La innovación es crucial para el crecimiento económico de Chile y su competitividad, pero debe ser protegida. Si las nuevas ideas o los inventos se pueden robar o falsificar fácilmente, los inventores tienen poco incentivo para innovar. Para las compañías que se concentran cada vez más en agregar valor a sus productos para exportarlos, las patentes son una forma importante de proteger su propiedad y asegurar la recuperación de su inversión.
Sin embargo, postular a patentes en distintos países puede ser costoso y requerir mucho tiempo. Afortunadamente, hoy en día hay más herramientas disponibles para que los socios de AmCham obtengan información y asesoría. El 15 de enero AmCham suscribió un acuerdo con el Instituto Nacional de Propiedad Industrial de Chile (INAPI) destinado a compartir información, entregar capacitación y promover actividades conjuntas.
La presidenta de AmCham, Kathleen Barclay, y el director nacional de INAPI, Maximiliano Santa Cruz, suscribieron un acuerdo durante una ceremonia en la oficina de AmCham. En su intervención, Santa Cruz sostuvo que el acuerdo era el “comienzo de una gran amistad” entre el Instituto y AmCham.
Sandra Guazzotti, presidenta del Comité de Innovación y Propiedad Intelectual de AmCham además de gerente país de Oracle, puso el acuerdo en contexto al destacar la importancia de la innovación como un conductor del crecimiento y la competitividad. Guazzotti explicó que ahora hay un link en el sitio web de AmCham (www.amchamchile.cl) en donde los socios de la Cámara pueden obtener información de INAPI relacionada con nuevas tecnologías y con los procedimientos para obtener patentes.
Asimismo, INAPI apoyará la capacitación de socios de AmCham respecto de la propiedad intelectual mediante la realización de talleres y otras actividades educativas. AmCham además ayudará a organizar la capacitación de personal de INAPI en áreas específicas relacionadas con el desempeño y la mayor eficiencia.
“Este acuerdo nos ayudará a construir una cultura de la propiedad intelectual y la innovación en Chile con el objetivo de aumentar la productividad y la competitividad de las empresas”, afirmó Guazzotti.
Tras la ceremonia se realizó un taller sobre patentes, el que se concentró en la biotecnología. Guillermo Carey, director de AmCham y socio de la firma de abogados Carey, hizo una presentación sobre estrategias para patentar nueva tecnología.
Carey identificó tres pilares que las compañías deberían considerar antes de decidirse a solicitar una patente. El primero se relaciona con la estructura accionaria y las políticas internas de la compañía. El segundo tiene que ver con terceras partes, incluyendo contratos de confidencialidad, y el tercero se trata de cómo la compañía se relaciona con el resto de la sociedad, incluyendo marcas y patentes existentes.
Carey señaló que en un mundo altamente competitivo, las patentes pueden actuar como un “nivelador” para “emparejar el campo de juego” para las empresas. “Si uno quiere competir con Mike Tyson, necesita una estrategia”, sostuvo.
Apuntó a la firma Crystal Lagoons como ejemplo de una compañía chilena que no solo ha patentado su tecnología, sino que controla el uso de esta tecnología en proyectos alrededor del mundo. En lugar de dar a los clientes información sobre cómo usar su sistema que mantiene limpias las lagunas, la empresa controla los procesos y niveles químicos a través de Internet.
No obstante, las patentes no siempre son la solución más efectiva en términos de costos. Tome como ejemplo a PROES, una compañía chilena que inició el uso de un nuevo sistema para colocar asfalto. Dado que su proceso no puede someterse a ingeniería inversa, es imposible que los competidores lo copien. Esto significa que, al igual que Coca Cola, la compañía puede mantener su fórmula como secreto sin una patente.
De todos modos, las patentes pueden ser útiles para proteger innovaciones que pueden ser vulnerables a robos. Metro de Santiago, por ejemplo, patentó su sistema de tarjetas de prepago Multivía cuando se integró a Transantiago y ha solicitado otras cinco patentes más en los últimos seis meses. “La innovación
puede surgir de lugares inesperados”, aseveró Carey.
Hay dos formas en que las compañías pueden solicitar patentes en países en el extranjero: una es a través de la Convención de París, que exige una solicitud independiente para cada país en que se solicite, y otra es a través del Tratado de Cooperación en materia de Patentes (PCT, por su sigla en inglés) de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, el que Chile suscribió en el 2009.
Henry Crew, titular del departamento de PCT de INAPI, dijo que la decisión sobre qué sistema usar se reduce a los costos. Ambos sistemas tienen sus ventajas, el sistema de París -por ejemplo- tiende a ser más rápido, pero el sistema PCT permite a las compañías presentar una sola solicitud en diferentes países, con lo que se evita la duplicación de papeleo y costos, afirmó.
Entre el 2009 y el 2013, INAPI recibió 354 solicitudes de patentes a través del sistema PCT, incluyendo un récord de 74 en el 2013, lo que ubica a Chile en el tercer lugar en la lista de países latinoamericanos después de Brasil y México. Casi la mitad de las solicitudes correspondieron al sector mecánico y, notablemente, el 21% de las solicitudes provino de universidades y centros de investigación, destacó Crew.
