Misión Cumplida: Chile Se Une a la OCDE

03 Marzo 2010
Con la atención de los medios de comunicación puesta en la primera ronda de la elección presidencial de Chile en diciembre pasado, casi pasó inadvertido que dos días después, Chile fuera invitado a unirse a la OCDE en una ceremonia en París. Sin embargo, aún más importante que quien gobierne el país por los próximos cuatro años, la incorporación a la OCDE da a Chile un sello de aprobación internacional y una voz permanente en importante foro económico.

“Esto es como clasificar al Mundial (de fútbol) (…). En esta mesa es donde se escriben las reglas de la economía mundial y claramente es mucho mejor estar sentado en la mesa escribiendo la reglas que sencillamente que a uno lo notifiquen por correo”, dijo el ministro de Hacienda de Chile, Andrés Velasco, en el marco de la ceremonia.

Chile es el segundo país latinoamericano en unirse a la OCDE después de México. La organización ahora cuenta con 31 miembros de los cuales sólo siete –incluidos Chile y México– se han unido desde 1973. Suponiendo que la decisión sea ratificada por el Congreso, Chile abrirá una oficina en París durante este año.

Velasco sostuvo que tal como en la Copa del Mundo, el pequeño país sudamericano puede jugar con los grandes como iguales, porque la nación está preparada y tiene un buen entrenador

La “entrenadora” de Chile, la presidenta Michelle Bachelet, pasará la antorcha cuando su mandato culmine en marzo, pero obtener el ingreso a la OCDE -una de sus metas clave en materia de política exterior- es la guinda de la torta para su popular presidencia.

Chile es el primer país en ser invitado a unirse a la organización de un grupo de cinco naciones, incluidas Estonia, Eslovenia, Rusia e Israel, que comenzó las negociaciones de ingreso en mayo del 2007.

“Esperamos con interés que Chile tome su lugar en el conjunto de países miembros de la OCDE. Este es un lugar donde Chile pertenece, por méritos propios”, declaró el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría.

A juicio de Gurría, Chile merece estar en la OCDE y culminar así dos décadas de crecimiento económico combinado con reformas estructurales orientadas al mercado y arduos esfuerzos por reducir la pobreza.

La incorporación de Chile también es buena para otros. Gurría señaló que la experiencia chilena enriquecerá a la OCDE en temas políticos clave y su “cúmulo de experiencia” en políticas económicas ayudarán a “la organización para salir de la peor crisis económica en décadas”.

No obstante, satisfacer los estándares para ingresar a la OCDE no fue sencillo. Chile tuvo que seguir una serie de directrices, que incluyeron una revisión de sus políticas económicas y sociales además de cuatro iniciativas legales: un nuevo gobierno corporativo para la estatal Corporación Nacional del Cobre (Codelco); mejoras al gobierno corporativo de las empresas privadas; responsabilidad penal de las empresas en caso de cohecho y lavado de activos; y mayor transparencia de los bancos para evitar la evasión tributaria.

Pero cuando Chile, junto con Suiza, Luxemburgo y Singapur, fueron incluidos en abril pasado en la “lista gris” de la OCDE de países que no cumplían con la implementación de los estándares tributarios de la organización, pareció que la incorporación podría estar muy lejos.

No todos estaban de acuerdo en que Chile debería sacrificar la privacidad de sus ciudadanos por la OCDE. Sin embargo, el Congreso aprobó una ley en noviembre que permite al Servicio de Impuestos Internos intercambiar información con otros países en supuestos casos de evasión tributaria. Como resultado, Chile fue eliminado de la lista gris pocos días antes de la invitación de la OCDE.

“Todo salió según el plan, cumplimos los plazos muy estrictos que la OCDE nos fijó”, dijo Raúl Saéz, coordinador de relaciones internacionales del Ministerio de Hacienda.

Las autoridades chilenas también tuvieron que abrir sus libros en otras áreas incluidos medio ambiente, trabajo y educación. Cerca de 30 comités de la OCDE visitaron Chile en los últimos dos años para medir las fortalezas y debilidades del país en estas áreas.Karen Poniachik, representante del Gobierno de Chile ante la OCDE

“Fue un proceso largo y complejo que incluyó el arribo de comités de la OCDE a Chile y que nuestros funcionarios fueran sometidos a pruebas en París”, sostuvo Karen Poniachik, la representante del Gobierno de Chile ante la OCDE.

Los comités encontraron espacio para mejoras en áreas como el medio ambiente y la protección al consumidor, pero en general Chile cumplió con los estándares de la organización.

Un Puesto en la Mesa

Como en cualquier club, los miembros de la OCDE deben pagar sus aranceles anuales, que en el caso de Chile bordeará los US$ 5 millones. Si se suman los costos asociados a participar en los comités de la OCDE, los costos directos e indirectos serán casi el doble de esa cantidad.

