Las Alternativas de ChileChile’s Choice

25 Octubre 2013

El 21 de octubre, AmCham celebró el segundo desayuno de su Serie Presidencial en el Hotel Intercontinental. Los senadores Ximena Rincón, Alberto Espina, Ricardo Lagos Weber y Francisco Chahuán participaron en un animado debate moderado por Gustavo Manén, editor de política de CNN Chile.

La senadora Rincón, miembro del Partido Demócrata Cristiano (DC) que apoya a la candidata presidencial Michelle Bachelet, sostuvo que Chile enfrenta un “momento de inflexión”. La legisladora destacó que, pese a su éxito, el modelo económico chileno ha sido cuestionado en el último tiempo debido al surgimiento de problemas en áreas como salud, educación, pensiones y el mercado laboral.

A su juicio, en Chile existen usualmente cuatro enfoques frente a esto: quienes defienden el modelo; quienes se concentran en fortalecer la seguridad pública; quienes recurren a líderes carismáticos para resolver los problemas; y quienes ofrecen soluciones populistas.

Sin embargo, ninguna de estos va a funcionar, insistió. En lugar de eso Chile necesita un nuevo “pacto social”, que incluya una reforma en materia de impuestos y educación. Los empresarios tienen un importante rol que desempeñar en este pacto, lo que significa que deberían involucrarse en el diálogo actual, añadió.

Por su parte, el senador Espina, miembro del Partido Renovación Nacional (RN) que respalda a la candidata presidencial Evelyn Matthei, destacó el extraordinario éxito del modelo económico de Chile desarrollado en la década de los 80, el que ha hecho que la nación sea admirada alrededor del mundo.

“Hemos construido una sociedad que tiene sus defectos, pero con la que -no cabe la menor duda que con el mérito de todos- hemos logrado avanzar mucho más allá de lo que los chilenos habríamos imaginado el año 90”, afirmó.

No obstante, Espina indicó que escuchando a algunos candidatos uno pensaría que Chile es un estado destrozado, al borde de la guerra civil. El senador añadió que hay algunas grandes incertidumbres que rodean a la elección del 17 de noviembre: en primer lugar, cómo los nueve candidatos presidenciales se dividirán los votos; en segundo lugar, cuál será el impacto de las arremetidas “brutales” de algunos candidatos contra el modelo económico de Chile; y tercero cómo funcionará en la práctica el nuevo sistema de voto voluntario (hasta el año pasado el voto en Chile era obligatorio).

Pero más allá de esto, Espina sostuvo que le preocupa que algunos candidatos aún no hayan definido sus programas. Parte del problema es una falta de debate entre los candidatos presidenciales. A diferencia de Estados Unidos, que tiene una serie de debates presidenciales, los votantes chilenos siguen sin conocer las posiciones de los candidatos sobre temas importantes, afirmó.

El riesgo, sostuvo, es que Chile podría dar por sentado su éxito económico y optar por un candidato que destruya los cimientos del modelo. Se necesita “un debate más a fondo, más profundo para ver hacia qué ruta quiere moverse la sociedad chilena”, indicó.

El senador Lagos, miembro del Partido para la Democracia (PPD) que también respalda a Bachelet, señaló que el principal problema de Chile es la inequidad. “Este país no es está en crisis, este no es un país que está acabado, este no es un país que esté pies para arriba, y nadie quiere que se acabe ni ponerlo pies para arriba; lo que hay es que este es un país profundamente injusto todavía”, manifestó.

El senador recalcó que el nivel de inequidad de Chile, el más alto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), ha alcanzado un extremo tal que el país está listo para reformas en áreas como descentralización, derechos de la mujer y educación. Es necesario “repensar las bases del modelo de desarrollo”, afirmó.

Sin embargo, el senador Chahuán, miembro del Partido Renovación Nacional, afirmó que la responsabilidad por la alienación que sienten los chilenos hacia los políticos y líderes empresariales del país es compartida. Sostuvo que la “crisis de confianza” en el modelo chileno surge a partir de un quiebre de la confianza producto de casos recientes como el de La Polar, cadena local de tiendas por departamento que fue descubierta aprovechándose de sus clientes.

La solución, afirmó, es un mayor diálogo social al estilo de países como Nueva Zelanda y Portugal. Chahuán señaló que los senadores también desempeñan un papel en la promoción de un mayor debate público en temas sociales.

No obstante, restituir la confianza de los chilenos en el modelo económico es una cosa. Reparar su fe en el sistema político requiere una reforma constitucional, aseveró Rincón. La senadora indicó que el sistema binominal que beneficia a las dos mayores coaliciones políticas del país, incluida la Nueva Mayoría que tiene a Bachelet como carta presidencial, no representa a los chilenos de manera adecuada. Cambiar este sistema requiere un nuevo sistema electoral, afirmó.

