Por estos días el Ministro de Energía, Máximo Pacheco, se encuentra focalizado en llevar adelante la Agenda de Energía anunciada en mayo pasado por la Presidenta de la República, Michelle Bachelet. Por ello, la cartera acaba de convocar dos licitaciones: el estudio “Base para la Planificación Territorial Energética en Desarrollo Hidroeléctrico Futuro” y “Supervisión de Proyectos de la Agenda de Energía”, cuyas respectivas adjudicaciones están programadas para agosto y julio.
Que el ministro esté con el pie en el acelerador tiene una explicación. El escenario energético chileno actual no está, precisamente, en su mejor momento: sequía, proyectos parados y déficit de energía. Sin ir más lejos, el titular de la cartera comenta que se ha reunido con una serie de actores para escuchar sus inquietudes, un proceso, que en su opinión, “debió haberse iniciado mucho antes”.
-¿Cómo recibió la cartera de Energía?
Para que se entienda el panorama real: cuando la Presidenta Bachelet deja el Gobierno en el año 2010, se estaban construyendo centrales eléctricas, por más de 2.000 MW, que irían directamente al Sistema Interconectado Central (SIC). Cuando el ex Presidente Piñera entrega el Gobierno, lo hace con 1.300 MW en centrales en construcción. Es decir, la administración anterior no aumentó el número de proyectos necesarios para sostener una demanda creciente, sino que disminuyó la posibilidad de crecer en materia energética. Hoy estamos abocados a sacar al país del déficit energético en que se encuentra, a raíz del frenazo de las inversiones en los últimos años. No va a existir una solución para ello, si no conseguimos que cada uno ponga la parte que se necesita para que podamos ser exitosos. Por lo mismo, hago un llamado a construir una convergencia energética de forma armónica y respetando las reglas del juego, lo que significa que todos los actores tendrán algo que ceder.
-¿Cómo evalúa la credibilidad de la institucionalidad ambiental hoy? Desde el Gobierno se ha dicho que la Agenda de Energía y el rechazo del Comité de Ministros a HidroAysén van en la senda adecuada para reestablecer la institucionalidad, y por extensión, la confianza de quienes quieran invertir en el país.
Lo que hicimos fue dar una potente señal en materia energética. Hemos demostrado que el Comité de Ministros ha tenido toda la personalidad y valentía para enfrentar un tema que se ha ido postergando en Chile por años. Hay que decirlo firmemente: este Consejo de Ministros debió haber sesionado 60 días después del cierre de las reclamaciones, es decir, en diciembre de 2011, y no en enero de 2014 como ocurrió. La señal que estamos entregando a los futuros proyectos es que estamos comprometidos a seguir fortaleciendo la institucionalidad ambiental, a que las reglas de juego que existan se respeten, y no solamente por parte del sector privado, sino también del Estado y del sector público. En conclusión, este país cuenta con reglas del juego claras y como Gobierno estamos haciendo todos los esfuerzos para fortalecer la institucionalidad ambiental, que transversalmente ha despertado dudas e inquietudes en los últimos años.
Agenda de Energía
En poco más de 130 páginas el documento establece los principales lineamientos en este campo para los próximos años, como un nuevo rol del Estado, diversificación del mercado energético, fomento de la competencia, desarrollo de recursos propios, conectividad e impulso a las Energías Renovables No Convencionales (ERNC).
-Hasta hoy, son las empresas las que han venido tomando las decisiones de inversión y, por lo tanto, el tipo de energía a generar. La Agenda consigna que se tomará “un rol más activo del Estado”. ¿Qué significa en concreto?
Nosotros entregamos hace 30 años atrás el juego del rubro energético al sector privado, donde se privatizó Endesa, señalándose que íbamos a tener energía suficiente, a un precio razonable y en un mercado competitivo. Treinta años después, no tenemos energía suficiente, los precios no son razonables y no tenemos competencia suficiente. El Estado necesita jugar un rol orientador y facilitador, es decir, éste no puede ser neutro en relación a si los proyectos se hacen o no. Al Estado le interesa que los proyectos de infraestructura, generación y transmisión se hagan, pero siempre respetando la ley. El corazón de la Agenda está en el nuevo rol del Estado con participación social y ordenamiento territorial. Ese rol que cumplía el Estado está agotado y lo debemos redefinir. Las medidas van desde fortalecer el ministerio hasta jugar un rol orientador y de conducción de este proceso. Queremos que haya más competencia, que haya nuevos actores y nuevas tecnologías. Como Estado vamos a tomar todas las medidas necesarias para avanzar en esa decisión. Hemos cambiado de paradigmas desde hace algún tiempo. Se decía que necesitábamos energía para crecer; ahora el paradigma es que si no hay energía, no crecemos.
