Oportunidades y Seguridad AmbientalOpportunities and Environmental Security

01 Septiembre 2008


Seguridad ambiental, ¿una amenaza para el desarrollo o una oportunidad para innovar?


Esta es una pregunta que están planteando los líderes mundiales. Los desafíos del calentamiento global y la protección de los paisajes y recursos para el beneficio de las actuales y futuras generaciones han generado la necesidad de desarrollar planes mundiales y nacionales de seguridad ambiental.


El desafío es que, aunque el tema es mundial, los planes tendrían que ser implementados por naciones soberanas. Más aún, si bien se podría desarrollar un plan mundial, la implementación muy probablemente implique costos asimétricos para cada nación. Por lo tanto, hasta ahora, la discusión tiende a concentrarse en evitar los costos y posponer el dolor.


El diálogo con frecuencia se enmarca en términos de medio ambiente versus desarrollo como si las dos metas fueran mutuamente excluyentes. En el caso de las economías emergentes, tales como Chile, a menudo se discute que los niveles de ingresos son demasiado bajos para absorber los costos de los mayores estándares medioambientales. Estos costos no fueron absorbidos por las naciones industriales más avanzadas durante las primeras etapas de su desarrollo, lo que les dio una ventaja competitiva con la que no contarán las economías emergentes si se aplican ahora los estándares más altos, o al menos ese es su argumento.


Pero, ¿es este el panorama completo? ¿Es la relación costo / beneficio tan clara?


Si bien la pregunta es claramente válida, con certeza es más compleja de lo que parece en la superficie. Por ejemplo, los costos de muchas tecnologías se han reducido con el tiempo. Mientras antes se apliquen tales tecnologías, menor será el daño y el costo para las futuras generaciones. Más aún, aplicar muchas de estas tecnologías hace que los productos sean más competitivos, un tema de gran importancia para los exportadores que operan en mercados mundiales cada vez más competitivos donde los consumidores se vuelven día a día más sofisticados y exigen artículos amigables con el medio ambiente.


El nivel en el que una empresa o nación es percibida como amigable con el medio ambiente tiene un impacto en su imagen y valor como oportunidades de inversión. Quienes reconozcan esto, obtendrán valor y una ventaja competitiva.


Finalmente, la dimensión complementaria de la seguridad ambiental en el contexto de la seguridad económica ofrece una posibilidad para innovar, para formar nuevas empresas, para crear empleos y generar bienestar. T


odo esto suena atractivo en el papel, pero ¿en qué se traduce en el mundo real?


La sección de negocios de la edición de este mes de bUSiness CHILE entrega una visión sobre estas oportunidades y también destaca la contribución de inversionistas extranjeros al diálogo.


El Grupo Urbaser-Kiasa pretende manejar residuos de tal manera que reducirá las emisiones de gas metano y en el proceso generará energía costo-eficiente. Más aún, la firma está tratando de reciclar residuos líquidos para riego agrícola, reduciendo así la presión sobre los preciosos recursos hídricos de la región metropolitana. La empresa y sus trabajadores, junto con los consumidores, el país Y el medio ambiente resultarán ganadores.


Si bien este es sólo un caso, y uno que requiere implementarse, claramente demuestra las oportunidades que ofrece la seguridad ambiental. Deja en claro que el desarrollo y la protección del medio ambiente no son mutuamente excluyentes y que, de hecho, los dos pueden ser complementarios y ofrecen valor, lo que es necesario considerar al momento de evaluar el impacto de los costos ambientales.


Nosotros en AmCham alentamos que haya más diálogo sobre este tema. Creemos firmemente que la necesidad de seguridad ambiental ofrece oportunidades. Reconocemos que también hay costos. El tema no es fácil y el equilibrio no es claro, pero la oportunidad para Chile y su pueblo debe tomarse para el beneficio de las actuales y futuras generaciones.



Environmental Security - a threat to development or an opportunity to innovate?

This is a question which world leaders are asking. The challenges of global warming and the protection of landscapes and resources for the benefit of current and future generations have raised the need to develop global and national plans for environmental security.

The challenge is that, although the issue is global, the plans would have to be implemented by sovereign nations. Moreover, while a global plan may be possible to develop, the implementation most probably implies uneven costs to individual nations. Hence, the discussion has, to date, tended to center on avoiding the costs and postponing the pain.

The dialogue is frequently framed in terms of environment versus development as if the two goals were mutually exclusive. For emerging economies, such as Chile, it is often argued that income levels are too low to absorb the costs of higher environmental standards. These costs were not absorbed by the more advanced industrial nations during the early stages of their development, thus providing them with a competitive advantage which would not accrue to emerging economies if higher standards are applied now - or so the argument goes.

But is this the full picture? Is the cost/benefit so clear?

While the question is clearly valid, it is certainly more complex than it appears on the surface. For example, the costs of many technologies have been reduced over time. The sooner such technologies are applied the less the damage and the cost to future generations. Furthermore, applying many of these technologies makes products more competitive - an issue of great importance for exporters working in increasingly competitive global markets where consumers continue to grow more sophisticated on a daily basis and to demand environmentally friendly goods.

The degree to which a company or a nation is perceived to be environmentally friendly has an impact on their image and value as investment opportunities. Those who recognize this will realize value and obtain a competitive edge.

Finally, the added dimension of environmental security in the context of economic security offers a chance to innovate - to create new businesses, to generate jobs and to produce wellbeing.

This all sounds attractive on paper - but what does this translate into in the real world?

bUSiness CHILE’s trade testimonial for this month provides a window into these opportunities and also highlights the contribution of foreign investors to the dialogue.

The Urbaser-Kiasa Group plans to manage waste in such a manner as to reduce emissions of methane gases and in the process produce cost-effective energy. Moreover, it is looking to recycle liquid residues for agricultural irrigation, thereby reducing pressure on precious water resources in the metropolitan region. The company and its workers, along with consumers, the country AND the environment will be the winners.

While this is only one case, and one which still needs to be implemented, it clearly demonstrates the opportunities which environmental security offers. It makes clear that development and environmental protection are not mutually exclusive and that, in fact, the two can be complementary and offer value which needs to be taken into account when assessing the impact of environmental costs.

We at AmCham encourage further dialogue on this subject. We firmly believe that the need for environmental security offers opportunities. We recognize that there are also costs. The question is not an easy one and the balance is not clear - but the opportunity for Chile and its people should be embraced for the benefit of current and future generations.
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