Lecciones de la Estrella del NorteLessons from the North Star State

01 Enero 2010


Relativamente pequeño y rico en recursos naturales como Chile, los avances del estado de Minnesota, en el norte de Estados Unidos, en áreas como energías renovables y educación han demostrado que la innovación y la capacitación pueden mejorar en gran medida la competitividad económica, sostuvo el gobernador de Minnesota, Tim Pawlenty, en un reciente desayuno de la AmCham.

El gobernador Pawlenty encabezó la misión de Minnesota a América Latina en diciembre, la primera de su historia, pero los vínculos entre Chile y el estado de la Estrella del Norte se remontan a unos 50 años atrás.

Santiago y la mayor ciudad del estado, Minneapolis, han compartido el estatus de ciudades hermanas desde 1961, una relación que Pawlenty renovó en una reunión con Pablo Zalaquett, el alcalde de la Municipalidad de Santiago en la Región Metropolitana.

Además, existen otros paralelos.

Como Chile, Minnesota ha cimentado su desarrollo económico en la riqueza de sus recursos naturales, que incluyen las significativas reservas de mineral de hierro que abastecen a la industria siderúrgica de Estados Unidos y algunas de las mejores tierras agrícolas del país.

Sin embargo, en lugar de depender de los cultivos básicos -como el maíz, los porotos de soja, la remolacha y el trigo-, Minnesota está convirtiendo estos cultivos en productos de valor agregado, en particular biocombustibles.

Minnesota es uno de los estados líderes en la producción de biocombustibles elaborados a partir de maíz y otros cultivos. Además fue el primer estado en exigir que la gasolina y el diésel contuvieran un porcentaje de biocombustibles.

Hoy en día, los conductores en Minnesota llenan sus estanques con gasolina mezclada con al menos un 10% de etanol fabricado a partir de maíz y, si las autoridades federales aprueban el plan, el estado duplicará esa cantidad a un 20% para el 2012.

Tanto Minnesota como Chile carecen de reservas significativas de combustibles fósiles, pero han sido agresivos en el desarrollo de fuentes de energía alternativas durante la última década. Minnesota ahora está empleando “más energías renovables per capita que cualquier otro estado de la nación”, dijo Pawlenty.

Dado que el estado alberga a gran parte de la zona del medio oeste que favorece la formación de vientos, la que se extiende desde Texas hasta la frontera con Canadá, Minnesota se ubica en el cuarto lugar en Estados Unidos en términos de capacidad instalada de energía eólica, después de California, Iowa y Texas.

Minnesota además ha impuesto a las empresas locales de electricidad el desafío de generar u obtener el 25% de sus suministros eléctricos a partir de energías renovables para el 2025.

Calificadas alguna vez de inalcanzables, muchas empresas presentan más de un 50% de avance en ese sentido y señalan que cumplirán cómodamente la meta del 2025, indicó Pawlenty.

Pero la mayor apuesta de Minnesota ha estado en su gente joven.

Gracias a un sólido sistema educacional, el estado ahora alcanza de manera regular los más altos puntajes en la prueba nacional de admisión a la educación superior, conocida como ACT.

Minnesota además ostenta una de las mayores proporciones de estudiantes que están terminando la secundaria en el país, la mayor proporción de graduados universitarios, los mayores salarios promedio y una tasa de desempleo que es significativamente inferior al promedio nacional.

Los altos estándares educacionales y la calidad de vida del estado también han atraído a grandes empresas. Hoy en día, el estado alberga a 19 empresas Fortune 500, la mayor cantidad per capita de cualquier estado. Estas incluyen a gigantes del sector alimenticio como General Mills y Cargill que han aprovechado la fuerte tradición agrícola del estado para desarrollar agronegocios globales.

El estado también se ha convertido en un importante centro para la innovación médica, con empresas que incluyen al fabricante de dispositivos médicos Medtronic y Boston Scientific, que emplea a más personas en Minnesota que en su propia localidad de origen.

Sin embargo, hay desafíos que enfrenta el sistema escolar público del país, admite Pawlenty.

“En promedio, estamos en una posición de liderazgo, pero si se revisa capa a capa, los resultados en los grandes distritos escolares urbanos, son terribles”, destacó.

Mejorar el desempeño académico implica cambiar la forma en que se capacita y se incentiva a los profesores. “Necesitamos alinear de manera significativa las remuneraciones de los profesores con los resultados que deseamos”, dijo Pawlenty.

La tecnología también es crucial con estudiantes que navegan en la red y a los que se enseña con pizarrones y tiza.

“Nuestro sistema de educación parece una línea de ensamblaje industrial, pero ahora vivimos en el mundo del I-pod”, dijo Pawlenty.

Minnesota ha solicitado a sus universidades que coloquen el 25% de sus créditos online para el 2015 con el fin de instar a este salto tecnológico.

