation. “Our pools consume half the water that would be consumed by a park of similar size,” said Klein.
Business model
Building a Crystal Lagoons pool is not cheap – around US$ 350,000 per hectare – but building a pool over three hectares is impossible using traditional technology.
For real estate developers, a big pool can be a major asset in tempting customers to buy high-priced houses or condos. Since the pools are safe and clean, they are attractive to families with children who can swim, sail or kayak with limited supervision.
“It allows a beach lifestyle in a very safe environment,” said Klein.
Crystal Lagoons participates in every aspect of the project from design to engineering and construction. Once the project is completed, the company trains personnel and monitors, via Internet, the water quality.
Crystal Lagoons receives nothing upfront, but is paid a percentage, usually 1-2%, of the developer’s sales. “We only charge our fee when the developer starts to sell, so it’s comfortable for them,” said Klein.
But it’s also good for Crystal Lagoons, which has US$ 600 million in royalties wrapped up in its signed contracts.
“Our project adds value to a new development, and we receive a percentage of that value,” said Klein.
The company’s existing projects are in resorts like San Alfonso del Mar and Las Brisas de Santo Domingo, but it is building a 3.5 hectare pool in the community of Padre Hurtado just outside Santiago.
“This is revolutionary, for the first time people living in Santiago will have a beach outside their front door,” said Klein.
That’s good news for the project’s developer, Inmobiliaria Aconcagua. In its first weekend, all 50 houses on offer sold and the same thing happened the following weekend.
Patently clear
In the U.S., Crystal Lagoons is in talks with developers in South Carolina and Las Vegas, and it plans to open an office there by early 2011, but no projects are confirmed yet.
The slowdown in the housing market is behind the lack of progress, says Klein, “but the U.S. is a very interesting market for us, we just patented our technology there which is great news.”
It took Crystal Lagoons five years to obtain its U.S. patent. “Intellectual property is respected in the U.S. and it makes it easier to get patents in other countries,” said Klein.
Including the United States, Crystal Lagoons is now patenting its technology in 150 countries and has hired U.S. intellectual property firm Marksmen to protect its technology from potential competitors.
Crystal Lagoons pushed for Chile’s accession to the WPO’s Patent Cooperation Treaty (PCT) in 2009, which has made the process of applying for patents in different countries much simpler and cheaper for Chilean firms, notes Klein.
“We have paved the way so other companies can follow,” said Klein.
Crystal Lagoons is also the leading candidate to become the first Chilean company to list on the NASDAQ, which is one of the new government’s goals for the next four years.
“We are evaluating this, it’s an important decision and there’s no going back,” said Klein.
Either way, Crystal Lagoons will have plenty of work; the Boston Consulting Group estimates that 14,000 crystalline lagoons could be built in the world in the next 20 years.
Julian Dowling is Editor of bUSiness CHILE