Mejor Calidad para la Educación en ChileBetter Quality Education in Chile

04 Agosto 2010

La calidad de la educación en Chile está sacando mala nota. Los profesores de colegios públicos tienden a estar mal pagados, mal capacitados y -por lo general- no a la altura de la tarea de preparar a las generaciones de futuros líderes, lo que se refleja en los magros resultados de las pruebas de sus estudiantes.


Este es el problema que enfrenta el Gobierno del Presidente Sebastián Piñera, que está decidido a llevar a cabo un cambio “revolucionario” en el sistema educacional del país. Pagarle más a los profesores es parte de la respuesta, pero ciertamente no es toda la solución. Para determinar qué más se necesita, el Ministro de Educación, Joaquín Lavín, creó un panel independiente de expertos, que incluye a ex ministros, alcaldes y rectores de colegios, con el fin de que plantee sugerencias. El panel, encabezado por el economista Harald Beyer del centro de estudios de Santiago CEP Chile, entregó su primer informe al presidente Piñera en julio. bUSiness CHILE se reunió con Beyer para analizar los hallazgos del informe.


El sistema de educación de Chile ha sido ampliamente criticado por no generar estudiantes con las capacidades necesarias para tener éxito. ¿Qué está fallando?


Chile ha estado analizando cómo mejorar su sistema educacional desde hace algún tiempo y hay un acuerdo general en cuanto a que la profesión de educador es una debilidad. Los resultados de los tres tipos de establecimientos educacionales -colegios públicos, subvencionados y privados- son pobres comparados como los de países más desarrollados. Incluso los colegios privados de elite no logran muy buenos resultados en los rankings internacionales. Hay distintas razones para esto, pero hay consenso en Chile respecto a que una de ellas es la calidad de los profesores y rectores. Este informe apunta a abordar este problema de diferentes maneras, pero el principal objetivo es fortalecer la pedagogía.


Y ¿cómo propone el informe que podría lograrse esto?


Repensar toda la profesión es importante para atraer a los jóvenes más talentosos a la enseñanza. Como en Estados Unidos, la cantidad de estudiantes que postulan a programas de pedagogía se está reduciendo. Más de la mitad de los alumnos que estudian pedagogía en Chile obtuvieron un puntaje ubicado en el 50% más bajo de la Prueba de Selección Universitaria, o PSU. La pregunta es cómo cambiar esto. Parte de la solución que proponemos es aumentar los sueldos de los profesores entre un 27 y un 55 por ciento en las primeras etapas de su carrera y simplificar la forma en que se les paga. Dependiendo de los recursos financieros disponibles, la brecha salarial con otras profesiones debería reducirse en un 50% en cinco años y cerrarse por completo en diez años.


¿Aumentar los sueldos de los profesores mejorará la calidad de la educación?


Mayores sueldos deberían hacer que los estudiantes que hoy en día optan por otras profesiones como derecho o ingeniería escojan -en cambio- pedagogía. Sin embargo, esto por sí solo no es suficiente. Sugerimos cambios drásticos a las exigencias para ingresar a las carreras de pedagogía. Hoy, casi cualquiera puede convertirse en profesor. En Chile, se titulan entre 15.000 y 18.000 nuevos profesores cada año, pero sólo entre 5.000 y 7.000 se jubilan cada año. Por esta razón, las instituciones pueden permitirse ser mucho más exigentes en sus requisitos.


No obstante, no es justo poner exigencias al final de la carrera, de modo que estamos en favor de aplicar restricciones a los estudiantes antes de que comiencen. Por ejemplo, sugerimos que se escojan postulantes exitosos entre aquellos cuyos puntajes se ubiquen en el 30% más alto de la PSU. También creemos que las becas deben pagarse si los estudiantes no terminan la carrera con el fin de impedir que la abandonen una vez que comenzaron.


De modo que -por una parte- queremos hacer que sea más difícil entrar a las carreras de pedagogía y por otra, apuntamos a mejorar la calidad. Hay cerca de 400 programas en Chile, pero muchos de estos son de baja calidad y no se puede confiar en el proceso de acreditación. Esto tiene que cambiar.


Parece que el informe está defendiendo la descentralización del sistema de educación, ¿es esto correcto?