En términos del impacto de la elección en la inversión extranjera, Rincón dijo que los inversionistas necesitan certeza, pero que también deberían considerar las necesidades de desarrollo a largo plazo del país. De todos modos, Espina destacó que otros países de la región como Perú se están volviendo más competitivos y que Chile no puede darse el lujo de quedarse atrás.

Lagos y Chahuán subrayaron la importancia de la integración de Chile en pactos internacionales de comercio como la Alianza del Pacífico y el Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica (TPP, por su sigla en inglés). Sin embargo, ambos pidieron más información sobre el TPP -que actualmente se está negociando- en temas que podrían afectar a Chile como patentes y farmacéuticas.

Finalmente, es una señal positiva para la democracia de Chile que el voto en la elección sea voluntario y la alternativa, con nueve candidatos presidenciales, sea más grande que nunca antes. Pero lo que está en juego es muy importante para decidir el futuro del país sin un amplio debate sobre el tipo de sociedad que quieren los chilenos.

Julian Dowling es editor de bUSiness CHILE

On October 21, AmCham hosted the second breakfast in its Presidential Series at the Intercontinental Hotel. Senators Ximena Rincón, Alberto Espina, Ricardo Lagos Weber and Francisco Chahuán took part in a lively debate moderated by Gustavo Manén, political editor of CNN Chile.

Senator Rincón, a member of the Christian Democratic Party (DC) that has endorsed presidential candidate Michelle Bachelet, said that Chile is facing a “point of inflection”. She pointed out that, despite its success, the Chilean economic model has been questioned recently due to the emergence of problems in areas such as health, education, pensions and the labor market.

She said that in Chile there are usually four approaches to this: those who defend the model; those who focus on strengthening public security; those who look to charismatic leaders to solve problems; and those who offer populist solutions.

But none of these will work, she insisted. Instead she said Chile needs a “new Social Pact” including tax and education reform. Businesses have an important role to play in this pact, which means they should be involved in the current dialogue, she added.

Senator Espina, a member of the National Renewal Party (RN) that has endorsed presidential candidate Evelyn Matthei, highlighted the extraordinary success of Chile’s economic model developed in the 1980s, which has made Chile admired around the world.

“Our society has its defects but there is no doubt that together we have advanced more than Chileans would ever have imagined in 1990,” he said.

But he said that listening to some candidates you would think Chile is a failed state on the brink of Civil War. He said there are some big question marks surrounding the election on November 17: firstly, how the nine presidential candidates will split the vote; secondly, what the impact will be of “brutal” attacks by some candidates on Chile’s economic model; and thirdly how the new voluntary voting system will work in practice (until last year voting in Chile was compulsory).

But beyond these, Espina said he is concerned that some candidates have not yet defined their platforms. Part of the problem is a lack of debate between presidential candidates. Unlike the United States, which has a series of televised presidential debates, Chilean voters remain in the dark about candidates’ positions on important issues, he said.

The risk, he said, is that Chile could take its economic success for granted and opt for a candidate who destroys the foundations of the model. “We need more debate about the type of society we want in Chile,” he said.

Senator Lagos, a member of the Party for Democracy (PPD) that supports Bachelet, said that Chile’s main problem is inequality. “Chile is not a country in crisis but it is a very unequal country,” he said.

He said Chile’s level of inequality, the highest in the OECD, has reached such an extreme that the country is ready for reforms in areas such as decentralization, women’s rights and education. “We need to rethink the development model,” he said.

But Senator Chahuán, a member of the National Renewal Party, said that the responsibility for the alienation Chileans feel towards the country’s politicians and business leaders is shared. He said the “crisis in confidence” in the Chilean model springs from a breakdown in trust resulting from recent cases such as La Polar, a Chilean department store that was caught taking advantage of its customers.

The solution, he said, is more “social dialogue” along the lines of countries like New Zealand and Portugal. He said Senators also have a role in promoting more public debate on social issues.

But restoring the trust of Chileans in the economic model is one thing. Repairing their faith in the political system requires Constitutional reform, said Rincón. She said the binominal system that rewards the country’s two largest political coalitions, including the Nueva Mayoría coalition represented by Bachelet, does not represent Chileans adequately. Changing this system requires a new electoral system, she said.

In terms of the impact of the election on foreign investment, Rincón said that investors need certainty but they should also consider the country’s long-term development needs. However, Espina pointed out that other countries in the region like Peru are becoming more competitive and Chile cannot afford to fall behind.

Lagos and Chahuán highlighted the importance of Chile’s integration in international trade pacts such as the Pacific Alliance and the Trans-Pacific Partnership (TPP). But they both called for more information about the TPP, which is currently being negotiated, on issues that could affect Chile such as patents and pharmaceuticals.

Finally, it is a positive sign for Chile’s democracy that voting in the election will be voluntary and the choice, with nine presidential candidates, wider than ever before. But the stakes are too high to decide the country’s future without a broad debate on the kind of society Chileans want.

Julian Dowling is Editor of bUSiness CHILE

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