Cuando el presidente Sebastián Piñera lo nombró ministro de Hacienda a comienzos de este año, el economista de Harvard Felipe Larraín sabía que iba a estar bajo los reflectores, pero no podía haber sabido cuán brillantes iban a ser hasta que el terremoto que el 27 de febrero remeció al país. Encargado de financiar la reconstrucción, Larraín concibió una mezcla de fuentes, la que incluyó la emisión de bonos denominados en pesos y dólares en los mercados internacionales. La primera emisión global de bonos en pesos en la historia de Chile fue un gran éxito: obtuvo bajos rendimientos en comparación con instrumentos similares en Chile y abrió la puerta para que las empresas chilenas accedan a financiamiento internacional en pesos. El ministro Larraín conversó con bUSiness CHILE sobre la emisión de bonos, sobre cómo es visto Chile por los inversionistas extranjeros y sobre la estrategia del Ministerio para mejorar el sistema de supervisión financiera del país.
¿Por qué la República de Chile emitió US$ 1.500 millones en bonos globales en julio pasado?
Estos son recursos frescos que utilizaremos para financiar la reconstrucción de nuestro país y los conseguimos en condiciones excepcionales. Además, con esta emisión de bonos hemos abierto un mercado importante de financiamiento para empresas chilenas en el exterior en dólares y en pesos.
¿Cómo fue recibida la emisión de bonos?
La recepción del mercado fue extraordinaria. El bono en dólares que colocamos a 10 años tuvo una tasa de 3,89%, la más baja de la historia desde la primera emisión de la República de Chile en 1822. La emisión del bono en pesos por algo más de US$ 500 millones se colocó al 5,5% nominal, cerca de 60 puntos base menos que la tasa a la que se transaban bonos similares en el mercado interno. Esto hace más barato nuestro financiamiento fiscal y entrega nuevas y atractivas posibilidades a las empresas chilenas.
La última vez que Chile recurrió a los mercados internacionales de capital fue en el 2004. ¿Fue este un buen momento para emitir bonos soberanos?
A pesar de lo que nos decían algunos, fue un excelente momento porque somos percibidos como un país con sólidas políticas macroeconómicas, con muy bajo riesgo y buenas perspectivas de crecimiento. Además nuestro plan de financiamiento de la reconstrucción ha sido reconocido internacionalmente como un plan balanceado lo que ha llevado a que consultoras / agencias calificadoras internacionales como Moody’s suban nuestra clasificación crediticia. Todas estas características permiten que nuestro país enfrente una alta demanda por sus bonos y obtenga excelentes condiciones crediticias.
¿Cuál ha sido el efecto de la emisión de bonos en el mercado local?
Al realizar la emisión de estos bonos, decidimos como gobierno ingresar cerca de US$ 1.000 millones al Fondo de Estabilización Económica y Social, y dejar algo más de US$ 500 millones en depósitos fuera de Chile, los que vamos a traer a Chile sólo en la medida que lo necesitemos. Así entregamos una poderosa señal sobre nuestra preocupación por los efectos macroeconómicos. Esta medida apuntó obviamente a quitarle presión al tipo de cambio, por lo que los movimientos de esta última variable no están relacionados con la emisión de estos bonos.
Tras el éxito de esta primera emisión, ¿podría Chile emitir más bonos en mercados extranjeros en los próximos meses?
Como hemos indicado, la decisión de emitir estos bonos fue parte de un plan de financiamiento muy balanceado, que usó múltiples fuentes. Desde ese punto de vista, es importante indicar que decisiones futuras de colocar bonos en los mercados internacionales están completamente abiertas. En el futuro podríamos evaluar la realización de operaciones similares a estos u otros plazos para ir completando la curva de rendimiento en el mercado externo, pero esa es una decisión que evaluará el Ministerio de Hacienda en su momento.
Usted encabezó a un grupo de empresarios chilenos en su visita en julio a Nueva York para el Chile Day, ¿cómo fueron recibidos en Estados Unidos?
