Piense en un paraíso tributario y nombres como Bermuda o las Islas Caimán se vienen a la mente, pero no el de Chile. Sin embargo, en abril, Chile se encontró en la denominada “lista gris” -que incluye a Austria, Suiza y Singapur- de países que no han implementado un artículo clave del Modelo de Convenio Tributario de la OCDE para intercambiar información con fines tributarios.
La evasión tributaria se ha convertido en los últimos meses en un tema de atención de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) como parte de la tendencia mundial hacia una mayor transparencia en las transacciones financieras. La reunión del G-20 realizada en Londres en abril, ocasión durante la cual se publicó la lista, también dio una fuerte señal en cuanto a que ser un buen ciudadano del mundo incluye eliminar los obstáculos a la transparencia financiera.
Si bien la crisis financiera internacional no fue causada por la confidencialidad banco-cliente, ha sacudido la confianza pública en el sistema bancario y restaurar esta confianza es una prioridad para los gobiernos de todo el mundo. Además, asegurar que todos los países ocupen las mismas reglas tributarias permitiría que gobiernos faltos de efectivo puedan hacer un seguimiento a los evasores de impuestos y ayuden a pagar costosos planes de estímulo económico, destaca Nicola Bonucci, director de Asuntos Legales de la OCDE.
Chile no es considerado un paraíso tributario, afirma, y tiene más que ganar que perder al cumplir con el estándar de la OCDE. “No creemos que sea una revolución, es más bien una evolución”.
A comienzos de mayo, el Gobierno -de hecho- presentó al Congreso un proyecto de ley que permitiría al Servicio de Impuestos Internos (SII) acceder a la información de las cuentas bancarias de los chilenos y compartirla con las autoridades tributarias de otros países.
Si el proyecto de ley se aprueba, y se espera que ello ocurra de manera bastante rápida, Chile será sacado de la lista y cumplirá con una condición clave para ser miembro de la OCDE. “Pero no todo tiene que ver con la OCDE”, señala Karen Poniachik, ex ministra de Minería y representante de Chile en las negociaciones con la OCDE.
“Tenemos que aprobar esta legislación para mantener nuestra posición en el extranjero como uno de los países más transparentes”, señala. “Es la dirección que está tomando el mundo, de modo que ¿por qué Chile debiera quedarse atrás?”
El SII ya recopila información sobre los salarios, inversiones y activos de los contribuyentes. Sólo los saldos y las operaciones de las cuentas bancarias están fuera del alcance de las autoridades a menos que un tribunal dictamine que hay suficiente evidencia de actividades criminales como tráfico de drogas, lavado de dinero o terrorismo.
“En la actualidad podemos intercambiar información con otros países en el 90% de los casos, pero esta ley está diseñada para abordar el otro 10%”, señala Poniachik.
Los Límites de La Privacidad
El Gobierno de Bachelet quiere que Chile se convierta en miembro de la OCDE antes del término de su mandato en marzo de 2010 y lograr esto exige legislar en contra de las empresas sospechosas de sobornos y mejorar el gobierno corporativo de empresas estatales como Codelco, pero cumplir con la normativa de intercambio de información de la OCDE es lejos la condición más importante.
También allanaría el camino para suscribir un acuerdo que evita la doble tributación con Estados Unidos. Chile tiene 20 acuerdos vigentes de este tipo con países que incluyen a Canadá y el Reino Unido, pero los acuerdos con Estados Unidos, además de Australia, se han estancado por el tema de la confidencialidad banco-cliente.
“El acuerdo de doble tributación (…) constituye un avance natural después del Tratado de Libre Comercio entre Chile y Estados Unidos”, señala Ricardo García, presidente de la AmCham y de Seguros Interamericana, la filial chilena de AIG. “Mejoraría el flujo de inversión, en particular, de inversiones chilenas en Estados Unidos”.
No obstante, hay un tema de privacidad, un derecho consagrado en el Artículo 19 de la Constitución de Chile, destaca García. El presidente de la AmCham añade que dar a los funcionarios públicos acceso a la información de cuentas bancarias incrementaría la posibilidad de su mal uso. “Pero ser un país transparente que cumple con los estándares de la OCDE y los acuerdos de doble tributación no es incompatible en lo que respecta a los derechos de los ciudadanos”, afirma.
De hecho, los chilenos no tienen que preocuparse sobre su privacidad en virtud de la nueva ley, señala Héctor Lehuedé, asesor de política tributaria del ministro de Hacienda. “Esto no significa un término de la confidencialidad (…) el SII ya maneja información confidencial sin revelarla”.
