Las recientes estadísticas, si han de creerse (y se han sembrado muchas dudas sobres quienes recaban y publican la información), han mostrado que la tasa de natalidad de Chile está cayendo; y rápido.
Esto ha generado indignación, resentimiento y mucha recriminación a las familias con apenas uno o dos niños. Pero ¿es este realmente un problema y cómo podemos ayudar?
Como estoy, estadísticamente hablando, “lejos de mi mejor momento” no estoy seguro de que haya mucho que yo pueda hacer para corregir esta situación. Sin embargo, estoy perfectamente dispuesto a intentarlo. Donde hay voluntad hay un camino… ¡siempre y cuando la señora Eneldo no se entere!
El 21 de mayo, el presidente Piñera entregó su última cuenta pública (a menos que sea reelegido el 2017). Uno de sus anuncios más sorprendentes, al menos para mí, fue proponer un subsidio de poco más de US$200 por tener un tercer hijo, lo que aumentaría de manera progresiva a poco más de US$400 por un quinto niño.
Ahora déjenme decirles esto lo más directamente que puedo. Recién ayer hice mi compra mensual de vinos (me gusta el vino y tiene que ser bueno, pero no sobrevaluado) y la cuenta fue de 97.830 pesos, o casi US$200. De modo que, tener un hijo más, el número TRES, equivale a un mes de beber relajado; mi único vicio.
Cuán perturbador puede ser decirle a Juanito que dejamos el vino por un mes para tener un “bono” por su nacimiento; más un poco de diversión. Bueno, los bebés no se crean por accidente, ¿no? Aunque debería destacar que por supuesto hay “accidentes”…
Pero ¿cuán relevante es esta creciente “brecha poblacional”? Y ¿a quién le importa realmente? Con certeza a mí no. Un solo día conduciendo en Santiago es suficiente para que se te quiten por completo las ganas de “gente”; bueno, quizás no de mi propia familia y (de algunos pocos) amigos. Por supuesto quienes se quejan realmente son los Planificadores Corporativos, quienes ven sus Proyecciones de Crecimiento afectadas negativamente. Quizás una mayor inmigración podría reducir a brecha. Uno no oye a Suiza quejándose de una falta de gente; ¡lo pequeño es bello!
Para un país que ha estado sufriendo muy gravemente de falta de agua (excepto por las ocasionales lluvias torrenciales), falta de energía (un problema nacional), y -en Santiago y algunas otras ciudades- falta de aire respirable, uno pensaría que cierta reducción de la población ¡sería vista como una bendición!
La actual estimación de la población mundial es de 7.000 millones -unos pocos millones más o menos- lo que se proyecta subirá a 10.000 millones para el año 2050. Eso parece como mucha gente para Chile, un país pequeño de apenas 17 millones (y cayendo…) con docenas de tratados de libre comercio vigentes, a los que vender.
Si honramos las teorías de la “economía de libre mercado”, dejando a un lado una gran ayuda de bonos y subsidios, entonces ¿por qué no podemos decidir el tamaño de nuestra familia? Probablemente habrá una “Policía de Población” encubierta patrullando áreas residenciales para asegurar un adecuado entorno para la procreación... “¿Por qué no estás en la cama?” ¡Nunca más volverá a significar lo mismo!
Tengo un amigo, llamémoslo Roberto, que tiene ocho hijos y me asegura que es muy patriota y que está haciendo lo mejor que puede para ayudar a revertir lo que está ocurriendo con la disminución de la población de Chile. ¡Bien por él! Hice un cálculo rápido y creo que le costará cerca de US$1,5 millones solo “educar privadamente” a su prole, a los precios de hoy. Por supuesto, si la educación se vuelve gratuita (algo improbable, pero exigido por todos los estudiantes de bien), entonces Roberto podría “continuar” y dar a Chile un adicional de cuatro o cinco ciudadanos.
