Hace siete años, AmCham Chile celebró su primer Gran Debate Corporativo. El concurso surgió a partir de una idea que tomó como base una competencia de debate inter-universidades en Chile, pero en este caso los debates serían en inglés entre ejecutivos de compañías chilenas. El objetivo –promover el uso del inglés en la vida corporativa chilena– es parte importante de la misión de AmCham. Las técnicas y habilidades para debatir le enseñan a uno cómo pensar sobre la marcha, cómo negociar y cómo ser más persuasivo. La idea de AmCham era que los chilenos pudieran aprender estas habilidades en inglés al tiempo que competían con sus pares.
En el 2006, con el apoyo y la gran dedicación de Drina Rendic, creadora del Torneo Nacional de Debate Interuniversitario COBA de Chile, AmCham llevó a cabo su primera competencia de debate corporativo, no solo para socios de AmCham sino que abierto a todos. Las reglas eran bastante simples. No habría ningún hablante nativo de inglés y las mociones se sortearían, lo que significaba que las empresas podían encontrarse defendiendo una posición que la compañía o los participantes del debate no necesariamente compartían. El jurado entregaría puntuaciones basado en tres principios: habilidades de oratoria, contenido y estrategia de debate. La fluidez en inglés, el acento y el dominio gramatical no se evaluarían.
El siguiente problema era cómo convencer a las compañías en Chile para que compitieran. No era una tarea sencilla en un país donde, en ese entonces, no se enseñaba a debatir en los colegios ni en las universidades.
Ese primer año, las compañías que participaron eran todas del sector privado y la mayoría eran de origen anglosajón. Pero a medida que el Gran Debate Corporativo se hizo más conocido, y AmCham promovió el concepto, esto comenzó a cambiar. Desde esos primeros días, entidades del sector público como Codelco, el Servicio de Impuestos Internos de Chile (SII) y la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon) del Ministerio de Relaciones Exteriores, han participado. Direcon ganó la competencia en el 2010 y el 2011. En el sector privado, Walmart ha sido un activo competidor y ganó el año pasado, superando al equipo de Siemens en la final.
Ha habido otros acontecimientos interesantes. Todas las mociones son presentadas por la comisión de debate de AmCham. Se evitan el sexo, la religión, las drogas y la política. Para soslayar la posibilidad de que un competidor se retire debido a un conflicto de intereses, a los participantes se les entregan todas las mociones antes de que se inicie la competencia. Solo una vez que todas las mociones son aceptadas, la competencia puede proceder. Esta solución ha funcionado bien.
También se han implementado otros cambios. El formato original era un poco rígido con cuatro miembros en cada equipo de debate, pero sin ningún intercambio real entre los equipos. Eso ha cambiado dado que ahora se permite que quienes participen en el debate refuten y cuestionen también a los rivales. Se alienta a tener buenos modales, pero no es obligatorio, lo que hace que la estrategia sea aún más interesante. Los insultos personales se penalizan. Pero los intercambios que ha traído consigo este nuevo formato han hecho que lo debates sean mucho más interesantes.
Como un incentivo para que las compañías se unan a la competencia, AmCham entrega capacitación en técnicas de debate. Steve Buchanan, abogado, profesor y experto en debates, ha guiado las sesiones. En un esfuerzo por conseguir evaluaciones de la competencia más congruentes, AmCham retuvo al juez titular, Felipe Ibarra, quien -con amplia experiencia internacional en debates competitivos- no solo ha sido fundamental para capacitar al jurado, sino que también para entregar feedback a los equipos.
La versión de este año mostró cómo ha avanzado la competencia y cómo nuevas compañías se han unido a la lucha. Las firmas participantes en un comienzo fueron: la Academia Diplomática de Chile Andrés Bello, Banco Santander, Maersk, DHL, Walmart, Metlife, Goodyear y Bechtel. De estas, las primeras cuatro avanzaron a semifinales, pero por primera vez ninguna de las semifinalistas fue de origen estadounidense, británico, australiano o sudafricano.
La final fue entre la danesa Maersk y la Academia Diplomática de Chile Andrés Bello, la primera de las cuales participó en una final por primera vez. La moción, “English should be taught in all schools in Chile and should be included in the PSU (El inglés debería enseñarse en todos los colegios de Chile y debería ser parte de la Prueba de Selección Universitaria (PSU)”, fue el tema de uno de los mejores debates vistos en la competencia hasta el día de hoy. Maersk ganó, pero por el más ajustado de los márgenes.