-Una de las metas de la Agenda es reducir los costos marginales de electricidad en 30% a 2017. ¿Cómo esperan fomentar la competencia?
Para fomentarla, hemos establecido que es necesario analizar las tres funciones de la producción energética de forma separada. En el caso de la generación, la Unidad de Gestión de Proyectos dará un impulso a los proyectos. Queremos discutir con las empresas sobre su estrategia de inversiones y crecimiento. En el caso de la distribución, queremos modificar el formato de las licitaciones que existe entre las generadoras y distribuidoras. Nos preocupa que esas licitaciones tengan bases que son creadas por las empresas y revisadas por la Comisión Nacional de Energía (CNE); que esas licitaciones sean llamadas con 60 días de anticipación; que sean por bloques mayúsculos; que los términos de plazos sean en 15 años y no en 10 ó 5. En el caso de la transmisión, plantearemos un proyecto de conectividad, porque no sacamos nada con generar energía si no la podemos transmitir. Es un proyecto que se está trabajando con la Pontificia Universidad Católica de Chile, con el fin de que todos los actores participen, entreguen sus experiencias e ideas, y de esta forma, llegar al Congreso con un proyecto que resuelva las necesidades del país.
-¿Qué requiere importar Chile para tener energía barata, competitiva y limpia?
Nuestro país tiene la tarifa eléctrica más cara de América Latina y el precio del gas es el más alto del mundo. Es un escenario que no puede seguir repitiéndose. Elevar el uso en la generación del gas natural, específicamente de la zona central, donde 50% del consumo corresponde a clientes regulados, permitirá desplazar al diésel de la matriz energética y con ello moderar los precios. Hemos analizado distintas opciones para disponer de mayores volúmenes de gas provenientes de los actuales suministradores del hidrocarburo y también de nuevas fuentes, materializándose al liberar el acceso a los terminales de regasificación. Pero también queremos potenciar el uso de recursos propios. En los últimos 13 años, el componente hidroeléctrico de la matriz, considerando tanto centrales de embalse como de pasada, pasó de una representación de 48% a 28%. Aunque parte de esa caída puede ligarse al impacto de la persistente sequía de los últimos años, no hay duda que también se ha producido un rezago en materia de infraestructura.
-Usted ha mencionado que hay interesados en invertir en energía en Chile. Específicamente, ¿en qué ámbitos?
Chile tiene una geografía única en el mundo. Tenemos una costa de más de 4 mil kilómetros, volcanes, el desierto con la mayor radiación del planeta, cuencas y ríos, es decir, materia prima de primer orden para desarrollar ERNC. Éstas deben jugar un rol clave en el desarrollo de la matriz energética nacional, llevándolas incluso más allá de las disposiciones de la Ley 20.698 que proyecta un 20% de participación de energías limpias al año 2025. Como Gobierno asumimos el compromiso de aumentar su participación para que el año 2025 un 20% de las inyecciones de electricidad provengan de fuentes limpias y propias. Realizaremos los esfuerzos necesarios para sentar las bases para que 30% de la generación de electricidad provenga de estas fuentes.
-Y en este contexto, ¿hay espacios para colaboración con Estados Unidos? Ese país tiene experiencias concretas de integración y transmisión de ERNC, por ejemplo.
En muchos estados hay experiencias interesantes, por ejemplo, el caso de California en cuanto a energías renovables, el de Massachusetts en eficiencia energética o el de Nebraska en el desarrollo geotérmico. También está el modelo de Texas para la participación activa del sistema financiero en la industria energética. Como Gobierno queremos ayudar a que se incorporen nuevos actores y tecnologías al mercado local, que seguramente deberán recurrir al sistema financiero para sostener sus iniciativas. Estoy hablando en todos los segmentos y rubros, porque aquí se suele acotar el sector energético al funcionamiento del mercado eléctrico y, específicamente, al ámbito de la generación. Queremos más competencia en transmisión, en los terminales de gas, en el gas de red, en las estaciones de servicio, en todo. El potencial delshale gasconstituye por sí mismo un área que puede acarrear enormes oportunidades para el país en caso de poder acceder efectivamente a ese combustible.
