Para un país largo y angosto como Chile, transportar electricidad desde donde se genera -principalmente en el extremo sur de la nación o en la costa- hasta donde se necesita en Santiago es un desafío. Conectar nuevas centrales a la principal red eléctrica de Chile, el Sistema Interconectado Central (SIC), implica colocar cables de alto voltaje entre grandes torres de transmisión y obtener los respectivos permisos de derecho de paso a través de acueductos y áreas protegidas. Estas líneas además representan un peligro a la seguridad. A medida que crece la demanda energética de Chile, las mayores cargas eléctricas podrían hacer que se recalienten y se
curven, lo que pondría en peligro a los vehículos, embarcaciones y animales que estén pasando debajo de ellos.
Sin embargo,
la firma estadounidense 3M -que elabora miles de productos incluidas las
notas autoadhesivas
Post-it y la cinta adhesiva Scotch- tiene la solución. Se llama Conductor de Aluminio Reforzado con Compuesto (ACCR, por su sigla en inglés), un cable patentado altamente conductivo que, según 3M, duplica con creces la capacidad de transmisión de los cables convencionales del mismo diámetro.
Desarrollado originalmente en la década de los 90 con el respaldo del Departamento de Energía de Estados Unidos y sometido a pruebas en su Laboratorio Nacional de Oak Ridge, la tecnología de compuesto usada en el ACCR fue diseñada para proteger las naves espaciales de la NASA de incendiarse cuando reingresan a la atmósfera terrestre.
Como resultado, es capaz de resistir temperaturas de hasta cerca de 210°C, lo que se compara con los 75°C que aguanta un cable tradicional.
El núcleo, compuesto de 5.000 microfibras de óxido de aluminio, está envuelto en una aleación dura de aluminio y zirconio para garantizar tanto su desempeño como su durabilidad en las altas temperaturas que se registran en las líneas de transmisión de alto voltaje.
“El bajo peso y la resistencia al calor del cable significan que puede transportar el doble de la capacidad en distancias más largas con menos pandeo”, señala Pablo Wallach, gerente país del Área Eléctrica y Telecomunicaciones de 3M Chile.
Brasil fue el primer país sudamericano en adoptar la tecnología de 3M en el 2008 y hasta ahora ha sido usada por seis empresas eléctricas en esa nación, principalmente para mejoramiento de líneas en áreas urbanas congestionadas así como también sobre áreas naturales y cruces de ríos.
“Es mucho más sencillo y eficiente en términos de costos que construir una torre en la mitad de un río, y tiene la mitad del impacto ambiental”, explica Wallach. 3M recientemente recibió un pedido para un séptimo proyecto en Brasil y la tecnología también se ha utilizado en el cruce de un río en Argentina.
En Chile, 3M está negociando con un distribuidor local para instalar una pequeña sección de línea el próximo año y, según Wallach, pronto más empresas podrían estar usando el cable para reemplazar líneas antiguas o,
sobre distancias más largas, a fin de conectar nuevas centrales a la red.
La mayor parte de las líneas de alto voltaje en Chile están diseñadas para transportar hasta 220 kV pero,
a medida que la demanda de energía crezca,
estas líneas se sobrecargarán, sostiene José Sanzana, subgerente de Marketing del Área Eléctrica de 3M Chile.
La capacidad de muchas líneas de alto voltaje en Santiago se alcanzará en los próximos cinco a diez años, predice Sanzana, pero las torres existentes podrían no soportar el peso de un cable adicional y construir nuevas torres para desplegar una línea paralela puede ser muy costoso si es que no imposible en áreas urbanas.
“Nadie quiere una nueva torre en su patio trasero de modo que la alternativa más eficiente en términos de costos es incrementar la capacidad de las líneas existentes”, señala Sanzana.
“Y debido a esta dependencia, creemos que nuestra tecnología es la mejor solución”.
Otro beneficio para los distribuidores eléctricos es la larga vida. El cable ACCR está fabricado íntegramente en aluminio lo que lo hace menos susceptible a la corrosión galvánica que los cables elaborados a partir de distintos metales, de manera que tiene una vida útil mucho más larga, explica Sanzana.
Dada la capacidad del cable para seguir tenso sobre extensiones más largas, también podría usarse para conectar nuevos proyectos como HidroAysén al tiempo que reduce la necesidad de nuevas torres y minimiza su impacto ambiental.
“Habrá muchas secciones de la línea HidroAysén en donde este tipo de cable es la mejor alternativa”, afirma Wallach.
Es más costoso que el cable convencional, pero considerando el costo de construir nuevas torres y de obtener permisos de derecho de paso de las comunidades locales es competitivo sobre una base de proyecto, argumenta Wallach.
Y, en algunos proyectos, el cable solo se necesita en ciertas secciones de una línea, por ejemplo para cruzar un río o una carretera.
La demanda a nivel mundial por el cable,
que es producido en la planta Menomonie que 3M tiene en Wisconsin,
está creciendo y 3M planea duplicar su capacidad de producción en los próximos 12 meses, afirma Wallach.
Pero 3M no está descansando en los laureles. La compañía, antes conocida como la Minnesota Mining and Manufacturing Company,
está concentrada fuertemente en la innovación y el 32 por ciento de sus ventas provienen de productos desarrollados en los últimos cinco años. “Nuestro objetivo es que esta cifra crezca al 40 por ciento en los próximos cinco años”, sostiene Wallach.
La mayor parte de los nuevos productos eléctricos son desarrollados en las oficinas centrales de la División de Mercados Eléctricos de 3M
en
Austin, Texas, pero algunos productos han sido desarrollados en Chile específicamente para la industria minera. Por ejemplo, un método patentado para reparar líneas de transmisión fue inventado aquí.
3M también creó recientemente, en alianza con Endeavor -organización sin fines de lucro con sede en Estados Unidos- una incubadora de innovación en la norteña ciudad de Antofagasta, la que provee respaldo técnico y comercial para emprendedores chilenos.
“Si los productos son exitosos en el mercado local, 3M tiene una plataforma global que puede ayudar a los inventores a alcanzar los
mercados
extranjeros”, comenta Wallach.
Gracias al
Gobierno
de
Estados Unidos
y el ingenio estadounidense, las empresas de energía de Chile podrán transportar más electricidad al tiempo que construyen menos torres,
pero el énfasis de 3M en la innovación también da a los inventores chilenos la posibilidad de apuntar a las estrellas.