Los chilenos están reconstruyendo gradualmente sus vidas después del devastador terremoto de febrero, pero el trabajo de las compañías de seguros recién está comenzando.
Las pérdidas aseguradas se estiman entre los US$ 5.000 millones y los US$ 8.000 millones, o entre un 16,7% y un 26,7% del total de los daños. La cantidad exacta no se conocerá hasta que todos los siniestros se liquiden, pero es posible que la cuenta final se sitúe en el extremo superior de ese rango.
Ello lo convertiría en el segundo terremoto más costoso de la historia en términos de pérdidas aseguradas desde el sismo de Northridge en California en 1994 y en el décimo primer desastre natural más caro desde 1970.
Las compañías chilenas de seguros ya han recibido cerca de 200.000 avisos de siniestro por infraestructura dañada e interrupción de operaciones como resultado del terremoto.
“Estamos trabajando lo más rápido posible para liquidar los siniestros, pero un desastre de esta magnitud no tiene precedentes en Chile”, señala Francisco Recabarren, gerente comercial de la corredora de seguros AON Risk Services. “En momentos como este, uno ve cuán buena es realmente su póliza de seguro”.
AON tiene 500 clientes corporativos en Chile incluido el 30% de las 100 empresas más importantes del país y ha recibido avisos de siniestros por un total cercano a los US$ 1.500 millones de clientes localizados principalmente en las regiones del Maule y del Bío Bío.
“La mayoría de nuestros clientes tenían un adecuado programa para cubrir sus riesgos (…) no todos nuestros clientes compraron el programa que les recomendamos, pero el terremoto les hizo tomar conciencia de la importancia de una buena póliza”, comenta Recabarren.
La negociación de las liquidaciones podría demorar meses, pero en el entretanto las empresas aseguradas pueden solicitar un avance de la cantidad total de su siniestro para ayudarlos a volver a trabajar.
Si bien esto cuesta dinero a las aseguradoras, en el largo plazo resulta más barato para ellas ayudar a sus clientes a volver a ponerse de pie rápidamente.
“Mientras antes un cliente reanuda su actividad normal mejor para la compañía aseguradora, porque tiene que pagar menos por concepto de interrupción de operaciones”, afirma Recabarren.
Bien Cubiertos
Los costos totales de la reconstrucción producto del terremoto se estiman en cerca de US$ 30.000 millones, pero el impacto sobre la economía habría sido mucho peor si los seguros no hubieran aminorado el golpe.
El mercado chileno de seguros es el quinto mayor de América Latina con primas generales suscritas brutas por un total de US$ 6.300 millones en el 2009. Casi dos tercios de ese monto corresponden a seguros de vida y salud, mientras que el mercado de propiedades y accidentes de Chile, lo que se conoce como Seguros Generales, corresponde a US$ 2.400 millones, incluidos US$ 400 millones sólo en primas contra terremoto.
Dependiendo de la industria, más del 70% del costo del seguro de propiedades y accidentes corresponde a ‘riesgo catastrófico’, que incluye terremotos, maremotos, inundaciones y otros desastres naturales.
“Esto es muy distinto a Haití, que prácticamente no tiene un mercado privado de seguros”, afirma Robert Hartwig, presidente del Insurance Information Institute con sede en Nueva York.
Las compañías de seguros recibieron 190.195 avisos de siniestro relacionados con el terremoto para el plazo del 30 de abril. Hasta esa fecha, habían pagado US$ 249 millones, pero esta cifra seguirá subiendo a medida que se liquiden más siniestros.
Esto se compara con los 5.000 siniestros y US$ 85 millones en pagos realizados tras el último gran terremoto del país en 1985, los que cubrieron el 7,2% de los daños.
Entonces ¿qué ha cambiado en los últimos 25 años? Para empezar, los chilenos están mejor asegurados. Según el informe de Fitch Ratings, la penetración de seguros en Chile es del 4,2% del PIB, que, si bien es menor que el promedio mundial del 6,9%, corresponde a casi el doble del promedio latinoamericano del 2,5%.
“La densidad y penetración de seguros en Chile se compara de manera favorable con los países latinoamericanos, pero si nos comparamos con los países de la OCDE, aún hay un largo camino por recorrer”, señala Fernando Cambara, presidente de la Asociación de Aseguradores de Chile (AACh).
Para las grandes empresas chilenas y las propiedades hipotecadas, la penetración de seguros contra terremoto, que usualmente se vende como parte de la póliza de “riesgos adicionales” emitida con el seguro contra incendios, es casi del 100%. Las primas contra terremoto por sí solas sumaron un total de más de US$ 400 millones en el 2009.