El sistema ya está descentralizado debido a que los colegios públicos son administrados municipalmente, pero las municipalidades y los rectores no tienen poder sobre el sistema educacional. El currículo es definido por el Gobierno, los rectores no tienen ninguna responsabilidad por los resultados de sus colegios, no pueden despedir profesores o decidir cuánto les pagan. Estamos presionando para dar a los rectores una mayor responsabilidad y un mayor poder sobre cómo se administran sus colegios.


¿Están preparados tanto las municipalidades como los rectores para aceptar una mayor responsabilidad por la calidad de la educación en sus colegios?


Estamos viendo si los empleados municipales deberían recibir capacitación para administrar colegios o si debería establecerse otro tipo de institución para dedicarse a eso. El panel concluirá un segundo informe que aborda este tema en septiembre.


¿Qué resultados concretos espera usted que surjan de este informe?


El Gobierno se reunirá con los sindicatos de profesores en agosto y debería considerar algunas de nuestras propuestas en las negociaciones. Es importante entregar una señal a los nuevos profesores de que pueden ganar un salario decente y debería realizarse cambios al Estatuto Docente de 1991, que es muy restrictivo cuando se trata de despedir profesores basándose en su desempeño.


También queremos que el Gobierno mejore la forma en que se capacita a los rectores y se les selecciona, porque todo esto tiene que ir junto. Uno no puede avanzar en un área sin avanzar en la otra.


¿Analizaron el sistema educacional en otros países?


Sí, analizamos la experiencia de países europeos como Finlandia que tiene un proceso muy selectivo para los profesores. El Reino Unido, Singapur, Corea y otros países también han decidido hacer que el proceso de selección de profesores sea mucho más restrictivo y están cosechando las recompensas de ese enfoque. Nueva Zelanda es un ejemplo interesante para organizar los colegios públicos debido a que la mayoría de sus colegios son públicos, pero tienen un buen gobierno corporativo.


Chile se clasifica muy cerca de los últimos lugares en el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, por su sigla en inglés) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en especial en matemáticas y ciencias, de manera que estamos analizando a países que están en lo más alto como Finlandia, Nueva Zelanda y Canadá para ver cómo lo están haciendo.


¿Cómo ha sido recibido el informe?


Ha habido algo de reacción negativa del sindicato de profesores, pero esto se esperaba. Hay dos propuestas que no les gustan mucho. Primero, sugerimos que las municipalidades deberían ser responsables de evaluar a los profesores en vez del Gobierno central. A los profesores no les gusta esto, porque es un sistema más agresivo y podrían ser despedidos.


Un proyecto de ley que se encuentra actualmente en el Congreso impondrá estándares de calidad a todos los colegios públicos y si estos estándares no se cumplen, los colegios pueden ser cerrados. De manera que los rectores tendrán un incentivo para contratar a los mejores profesores con el fin de cumplir los estándares y despedir a aquellos que no tienen un buen desempeño


Creemos que los profesores más jóvenes en especial apreciarán que en virtud del nuevo sistema el riesgo de ser despedido es mayor, pero que las recompensas también son mayores.


Si las propuestas del informe se implementan, ¿cuánto tiempo demorará antes de que tengan un efecto?


No mucho, en especial si se entrega a los rectores más flexibilidad para administrar sus colegios. Rectores mejor pagados que sean evaluados según su desempeño deberían obtener mejores resultados muy rápidamente.


Julian Dowling es Editor de bUSiness CHILE

The quality of education in Chile is earning a failing grade. Public school teachers tend to be underpaid, under-skilled and generally not up to the task of preparing generations of future leaders, which is reflected in the poor test results of their students.


This is the problem facing the government of President Sebastian Piñera which is determined to make a “revolutionary” change in the country’s education system. Paying teachers more is part of the answer but it is certainly not the whole solution. To determine what else is needed, Education Minister Joaquin Lavín created an independent panel of experts, including former ministers, mayors and school principals, to come up with suggestions. The panel, headed by economist Harald Beyer of the Santiago think-tank CEP Chile, handed its first report to President Piñera in July. bUSiness CHILE sat down with Mr. Beyer to discuss the report’s findings.


Chile’s education system has been widely criticized for failing to produce students with the skills needed to succeed. What’s going wrong? 