Hemos recibido en el extranjero una excelente recepción y un enorme interés por Chile. Por una parte, hay mucho respeto por la forma en que nuestro país ha enfrentado el desastre del terremoto, y en particular, el paquete de financiamiento de la reconstrucción ha sido reconocido internacionalmente por ser responsable y balanceado, al tiempo que busca disminuir presiones innecesarias sobre el tipo de cambio, tasas de interés e inflación. Por otro lado, el proceso de recuperación económica que está viviendo nuestro país y las reformas pro-crecimiento que estamos impulsando despiertan mucho interés.
En agosto, el Ministerio de Hacienda creó la Comisión de Supervisión Financiera, ¿cuál es el propósito de esta?
La comisión ya ha iniciado su trabajo; ha tenido varias reuniones y empezó a recibir audiencias, lo que nos tiene muy satisfechos. El objetivo que se le encomendó es -antes de fin de año- entregar al Ministerio un estudio sobre los eventuales perfeccionamientos que en materia institucional se pueden aplicar a la estructura de supervisión del sistema financiero.
Pero durante la reciente crisis el sistema de supervisión financiera de Chile pareció funcionar relativamente bien, ¿por qué necesita ser revisado?
Si bien efectivamente el sistema enfrentó bien la crisis, el actual diseño responde a la Misión Kemerer de 1925 (nombrada así en honor al economista estadounidense Edwin Walter Kemmerer). Al tiempo que los productos y los participantes del sistema financiero se hacen cada vez más sofisticados, creemos que también es necesario ir modernizando el modelo de supervisión, justamente para que cuando venga una crisis responda en forma eficaz. Este es un enfoque preventivo y no reactivo.
Organizaciones como InBest están trabajando para integrar los mercados de capital locales e internacionales con el fin de facilitar la inversión en Chile. ¿Qué está haciendo el Ministerio de Hacienda para mejorar el acceso de las empresas chilenas al financiamiento?
La integración de mercados es uno de los objetivos contenidos en nuestra agenda de reformas de mercado de capitales Bicentenario, o MKB, impulsada por la actual administración. Medidas concretas en esta dirección son las colocaciones de bonos ya señaladas que proveen referencias líquidas de deuda soberana que facilitan el acceso de empresas chilenas al financiamiento internacional. En la misma línea, propender hacia la internacionalización del peso es otra de nuestras metas, un primer paso fue la colocación de un bono soberano denominado en pesos. En paralelo, se busca atraer a inversionistas extranjeros para que participen más activamente en el mercado doméstico, tanto como compradores de títulos como en calidad de emisores. Esto implica remover obstáculos operativos que dificultan su acceso así como trabajar en una agenda permanente que permita dar a conocer las ventajas de nuestro mercado de capitales.
En un tema más personal, imagino que estos primeros meses han sido intensos, ¿cómo maneja la carga de trabajo tras el terremoto?
Han sido muy intensos, pero extraordinariamente motivantes. La carga de trabajo ha aumentado mucho. Antes de entrar aquí tenía una agenda de 10 a 11 horas diarias, hoy son 13 a 15. Pero lo importante es que hay muchas ganas de trabajar por el país. Y tenemos un excelente equipo en el Ministerio de Hacienda que nos permite manejar la gran carga de trabajo que enfrentamos. También motiva que estamos empezando a ver los resultados del trabajo.
Julian Dowling es editor de bUSiness CHILE
When President Piñera named him as his Finance Minister early this year, the Harvard-trained economist Felipe Larraín knew he was going to be under the spotlight but he could not have know how bright it would be until the earthquake struck on February 27. Tasked with financing the reconstruction, Mr. Larraín came up with a mix of sources including issuing peso and dollar denominated bonds in international markets. Chile’s first global peso bond issue in its history was a big success, obtaining low yields compared to similar instruments in Chile and opening the door for Chilean firms to access international financing in pesos. Mr. Larraín spoke to bUSiness CHILE about the bond issue, how Chile is seen by foreign investors and the ministry’s strategy to improve the country’s financial supervision system.
Why did the Republic of Chile issue US$1.5 billion in global bonds last July?
These are fresh resources we can use to finance the reconstruction and we obtained them under exceptional conditions. With this bond issue we have also opened an important market for Chilean companies to obtain financing abroad in dollars and in pesos.