Ernesto Manríquez, jefe del Departamento de Examen de Patentes de INAPI, hizo hincapié en la importancia de investigar antes de postular a una patente. Las compañías deberían poder describir su invento desde un punto de vista técnico y cumplir con los requisitos, dijo. Existen varias bases de datos de patentes para que las compañías verifiquen si las patentes ya existen en otros países, añadió. Estas incluyen a Espacenet, PatentScope y la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos (USPTO.gov).
Finalmente, tras una sesión de consultas, Guazzotti invitó a los socios a participar en los grupos de trabajo del comité concentrados en áreas como entretención, software, biotecnología y energía.
Para más información sobre el Comité de Propiedad Intelectual e Innovación de AmCham contacte a [email protected]
Innovation is crucial for Chile’s economic growth and competitiveness, but it must be protected. If new ideas or inventions can be easily stolen or counterfeited, inventors have little incentive to innovate. For Chilean companies increasingly focused on adding value to their products for export, patents are an important way to protect their intellectual property and ensure they recoup their investment.
Applying for patents can be a costly and time-consuming process, but today there are more tools available for AmCham members to obtain information and advice. On January 15, AmCham Chile President Kathleen Barclay signed an agreement with Maximiliano Santa Cruz, director of Chile’s National Industrial Property Institute (INAPI), to share information, provide training and promote joint activities.
In his comments, Santa Cruz said the agreement was the “beginning of a great friendship” between the Institute and AmCham.
Sandra Guazzotti, chair of AmCham’s Intellectual Property and Innovation Committee and country manager for Oracle, put the agreement in context, pointing out the importance of innovation as a driver of growth and competitiveness. She explained there is now a link on AmCham’s website (www.amchamchile.cl) where members can obtain information from INAPI about new technologies and patenting procedures.
In addition, INAPI will support the training of AmCham members regarding industrial property through the realization of workshops and other educational activities. AmCham will also help to organize training for INAPI staff in specific areas related to performance and increased efficiency.
“This agreement will help us to build a culture of intellectual property and innovation in Chile with the aim of increasing the productivity and competitiveness of companies,” said Guazzotti.
The ceremony was followed by a workshop on patents with a focus on biotechnology. Guillermo Carey, AmCham Director and a partner at law firm Carey, gave a presentation on strategies for patenting new technology.
He identified three pillars companies should consider before deciding to seek a patent. The first is related to shareholder structure and the company’s internal policies. The second has to do with third parties, including confidentiality contracts, and the third is about how the company relates to the rest of society, including brands and existing patents.
Carey said that in a highly competitive world, patents can act as an “equalizer” to “level the playing field” for companies. “If you want to compete with Mike Tyson, you need a strategy,” he said.
He pointed to the firm Crystal Lagoons as an example of a Chilean company that has not only patented its technology, but also controls the use of this technology in projects around the world. Rather than giving clients information about how to use its system that keeps lagoons clean, the company controls the processes and chemical levels via the Internet.
But patents are not always the most cost-effective solution. Take PROES, a Chilean company that pioneered a new system for laying asphalt. Since its process cannot be reverse-engineered, it is impossible for competitors to copy. This means that, like Coca Cola, the company is able to keep its formula a secret without a patent.
Still, patents can be useful in protecting innovations that could be vulnerable to theft. Metro Santiago, for example, patented its pre-paid card system Multivia when it integrated with Transantiago and has sought five more patents in the last six months. “Innovation can come from unexpected places,” Carey said.
There are two ways for companies to apply for patents in foreign countries – one is through the Paris Convention, which requires a separate application for each country, and another is through the World Intellectual Property Organization’s Patent Cooperation Treaty (PCT), which Chile joined in 2009.
Henry Crew, head of the PCT department at INAPI, said that the decision about which system to use comes down to costs. Both systems have their advantages, the Paris system for example tends to be faster, but the PCT system allows companies to file a single application in multiple countries, thereby avoiding duplication of paperwork and costs, he said.
Between 2009 and 2013, INAPI received 354 patent applications through the PCT system, including a record 74 in 2013, which puts Chile third on the list of Latin American countries after Brazil and Mexico. About half of all applications were in the mechanical sector and, importantly, 21% of applications came from universities and research centers, pointed out Crew.
Ernesto Manríquez, head of the Patent Examination Department at INAPI, emphasized the importance of research prior to applying for a patent. Companies should be able to describe their invention from a technical standpoint and comply with the requirements, he said. Various public patent databases exist for companies to check if patents already exist in other countries, he added. These include Espacenet, PatentScope and the United States Patent and Trademark Office (USPTO.gov).
Finally, following a Q&A session, Guazzotti invited members to participate in the Committee’s working groups focused on areas such entertainment, software, biotechnology and energy.
For more information about AmCham’s Intellectual Property and Innovation Committee contact: [email protected]