Probable Recorte de Tasas Con Crecimiento Bajo ExpectativasInterests Rate Cuts Likely as Growth Underperforms
Con la economía recuperándose más lento de lo que muchos esperaban, el gobierno chileno anunció un nuevo paquete de medidas pro crecimiento y el Banco Central parece estar preparándose para recortar nuevamente las tasas de interés.
Tras una expansión interanual del 4,3% en el cuarto trimestre, el crecimiento del PIB de Chile en el 2006 alcanzó un 4,0%, cifra inferior a una proyección previa del 4,2%. Las expectativas para el 2007 también han caído y las proyecciones de consenso según una encuesta del Banco Central bajaron a un 5,0% en marzo, lo que se compara con el 5,3% de comienzos de año, ya que los indicadores de producción industrial y desempleo fueron levemente peores a lo esperado.
Además, los actuales problemas con la implementación del sistema de transporte urbano Transantiago y los temores de una desaceleración económica mayor de la esperada en Estados Unidos podrían combinarse para reducir aún más las expectativas en los próximos meses. El Banco Central reconoce parcialmente esto. En su última declaración, la autoridad monetaria siguió ofreciendo una visión optimista, destacando que la información disponible era coherente con una recuperación gradual del dinamismo en la actividad interna y añadiendo que las medidas recientemente anunciadas por el gobierno respaldaban este panorama. Sin embargo, también reconoció que el crecimiento del empleo asalariado se había desacelerado, aunque destacó que las condiciones financieras internas se mostraban más favorables que en los últimos meses.
Un repunte en la inversión es clave para una recuperación en el crecimiento del PIB y, en medio de las menores expectativas de expansión de este indicador (que vería el crecimiento del PIB de Chile rezagarse por segundo año consecutivo tras varios países latinoamericanos), el gobierno se ha apresurado a implementar políticas y reformas pro inversión que, junto con el estímulo fiscal esperado para este año, podrían desencadenar una recuperación. El último paquete económico, el Plan Chile Invierte anunciado por la Presidenta Michelle Bachelet y el ministro de Hacienda, Andrés Velasco, el 13 de marzo, contempla 27 medidas que van desde incentivos para ayudar a fomentar las inversiones planeadas (lideradas por la nueva normativa de depreciación acelerada), anuncios sobre planes del sector energético y la internacionalización del peso chileno, entre otros. Si bien estas medidas fueron menos integrales de lo que muchos habrían esperado, fue un paso en la dirección correcta y, en nuestra perspectiva, es posible que se observen medidas adicionales en el futuro, si la aceleración del crecimiento económico se mantiene lenta.
En su reunión de política monetaria de marzo, el Banco Central dejó las tasas de interés sin cambios en un 5% por segundo mes consecutivo. Sin embargo, creemos que las menores expectativas de crecimiento del PIB, la inflación benigna y la visión de la situación económica que el propio Banco Central ha manifestado, apuntan cada vez más a nuevos recortes de tasas en el corto plazo. En el comunicado que emitió tras la reunión de marzo, la autoridad monetaria apuntó al potencial de futuros recortes, destacando que “de atenuarse los riesgos inflacionarios y consolidarse el escenario central del último Informe de Política Monetaria, en los meses siguientes podría requerirse un impulso monetario algo mayor”.
El Banco Central cuenta aquí con soporte de las menores expectativas de inflación, que han caído a un 2,8% para el 2007, lo que se compara con el 3,0% previsto anteriormente en el año. La autoridad monetaria manifestó que más allá de los cambios asociados al nuevo sistema de transporte Transantiago, las mediciones de inflación general y subyacente estaban evolucionando como se proyectaba, y que la inflación subyacente además se había moderado. Calificó los costos laborales como contenidos, pero destacó que algunos indicadores salariales habían mostrado un aumento en su crecimiento. Significativamente, las declaraciones referidas a la dependencia de los indicadores que tienen las futuras decisiones de política fueron excluidas de este comunicado de política monetaria. En cambio, el Banco Central sólo reiteró su compromiso con la meta de inflación de largo plazo de un 3%. Desde nuestra perspectiva, esto muestra que una inclinación hacia la flexibilización se ha inyectado a la brújula de política monetaria del banco y, con los riesgos de presiones inflacionarias externas aún bajos, parece preparado para usar la política monetaria como una herramienta para activar una reaceleración económica más robusta.
With the economy not recovering as fast as many expected, the Chilean government has announced a new package of pro-growth measures and the Central Bank appears to be preparing to cut interest rates again.
Following a year-on-year expansion of 4.3% in the fourth quarter, Chile’s GDP growth in 2006 reached 4.0%, below an earlier projection of 4.2%. Expectations for 2007 have also been falling, with consensus forecasts as surveyed by the Central Bank dropping to 5.0% in March, down from 5.3% at the beginning of the year, as industrial production and unemployment data came in slightly worse than expected.
In addition, ongoing problems with the implementation of the Transantiago urban transport system and fears of a greater than expected U.S. economic slowdown could combine to trim expectations further in coming months. The Central Bank is partially recognizing this. In its most recent statement, it continued to offer an optimistic view, noting that available data was consistent with a gradual recovery of dynamism in domestic activity and adding that the recently announced government measures supported this scenario. However, it also recognized that salaried employment growth had decelerated, although noting that domestic financial conditions looked more favorable than they had in recent months.
A rebound in investment is key for a pickup in GDP growth and, amid falling GDP growth expectations (which would see Chilean GDP growth lagging behind many other Latin American countries for the second consecutive year), the government has been hurrying to implement investment-friendly reforms and policies that, when coupled with the fiscal stimulus expected for this year, could spark a recovery. The latest economic package, the Plan Chile Invierte (Chile Invests Plan) announced by President Michelle Bachelet and Finance Minister Andrés Velasco on March 13 entailed 27 measures ranging from incentives to help trigger planned investments (led by new rules on accelerated depreciation), announcements about energy sector plans and the internationalization of the Chilean peso, among others. Whilst these measures were less comprehensive than many had hoped for, it was a step in the right direction and, in our view, further measures are likely to be seen in the future if the acceleration in economic growth remains slow.
At its March monetary policy meeting, the Central Bank left interest rates unchanged at 5% for the second consecutive month. However, we think lower GDP growth expectations, benign inflation, and the Central Bank’s own stated view of the economic situation, are increasingly pointing towards additional rate cuts in the short term. In its statement after the March meeting, the bank hinted at the potential for additional cuts going forward, noting that “in case inflationary risks decline and the baseline scenario in the last Monetary Policy Report consolidates, a somewhat stronger monetary impulse might be required.”
The Bank has support here from lower inflation expectations, which have fallen to 2.8% for 2007, down from 3.0% earlier in the year. The Bank said that beyond changes associated with the new Transantiago transportation system, headline and core inflation measures were evolving as projected, and super core inflation had also moderated. It characterized labor costs as contained, but noted that some wage indicators had shown increased growth. Significantly, the language referring to the data dependency of future policy decisions was excluded from this policy statement. Instead, the Bank only reiterated its commitment to its long-term inflation target of 3%. In our view, this shows that an easing bias has been injected into the Bank’s monetary policy compass and, with risks of external inflationary pressures remaining low, it appears prepared to use monetary policy as a tool to spark a more robust economic re-acceleration.