No obstante, si bien los beneficios de la incorporación son difíciles de cuantificar, superan con creces los costos, argumenta Klaus Schmidt-Hebbel, ex economista jefe de la OCDE y ahora profesor de economía de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

“Es cierto que tendremos que sacrificar parte de nuestra soberanía y aceptar estar obligados a principios de mercado, pero esto es tener nuestras manos atadas en una buena manera”, dijo Schmidt-Hebbel.

Klaus Schmidt-Hebbel, ex economista jefe de la OCDE y profesor de economía de la Pontificia Universidad Católica de ChileA cambio, Chile obtendrá un puesto en la mesa. “Chile no sólo tendrá voz, sino que también voto en los acuerdos internacionales futuros y mejores prácticas”, sostuvo Schmidt-Hebbel.

El tamaño relativamente pequeño de la economía de Chile entre las naciones más ricas del mundo importa poco en la OCDE, donde se requiere el voto de cada miembro para aprobar nuevos estándares.

“En la OCDE no hay ninguna jerarquía (…) Estados Unidos, Japón y Alemania se sientan en la misma mesa con países como Chile y Dinamarca”, sostuvo el ministro Velasco.

Chile efectivamente tendrá derecho a veto sobre todas las decisiones y su opinión importa, en especial en el área de política macroeconómica.

Gracias a sus prudentes políticas fiscales, a saber el ahorrar parte de la bonanza del cobre para los días de vacas flacas, Chile estuvo mejor preparado para la reciente crisis económica que la mayoría de los miembros de la OCDE. Su paquete de estímulo económico de US$ 4.000 millones fue equivalente al 2,8% del PIB, con lo que se convirtió en el más grande de América Latina.

“Fuimos invitados a la OCDE debido a nuestras avanzadas políticas económicas (…) ahora seremos un ejemplo para otros”, indicó Schmidt-Hebbel.

A Chile también se le pedirá que comparta sus experiencias en áreas como reforma del sistema de pensiones, sistema de salud y regulación bancaria. Según Saez, Chile entregará “nuevas perspectivas sobre temas antiguos y podrá sugerir temas nuevos”.

De manera más importante, en lugar de ser un “receptor pasivo” de mejores prácticas como ha sido en el pasado, Chile se convertirá en un “participante activo” de su diseño e implementación, aseveró.

Una Señal Positiva

Unirse a la OCDE tiene lo que los economistas denominan un “efecto de señal”, dado que muestra a otros países que se está dispuesto a cumplir con ciertos estándares internacionales.

México se benefició de este efecto cuando se unió a la OCDE durante su Crisis del Tequila en 1994. Desde entonces su economía se recuperó y creció de manera significativa, pero según Schmidt-Hebbel es imposible decir cuánto de esto se debe a la incorporación a la OCDE, al Tratado de Libre Comercio de América del Norte y a su proximidad a Estados Unidos.

“Hay muchos beneficios por incorporarse a la OCDE, pero son difíciles de cuantificar”, señaló.

La economía de Corea del Sur, por ejemplo, se benefició de su incorporación a la OCDE durante la crisis asiática de fines de la década de los 90, pero los beneficios han sido menos claros para un país como Turquía, que ha sido miembro de la entidad desde 1961.

Para Chile, estar en la OCDE reducirá el riesgo país, disminuirá el costo de los créditos y aumentará la inversión extranjera. No obstante, no hay mucho espacio para que el riesgo país de Chile disminuya desde su ya bajo nivel, argumenta Joseph Ramos, profesor de economía de la Universidad de Chile.

“Es imaginable que el riesgo país se reducirá, pero estamos hablando quizás de una décima parte de punto porcentual de 100 puntos base”, dijo Ramos.

En consecuencia, los beneficios económicos para Chile serán “secundarios” en comparación con los beneficios simbólicos, los que incluyen un mayor prestigio global y una percepción más alta de estabilidad.

“Chile se ha distinguido de otras economías emergentes”, señaló Ramos.

No obstante, los beneficios más importantes se verán en el mediano a largo plazo, reconoció Poniachik. “Chile tendrá un Gobierno más transparente, más responsable y mayores estándares de políticas públicas”.

Compartir Mejores Prácticas

La OCDE es, ante todo, un foro para que un grupo de democracias intercambien mejores prácticas en áreas como educación, medio ambiente, creación de emPaul Simons, embajador de Estados Unidos en Chilepleos e innovación.

“Chile puede compartir sus innovaciones y aprender de las experiencias de otros miembros (…) es una situación de beneficio mutuo”, comentó el embajador de Estados Unidos en Chile, Paul Simons.

Chile puede comparar apuntes con otros miembros de la OCDE como Finlandia, Nueva Zelanda y Australia, y seleccionar aquellas políticas que quiera llevarse a casa, dijo Simons.

