Columna escrita por la gerente general de AmCham, Paula Estévez.
El Imacec de octubre trajo un respiro a la economía local, sin embargo, las cifras solo vienen a reafirmar que el crecimiento sigue siendo un asunto de preocupación nacional e incluso internacional. Hace solo unas semanas, el Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó las proyecciones de crecimiento para Chile, pasando de 2,5% a 2,3% para este año. Y a esto se sumó el Gobierno, que hace unos días ajustó a la baja sus estimaciones a 2,4%.
¿Desde dónde podemos apalancar ese crecimiento que tanto necesita Chile hoy? La inversión extranjera podría ser la respuesta.
Sabemos que Estados Unidos es hoy uno de los principales inversionistas extranjeros en Chile, con un stock de más de US$ 27 mil millones (un 8% del PIB del país), a través de su diversificada presencia, mediante múltiples proyectos en curso e inversiones greenfield.
No obstante, en un contexto de desaceleración económica a nivel global, donde Chile no es la excepción, la competencia por atraer nueva inversión extranjera es cada vez más fuerte. Por lo tanto, para seguir atrayendo inversión, seguir siendo competitivos como país, y lograr un crecimiento económico sostenible en el largo plazo, se requiere contar con certeza jurídica, respetar los tratados internacionales, y mantener las reglas claras y estables en el tiempo.
Por esto, creemos que medidas como la invariabilidad tributaria podrían transformarse en un fuerte impulso competitivo para Chile en esta carrera por atraer inversión extranjera al país.
En 2014, cuando se eliminó el DL 600 en Chile, algunos de los argumentos que empujaron esa decisión fueron que la estabilidad, competitividad tributaria y certeza jurídica del país lo hacían innecesario. Hoy, 10 años después, el contexto nacional ha cambiado, y en un entorno global altamente competitivo, con bastantes alarmas proteccionistas, creemos que es clave entregar señales claras como país sobre la intención de retomar la senda de crecimiento mediante la llegada de más y nueva inversión.
No lo decimos solo nosotros. Tras recortar la proyección de crecimiento para Chile, el FMI mencionó que algunas de las prioridades que debería asumir el país para alcanzar un mayor nivel de crecimiento son 'agilizar las solicitudes de permisos de inversión y las evaluaciones medioambientales; atraer inversiones y aumentar la producción en industrias clave en la transición energética', entre otras medidas.
De esta forma, vemos que existen grandes oportunidades para que el país vuelva a crecer y lo haga de la mano de Estados Unidos como principal socio estratégico en materia de cobre, litio, hidrogeno verde, energías renovables, data centers, finanzas, alimentos y PYME, todos sectores claves para el presente y futuro económico. Eso sí, es necesario que Chile asuma que, para lograr atraer esa inversión, es necesario jugar las cartas que le permitan entrar a la carrera donde son muchos los países que están compitiendo por el mismo objetivo. La buena noticia es que eso depende de nosotros.