No obstante, tener una fuerza laboral educada es sólo parte del desafío al tiempo que Minnesota intenta acceder a los mercados de más rápido crecimiento, gran parte de los cuales se emplazan al otro lado del Globo.

“El comercio libre y justo es de importancia clave para el futuro éxito de nuestros países”, dijo el gobernador, destacando que el Tratado de Libre Comercio entre Chile y Estados Unidos ha beneficiado a ambos países.

Sin embargo, la creciente globalización significa más competencia. Con una población de apenas cinco millones, Minnesota no puede competir con China en tamaño o costos de manera que tiene que capitalizar otras fortalezas para prosperar en la economía global. Esto implica ser más innovador, productivo y colaborador.

“No vamos a ser los más grandes ni vamos a ser los más baratos, así que tenemos que ser los más listos”, sostuvo el gobernador. Y esa es una lección de la que Chile podría aprender.

Small and rich in natural resources like Chile, the northern U.S. state of Minnesota’s advances in areas like renewable energy and education have shown that innovation and training can greatly improve economic competitiveness, Minnesota’s Governor Tim Pawlenty said at a recent AmCham breakfast.

Governor Pawlenty led Minnesota’s first-ever trade mission to Latin America in December, but the links between Chile and the North Star state go back almost 50 years.

Santiago and the state’s largest city, Minneapolis, have held sister status since 1961, a relationship Pawlenty refreshed in a meeting with Pablo Zalaquett, the mayor of the Metropolitan Region’s Santiago municipality.
Other parallels exist.

Like Chile, Minnesota has based its economic development on its wealth of natural resources, including significant reserves of iron ore that fuel the U.S. steel industry and some of the best farmland in the country.

Rather than relying on commodity crops like corn, soybeans, sugarbeets, and wheat, however, Minnesota is turning these crops into value-added products, in particular biofuels.

Minnesota is one of the leading states in the production of biofuels from corn and other crops. It was also the first state to require that gasoline and diesel contain a percentage of biofuels.

Today, drivers in Minnesota fill their tanks with gasoline blended with at least 10% ethanol made from corn and, if federal authorities approve the plan, this will double to 20% by 2012.

Minnesota and Chile both lack significant reserves of fossil fuels, but they have been aggressive in developing alternative energy sources over the last decade. Minnesota is now using “more renewable energy per capita than any other state in the nation,” said Pawlenty.

Home to a large chunk of the Midwest wind ridge, which stretches from Texas to the Canadian border, Minnesota ranks fourth in the U.S. in terms of wind power installed capacity, behind California, Iowa and Texas.

Minnesota has also set local utilities the challenge of producing or procuring at least 25% of their electricity supplies from renewable energy sources by 2025. Once criticized as unreachable, many companies report they are more than half way there and will comfortably achieve this goal, said Pawlenty.

But Minnesota’s biggest wager has been on its young people.

Thanks to a strong education system, the state now regularly achieves the highest scores in the nation on the American college admissions test, ACT.

Minnesota also boasts one of the highest proportions of students completing high school in the country, the largest proportion of university graduates, the highest average wage and an unemployment rate that is significantly below the national average.

The state’s high education standards and quality of life have also attracted large businesses. Today, the state is home to 19 Fortune 500 companies, the most per capita of any state. These include food giants like General Mills and Cargill which have built on the state’s strong farming tradition to develop global agribusinesses.

The state has also become an important center for medical innovation with companies including medical devices producer Medtronic and Boston Scientific, which employs more people in Minnesota than in its hometown.

But there are challenges facing the country’s public schools system, admits Pawlenty.

“On average, we are top of the heap, but if you peel back the onion layers, the results in the large urban school districts are terrible,” he noted.

Improving academic performance means changing the way teachers are trained and rewarded. “We need to significantly align teachers’ pay with the results we desire,” said Pawlenty.

Technology is also crucial with websurfing students still being taught with blackboards and chalk. “Our education system looks like an industrial assembly line but we now live in the I-pod world,” said Pawlenty.

Minnesota has requested its universities put 25% of their credits online by 2015 to spur this technological leap.

But having an educated workforce is only part of the challenge as Minnesota looks to access the fastest-growing markets, most of which lie on the other side of the globe.

“Free and fair trade are critically important to the success of our countries,” the governor said, noting the Chile-U.S. Free Trade Agreement has benefitted both countries.

But increasing globalization also means more competition. With a population of just five million, Minnesota cannot compete with countries like China on size or costs so it has to capitalize on other strengths to prosper in the global economy. This means being more innovative, productive and collaborative.

“We are not going to be the biggest, and we are not going to be the cheapest, so we have to be the smartest,” the governor said. And that’s a lesson Chile could learn from.
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