La compañía maderera chilena Arauco fue una de las empresas más golpeadas por el terremoto y el maremoto, los que la obligaron a cerrar todas sus plantas y aserraderos en el sur de Chile de manera temporal. El costo financiero, incluida la interrupción de operaciones, podría llegar hasta los US$ 650 millones, pero -aparte un deducible de US$ 3 millones- esto será cubierto por seguros.
No obstante, las pequeñas empresas y los dueños de viviendas, incluidas muchas de las antiguas casas de adobe destruidas por el terremoto, no estaban tan bien protegidas.
De los 4 millones de hogares en las regiones afectadas por el terremoto, sólo el 23,8% de ellos contaba con seguro contra terremoto, y el 90% de estos correspondía a propiedades hipotecadas. Eso significa que muchos chilenos enfrentan costosas cuentas de reparación sin la ayuda de dinero de seguros.
“El terremoto le recordó a los chilenos que vivimos en un país sísmico (…) el porcentaje de propiedades (residenciales) con seguro es bajo, pero vemos esto tendiendo a crecer”, comenta Cambara.
Dispersión del Riesgo
Como en otros países la industria de seguros en Chile está cimentada sobre el concepto de “dispersión del riesgo”, lo que significa que las empresas de seguro limitan su exposición mediante el pago a reaseguradoras globales para que asuman la mayor parte del riesgo.
La mayoría de las aseguradoras en el mercado chileno son parte de grupos multinacionales. Las cinco principales compañías de seguros de Chile por participación de mercado son Royal & SunAlliance (18,5%), Penta (11,6%), Mapfre (10,7%), Chartis (9,6%) y Liberty (8,5%), de las cuales todas menos Penta son divisiones locales de empresas extranjeras.
Pero ellas no serán las que paguen la cuenta. “La mayoría de los pagos de las aseguradoras serán asumidos por reaseguradoras internacionales, lo que significa que el impacto a nivel local es mucho menos severo”, sostiene Ignacio Barriga, CEO de la división chilena de la aseguradora británica Royal & SunAlliance.
En consecuencia, más del 80% de las pérdidas aseguradas generadas por el terremoto serán cubiertas por reaseguradores globales encabezados por Munich Re, Swiss Re, PartnerRe, RenaissanceRe y Hannover Re.
Aún si las pérdidas aseguradas alcanzan los US$ 8.000 millones, las empresas locales terminarán pagando apenas US$ 11 millones gracias a la protección de reaseguro, según un documento de la Superintendencia de Valores y Seguros de Chile (SVS), el regulador local.
“La situación de solvencia del mercado asegurador es sólida y no debiera verse afectada por el terremoto”, señaló en el informe el titular de la SVS, Fernando Coloma.
Ayuda que la industria de seguros esté regulada de manera estricta y que a las aseguradoras locales sólo se les permita trabajar con reaseguradoras que tengan por lo menos una calificación de riesgo crediticio “A”.
“El mercado de seguros es altamente profesional, competitivo y bien regulado”, señala Alejandro Hasbún, director asociado de Fitch Ratings Chile y coautor de un informe sobre el efecto del terremoto en el sector de seguros.
Aun cuando el impacto financiero sobre el mercado local será limitado, las aseguradoras podrían enfrentar ciertos problemas de flujo de caja dado que la mayoría del dinero para liquidar siniestros proviene del extranjero.
No obstante, las reaseguradoras globales están bien financiadas y preparadas para un desastre de este tipo y durante los últimos 20 años habían considerado en sus tarifas la probabilidad de otro gran terremoto en Chile.
“Estas son compañías enormes y Chile es una pequeña parte de su riesgo general (…) pero esperaban un terremoto aquí en algún momento”, indica Hasbún.
La reaseguradora alemana Munich Re posiblemente enfrentará el mayor costo del terremoto con cerca de US$ 660 millones, pero para una empresa con primas brutas de US$ 54.700 millones y ganancias netas de US$ 3.400 millones en el 2009, esto es una gota en un vaso de agua.
“Cargar pérdidas por catástrofes de esta dimensión es parte de nuestro negocio básico”, indicó en un comunicado de prensa el miembro del directorio de Munich Re y presidente ejecutivo de reaseguros, Torsten Jeworrek. “Calculamos precios adecuados al riesgo para esto y naturalmente continuaremos ofreciendo nuestra capacidad en Chile.”
Recuperando los Costos
El terremoto, y otros desastres alrededor del mundo, afectarán los resultados contables de las reaseguradoras como Munich Re, pero no se prevé que el terremoto afecte los precios del reaseguro fuera de Chile.
Sin embargo, dentro de Chile el cuento es distinto dado que las reaseguradoras tienen una oportunidad de recuperar parte de sus pérdidas mediante un alza de precios cuando los contratos de reaseguro expiren este año.