Chile has been discussing how to improve its education system for some time and there is a general agreement that the teaching profession is a weakness. The results from all three types of Chile’s educational establishments: public schools, subsidized private schools and private schools, are poor compared to more developed countries. Even the elite private schools don’t do very well in international rankings. There are different reasons for this, but there is an agreement in Chile that one of them is the quality of teachers and principals. This report aims to tackle this problem in different ways but the main objective is to strengthen the teaching profession.


And how does the report propose this could be achieved?


Rethinking the whole profession is important to attract the most talented young people into teaching. Like the United States, the pool of students who apply to teaching programs is shrinking. Over half of the students studying education in Chile scored in the bottom 50% on the Chilean SAT equivalent, the PSU exam. The question is how to change this. Part of the solution we propose is raising teacher salaries between 27 and 55 percent starting in the early stages of their career and simplifying the way they are paid. Depending on the available financial resources, the salary gap with other professions should be reduced by 50% in five years and closed completely in ten years.


Will paying teachers more improve the quality of education?


Higher salaries should make students who opt for other professions like law or engineering choose teaching instead. But this alone is not enough. We suggest drastic changes in the requirements to get into education programs. Today, almost anyone can become a teacher. Chile is graduating between 15,000 and 18,000 new teachers a year, but only between 5,000 and 7,000 retire each year. For this reason, institutes can afford to be much more stringent in their requirements.


But it’s not fair to put requirements at the end of the program, so we favor putting restrictions on students before they start. For example, we suggest that successful applicants are chosen from those with scores in the top 30% on the PSU. We also think that scholarships must be repaid if the student does not complete the program to stop them leaving once they’ve started.


So on the one hand we want to make it more difficult to get into teaching programs and on the other we aim to improve their quality. There are around 400 programs in Chile but many of these are poor quality and the accreditation process cannot be trusted. This needs to change.


It seems the report is advocating the decentralization of the education system, is this accurate?


The system is already decentralized because the public schools are municipally run, but the municipalities and the principals don’t have a say in the education system. The curriculum is defined by the government, principals have no responsibility for their school’s results, they can’t fire or hire teachers and they decide how much to pay them. We are pushing to give principals greater accountability and a greater say in how their schools are managed.


Are municipalities and principals prepared to accept greater responsibility for the quality of education in their schools?


We are looking at whether municipal employees should be given training to manage schools or whether another type of institution should be set up to do this. The panel will finish a second report that addresses this issue in September.


What concrete results do you hope will come from this report?


The government will meet with the teachers union in August and it should consider some of our proposals in the negotiations. It’s important to give a signal to new teachers that they can earn a decent salary and there should be changes made to the 1991 Teachers’ Statute, which is very restrictive when it comes to firing teachers based on their performance.


We also want the government to improve the way principals are trained and selected because all this has to be bundled together. You cannot advance in one area without advancing in the other.


Did you look at the education system in other countries?


Yes, we looked at the experience of European countries like Finland which has a very selective process for teachers. The UK, Singapore, Korea and other countries have also decided to make the teacher selection process much more restrictive and they are reaping the rewards from that approach. New Zealand is an interesting example for organizing public schools because most of their schools are public but they have good corporate governance.


Chile ranks very near the bottom of the OECD Program for International Student Assessment (PISA), especially in math and science, so we are looking at countries that are at the top like Finland, New Zealand and Canada to see how they are doing it.


How has the report been received?


There has been some negative reaction from the teachers’ union but this was expected. There are two proposals they don’t like very much. First, we suggest that municipalities should be responsible for evaluating teachers instead of the central government. Teachers don’t like this because it’s a more aggressive system and they might get fired.


A bill currently before Congress will impose quality standards on all public schools and if these standards are not met, schools can be closed. So principals will have an incentive to hire the best teachers to meet the standards and fire those who don’t perform.


We think younger teachers especially will appreciate that under the new system the risk of being fired is greater, but the rewards are also greater.


If the report’s proposals are implemented, how long before they will have an impact?


Not long, especially if principals are given more flexibility to manage their schools. Better paid principals who are evaluated on their performance should achieve better results very quickly.


Julian Dowling is the Editor of bUSiness CHILE

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