Ahora son las compañías quienes compiten por atraer a los mejores talentos y la clave está en mantener relaciones más sinceras, donde no se sienta el rechazo. El nuevo paradigma del reclutamiento lo trae Carolina Borracchia, con su libro It´s a Match.

Estamos inmersos en un escenario cambiante y altamente dinámico, que obliga a las empresas a innovar constantemente e indagar en nuevas estrategias. Ante esta compleja realidad es importante contar con un capital humano activo que impulse el crecimiento de la organización, sobre todo con el desembarco definitivo de la generación Y.

Estos jóvenes tienen otra mentalidad donde no conservan su empleo como punto principal de preocupación de su vida y manifiestan otros intereses como tener un constante desafío laboral, además de conseguir un mayor equilibrio entre su vida profesional y personal. Es ahí donde nace el cuestionamiento y ponen a prueba la marca empleadora de las empresas planteando una simple pregunta: ¿Yo quiero trabajar ahí?

Carolina Borracchia, CEO de Combo Employer Branding y autora del libro "It's a Match! Cómo ganar la guerra del talento" –que hoy se presentó en Chile- rompe el antiguo paradigma del reclutamiento y plantea un sistema dual, donde ahora el proceso de selección es mutuo. "En primera instancia, la elección ya no es vertical. Se trata de una relación en donde las empresas eligen a los candidatos y a su vez, los candidatos las eligen a ellas", puntualiza Borracchia.

La autora enfatiza en que los modelos antiguos, el postulante no tiene la oportunidad de conocer por qué no es la compañía para él, ya que no se suele dar un feedback honesto cuando no lo contratan. “En el nuevo paradigma todas las tapitas tienen premios. No todos pueden ganarse el 0 kilómetro: ingresar. Pero hay muchas clases de beneficios. El que no consiguió un puesto, pero logró un coaching, una pasantía, un programa universitario, un curso, un asesoramiento de carrera, no solo sale contento, sino que potenciado”, dice Borracchia.

Entre el amor y el rechazo 

It’s a Match! es la frase que distingue a Tinder, la famosa aplicación para buscar pareja. Aquí es similar, ya que el paralelismo con el reclutamiento surge por la "resignificación del rechazo".  Es decir, se presentan verdaderas oportunidades entre quienes tienen un interés mutuo, ya que existen filtros dentro de los perfiles. Así se puede generar contactos con distintas personas, pero incluso ocurre algo más importante: se evita la sensación de rechazo. “El contacto sólo se produce entre quienes se gustaron mutuamente", aclara Carolina.

Hacia eso es donde deben direccionar las empresas. Visualizar a los candidatos como co-creadores de la marca empleadora, generando experiencias donde todos aprendan y las personas que no hayan sido seleccionadas, valorarán a quienes se dieron el tiempo de conocerlos, logrando una experiencia positiva que se traduce finalmente en un boca a boca beneficioso.

Según Borracchia no se debe cometer el error de limitar a un candidato solo por las experiencias laborales que tuvo, porque esta nueva generación de trabajadores ya no pueden resumirse en un CV. Es así como las compañías deben adaptarse, sino perderán a los mejores talentos de las nuevas generaciones.

Este es el marketing de los recursos humanos, donde los candidatos son quienes entrevistan a los empleadores.