Las compañías locales de seguros no se pueden dar el lujo de quedar expuestas si otro terremoto remece al país, de manera que tienen que reemplazar su protección de reaseguro, lo que significa que tienen que comprar cobertura de las reaseguradoras, a un precio más alto.
“La capacidad de seguro contra terremoto en Chile es limitada y las reaseguradoras saben esto de manera que posiblemente usen la oportunidad para elevar las tarifas”, afirma Peter Foley, CEO de la corredora de seguro local Marsh Chile.
De hecho, es posible que el costo de renovar contratos de reaseguro sea más alto que el costo del terremoto mismo para las aseguradoras locales, que a su vez traspasarán los aumentos de precios a sus clientes.
Las corredoras de seguro de Chile afirman que las primas de seguro contra terremoto podrían subir hasta en un 200% entre este año y el próximo. “Aún es muy pronto, pero esperamos que la mayoría de las empresas enfrenten un aumento de las primas de a lo menos un 20% a un 25%”, sostiene Foley.
Si bien las compañías de seguro tampoco pueden ser muy codiciosas. En caso de que suban demasiado las tarifas, los clientes podrían optar por invertir su dinero en otros instrumentos en lugar de contratar una costosa póliza de seguros, señala Recabarren de AON.
Esta es la razón por la que los corredores de seguros están recomendando a las aseguradoras que no intenten recuperar sus pérdidas de manera inmediata. “Como industria, tenemos que ser prudentes y concentrarnos en el largo plazo”, afirma Recabarren.
Incluso si las tarifas suben en el corto plazo, el aumento sólo sería temporal debido a que una mayor competencia en el mercado debería hacer caer los precios de nuevo a sus niveles normales en un plazo de dos años, indica Foley.
“Hemos visto esto en otras catástrofes (…) hay una reacción refleja inicial a medida que las empresas elevan los precios para recuperar costos, pero luego el libre mercado comienza a operar, ingresan nuevos actores al mercado y los precios se restablecen”, asevera.
Sin embargo, las tarifas de los seguros en Chile eran “muy razonables” antes de que el terremoto remeciera al país, lo que significa que podría haber algún ajuste al alza de los precios en el mediano a largo plazo, según Foley.
Lecciones del Terremoto
En general, el mercado de seguros de Chile pasó la prueba del terremoto razonablemente bien, pero es claro que hay algunas áreas para mejorar.
Nadie predijo, por ejemplo, que el terremoto y el maremoto serían seguidos por un pillaje descontrolado. Las tiendas por departamento, los supermercados y las farmacias en Concepción perdieron millones de dólares en mercaderías en los días posteriores al terremoto.
“Los daños por los saqueos son un debate en curso (…) ¿están cubiertos por el seguro contra terremoto o no? Esto tiene que decidirse caso a caso”, señala Foley.
Las aseguradoras tampoco consideraron que un terremoto podría causar daño sobre una vasta área desde Concepción hasta Santiago. Las empresas tienen que pagar un deducible del 2%, pero en la mayoría de los casos la cantidad a la que están sujetos está limitada. A futuro, este límite podría eliminarse o elevarse con el fin de reducir el riesgo para las aseguradoras locales.
No obstante, si eso ocurre, las empresas locales podrían aprovechar los numerosos tratados de libre comercio y acuerdos para evitar la doble tributación de Chile para comprar pólizas de seguro en Estados Unidos o Europa.
Algunas empresas pueden sentirse más cómodas con una aseguradora chilena en caso de problemas legales, pero “no hay nada que les impida comprar pólizas fuera de Chile, en especial si los impuestos son menos onerosos”, afirma Foley.
Y no es sólo el sector privado el que podría mirar al extranjero en busca de protección. En el sector público, muchos hospitales públicos, escuelas y caminos no estaban asegurados en lo más mínimo, por lo que el Gobierno quedó con una cuenta de reconstrucción de alrededor de US$ 8.400 millones.
A futuro, el Gobierno podría comprar seguros o incluso considerar los denominados ‘bonos de catástrofe’ en mercados globales a ser activados en caso de un desastre, sugiere Foley.
En cuanto a la posibilidad de un programa de seguro de catástrofe subsidiado por el Estado -tal como el falto de efectivo Programa Nacional de Seguro por Inundación de Estados Unidos-, Foley asegura que “no preveo que esto ocurra, sería demasiado costoso y el Gobierno no tiene el hábito de subsidiar a los clientes”.
Pero en el largo plazo, el terremoto podría llevar a medidas gubernamentales para aumentar la penetración de seguros a nivel nacional, “en especial para quienes no pueden costearlo”, señala Barriga de RSA.