Sin embargo, los chilenos se han vuelto más chinos en su forma de pensar: tenemos una política (voluntaria) de 1,8 hijos. Esto significa más dinero para que mi esposa y yo gastemos, bueno, ¡en nosotros! Vacaciones mejores y más largas, comer afuera tres veces a la semana, ir al casino una o dos veces al mes… y luego vender la platería, antigüedades y joyas “según se necesite” para impulsar el flujo de efectivo.
Sigo como ciudadano preocupado, pero por 200 dólares no voy a pagar por 22 años de alimentación, vestuario, educación, vacaciones, etc. ¡Y todo ese chillido!
Santiago Eneldo,
(Comisiones de semental disponibles en [email protected])
Recent statistics, if they are to be believed (and much doubt has been cast upon the reapers and spinners), have demonstrated that Chile’s birth rate is falling – and fast.
This has produced indignation, resentment and much scolding of families with just one or two kids. But is this really a problem and how can I help?
As I am, statistically speaking, “beyond my prime” I am not sure there is much I can do to redress this situation. However I am perfectly willing to try. Where there is a will there is a way… providing Mrs. Eneldo does not find out!
On May 21, President Piñera gave his last (unless reelected in 2017) State of the Nation Address. One of his more surprising announcements, at least for me, was to propose a subsidy of just over US$200 for having a third child, which would rise incrementally to just over US$400 for a fifth child.
Now let me give this to you as straight as I can. Just yesterday I did my monthly wine purchase (I like wine and it must be good but not overpriced) and the bill came to 97,830 pesos, or just on US$200. So, having one extra child, as in number THREE, equates to one month of casual drinking – my only vice.
How disturbing to tell little Johnny that we gave up wine for a month so as to get a “bonus” for his birth; plus a little fun on the side. Well, babies don’t happen by accident, do they? Although I should point out that there are, of course, “accidents”…
But how relevant is this growing “population gap”? And who really cares? I certainly do not. Just one day driving in Santiago is enough to put you off “people” completely; well, perhaps not my own family and (just a few) friends. Of course the real complainers are the Corporate Planners who see their Growth Projections negatively affected. Perhaps increased immigration could plug the gap. You don’t hear Switzerland complaining about a lack of people; small is beautiful!
For a country that has been suffering most severely from a lack of water (except for the occasional torrential downpour), a lack of energy (a national problem), and – in Santiago and some other cities – a lack of breathable air, you would think that some population shrinkage would be seen as a blessing!
The current estimate of the world’s population is 7 billion – give or take a few million – which is projected to rise to 10 billion by 2050. That seems like plenty of people for Chile, a small country of just 17 million (and falling…) with dozens of free trade agreements in place, to sell to.
If we honor the theories of “free market economics”, with a large helping of bonuses and subsidies on the side, then why can’t we decide the size of our own family? There will probably be undercover “Population Police” patrolling residential areas to ensure an adequate environment for procreation... “Why are you not in bed?” will never mean the same again!
I have a friend, let’s call him Robert, who has eight kids and assures me he is very patriotic and doing his personal best to help turn the tide on Chile’s population shrink. Good for him! I did a rough calculation and believe it will cost him around US$1.5 million just to “privately educate” his brood – at today’s prices. Of course, if all education becomes free (unlikely but required by all right – and left – thinking students), then Robert could “carry on” and provide Chile with an additional four or five citizens.
However, Chileans have become more Chinese in their thinking: we operate a (voluntary) 1.8 child policy. This means more money for my spouse and I to spend, well, on us! Better and longer holidays, eat out three times a week, go to the casino once or twice a month… and then sell family silver, antiques and jewelry
on an “as needed basis” to bolster cash flow.
I remain a concerned citizen but for 200 bucks I am not paying for 22 years of feeding, clothing, schooling, holidaying, etc. And all that howling!
Santiago Eneldo,
(Stud fees available at [email protected])