Es cierto que el nuevo proyecto de ley da al SII acceso a cuentas bancarias en asuntos tributarios no criminales como exige la OCDE, pero los clientes tendrán el derecho a objetar, en una audiencia judicial, la divulgación de su información al SII o a cualquier otra autoridad tributaria extranjera.
Luego que el SII envíe una solicitud de información, el banco tendría que informar por escrito a su cliente y este último tendría entonces 10 días para decidir si acepta o rechaza la solicitud. De ser rechazada, el SII tendría que recurrir a tribunales para conseguir una autorización judicial con el fin de acceder a la información.
Residentes de otros países como Estados Unidos y Canadá no tienen la opción de recurrir a tribunales, pero es aceptable para la OCDE “siempre y cuando el procedimiento sea rápido”, señala Bonucci.
“Siempre hemos dicho que el acceso a la información bancaria puede ser a través de medios directos o indirectos, y los medios indirectos podrían incluir un procedimiento administrativo o judicial”, explica. “A solicitud no es lo mismo que cuando se solicite”.
Una de las objeciones clave en Chile para permitir que el SII tenga un amplio acceso a la información bancaria ha sido que, en virtud de la actual legislación, es el propio SII el que resuelve las apelaciones sobre temas tributarios. Sin embargo, ahora se están creando Tribunales Tributarios y Aduaneros, si bien algunos podrían no estar listos para realizar audiencias en algunas partes del país hasta 2012 (y, mientras tanto, las solicitudes para autorización judicial en virtud de la nueva Ley recibirán audiencia en los tribunales civiles).
Si se considera que Chile no es un paraíso tributario, las autoridades prevén que no se presentarán frecuentemente solicitudes de información de autoridades tributarias de otros países. España, por ejemplo, recibe cerca de 10 solicitudes del año. “Como España, no prevemos mucho interés de otros países, pero tenemos que tener el mismo estándar”, afirma Lehuedé.
Las Ventajas de la Transparencia
De manera recíproca, la legislación potencialmente otorgará al SII acceso a la información de chilenos que podrían estar evadiendo impuestos locales a través de cuentas bancarias en el extranjero. Esto hará que la recaudación tributaria sea más eficiente y dará a los contribuyentes chilenos la confianza de que todos son tratados de la misma manera por la ley, argumenta Lehuedé.
“No hay una relación directa entre acceso a la información bancaria y una reducción de la evasión tributaria”, señala el director del SII, Ricardo Escobar, “pero es un complemento de nuestras herramientas para asegurar que los impuestos se paguen”.
La evasión tributaria no terminará nunca, admite, pero una mejor regulación puede reducirla. “Eso contribuye a formar una economía más sana en la que las empresas que cumplen no enfrentan la competencia desleal de quienes no pagan sus impuestos”, señala.
Por supuesto, esto depende de la cooperación con los bancos. La nueva legislación significará más trabajo y mayores costos en la recolección de información sobre clientes y en su traspaso a las autoridades, señala José Manuel Montes, fiscal de la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (ABIF).
La mayor parte de la información que posiblemente se solicitará está disponible mediante un clic, pero en algunos casos podría ser más complicado. Es por ello que los bancos europeos han solicitado que el Estado les reembolse por este servicio, indica Montes.
“Existe el riesgo de que (el SII) pueda emprender una tarea de búsqueda solicitando a los bancos información sobre 100.000 clientes con la esperanza de encontrar a uno que no cumpla, pero esperamos que ello no ocurra”, sostiene Montes.
Para evitar esto, las solicitudes sólo debieran presentarse en casos específicos en donde hay una investigación garantizada, comenta. “El negocio de los bancos no es proteger a criminales, obedeceremos la ley (…), pero esperamos que la autoridad tributaria sea racional y prudente en sus solicitudes”.
Claramente, la transparencia es una prioridad para el Gobierno de Chile. En abril, los sueldos de todos los funcionarios públicos se divulgaron en Internet como resultado de una nueva legislación que requiere la total transparencia de las instituciones públicas.
“Mi sueldo como asesor del ministro se publicó en una página del cuerpo B2 del diario (…) de manera que ¿por qué las autoridades tributarias, que son responsables de garantizar que todos paguen sus impuestos, no debieran tener (…) acceso a la información de mi cuenta bancaria?”, pregunta Lehuedé.
“Los beneficios de estar a la vanguardia de la transparencia son mucho mayores que los del status quo”, insiste Poniachik. Chile es un país pequeño y una de sus ventajas competitivas es su reputación de transparencia, destaca. “Nuestros socios esperan que nosotros tengamos los estándares más altos y no hay ninguna excusa para que no sea así”.
Julian Dowling trabaja como periodista freelance y contribuye de manera regular a bUSiness CHILE.