Pymes chilenas reducen consumo de agua, combustibles fósiles y gases efecto invernadero

15 Octubre 2015
Productores locales de cochayuyo, galletas de avena, menta, aceite de oliva, detergente para ropa, lechugas, champiñones ostra, arroz y tomates son las empresas que forman parte desde 2012 del Programa de Desarrollo de Proveedores en Sustentabilidad de Walmart Chile. Su objetivo es apoyar a diez proveedores Pymes en la búsqueda de procesos más sustentables al momento de elaborar sus productos.

“De esta forma, las Pymes pueden entregar un producto de excelente calidad, que además es más amigable con el medio ambiente. Con este proyecto queremos que nuestros clientes no tengan que elegir entre un producto que pueden pagar, y uno que es bueno para su familia y el planeta”, señala Stefanie Pope, subgerente de Sustentabilidad de Walmart Chile.

La iniciativa, pionera en el país y ejecutada por Fundación Chile con el cofinanciamiento de Corfo,  utiliza el enfoque de Ciclo de Vida, con el cual se analizan los procesos productivos de las Pymes a lo largo de toda la cadena de valor del producto, es decir, desde la extracción de materias primas hasta la disposición final del producto. Con esta información las empresas han podido identificar sus puntos críticos o hot spots, priorizar sus principales oportunidades de mejora en términos ambientales y sociales, y diseñar planes concretos para avanzar en el desempeño en sustentabilidad de los productos que Walmart Chile ofrece.

Así, por ejemplo, la empresa productora de aceite de oliva, Comercial Soho, ha trabajado en mejorar el rendimiento del proceso extractivo del aceite, implementando la recirculación de agua, reduciendo en un 68% el consumo de agua limpia, lo que representa una disminución equivalente al agua consumida por 403.232 chilenos al día, aproximadamente. “Asimismo, reemplazamos el uso de energía generada vía diésel por energía generada por el sistema interconectado central que tiene una matriz con menor huella de carbono, logrando de esta forma reducir las emisiones de CO2 equivalentes a la distancia recorrida ida y vuelta 202 veces por un automóvil entre Iquique y Santiago”, sostiene Juan Carlos Fabres, gerente comercial de Soho.

La Pyme productora de galletas BeCookies, en tanto, detectó oportunidades de reducción de impactos en su empaque y buscando opciones más sustentables lograron un empaque con 11% menos de material, disminuyendo con eso no sólo la cantidad de residuos que van a los rellenos sanitarios, sino también la utilización de menos recursos naturales en su producción.

“Así logramos reducir en un 8% el consumo de agua; en un 11% del uso de combustibles fósiles y en un 12% las emisiones de gases efecto invernadero relacionado a la producción del empaque, lo que considerando la producción de un año de galletas, corresponde a la cantidad de agua consumida por 1931 chilenos al día, 318 barriles de petróleo, y 629.244 km recorridos por un auto, respectivamente”, indica Juan Jadue, gerente general de BeCookies.

“El programa muestra que no sólo las grandes compañías o los productos más caros son los que pueden incorporar atributos sustentables. Las pequeñas y medianas empresas pueden,  con algunos cambios en su cadena productiva, lograr grandes mejoras y tener a la sustentabilidad en el corazón de su negocio”, afirma Michelle Senerman, líder del Centro de Producción y Consumo Sustentable de Fundación Chile.

consorcio sustentabilidad 2015
Desde sus inicios el proyecto se ha propuesto entre sus objetivos la creación de valor compartido, estableciendo instancias de aprendizaje entre los proveedores, compartiendo experiencias y mejoras. En este sentido, se ha trabajado tanto en terreno como en talleres en el desarrollo de capacidades de autodiagnóstico y autogestión empresarial, de manera que puedan generar eficiencias en sus procesos productivos de forma continua y cumplir con las exigencias de diferentes mercados.


“A casi tres años de la puesta en marcha, todos los proveedores participantes del programa se han capacitado en materias como packaging más sustentables, eficiencia energética, huella hídrica, entre otras. Todos ellos cuentan con una herramienta para la recolección de información, reconocen sus impactos sociales y ambientales, han identificado mejoras a ser implementadas y realizado gestiones al respecto”, concluye Michelle.

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