[:es]Miroculus y la cruzada contra el cáncer en el mundo[:en]Miroculus and the global fight against cancer [:]

05 Octubre 2016
[:es]En base a biología molecular se busca democratizar el acceso al diagnóstico de esta enfermedad en etapas tempranas. Una vez que salga al mercado supondrá un salto cuántico en la medicina. 

Por Catalina Jofré

Alejandro Tocigl (Chile), Jorge Soto (México) y Foteini Christodoulou (Grecia) se conocieron hace tres años cursando un programa de Singularity University, institución académica y aceleradora de negocios ubicada en Silicon Valley, el cual tiene por objetivo promover la innovación con impacto social.

Una vez allí, con intereses en común y un proyecto por presentar para graduarse, los tres emprendedores comenzaron a idear lo que hoy es Miroculus, una tecnología y un dispositivo, que juntos son capaces de  diagnosticar de manera precoz el cáncer, a través del análisis de sangre donde se detectan moléculas de microRNA, aquellas que se relacionan a ciertas a enfermedades y actúan como biomarcadores.

En un principio, los motivaba el estar insertos en un ambiente donde todo parecía propicio para las nuevas ideas, pero debían pasar una prueba un poco más difícil, el elegir entre esta nueva apuesta y las carreras profesionales que habían construido con antelación.

Para probar si existía interés en apostar por Miroculus, acordaron volver a sus respectivos países y trabajos y evaluar, en un plazo de un mes, si existía interés. “Nunca nos dimos el mes sino que a los tres días ya estábamos pensando en cómo dar vida al proyecto y cómo ser un aporte para la salud”, reconoce Tocigl.

El camino a ser una empresa

Lo que vino después fue el camino hacia convertirse en una firma, reunirse y volver a trabajar juntos.

Para levantar sus primeros fondos postularon a tres concursos de emprendimiento en sus respectivos países de origen. En Chile resultaron ganadores de Desafío Clave, en México de Gifted Citizens y en Grecia de SFEE Innovation Project. Con esos recursos instalaron un laboratorio en el Instituto de Biología Molecular de Europa, en Heidelberg (Alemania) y realizaron su primera prueba de concepto a fines de 2014.

Con este primer paso logrado, se dedicaron tiempo completo a darle vida a Miroculus. La idea que tenían en mente era lograr un desarrollo de punta diferente a las tecnologías costosas que se conocen en la actualidad.

Para avanzar, en paralelo, Tocigl se reunió con Soto en México para trabajar en el hardware y software, mientras Christodoulou, radicada en Alemania, avanzaba en el ámbito de la bioquímica.

“Constantemente veíamos que los últimos desarrollos en medicina estaban disponibles sólo para el 1% de la población que puede pagarlos. (…) Eso nos motivó, pero también pensamos en los recursos disponibles en economías emergentes”, afirma Tocigl.

Rumbo a Estados Unidos

Tras levantar capital para desarrollar el prototipo, a principios de 2015 se trasladaron a la Universidad de California, en San Francisco, Estados Unidos. Una vez allí realizaron una segunda ronda de inversión, en la que levantaron US$ 5 millones, aportados por fondos de capital de riesgo  y family offices de Latinoamérica, EE.UU. y China. Estos recursos les permitieron iniciar los estudios clínicos y aumentar el equipo de trabajo a las 13 personas que hoy conforman la empresa.

Los estudios clínicos se realizaron en colaboración con el National Institutes of Health (NIH), la Universidad Católica de Chile y con dos hospitales más en Europa y en México, enfocándose en el cáncer de estómago, uno de los más prevalentes dentro de economías en vías de desarrollo.

“Considerando a 650 pacientes con cáncer de estómago comenzamos un estudio en pacientes con esta enfermedad y pacientes sanos, basados en una combinación de estas moléculas encontradas en la sangre”, relata.

El proceso, que tomó alrededor de un año, dio paso a su desafío actual que consiste en adaptar esta combinación de moléculas a sus plataformas, esto porque que el algoritmo matemático que permite diferenciar entre las dos condiciones posibles fue probado inicialmente en los sistemas tradicionales.

Proyecciones

Los fundadores de Miroculus, que hoy es parte de la red de emprendedores de endeavour, destacan el impacto que una tecnología como la que ellos desarrollan podría tener en países donde este tipo de cáncer es un problema. Pues, independiente de que busquen hacer una solución más asequible, la mayor ganancia que pueden obtener no se mide en dinero, sino en la posibilidad de descongestionar los sistemas de salud y ganar tiempo contra el cáncer, explica Tocigl.

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Con esta tecnología se podría llegar a muchas más personas y acortar las listas de espera para recibir una endoscopia, las que, en algunos lugares en Chile, afirma, pueden llegar a un extremo de hasta cuatro años. “Hay gente que se ha muerto en listas de espera para una endoscopia. Lo que nosotros proponemos es, a través de una muestra de sangre, priorizar a quienes realizar una endoscopia”, expresa el emprendedor chileno.

Para generar un mayor impacto, la tecnología está pensada para llegar, en un principio, a economías emergentes como México, Colombia, países asiáticos y Chile, donde el cáncer de estómago encabeza la lista de los más mortales. Para lograrlo, planean realizar un tercer levantamiento de capital en 2017, a fin de llegar al mercado mexicano en 2018.

A la fecha, ya cuentan con tres patentes otorgadas en EE.UU. y 35 en curso en diferentes países.

La tecnología de Miroculus es de gran impacto social y con grandes proyecciones para llegar a mercados en todo el mundo. Pero su aporte no se agota ahí, pues ya están buscando detectar otras enfermedades, principalmente de carácter infeccioso, utilizando otros biomarcadores bajo el mismo sistema, lo que sin duda, seguirá dando que hablar en los próximos años.

