La Importancia de ChinaThe Importance of China

01 Marzo 2006


Adelantándose a su visita a Chile el 30 de marzo, ocasión en que será orador en un seminario de AmCham sobre inversión extranjera, Daniel H. Rosen, director de China Strategic Advisory, una consultora ubicada en Nueva York, conversó con bUSiness CHILE sobre el mercado chino y los prospectos que hay ahí para las empresas chilenas.

¿Cómo se interesó en China?

Cuando aún era estudiante de la Universidad de Texas en la década de los ochenta, comencé a ver cuál iba a ser el próximo gran acontecimiento. En ese entonces, los estadounidenses estaban preocupados por Japón y -en lo que respecta a relaciones internacionales- por Rusia, pero China parecía más dinámica y abierta que Japón; comencé así a estudiar el idioma en un momento en que muy pocas personas pensaban que China iba a estar en las grandes ligas tan rápido como para garantizar su interés.

¿Cuán importante será la demanda china para las industrias de recursos naturales de Latinoamérica?

Me referiré a Chile con más detalle en el seminario de AmCham, pero -en términos generales- se debe distinguir entre elementos cíclicos y estructurales de la demanda china. Este último refleja la creciente demanda de los consumidores así como la urbanización, pero -dentro de eso- la demanda cíclica a veces puede ser desalentadora. Las ineficiencias del sector financiero chino implican que los ciclos de inversión del país -y, por lo tanto, su demanda de materias primas- son volátiles. En Brasil, por ejemplo, había mucha ansiedad por la demanda china de mineral de hierro, pero eso ya pasó.

Con el tratado de libre de comercio entre Chile y China, ¿dónde están las oportunidades para las exportaciones chilenas?

La demanda china no sólo tiene que ver con commodities duros como los metales. China también requiere energía y, por lo tanto, tiene sentido para el país asiático importar productos procesados para cuya elaboración ya se ha gastado energía.

La agricultura también es un tema importante y es necesario que Chile tenga cuidado con la idea de la agricultura china como un albatros. Tiene muchas áreas agrícolas que requieren de harta mano de obra -manzanas, tomates, acuicultura, por ejemplo- que muy rápidamente se están volviendo competitivas a nivel internacional.

¿Requieren los exportadores grandes volúmenes para penetrar el mercado chino?

China no es en realidad monolítica; no hay un solo comprador, ni siquiera diez grandes compradores. De hecho, el mercado está muy atomizado. Por ejemplo, las empresas en Shanghai y Beijing tienden a tener distintos proveedores.

Existe la idea de que las prácticas laborales de China hacen que sus productos sean injustamente competitivos...

Bueno, no hay como escapar al hecho de que la mano de obra china tiene un bajo costo, pero hay países de Asia donde es más barata, es más, los costos de mano de obra en China han estado aumentando de manera bastante sólida, especialmente en los últimos cinco años. Es difícil sostener que las prácticas laborales chinas son inherentemente injustas. Sin embargo, en lo que respecta a productos que sólo requieren mucha mano de obra y que no necesitan demasiada tecnología o capital, va a ser difícil mantener una posición en contra de las importaciones chinas.

Después de la cumbre de la APEC, celebrada en Chile el 2004, también se habló mucho sobre la inversión china en Latinoamérica...

Cuando las empresas chinas observan subcapacidad, se apresuran a negociar memorandos de entendimiento y así, pero luego pierden el miedo y muchos de estos memorandos no prosperan. En otras palabras, Latinoamérica necesita un poco de paciencia con el fin de estar preparada para las desilusiones. No obstante, el cuento a largo plazo es que la lógica que utiliza China para respaldar importantes inversiones extranjeras directas tiene sentido.

Ahead of a visit to Chile when, on March 30, he will speak at an AmCham seminar on foreign investment, Daniel H. Rosen, principal of China Strategic Advisory, a New York-based consultancy firm, talked to bUSiness CHILE about the Chinese market and the prospects there for Chilean firms.

How did you get interested in China?

When I was an undergraduate at the University of Texas in the 1980s, I started looking for the next big thing to happen. Americans were then preoccupied with Japan and, as regards international affairs, with Russia, but China seemed to me more dynamic and open than Japan, and I started learning the language at a time when few people thought China was going to make the big league fast enough to warrant their interest.

How important is Chinese demand going to be for Latin America’s natural resource industries?

I’ll be talking about Chile in more depth at the AmCham seminar but, in general, you have to distinguish between the cyclical and structural elements in Chinese demand. The latter reflects growing consumer demand and urbanization but, within that, cyclical demand may at times prove disheartening. The inefficiencies of China’s financial sector mean that the country’s investment cycles - and, therefore, its demand for raw materials - are volatile. In Brazil, for example, there was a lot of excitement about Chinese demand for iron ore, but that’s now pulled back.

With Chile’s trade agreement with China, where are the opportunities for Chilean exports?

Chinese demand is not only about hard commodities like metals. China also needs energy and, therefore, it makes sense for it to import processed products into which the energy has already been incorporated.

Agriculture is also an important issue, and Chile needs to beware of the idea of Chinese agriculture as an albatross. It has lots of labor-intensive agriculture - apples, tomatoes, aquaculture, for example - that is becoming internationally competitive very fast.

Do exporters need large volumes to penetrate the Chinese market?

China isn’t really monolithic; there’s not a single buyer, nor even ten large buyers. In fact, the market is very atomized. For instance, companies in Shanghai and Beijing tend to have different suppliers.

There’s an idea that China’s labor practices make its products unfairly competitive...

Well, there’s no getting away from the fact of low-cost Chinese labor, but there are countries in Asia where it’s cheaper and, in fact, labor costs in China have been growing fairly robustly, especially over the last five years. It’s difficult to make a case that Chinese labor practices are inherently unfair. Nonetheless, for products that are just labor-intensive and don’t need much technology or capital, it’s going to be tough to maintain a position against Chinese imports.

After the 2004 APEC summit in Chile, there was also a lot of talk about Chinese investment in Latin America...

When Chinese firms see under-capacity, they rush out to negotiate memorandums of understanding and so on, but then they get less panicky and a lot of MOUs don’t get worked through. In other words, Latin America needs a little patience and to be prepared for disappointments. But the long-term story is that the logic supporting major outgoing foreign direct investment by China makes sense.
Compartir