Viernes 8 de noviembre de 2013 | 05:00
Por Kathleen Barclay
La semana pasada asistí al evento “Select USA 2013”, realizado en Washington DC y organizado por el Departamento de Comercio, para difundir sus ventajas como país receptor de inversión extranjera. Participaron más de mil personas de 58 países y, en paralelo, se realizó una exhibición donde 47 estados de la Unión presentaron sus incentivos, oportunidades y regulaciones. Esta es la primera vez que la administración estadounidense realiza una ofensiva de esta magnitud para promover su territorio como destino de la inversión extranjera. La seriedad y decisión con que esta estrategia fue abordada se ve reflejada, entre otros aspectos, por el muy alto nivel de los expositores que participaron.
El Presidente Barack Obama no solo realizó una convincente alocución respecto de las ventajas de Estados Unidos como país receptor de inversiones extranjeras, sino que anunció la implementación de una innovadora estrategia consistente en que los Departamentos de Comercio y del Estado trabajarán en forma conjunta, actuando como antenas receptoras de los intereses de inversionistas. Con este fin, habilitarán un programa piloto en 27 países (incluyendo Canadá, México y Brasil) donde las respectivas embajadas operarán una ventanilla única para recepcionar consultas de empresarios sobre regulaciones, oportunidades e incentivos que ofrece Estados Unidos. La administración del Presidente Obama fijó una meta cuantitativa de lograr un millón de millones de dólares (US$ 1 trillion) en inversión extranjera adicional dentro de los próximos cinco años. El secretario de Estado, John Kerry, se refirió al mismo programa diciendo que hoy la política económica es parte de la política exterior. Agregó que los embajadores estadounidenses han recibido instrucciones para implementar esta estrategia y colocar este objetivo como una prioridad de su gestión.
La secretaria de Comercio actuó como anfitriona y en distintos paneles expusieron altos personeros como el secretario del Tesoro; el director del Consejo Económico de la Casa Blanca; y la asesora senior del presidente Obama, Valerie Jarrett; entre otros. El programa contemplaba paneles de discusión integrados por importantes ejecutivos como los CEOs de Dow Chemical, Walmart USA, BlackRock y Bloomberg, además de muchos otros destacados empresarios.
Cada expositor destacó un aspecto distinto de las ventajas que ofrece Estados Unidos. Entre éstos estaban las tasas de crecimiento económico, el tamaño del mercado, su infraestructura física y tecnológica, la red de acuerdos comerciales actuales y en negociación, la oferta de capacidades técnicas y profesionales del capital humano, la estabilidad política, el estado de derecho y finalmente el decreciente costo de la energía. Todo lo anterior, aseveraron los expositores, tiene el efecto de mejorar el nivel de productividad del trabajador estadounidense.
Muchos de los argumentos mencionados en este foro son factores aplicables para Chile. Así ha sido destacado desde hace más de dos décadas, tanto por chilenos como por extranjeros. El resultado para Chile ha sido el registro de importantes tasas de crecimiento de la inversión extranjera. Interesante es que esta iniciativa incorpore como parte de la gestión de una política pública un trabajo de difusión más eficiente, outreach, que realiza tanto el sector federal como el estatal estadounidense. Históricamente, en Estados Unidos la función de promoción de la inversión extranjera quedaba casi exclusivamente en manos de los gobiernos estatales. El hecho de fijar una ventanilla única que opere en las embajadas destinada a absorber consultas de potenciales inversionistas es una medida importante, tanto para generar instancias efectivas de información como para reducir la burocracia.
Me quedó la impresión de que esta iniciativa responde a una sincera y eficiente formulación de una política pública destinada a construir nuevos mecanismos de asociación con EEUU, así como fortalecer los canales existentes. La efectividad con la que los actores privados de los distintos países lo aprovechen, estará determinado por la madurez y proactividad con que los interesados decidan utilizarlas. Esta es sin duda, una oportunidad para que los chilenos puedan fortalecer su asociación con el mercado estadounidense, lo cual, estoy convencida, redundará en significativos beneficios para ciudadanos de ambos países.
