Presidente de AmCham, entrevistado en Diario Financiero, se refiere a la importancia de hacer cambios para que Chile pueda ser plataforma de inversiones

El titular de AmCham dice que siente frustración porque el trabajo realizado por el Programa Pro Competitividad quedó en nada. Esos esfuerzos que estábamos haciendo murieron”.

Por Angela Chávez

Frustración. Esa es la palabra que mejor refleja la sensación que tiene el presidente de la Cámara Chileno Norteamericana de Comercio (AmCham), Michael Grasty, ante la decisión del gobierno de Michelle Bachelet, de no continuar con el trabajo desarrollado por “Procom”, para detectar los sectores con mayores potencial para sacar partido al Tratado de Libre Comercio (TLC) con EE.UU.

La instancia que integraban además de AmCham, la Sofofa, Corfo y Fundación Chile concluyó con éxito un primer estudio que tenía como objetivo revertir la condición de Chile como importador de carne bovina, y tuvo gran eco en el mercado. Cuando se aprestaba a hacer un segundo análisis en el sector de la tecnología –donde ya habían identificado 15 sectores- debieron detener su trabajo porque la instancia no estaba en los planes de la actual administración. Por el contrario, el gobierno de Bachelet decidió concentrar todas estas materias al alero del Consejo de Innovación para la Competitividad, que preside el ex ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre. “Paramos la actividad hasta la llegada de la nueva autoridad. Llegó y en el fondo le sacaron el piso a este tema”, se lamenta Grasty.

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¿Por qué dice que le quitaron el piso?

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Llevaron todo este concepto a la Comisión Pro Innovación. Esos esfuerzos que estábamos haciendo murieron, por lo tanto, nuestro aporte a cada uno de estos sectores va a quedar en nada.

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¿Qué siente al respecto?

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Una frustración enorme porque el aporte que habíamos hecho era de verdad, no era una cuestión política de grandes comisiones para hacer estudios y decir que estábamos haciendo algo...hicimos algo concreto.

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¿Cómo interpreta esta decisión del gobierno?

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- La autoridad tiene muy buena voluntad, quiere consensuar las ideas. Ahora, creo que eso es un error. Entiendo la inspiración de las autoridades que quieren incluir a todos los sectores, pero hoy lo que se requiere es una visión mucho más fuerte, mucho más liderazgo y más energía. Necesitamos sacar proposiciones concretas y empezar a trabajar, no podemos seguir armando comisiones para estudiar los temas.

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Partieron de nuevo. Nosotros teníamos un camino ya andado, sabíamos cómo hacerlo, por lo tanto, esto no era necesario. Aunque el proyecto es un poquito distinto, ellos hablan de clusters, por ejemplo de la minería, pensamos que esa no es la alternativa más adecuada. La alternativa que nosotros estábamos buscando -y no estaba relacionada con clusters- era encontrar nichos específicos. El salmón partió como un nicho, la carne también podría ser un nicho.

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Cortapisas a la inversión

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AmCham en conjunto con la CPC entregaron al gobierno un estudio para potenciar a Chile como plataforma de inversiones ¿En qué está esa estrategia?

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El próximo 19 de octubre tendremos un seminario para replantear un tema que le entregamos al ex presidente Ricardo Lagos, junto con Hernán Somerville y que dice relación con poder enfocar a Chile como una plataforma de negocios. Hoy nuestra preocupación está dada por el hecho que no hay inversión extranjera llegando a Chile y no es que estemos haciendo algo malo, lo que pasa es que no estamos haciendo nada bueno tampoco.

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¿A qué se refiere?

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Hay que usar la infraestructura de los TLC como plataforma para poder prestar servicios al resto del mundo, ese es el modelo. Por lo tanto, nuestra inquietud está en resolver algunos de los temas que se requieren abordar para poder efectivamente convertirnos en plataforma.

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¿Cuáles son esos temas?

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Incentivos tributarios, flexibilidad laboral, falta de capacitación de los profesionales y falta de personas que hablen inglés, entre otros.

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Sin embargo, la presidenta Michelle Bachelet, la semana pasada cerró la puerta a una revisión tributaria.

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Siento que el debate ha sido mal planteado. Siempre se habla que reducir los impuestos significa que se van a reducir los ingresos para el fisco, ese es el gran error. Uno reduce impuestos para aumentar los ingresos, con el objeto de atraer más inversión, por lo tanto, a la larga el monto absoluto de los ingresos debería ser superior. Esa es la fórmula para que empresas vengan a instalarse en Chile. Esto no es absoluto, hay parámetros y normas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico que hay que respetar. Hay que bajar impuestos, pero cuidadosamente.

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A su juicio ¿qué impuestos se pueden reducir?

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El de timbre y estampillas es un incentivo a la inversión en el área hipotecaria; el impuesto adicional al software, el royalty, todos son impuestos que atentan en contra de la atracción de inversiones extranjeras. Cuando quiero atraer a Chile a un inversionista de tecnología y le planteo primero que si quiere contratar gente tiene que tener cuidado porque aquí hay una indemnización por años de servicios, por lo tanto, si la persona no le funciona va a tener que indemnizarlo para echarlo, entonces, no va a estar dispuesto a correr el riesgo.

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Segundo, cuando quiera remitir sus utilidades va a tener que pagar el 35 % del impuesto adicional, y cuando quiera traer tecnología extranjera va a tener que pagar un impuesto de royalty del 30%, todos esos son desincentivos. Me parece que es un despropósito tener todas estas cortapisas para atraer la inversión que necesitamos.

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¿Y qué le parecen las propuestas que han surgido en materia laboral?

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La iniciativa del senador Carlos Ominami (modificar el sistema de indemnizaciones por años de servicio) es muy interesante, muy razonable y muy buena idea.