How was the bond issue received?
The reception in the market was extraordinary. The 10-year dollar denominated bond obtained a yield of 3.89%, the lowest in history since the first issue by the Republic of Chile in 1822. The bond issue in pesos for just over US$ 500 million obtained a nominal yield of 5.5%, nearly 60 basis points less than the yield for similar bonds in the internal market. This makes our fiscal financing cheaper and presents new and attractive possibilities for Chilean companies.
The last time Chile tapped international capital markets was in 2004. Was this a good time to issue sovereign bonds?
Despite what some said, it was an excellent moment because we are perceived as a country with solid macroeconomic policies, with very low risk and good growth perspectives. Also, our financing plan for the reconstruction has been internationally recognized as a balanced plan which has led international ratings agencies, like Moodys, to raise our credit rating. All these characteristics resulted in a very high demand for our bonds and allowed us to obtain excellent credit conditions.
What has been the impact of the bond issue on the local market?
When we issued these bonds, we decided as a government to inject around US$ 1 billion into the Economic and Social Stabilizations Fund and leave over US$ 500 million deposited outside Chile, which we will bring to Chile only when necessary. This is a powerful sign about our concern for the macroeconomic effects. This measure was obviously aimed at taking pressure off the exchange rate, so that any variations are not related to the issue of these bonds.
After the success of this first issue, could Chile issue more bonds in foreign markets in the coming months?
As we have said, the decision to issue bonds was part of a balanced financing plan which uses multiple sources. From this perspective, we are completely open as far as future decisions regarding bond issues in foreign markets. We could evaluate operations with similar or different maturities to complete the yield curve in the external market, but this is a decision the Finance Ministry will evaluate at the time.
You led a group of Chilean businesspeople to New York in July for Chile Day. How were you received in the United States?
We received an excellent reception and there is huge interest in Chile. On the one hand, there is a lot of respect for the way our country has recovered from the earthquake and, in particular, the financing package has been internationally recognized as being responsible and balanced, while looking to reduce unnecessary pressure on the exchange rate, interest rates and inflation. On the other hand, our country’s process of economic recovery and the pro-growth reforms we are implementing has generated a lot of interest.
In August, the finance ministry created the Financial Supervision Commission. What is the idea behind that?
The commission has already begun its work; it has met several times and has started to hold public hearings, which makes us very satisfied. Its objective is – before the end of the year – to deliver to the Ministry a study on the possible adjustments in institutional terms that could be applied to the structure of the financial supervision system.
But during the recent crisis Chile’s financial supervision system seemed to work relatively well. Why does it need to be revised?
Even though the system responded well to the crisis, its current design was proposed by the Kemerer Mission [named after American economist Edwin Walter Kemmerer] in 1925. As the financial system’s products and participants have become more sophisticated, we believe that it is also necessary to modernize the supervision model, precisely so that in times of crisis it can respond more efficiently. The focus is preventive, not reactive.
Organizations like InBest are working to integrate local and international capital markets to facilitate investment in Chile. What is the finance ministry doing to improve the access of Chilean companies to financing?
The integration of markets is one of the objectives in our Bicentennial agenda of reforms for capital markets, or MKB, being implemented by this administration. Concrete measures in this agenda include the bond issues that give a benchmark for sovereign debt that facilitates the access of Chilean companies to international financing. The internationalization of the peso is another of our goals – a first step was the bond placement denominated in pesos. In parallel, we are looking to attract foreign investors – both buyers of debt instruments and issuers - so that they participate more actively in the internal market. That means removing obstacles that hinder their access as well as working on a permanent agenda that promotes the advantages of our capital markets.
On a personal note, I imagine these first few months have been intense. How are you handling the workload after the earthquake?
They have been intense but amazingly energizing as well. The workload has increased a lot. Before coming here my agenda was 10-11 hours a day, now it’s 13-15 hours. But the important thing is that there is a lot of will to work for the country. And we have an excellent team in the Finance Ministry that allows us to manage the high workload. It also motivates us that we are starting to see the results of our work.
Julian Dowling is Editor of bUSiness CHILE