[:es]Hospitales en EE.UU.: Potenciando el sistema de salud chileno[:en]US Hospitals: strengthening healthcare in Chile[:]

07 Diciembre 2017
[:es]Desde hace unos años, algunas clínicas están trabajando con hospitales estadounidenses de primera línea, tanto para capacitar a sus médicos como para desarrollar una labor conjunta en la atención de pacientes. Incluso, capitales de ese país han entrado en la propiedad de centros de salud locales. El resultado, dicen en la industria, puede tener un fuerte impacto en la mejora de la atención en Chile.

Por Claudia Marín 

Hace algunas semanas se cumplieron 20 años de la firma de uno de los acuerdos de más larga data entre un centro de salud chileno y uno estadounidense. Se trata del suscrito por la Clínica Alemana y Clínica Mayo, hoy ubicada en el primer lugar del ranking anual de los Mejores Hospitales de U.S. News & World Report 2017-2018. A este convenio se suma el que firmaron en octubre pasado la Clínica Universidad de los Andes y el Massachusetts General Hospital, que está en el cuarto lugar de la misma medición, y la entrada en 2013 de CHRISTUS Health a la propiedad de la Red de Salud UC.

Movimientos que han sido inspirados en un ánimo de colaboración, sobre la base de valores y visiones compartidas, y que han impactado directamente en los estándares de los centros de salud chilenos, con el consiguiente beneficio para los pacientes.

Una situación que el director comercial de la Clínica Universidad de los Andes, Arturo Zúñiga, compara con el ingreso de Chile a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), cuando dejó de medirse con los países latinoamericanos.

En ese momento “empezamos a ver cómo estaba nuestra productividad, ingreso per cápita, nivel educacional y una serie de otros indicadores en relación a países que ya tienen mucho camino recorrido y, por tanto, mejores resultados. Haciendo el paralelismo, es muy bueno replicar las mejores prácticas de instituciones de salud que son referentes mundiales”, explica.

Para el gerente general de Sanofi, Henry Ordoñez, Chile tiene las capacidades tecnológicas y profesionales para ofrecer una atención por encima de sus pares a nivel de Latinoamérica. Pero añade que existen procesos que pueden mejorarse para lograr una mejor eficiencia en la inversión de los recursos, así como un seguimiento a los mismos buscando no sólo la respuesta a corto plazo, sino también a mediano y largo alcance. Todo lo cual podría enmarcarse en programas transversales que apunten a una mejor atención y cobertura.

Así, el aporte de este tipo de acuerdos, más allá de posibles inversiones, está en la mejora de los procesos o en la estandarización de protocolos, que permiten tener mejores formas de comparar los estándares locales con los internacionales.



Colaboración consolidada

El convenio de colaboración científico-docente que hace ya dos décadas firmaron Clínica Alemana y Clínica Mayo surgió del interés del establecimiento chileno por establecer vínculos con uno de los hospitales que, con más de 150 años de existencia, es uno de los más valorados en Estados Unidos.

La coincidencia entre los valores y principios de ambos también motivó el acuerdo, precisa el jefe del Departamento de Medicina Interna de Clínica Alemana, Dr. Luis Miguel Noriega: el paciente en el centro del quehacer de la institución, que asume un deber en la educación médica.

“Este intercambio de conocimiento y la búsqueda de la investigación tienen un valor significativo y mutuo. Nosotros y nuestros colegas en Chile trabajamos para avanzar en la medicina en los Estados Unidos, Chile y en todo el mundo”, comenta el Dr. Alfredo Quiñones-Hinojosa, jefe de neurología de Clínica Mayo en Jacksonville (Florida), y presidente médico para los proyectos e iniciativas en Latinoamérica de la entidad.

Aunque la relación del establecimiento con Chile comenzó cuando su cofundador, el Dr. William Mayo, visitó el país y estableció relaciones con médicos y hospitales locales hace más de un siglo, la idea de este convenio en particular se gestó en el marco de una visita que los directores de Clínica Mayo hicieron a Latinoamérica.

En la oportunidad, el Dr. Claus Krebs –director médico de Clínica Alemana en ese tiempo–, inició los contactos. A poco andar, y gracias al apoyo del Dr. Salvador Álvarez, entonces encargado de relaciones internacionales del centro estadounidense, el acercamiento culminó con este acuerdo, entre cuyas iniciativas se encuentra el programa Actualización del Board de Medicina Interna. Dicha acción se realiza desde el año 2005 en conjunto y bianualmente, con el fin de preparar a los médicos chilenos para el examen de certificación y recertificación en Estados Unidos.

Los lazos institucionales y personales que se han ido creando a lo largo de 20 años de colaboración han permitido, según el Dr. Noriega, que pacientes chilenos hayan sido evaluados por profesionales de la clínica estadounidense como segunda opinión, o hayan sido presentados a los

equipos médicos de ese centro para obtener opiniones y sugerencias de manejo a nivel diagnóstico y terapéutico.

A su vez, el equipo de Clínica Alemana ha realizado visitas a Estados Unidos para conocer de cerca los modelos aplicados y ver su aplicabilidad en el medio local. Uno de los aspectos más destacados en este sentido fue el inicio de los registros electrónicos en el establecimiento nacional, pues numerosos profesionales –médicos y de otros rubros– pudieron conocer el funcionamiento de éstos en Clínica Mayo, abordando ahí los problemas y bondades de su uso.