Y para quienes pueden, el desastre los volvió demasiado conscientes de los beneficios de una póliza de seguro integral incluida la interrupción de operaciones, lo que debería tener un impacto positivo sobre la industria de seguros.
“El terremoto hizo que la gente vea al seguro como un bien necesario y van a estar más dispuestos a comprarlo”, afirma Barriga.
Los chilenos han comenzado a reconstruir, pero el terreno bajo sus pies podría empezar a moverse de nuevo en cualquier momento y, cuando lo haga, la industria aseguradora estará ahí para amortiguar la caída.
Julian Dowling es editor de bUSiness CHILE
Año |
Lugar |
Magnitud |
Nº Fallecidos |
Daños (millones de US$) |
Daños asegurados (millones de US$) |
2010 |
Concepción |
8,8 |
507 |
30.000 (estimado) |
5.000-8.000 |
2005 |
Tarapacá |
7,8 |
11 |
NA |
40,0 |
1998 |
Antofagasta |
6,5 |
3 |
NA |
NA |
1997 |
Pueblo Nuevo/Illapel |
7,1 |
8 |
48 |
NA |
1995 |
Antofagasta |
8,0 |
3 |
30 |
8,5 |
1985 |
Santiago/Valparaíso y San Antonio |
7,6 |
180 |
1.200 |
85,0 |
1965 |
Valparaíso |
7,4 |
400 |
80 |
NA |
1960 |
Valdivia |
9,5 |
3.000 |
800 |
NA |
1939 |
Chillán |
8,3 |
30.000 |
38 |
NA |
1928 |
Talca |
8,3 |
220 |
NA |
NA |
1906 |
Valparaíso |
8,6 |
3.800 |
260 |
NA |
N/A=Datos no disponibles.
Fuente: AXCO
Los 10 terremotos más costosos del mundo desde 1900 (1)
(En millones de US$)
|
|
|
|
Pérdidas aseguradas |
|
| |
Categorizado por pérdidas aseguradas al momento del suceso |
Fecha |
Lugar |
Pérdidas generales al momento del suceso |
Al momento del suceso |
En dólares 2009 (2) |
Nº de Fallecidos |
Categorizado por pérdidas aseguradas en dólares de 2009 |
1 |
17 de enero de 1994 |
Estados Unidos: California: Northridge, Los Angeles, San Fernando Valley, Ventura, Orange |
44.000 |
15.300 |
22.200 |
60 |
1 |
2 |
27de febrero de 2010 |
Chile: Centro-sur. Incluye maremoto. |
Más de 20.000 |
Más de 4.000 |
Más de |
507 |
3 (3) |
3 |
17 de enero de 1995 |
Japón: Prefecture Hyogo, Kobe, Osaka, Kyoto |
100.000 |
3.000 |
4.232 |
6.430 |
3 |
4 |
26 de diciembre de 2004 |
Indonesia; Sri Lanka; India; Tailandia; Bangladesh; Myanmar; Islas Maldivas; Malasia. Incluye maremoto (3) |
10.000 |
1.000 |
1.138 |
220.000 |
6 |
5 |
17 de octubre de 1989 |
Estados Unidos: California: Loma Prieta, Santa Cruz, San Francisco, Oakland, Berkeley, Silicon Valley |
10.000 |
960 |
1.660 |
70 |
4 |
6 |
23-24, 27 de octubre de 2004 |
Japón: Honshu, Niigata, Ojiya, Tokio, Nagaoka, Yamakoshi (4) |
28.000 |
760 |
865 |
45 |
8 |
7 |
21 de septiembre de 1999 |
Taiwán: Nantou, Hsinchuang, Taichung, Puli, Touliu, Yun-lin, Chunghwa |
14.000 |
750 |
968 |
2.400 |
7 |
8 |
28 de diciembre de 1989 |
Australia: New South Wales, Newcastle, Sidney |
1.200 |
670 |
1.162 |
15 |
5 |
9 |
17 de agosto de 1999 |
Turquía: Izmit, Istanbul, Gölcük, Kocaeli, Sakarya, Yalova |
12.000 |
600 |
774 |
17.200 |
9 |
10 |
1 de septiembre de 1923 |
Japón: Tokio, Yokohama |
2.800 |
590 |
7.418 |
142.800 |
2 |
(1) Terremotos más costosos ocurridos desde 1900 a la fecha, basados en pérdidas aseguradas al momento del suceso.
(2) Ajustada a dólares del 2009 por Munich Re.
(3) Dólares del 2010.
(4) Incluye varios terremotos.
Fuente: Munich Re, Geo Risks Research, NatCatSERVICE.