El martes 30 de noviembre, el Senado de los Estados Unidos aprobó un proyecto de ley que, de ser también aprobado por la Cámara de Representantes y el Presidente, derivará en cambios profundos en las normas de seguridad para los alimentos en Estados Unidos. La ley otorgaría a la Food and Drug Administration (FDA) mucho más poder para evitar que lleguen al mercado alimentos contaminados. Hasta ahora, ha prevalecido el enfoque que permite que la FDA reaccione luego de que una contaminación ocurre. La nueva ley daría a la FDA el poder de exigir el retiro inmediato del mercado de los alimentos contaminados, como también el aumento de las inspecciones en las plantas de procesamiento y la supervisión del cultivo de los alimentos.
Hay mucho apoyo para el proyecto de ley tanto por parte de los demócratas como de los republicanos en el Congreso, y del i Presidente Obama, pero aun es posible que no sea aprobado por el corto lapso que resta hasta que este Congreso deje de sesionar este año
Parte del problema que intenta abordar esta ley es la dificultad que entraña el control y la inspección de los alimentos en un contexto tan globalizado. Los Estados Unidos importan casi un quinto del total de alimentos consumidos, y hasta tres cuartos de los productos de mar, y la FDA sólo inspecciona menos de una libra de cada millón de alimentos importados. El proyecto de ley otorgará a esta agencia, un control mayor sobre los alimentos importados, incluyendo la inspección más exhaustiva de las plantas de procesamiento extranjeras y la posibilidad de imponer estándares para los métodos de cultivo de frutas y verduras fuera del país.
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