Reconstruir el Capital Social

15 Septiembre 2011

Los principales indicadores económicos de Chile dan a las empresas del país sudamericano toda la razón para estar optimistas sobre el futuro, pero a juicio de Lorenzo Constans, presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), existe el peligro de que las amenazas internas y externas puedan socavar el crecimiento de largo plazo de Chile.


En el marco de un desayuno de AmCham celebrado el 1 de septiembre en el Hotel W de Santiago, Constans advirtió a los invitados al evento sobre las posibles repercusiones de una desaceleración económica global para la economía pequeña y abierta de Chile. Constans afirmó, sin embargo, que una amenaza aún mayor es la falta “capital social” que tiene el país, lo que ha creado una sociedad peligrosamente dividida y desconfiada.


Desde la perspectiva macroeconómica, Chile está en buena forma. El producto interno bruto (PIB) se dispone a crecer un 6,5% este año, mientras que el gasto de consumo crecerá en torno al 6,6% y la inversión, un 11%, según las últimas cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI).


Las exportaciones e importaciones deberían aumentar en un 5,4% y un 8,5%, respectivamente, mientras que se proyecta que la inflación caerá al 3,2% en el 2012 tras promediar un 4% este año. El desempleo, en tanto, se mantiene estable en cerca del 7,2%.


“Las señales son muy positivas”, dijo Constans, quien destacó que la rápida recuperación económica de Chile tras la crisis financiera global y el terremoto del 27 de febrero del 2010, se basa en las sólidas políticas macroeconómicas de la nación y en su sistema bancario bien capitalizado.


“Pese al reciente aumento de la deuda externa, los bancos chilenos siguen bien financiados con niveles moderados de financiamiento externo y no hay falta de liquidez”, sostuvo Constans, citando un informe del FMI.


Además, el PIB per cápita de Chile -de cerca de US$15.000- es el más alto de América Latina y la nación es una de las 20 principales economías del mundo en términos de inversión extranjera, al recibir un total de US$15.000millones en el 2010, un alza del 17% respecto del 2009.


Chile ha perseguido una política de apertura comercial desde la década de los 90 y, como resultado, las exportaciones han crecido a más de US$70.000 millones. En particular, el Acuerdo de Libre Comercio con Estados Unidos, que entró en vigencia en el 2004, ha tenido un enorme impacto positivo en el comercio bilateral en los últimos siete años.


Hay algunos desafíos en particular para el sector minero tales como los altos costos de la energía y la falta de trabajadores calificados, pero en general las empresas chilenas están optimistas sobre lo que queda del 2011 y el 2012, indicó Constans.


No obstante, el panorama no es tan positivo en el resto de mundo. Una serie de shocks incluido el terremoto de Japón a comienzos de este año, la rebaja de Standard & Poor’s a la calificación de deuda de Estados Unidos en agosto y la crisis de deuda de la Unión Europea han hecho que la economía global se tambalee.


El riesgo es que este clima de incertidumbre global pueda afectar la demanda por las exportaciones de Chile y dañar su futuro crecimiento, advirtió Constans.


“No saber cómo terminará [la crisis de deuda] obviamente tiene importantes repercusiones para nuestro país”, afirmó.


De todos modos, hay cosas que Chile puede hacer para mejorar el crecimiento local. Estas incluyen implementar medidas pro-competitividad, eliminar las barreras al emprendimiento y diversificar las exportaciones. El empleo y la educación también son claves para el crecimiento de largo plazo y una distribución más equitativa del ingreso, sostuvo Constans.


Pero Chile primero debe reconstruir su capital social, lo que significa fomentar la confianza.


Chile no es el único país remecido por violentas protestas en los últimos meses a medida que el descontento social en muchos países ha alcanzado un punto crítico, pero el hecho de que estas se hayan producido en un escenario de sólido crecimiento económico demuestra una falta de confianza en las instituciones, el gobierno y las empresas privadas, sugirió Constans.


Chile es la “punta de lanza” en términos de desarrollo en la región, añadió, pero algunos países usan sus recursos de manera más eficiente que otros debido a su capital social, en otras palabras la forma en la que la gente trabaja para resolver problemas.


“Tenemos que trabajar como equipo hombro con hombro no dándonos codazos (…) necesitamos poner lo bueno del país por encima de intereses privados o partidistas”, señaló Constans.


Las empresas privadas deben trabajar para reconstruir la confianza de la opinión pública tras los recientes escándalos que involucraron prácticas crediticias abusivas e invertir en el bienestar de largo plazo de sus trabajadores, señaló el presidente de la CPC.


En el campo de la educación, las empresas deberían trabajar más estrechamente con las instituciones educacionales para garantizar que los alumnos graduados cuenten con las capacidades requeridas en el lugar de trabajo.


Una fuerza laboral bien educada junto con una mayor productividad son esenciales si Chile pretende lograr su meta de convertirse en un país desarrollado en esta década, pero enfrentado al pesimista panorama económico global de la actualidad, su éxito depende más que nunca de la unidad de la nación y de un sentido de objetivo común.


“El futuro de Chile está lleno de oportunidades, pero podríamos desaprovecharlas si dejamos que la incertidumbre y la desconfianza nos saquen del camino hacia una sociedad más inclusiva con una mejor calidad de vida para todos”, concluyó Constans.


Julian Dowling es Editor de bUSiness CHILE.

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