El mejor participante del debate en la ronda todos contra todos de este año fue Nicola Blanco de Banco Santander, mientras que Ignacio Elórtegui de Maersk fue el mejor de los finalistas. Fue una fascinante serie de debates sobre una amplia gama de temas, los que fueron desde energía a democracia. El feedback de los participantes del debate pone énfasis en varias cosas aparte de la práctica del inglés. Quizás la más importante es el “espíritu de equipo” dado que los competidores aprenden a trabajar juntos, en lugar de hacerlo por la gloria y la ganancia personal. Al consultárseles si competirían nuevamente, los participantes del debate respondieron unánimemente que sí.
Después de siete años de arduo trabajo para mejorar el Gran Debate Corporativo, este es quizás el mayor cumplido que AmCham podría recibir.
Michael Combes es director ejecutivo de Marco Group en Chile, presidente de Celmedia, copresidente del Comité Editorial de bUSiness CHILE y ex presidente de AmCham.
Seven years ago AmCham Chile held its first Great Corporate Debate. It sprung from an idea that was based on an inter-university debating competition in Chile, but in this case with debates held in English between executives from Chilean companies. The purpose – to promote the use of the English language in Chilean corporate life – is an important part of AmCham’s mission. Debating skills and techniques also teach you how to think on your feet, how to negotiate, and how to be more persuasive. AmCham’s idea was that Chileans could learn these skills in English while competing with their peers.
In 2006, with the dedicated support of Drina Rendic, creator of the Chilean COBA Inter-University Debating Competition, AmCham held its first corporate debate competition, not just for AmCham members but open to all. The rules were fairly simple. No native English speakers and with motions to be drawn out of a hat, meaning that companies might find themselves defending a position with which the company or the debaters did not necessarily agree. Judges would score on three principles: oratory skills, content, and debating strategy. English fluency, accent, and grammatical proficiency would not be evaluated.
The next problem was how to convince companies in Chile to compete. Not a simple task in a country where, at that time, debating was not taught in schools or in universities.
That first year, the companies that took part were all from the private sector and most were of Anglo-Saxon origin. But as the Great Corporate Debate became better known, and AmCham promoted the concept, this began to change. Since those early days, public sector entities like Codelco, Chile’s Internal Revenue Service (SII), and the Chilean Foreign Ministry’s Economic Relations Department (Direcon), have all taken part. Direcon won the competition in both 2010 and 2011. In the private sector, Walmart has been an aggressive competitor and won last year, beating the team from Siemens in the final.
There have been other interesting developments. All the motions are put forward by AmCham’s Debating Committee. Sex, religion, drugs, and politics are given a wide berth. To avoid the possibility of a competitor withdrawing due to a conflict of interest, the participants are given all the motions before the competition starts. Only once they accept the motions can the competition proceed. This solution has worked well.
Other changes have also been implemented. The original format was somewhat stiff with four debaters on each team but with no real exchange between the teams. That has changed as debaters are now allowed to give rebuttals and question opposing debaters. Good manners are encouraged, but not enforced, which makes strategy all the more interesting. Personal insults are penalized. But the exchanges brought on by this new format have made the debates much more interesting.
As an incentive for companies to join the competition, AmCham provides training in debating technique. Steve Buchanan, a lawyer, teacher and accomplished debater himself, leads the sessions. In an effort to obtain more consistent judging of the competition, AmCham has retained a Chief Judge, Felipe Ibarra, with wide international experience in competitive debating, who has not only been instrumental in training the panel of judges but also in providing feedback to the teams.
This year’s version showed how the competition has progressed and how new companies have joined the fray. The initial companies were: Andrés Bello Diplomatic Academy, Banco Santander, Maersk, DHL, Walmart, Metlife, Goodyear, and Bechtel. Of these, the first four advanced to the semifinals, but for the first time none of the semifinalists were of US, UK, Australian or South African origin.
The final was between Denmark’s Maersk and Chile’s Diplomatic Academy, the former participating in a final for the first time. The motion, “that English should be taught in all schools in Chile and should be included in the PSU (Chile’s university entrance exams)”, made for one of the best debates seen in the competition to date. It was won by Maersk, but by the narrowest of margins.
The best debater in the round robin competition this year was Nicola Blanco of Banco Santander, while Maersk’s Ignacio Elórtegui was the pick of the finalists. It was a fascinating series of debates on a wide range of subjects, from energy to democracy. Feedback from the debaters emphasizes several things apart from the practice of English. Perhaps the most important is “team spirit” as the participants learn to work together, rather than for personal gain and glory. When asked if they would compete again, the debaters responded unanimously in the affirmative.
After seven years of hard work to improve the Great Corporate Debate, this is perhaps is the greatest compliment AmCham could receive.
Michael Combes is a Director of the Marco Group in Chile, President of Celmedia, Co-Chair of bUSiness CHILE’s Editorial Committee and a former President of AmCham.