¿Cómo funciona Miroculus?

El sistema opera con una muestra de sangre de un paciente, la que luego de separarse del plasma, se inserta y analiza en un dispositivo, que determina la presencia o ausencia y en qué cantidad, está la combinación de moléculas llamadas MicroARN, relacionadas con el cáncer de estómago. En un lapso de dos horas, el sistema arroja un resultado que se aloja en la nube y se envía el doctor en formato de reporte. Esto le permitirá decidir si es un paciente prioritario o no.[:en]Based on molecular biology, Miroculus is seeking to democratize access to the diagnosis of early-stage cancer. Once it reaches national markets, its model will be a quantum leap for medicine. 

By Catalina Jofré

Alejandro Tocigl (from Chile), Jorge Soto (from Mexico) and Foteini Christodoulou (from Greece) met three years ago while studying at Singularity University, an academic and business incubator institution in Silicon Valley, on a course that aimed to promote innovation with a social impact.

With the common interest of the need to devise a project to graduate from this course, the three students began to develop what has today become Miroculus; a company that develops technology and instruments that, when used in combination, are capable of achieving the early diagnosis of cancer. This is done by means of blood analysis to detect microRNA molecules, which are related to, and act as biomarkers of, certain diseases.

Initially, the motivation of the three entrepreneurs stemmed from their exposure to an environment in which everything seemed to be conducive to new ideas. However, they were soon forced to make a difficult decision: choosing between their new endeavor or the professional careers they had built up beforehand.

To see whether it was worth pursuing Miroculus, they all agreed to return to their respective countries and jobs and to evaluate, over the course of one month, whether there was wider interest or not in this particular field. “We didn’t need a whole month, because just three days in and we were already thinking about how to consolidate the project and in what way we could contribute to healthcare”, recalls Tocigl.

The path to becoming a company

What followed was their journey to founding a formal company, including all three of them working together again.

To raise their initial funds, they applied for three entrepreneurial grants in their respective countries. In Chile they won Desafío Clave (Key Challenge), in Mexico they came first in Gifted Citizens, and in Greece they were awarded the SFEE Innovation Project. With the financial resources secured, they proceeded to open a laboratory in the European Molecular Biology Laboratory in Heidelberg, Germany, where they conducted their first concept testing at the end of 2014.

With the first phase complete, they set about the process of fully consolidating Miroculus and committing to their goal of developing alternatives to technologies that are currently highly expensive.

To make progress towards this end, Tocigl met with Soto in Mexico to work on hardware and software issues, while Christodoulou, located in Germany, continued to develop the biochemistry side.

“What we constantly saw was that the latest developments in medicine were only available for the 1% of the population who could afford to pay for them. (...) This motivated us, and we were all fully aware of the resources available in emerging economies”, explains Tocigl.

On to the United States

Having raised the capital to develop the prototype, the three entrepreneurs moved to the University of California, in San Francisco, in early 2015. Here, they began a second round of raising capital, securing US$5 million from risk capital funds and family office investments from Latin America, the US and China. These resources enabled them to begin clinical studies and to expand their work team to the 13 people that make up the company today.

The clinical studies were conducted in collaboration with the US National Institutes of Health, the Universidad Católica de Chile and two further hospitals in Europe and Mexico. Their research focused on stomach cancer, one of the most prevalent types of cancers in developing nations.

Tocigl notes that, “By evaluating 650 patients with stomach cancer, we began a study on individuals who either had the disease or who were healthy, based on a combination of molecules found in their blood”.

This process, which took approximately one year to complete, gave rise to Miroculus’ current challenge, which is to adapt this combination of molecules to their particular platform. This is because the mathematical algorithm that enables the detection of differences between the two possible conditions was initially found only in traditional systems.

Projections

The founders of Miroculus, which today forms part of Endeavor’s network of entrepreneurs, are keen to highlight the impact that a technology such as the one they are developing could have on countries in which stomach cancer is a problem. Regardless of the fact that they are seeking a more affordable solution, Tocigl points out that the greatest benefit will not be measured financially, but rather in terms of helping to decongest health systems and biding time for the fight against cancer.

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This technology can reach far greater numbers of people and shorten waiting times for endoscopies, which in certain places in Chile can be up to four years. “There are many people who have died waiting for an endoscopy. What we propose is, by means of a blood sample, to prioritize those on the waiting list for this type of procedure based on the severity of their condition”, explains the Chilean entrepreneur.

To generate a greater impact, the idea is for this technology to initially reach emerging markets such as Mexico, Colombia, a number of Asian countries, and Chile, where stomach cancer tops the list of the most mortal types of the disease. To achieve this, Miroculus plans to stage a third round of raising capital in 2017, in order to reach the Mexican market in 2018.

To date, the company has had three patents granted in the US and has 35 currently under submission in a number of different countries.

Miroculus’ technology is having a large social impact and is projected to reach markets right around the world. However, its influence does not end there because the company is already seeking to identify other diseases, primarily those of an infectious nature, using other biomarkers under the same system. Undoubtedly, these efforts will continue to attract attention over the coming years.

How does Miroculus work?

The system operates with a patient's blood sample. Following the separation of the plasma from the blood, the sample is inserted into a device for analysis purposes in order to determine the presence or absence, and quantity, of molecules called MicroRNAs, which are related to stomach cancer. Within a period of two hours, the system produces a result which is stored in a computing cloud and sent to the corresponding doctor in a report format. This enables the doctor to decide whether the patient is a priority or not.[:]
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