La opción de Shale Gas
Al cierre de esta edición, se estaban afinando los preparativos del viaje de la Presidenta Michelle Bachelet, acompañada de una comitiva de empresarios, muchos de ellos vinculados al gas, y del ministro Máximo Pacheco, a Estados Unidos. Lo cierto, es que la Agenda no dejó dudas del peso que el Gobierno le quiere dar al Gas Natural Licuado (GNL), de allí, que el titular de la cartera adelantara que uno de los motivos centrales de esta misión, es ver las opciones de importarshale gasestadounidense, o bien, abrir las puertas para una colaboración, en el sentido, que el Estado chileno no renunciará a que la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP), siga explorando posibles reservas de gas en el extremo sur del país.
-En el caso específico delshale gas, ¿se está evaluando importar estecombustible o sólo importar conocimiento?La Agenda de Energía le daun rol preponderante al GNL.
Los últimos días del mes de mayo, me reuní con el Vicesecretario de Energía de Estados Unidos, Daniel Poneman, con quien conversamos acerca de la experiencia de su país en materia energética. En esta reunión, el vicesecretario Poneman explicó la situación del mercado energético de su país, donde actualmente la generación térmica por gas equipara a la de carbón con 30%. Sin embargo, también ahondamos en las perspectivas delshale gasen Estados Unidos y su potencial importación a nuestro país. Por esta razón, es que a fines de este mes (junio) viajaré a Estados Unidos, junto a la Presidenta Michelle Bachelet, donde me reuniré con el Secretario de Energía de Estados Unidos, Ernest Moniz, oportunidad en que se firmará una declaración conjunta entre ambos países de cooperación en temas de energía.
-¿Cómo ve la creación del Consejo de Energía de AmCham y la elaboración del documento “Siete desafíos en la Nueva Realidad Energética Chilena”?
Como Gobierno valoramos muchísimo que existan instancias como este Consejo de Energía, donde se puede encontrar un espacio efectivo de diálogo entre actores del sector público y privado, incluyendo también a organizaciones sociales y universidades. Entiendo que los siete desafíos plasmados en el texto fueron configurados a través de comités, seminarios, talleres, mesas redondas y foros, realizados tanto en Chile como Estados Unidos, con el fin de captar con la amplitud necesaria todas las inquietudes que estaban y probablemente todavía están dando vueltas.
-¿En cuál o cuáles de los siete puntos ve oportunidades reales de colaboración entre ambos países?
Hay oportunidades de recoger su experiencia en materia tecnológica, nivel de participación social y definiciones de política pública. Quiero invitar desde ya al Consejo Empresarial de Energía Chile-EE.UU. a trabajar en alianza con la Agencia Chilena de Eficiencia Energética en este ámbito. Uno de los objetivos de nuestra Agenda de Energía es desarrollar el uso eficiente de la energía como un recurso energético para así reducir en 20% el consumo proyectado a 2025.
Efecto HidroAysén
El 10 de junio pasado el Comité de Ministros rechazó el megaproyecto HidroAysén, un complejo de generación eléctrica por 2.750 MW en la Patagonia. Si bien, le queda una instancia para apelar, la pregunta es cómo se suplirá toda la energía que producirían estas centrales a partir de 2024.
En este escenario, el ministro Pacheco dejó en claro que Chile es muy pobre en recursos energéticos, por lo mismo “vamos a utilizar los recursos hídricos que el país tiene para generar energía eléctrica”. Además, apoyarán la construcción de centrales termoeléctricas con los nuevos estándares que garanticen un mínimo impacto sobre la salud y el medio ambiente. “Estamos convencidos que si los nuevos proyectos de energía son sustentables, serán viables en cualquier región del país”, sostiene.
The Minister of Energy, Máximo Pacheco, is currently focused on implementing the Energy Agenda announced in May by President Michelle Bachelet. Part of its portfolio includes the recent request for two separate tenders: the study “Basis for an Energy Land Survey in Future Hydroelectric Development” and the “Project Supervision of the Energy Agenda” paper. The results of the tenders are scheduled for release in August and July respectively.
The reason the Minister has his foot on the gas pedal is clear. The energy reality in Chile is not exactly in the best of health, following drought, paralyzed projects and an energy deficit. Without going into detail, he comments on his recent meetings with a series of actors in which he was able to gauge their concerns – a process that, in his opinion, “should have started much earlier”.
- What was the Energy portfolio like when you took over?
