Seguridad ambiental, ¿una amenaza para el desarrollo o una oportunidad para innovar?
Esta es una pregunta que están planteando los líderes mundiales. Los desafíos del calentamiento global y la protección de los paisajes y recursos para el beneficio de las actuales y futuras generaciones han generado la necesidad de desarrollar planes mundiales y nacionales de seguridad ambiental.
El desafío es que, aunque el tema es mundial, los planes tendrían que ser implementados por naciones soberanas. Más aún, si bien se podría desarrollar un plan mundial, la implementación muy probablemente implique costos asimétricos para cada nación. Por lo tanto, hasta ahora, la discusión tiende a concentrarse en evitar los costos y posponer el dolor.
El diálogo con frecuencia se enmarca en términos de medio ambiente versus desarrollo como si las dos metas fueran mutuamente excluyentes. En el caso de las economías emergentes, tales como Chile, a menudo se discute que los niveles de ingresos son demasiado bajos para absorber los costos de los mayores estándares medioambientales. Estos costos no fueron absorbidos por las naciones industriales más avanzadas durante las primeras etapas de su desarrollo, lo que les dio una ventaja competitiva con la que no contarán las economías emergentes si se aplican ahora los estándares más altos, o al menos ese es su argumento.
Pero, ¿es este el panorama completo? ¿Es la relación costo / beneficio tan clara?
Si bien la pregunta es claramente válida, con certeza es más compleja de lo que parece en la superficie. Por ejemplo, los costos de muchas tecnologías se han reducido con el tiempo. Mientras antes se apliquen tales tecnologías, menor será el daño y el costo para las futuras generaciones. Más aún, aplicar muchas de estas tecnologías hace que los productos sean más competitivos, un tema de gran importancia para los exportadores que operan en mercados mundiales cada vez más competitivos donde los consumidores se vuelven día a día más sofisticados y exigen artículos amigables con el medio ambiente.
El nivel en el que una empresa o nación es percibida como amigable con el medio ambiente tiene un impacto en su imagen y valor como oportunidades de inversión. Quienes reconozcan esto, obtendrán valor y una ventaja competitiva.
Finalmente, la dimensión complementaria de la seguridad ambiental en el contexto de la seguridad económica ofrece una posibilidad para innovar, para formar nuevas empresas, para crear empleos y generar bienestar. T
odo esto suena atractivo en el papel, pero ¿en qué se traduce en el mundo real?
La sección de negocios de la edición de este mes de bUSiness CHILE entrega una visión sobre estas oportunidades y también destaca la contribución de inversionistas extranjeros al diálogo.
El Grupo Urbaser-Kiasa pretende manejar residuos de tal manera que reducirá las emisiones de gas metano y en el proceso generará energía costo-eficiente. Más aún, la firma está tratando de reciclar residuos líquidos para riego agrícola, reduciendo así la presión sobre los preciosos recursos hídricos de la región metropolitana. La empresa y sus trabajadores, junto con los consumidores, el país Y el medio ambiente resultarán ganadores.
Si bien este es sólo un caso, y uno que requiere implementarse, claramente demuestra las oportunidades que ofrece la seguridad ambiental. Deja en claro que el desarrollo y la protección del medio ambiente no son mutuamente excluyentes y que, de hecho, los dos pueden ser complementarios y ofrecen valor, lo que es necesario considerar al momento de evaluar el impacto de los costos ambientales.
Nosotros en AmCham alentamos que haya más diálogo sobre este tema. Creemos firmemente que la necesidad de seguridad ambiental ofrece oportunidades. Reconocemos que también hay costos. El tema no es fácil y el equilibrio no es claro, pero la oportunidad para Chile y su pueblo debe tomarse para el beneficio de las actuales y futuras generaciones.