Viernes 8 de noviembre de 2013 | 05:00
Por Kathleen Barclay
La semana pasada asistí al evento “Select USA 2013”, realizado en Washington DC y organizado por el Departamento de Comercio, para difundir sus ventajas como país receptor de inversión extranjera. Participaron más de mil personas de 58 países y, en paralelo, se realizó una exhibición donde 47 estados de la Unión presentaron sus incentivos, oportunidades y regulaciones. Esta es la primera vez que la administración estadounidense realiza una ofensiva de esta magnitud para promover su territorio como destino de la inversión extranjera. La seriedad y decisión con que esta estrategia fue abordada se ve reflejada, entre otros aspectos, por el muy alto nivel de los expositores que participaron.
El Presidente Barack Obama no solo realizó una convincente alocución respecto de las ventajas de Estados Unidos como país receptor de inversiones extranjeras, sino que anunció la implementación de una innovadora estrategia consistente en que los Departamentos de Comercio y del Estado trabajarán en forma conjunta, actuando como antenas receptoras de los intereses de inversionistas. Con este fin, habilitarán un programa piloto en 27 países (incluyendo Canadá, México y Brasil) donde las respectivas embajadas operarán una ventanilla única para recepcionar consultas de empresarios sobre regulaciones, oportunidades e incentivos que ofrece Estados Unidos. La administración del Presidente Obama fijó una meta cuantitativa de lograr un millón de millones de dólares (US$ 1 trillion) en inversión extranjera adicional dentro de los próximos cinco años. El secretario de Estado, John Kerry, se refirió al mismo programa diciendo que hoy la política económica es parte de la política exterior. Agregó que los embajadores estadounidenses han recibido instrucciones para implementar esta estrategia y colocar este objetivo como una prioridad de su gestión.
La secretaria de Comercio actuó como anfitriona y en distintos paneles expusieron altos personeros como el secretario del Tesoro; el director del Consejo Económico de la Casa Blanca; y la asesora senior del presidente Obama, Valerie Jarrett; entre otros. El programa contemplaba paneles de discusión integrados por importantes ejecutivos como los CEOs de Dow Chemical, Walmart USA, BlackRock y Bloomberg, además de muchos otros destacados empresarios.
Cada expositor destacó un aspecto distinto de las ventajas que ofrece Estados Unidos. Entre éstos estaban las tasas de crecimiento económico, el tamaño del mercado, su infraestructura física y tecnológica, la red de acuerdos comerciales actuales y en negociación, la oferta de capacidades técnicas y profesionales del capital humano, la estabilidad política, el estado de derecho y finalmente el decreciente costo de la energía. Todo lo anterior, aseveraron los expositores, tiene el efecto de mejorar el nivel de productividad del trabajador estadounidense.
Muchos de los argumentos mencionados en este foro son factores aplicables para Chile. Así ha sido destacado desde hace más de dos décadas, tanto por chilenos como por extranjeros. El resultado para Chile ha sido el registro de importantes tasas de crecimiento de la inversión extranjera. Interesante es que esta iniciativa incorpore como parte de la gestión de una política pública un trabajo de difusión más eficiente, outreach, que realiza tanto el sector federal como el estatal estadounidense. Históricamente, en Estados Unidos la función de promoción de la inversión extranjera quedaba casi exclusivamente en manos de los gobiernos estatales. El hecho de fijar una ventanilla única que opere en las embajadas destinada a absorber consultas de potenciales inversionistas es una medida importante, tanto para generar instancias efectivas de información como para reducir la burocracia.
Me quedó la impresión de que esta iniciativa responde a una sincera y eficiente formulación de una política pública destinada a construir nuevos mecanismos de asociación con EEUU, así como fortalecer los canales existentes. La efectividad con la que los actores privados de los distintos países lo aprovechen, estará determinado por la madurez y proactividad con que los interesados decidan utilizarlas. Esta es sin duda, una oportunidad para que los chilenos puedan fortalecer su asociación con el mercado estadounidense, lo cual, estoy convencida, redundará en significativos beneficios para ciudadanos de ambos países.