La energía es un tema clave para Chile al tiempo que el país busca nuevas fuentes energéticas para abastecer su crecimiento económico. Como miembro de la OCDE, Chile podrá unirse a la Agencia Internacional de Energía (AIE), lo que le permitirá compartir ideas sobre política energética.

“Chile puede aprender cómo otros países han manejado desafíos similares y seleccionar las ideas que considere útiles (…) por ejemplo, Chile podría aprender cómo Dinamarca desarrolló las energías renovables”, comentó Simons.

La incorporación a la OCDE podría reactivar, por ejemplo, la demanda de un futuro programa de energía nuclear en Chile, dado que la AIE defiende la tecnología nuclear.

La AIE también es un importante foro para que los países discutan cómo manejar el cambio climático. “El cambio climático es un gran desafío del siglo XXI de manera que ocupar un puesto en la mesa es muy importante para Chile”, señaló Simons.

Asimismo el cumplimiento de Chile de los estándares de la OCDE abre la puerta a un tratado orientado a evitar la doble tributación con Estados Unidos. Chile tiene 20 de esos acuerdos vigentes con países entre los que se incluyen Canadá y el Reino Unidos, pero los acuerdos con Estados Unidos, así como con Australia, están estancados por el tema de la confidencialidad de los clientes bancarios.

“Estamos en conversaciones con los chilenos por la doble tributación y es de esperar que tengamos pronto un resultado positivo sobre eso”, dijo Simons.

Para la OCDE, el acceso de Chile es un paso hacia transformar la organización en una “institución más plural e incluyente”, dijo el secretario general Gurría.

La OCDE ha identificado un segundo grupo de países -Brasil, China, India, Indonesia y Sudáfrica- que podrían unirse en el futuro. “Le damos la bienvenida a Chile al mismo tiempo que continuamos con nuestro acercamiento con América Latina y el reforzamiento de nuestra relación, en particular con Brasil”, declaró Gurría.

Estándares Más Altos

Excepto en el caso de unas pocas áreas, la OCDE no impone estándares a sus miembros, pero sí señala debilidades y sugiere mejoras en áreas como medio ambiente, educación y política laboral.

Las políticas de Chile serán evaluadas de manera regular por sus pares a través de sondeos económicos, comités y ejercicios de referencia. No obstante, ser evaluado de esta forma es bueno para Chile, según Schmidt-Hebbel.

“La OCDE no obliga a sus miembros a adoptar la última política de moda, pero hay cierta presión para cumplir con estándares internacionales en áreas como medio ambiente”, indicó Schmidt-Hebbel.

En parte debido a la presión de la OCDE, el Congreso de Chile aprobó una legislación en noviembre para crear un Ministerio del Medio Ambiente y un nuevo regulador ambiental (lea “Saneando la Regulación Ambiental”, en esta edición de bUSiness CHILE).

Chile también acordó implementar políticas más estrictas de gestión de residuos. “Necesitamos desarrollar políticas que establezcan la forma en que definimos y manejamos los residuos acorde con otros miembros de la OCDE”, señaló Constanza Pantaleón, asesora del Ministerio de Medio Ambiente.

Esto podría tener un impacto positivo sobre la competitividad de Chile, dado que las industrias y laboratorios certificados por la OCDE podrán comercializar ciertos químicos con otros miembros de la OCDE, afirmó Pantaleón.

La protección al consumidor es otra área que necesita mejoras. Un comité de la OCDE recomendó el año pasado un plan para mejorar los estándares de seguridad de todos los productos no alimenticios que se venden en el país.

“Los estándares para el consumidor de Chile son adecuados (…), pero la OCDE determinó que debemos mejorar nuestros estándares de seguridad de los productos”, indicó José Roa, director del Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC).José Roa, director del Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC)

Esto podría significar mayores costos para los consumidores, admitió Roa, pero en el largo plazo tendrán más confianza en los productos comprados en las tiendas.

Chile también tendrá que modernizar la manera en que el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) reúne y analiza las estadísticas de manera que la OCDE pueda hacer comparaciones precisas entre países.

Pero no todos los estándares de la OCDE tendrán un efecto positivo, advirtió Ramos. Por ejemplo, Chile enfrentará presiones para proteger los derechos de propiedad intelectual, lo que ha sido un tema en las negociaciones para ampliar el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.

Aún así, los costos de cumplir con ellos son pequeños comparados con los beneficios y, como las leyes aprobadas como condición para la incorporación a la OCDE, los mayores estándares en cualquier caso son buenos para la competitividad de Chile.

En el año de su Bicentenario, Chile tiene mucho que ofrecer a otros países, pero también mucho que aprender de ellos. Participar en la OCDE es un honor, como jugar en la Copa del Mundo, pero ambos requerirán un duro trabajo y mayores estándares. Desde sus esfuerzos en las etapas de calificación, Chile está a la altura de las circunstancias.

Julian Dowling es editor de bUSiness CHILE
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