In order to understand the real picture, when President Bachelet left Government in 2010, there were electrical power plants capable of generating 2,000 MW under construction, and these would have been connected directly to the Central Interconnected System (SIC). When ex-President Piñera handed over power, he did so with 1,300 MW of power plants under construction. This means that the previous administration failed to increase the number of projects needed to meet the growing demand. Instead, it decreased the possibility of growth in terms of energy. Today, we are focused on getting the country out of the energy deficit in which it finds itself, following the slowdown in investment in recent years. There will be no solution or success at all if we fail to ensure each actor plays the necessary role. That is why I have called for a coming together on energy, on which relations are based on harmony and respecting the rules of the game. This means that all participants will have to make compromises.
- The Government has said that the Energy Agenda and the rejection of HidroAysén by the Ministerial Commission represent moves in the right direction. They have been called steps towards re-establishing the credibility of State institutions and, by extension, the trust of potential investors in Chile. How do you assess the credibility of environmental institutions today?
We have sent out a strong message on energy. We have demonstrated that the Ministerial Commission has the personality and strength to confront an issue that has been put off in Chile for too long. It should be said clearly: the Ministerial Commission should have ruled on the case 60 days after the deadline for receiving complaints. This would have been December 2011, and not January 2014, when the judgment was actually passed. The message we are sending out on future projects is one of commitment to the ongoing strengthening of environmental institutions, that the rules of game must be adhered to, and not only by the private sector but also the State and the public sector. This country has clear rules and as the Government we are taking all efforts to enhance its environmental institutions, which have themselves given rise to doubts and concerns in recent years.
The Energy Agenda
In little more than 130 pages, the Energy Agenda sets out relevant guidelines for the next few years. These include a new role for the State, the diversification of the energy market, increasing competition, developing domestically-produced sources, connectivity and fostering Non-Conventional Renewable Energy (NCRE).
- Until now, it has been the business world making the investment decisions and, as a result, the type of energy being generated. The Agenda notes that the State will “play a more active role”. What does this mean in practice?
We handed the control of energy over to the private sector 30 years ago with the privatization of Endesa. We were told that, as a result, we would have enough energy, at a reasonable price and in a competitive market. Thirty years later, we do not have enough energy, prices are not reasonable and there is not enough competiveness.
The State needs to play a role based on providing advice and organization, meaning that it cannot remain neutral in terms of whether a project goes ahead or not. The State is interested in the implementation of infrastructure, generation and transmission projects, but these must always respect the law. At the heart of the Agenda is the new role of the State in social participation and land legislation. The role once played by the State is tired and must be re-invigorated. Measures range from strengthening the Ministry, to playing an advisory and management role in the process. We want greater competition, new actors and new technologies. As the State, we will take all measures necessary to make progress towards this decision. We have been changing paradigms for some time now. It was said in the past that we needed energy to grow; now the paradigm is that, without energy, there will be no growth at all”.
- One of the goals of the Agenda is to reduce the marginal cost of electricity 30% by 2017. How do you expect to increase competition?
To increase competition, we need to analyze the three functions of energy production separately. In terms of generation, the Project Management Unit will drive the projects. We want to hold discussions with businesses about their strategies for investment and growth. In terms of distribution, we want the change the current format for requests for tender between energy generators and distributors. We are concerned with a number of issues here: that these tenders are based on guidelines devised by businesses and reviewed by the National Energy Commission (CNE); that these tenders are requested 60 days in advance; that they are made by large blocks; and that the time periods for completion are 15 years, instead of 10 or 5. In terms of transmission, we will set out plans for a connectivity project, because there is no point in generating energy if it cannot be transmitted. Here, the Pontifical Catholic University of Chile is working on a project, the aim of which is to ensure the participation of all the main actors. The project will incorporate the experience and ideas of each one of the participants and, once complete, a proposal will be submitted to Congress that genuinely responds to the needs of the country.
- What exactly should Chile import to ensure cheap, competitive and clean energy?
Our country has the most expensive energy rates in Latin America and the price of gas is the highest in the world. This situation cannot continue. Increasing the use and generation of natural gas, specifically in the central area of the country, in which 50% of consumption relates to regulated customers, would allow diesel to be replaced in the energy grid and reduce prices as a result. We have analyzed different options for providing greater volumes of gas from current hydrocarbon suppliers, as well as from new sources, making free access available to the regasification terminals. But we also want to increase the use of domestically-produced sources. Over the last 13 years, the hydroelectric component of the national grid, which includes dammed reservoirs as well as run of the river hydropower, fell from 48% to 28% representation. Although part of this decline can be attributed to the persistent drought in recent years, there is no doubt that there has also been a lag in terms of infrastructure.
- You mentioned an interest in investing in energy in Chile. In which areas, exactly?
Chile has a truly unique geography. We have a coastline of more than 4,000 kilometers, volcanoes, the desert with the greatest amount of radiation in the world, water basins and rivers. This translates into raw material of the highest quality for developing NCRE. These sources must play a key role in the development of the national grid, going even further that the rulings established under Law 20.698, which projects the participation of clean energy to reach 20% by 2025. The Government has committed to increasing the part played by these types of energy so that by 2025, 20% of all electricity comes from clean and domestically-produced sources. We will make every effort to lay the foundations so that 30% of electricity generated comes from these sources.
- And in this context, is there room for collaboration with the United States? After all, it does have practical experience of NCRE integration and transmission.
There are interesting experiences in many US states, including renewable energy in California, energy efficiency in Massachusetts or geothermal development in Nebraska. Texas is also a good example, given the active participation of financial systems in its energy industry. As a Government, we want to ensure the incorporation of new actors and technologies into the domestic market, and of course, the financial system can play a part in sustaining this process. I am talking about all the sectors and areas, because here the energy sector is usually confined to the workings of the electricity market and, especially, the area of power generation. We want greater competition in transmission, in gas terminals, gas networks, in service stations, in everything. The potential of shale gas in itself is an area that, if accessed effectively, could present the country with enormous opportunities.
The Shale Gas option
As this edition went to press, final preparations were being made to President Michelle Bachelet’s trip to the United States. On this occasion, the President will be accompanied to Washington by a group of business representatives, many of whom have links to the gas industry, as well as Minister Máximo Pacheco. It is clear that the Government, through its Energy Agenda, is placing considerable importance on Liquefied Natural Gas (LNG). As such, the Minister for Energy has noted that one of the main reasons behind this mission is to gauge the options for importing shale gas from the US, or at least opening the door to collaboration. At the same time, the Chilean State will not stop the state-owned National Petroleum Company (ENAP) from continuing to explore gas reserves in the extreme south of the country.
- In the specific case of shale gas, are you conducting evaluations into importing the fuel, or simply importing knowledge? The Energy Agenda places particular emphasis on the role of LNG.
Towards the end of May, I met with the US Deputy Secretary for Energy, Daniel Poneman, and we discussed his country’s experience regarding energy. During the meeting, Deputy Secretary Poneman explained the US energy market, in which thermal generation produced by gas and coal each account for approximately 30%. However, we also discussed in greater detail the perspectives of shale gas in the United States and the potential for its import to Chile. That is why I will be traveling with President Bachelet to the United States later this month (June). There, I will meet with the US Secretary of Energy, Ernest Moniz, and together we will sign a joint declaration of cooperation between our two countries on the issue of energy.
- What do you think about the creation of AmCham’s Energy Council and its working paper “Seven Challenges for the New Energy Reality in Chile”?
As a Government, we greatly value spaces like the Energy Council, in which dialogue can be facilitated between actors from the public and private sectors, social organizations and universities. I understand that the seven challenges established in the working paper were drawn up following meetings, seminars, workshops, roundtable discussions and forums, in both Chile and the United States. The aim, I believe, has been to gauge the necessary scope relating to concerns that were, and probably still are, prevalent.
- In which of the seven points do you see genuine opportunities for collaboration between the two countries?
There are opportunities to learn from the US experience in terms of technology, the level of social participation and in devising public policy. In fact, I would like to invite the Chile-US Energy Business Council to work in partnership with the Chilean Energy Efficiency Association on this area. One of the goals of our Energy Agenda is to develop the efficient use of energy for reducing projected consumption in 2025 by 20%.
The HidroAysén Effect
On June 10, the Ministerial Commission rejected the HidroAysen megaproject in Patagonia, a proposed hydroelectric plant capable of generating 2,750 MW. While there is an opportunity to appeal, the question now is to how to make up for the energy that these dams would have begun producing as of 2024.
In this context, Minister Pacheco clarifies that Chile is extremely poor in terms of current energy resources, stating “we will be using all hydroelectric sources available in the country to generate power”. Furthermore, the Government will support the construction of thermoelectric power plants subject to new regulations, which guarantee a minimum impact on health and the environment. “We are convinced that if the new projects are sustainable, they will be feasible in any Region of the country”, he says.