“Clínica Mayo ha abierto sus puertas para mostrarnos su modelo de atención, sus líneas de desarrollo, sus errores y logros. Aspectos que han tenido un fuerte impacto en algunas decisiones que hemos tomado en nuestras planificaciones estratégicas”, dice el jefe del Departamento de Medicina Interna de Clínica Alemana.



Segunda opinión

Uno de los convenios más recientes suscritos por un centro de salud chileno y uno estadounidense es el que dieron a conocer en octubre la Clínica Universidad de Los Andes y el Massachusetts General Hospital (Mass General), primer hospital clínico de la Universidad de Harvard.

Según el director comercial de Clínica Universidad de los Andes, fueron representantes del Mass General quienes se acercaron al centro de salud nacional, coincidiendo en que ambos son campus clínicos sin fines de lucro, donde la investigación y la docencia son parte de sus prioridades.

El acuerdo posibilita que pacientes chilenos puedan solicitar el envío de sus antecedentes a Boston para ser revisados por médicos del Mass General, a fin de obtener una segunda opinión. En pocas semanas de funcionamiento, más de 10 pacientes con enfermedades complejas ya han solicitado este servicio y sus antecedentes médicos están en proceso de revisión por parte de un equipo multidisciplinario de especialistas, para determinar si se presentan en Estados Unidos.

Para los especialistas chilenos, en tanto, el acuerdo les permite interactuar con los referentes mundiales de cada especialidad, compartiendo técnicas e intercambiando opiniones.

“El mejor impacto que instituciones como Mass General pueden producir en Chile es fortalecer aún más sus sistemas de salud, junto con apoyar a los médicos para que brinden una excelente atención a los pacientes a nivel local”, señala la directora de Marketing y directora senior de Servicios de Salud Internacionales del Massachusetts General Hospital, Misty Hathaway.

En su opinión, Chile tiene un sistema de salud fuerte, con clínicas y hospitales de alta calidad. Pero como en muchos países, dice, los chilenos experimentan una tasa de crecimiento de ciertas enfermedades –cáncer de estómago y de pulmón, trastornos del riñón, diabetes–, afecciones que pueden relacionarse con el estilo de vida, la dieta y el ambiente, por lo que desde ese centro ven el acuerdo como una importante oportunidad para que los médicos chilenos eduquen mejor a las personas sobre los factores de riesgo. “Ningún sistema de salud en el mundo es perfecto, ¡incluyendo los Estados Unidos!”, recalca.

Innovación y estándares

Las condiciones del país, su economía estable y la oportunidad de tener un socio con los mismos valores y visión, fueron las razones que decidieron a CHRISTUS Health a escoger Chile, en el marco de su objetivo estratégico de expandirse a Latinoamérica.

El centro de salud de Texas, que pertenece a la Orden de las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado y que ya contaba con presencia en México, identificó los países de la región donde había espacio para desarrollar y brindar servicios de salud de alta calidad, decantándose por el nuestro. Fue así como en 2013 adquirió el 40% de Red Salud UC, conformando la Red Salud UC CHRISTUS. Luego, se hizo del 50% de la propiedad de la Clínica UC San Carlos de Apoquindo, tras comprar su participación a Isapre Colmena.

Un mayor acceso a las distintas formas de enfrentar los desafíos en salud en otras partes del mundo, por ejemplo incorporando de forma más rápida las innovaciones, prácticas y tecnología, es uno de los beneficios que han traído estos movimientos, de acuerdo con el gerente de Desarrollo de Nuevos Negocios de la Red de Salud UC CHRISTUS, Thomas Leisewitz.

Además, les ha permitido compararse con la región y con la realidad del sector salud norteamericano. “Lo que va a pasar también con otros prestadores que se puedan asociar con grandes organizaciones internacionales. Esto hace más dinámica la competencia y genera un espacio interesante para mejorar la calidad de los servicios hacia los pacientes”, afirma.

Leisewitz destaca, asimismo, el énfasis en los resultados en la salud del paciente que trajo CHRISTUS, lo que se observa en el cumplimiento de estándares de calidad y eficiencia.

En ese sentido, acota que el acceso a los servicios es sólo el primer paso, pues lo más relevante es que agreguen valor al paciente y vayan realmente en su beneficio, lo que se puede lograr al alinear los incentivos entre el paciente, el prestador y el asegurador.

Y como la innovación y la mejora continua son parte de las prácticas sistemáticas que trajo CHRISTUS, la red prepara una serie de avances que incluyen mejorar los sistemas informáticos para integrar la información clínica de los pacientes y que puedan interactuar de manera más eficiente con el equipo clínico. Además, proyectan crecer en el área ambulatoria y desarrollar modelos innovadores en la forma de atención, ofreciendo un mejor acceso a los centros.

“Definitivamente, la colaboración integral entre ambos países es importante dado el intercambio en materia de investigación que también está aportando Chile en este momento y que, sin duda, puede encontrar para ambos mejores perspectivas a futuro”, concluye Ordoñez. 



Espacios por abarcar

Clínica Alemana, luego de su acuerdo con Clínica Mayo, suscribió convenios con diversos centros de Estados Unidos, incluyendo The Cleveland Clinic Foundation, The Children’s Hospital of Philadelphia, MD Anderson Cancer Center, Hospital for Special Surgery, Chest Disease Center - Beth Israel Deaconess Medical Center y Nicklaus Children’s Hospital. Además, tiene relación con hospitales de Alemania, Bélgica, Argentina, Italia y España. Y es que, dado el competitivo sistema de salud que tiene el país, todavía quedan enormes oportunidades por explorar.

Según Bruno Indelli, Managing Director de MSD Chile, la atención local está sobre el promedio al compararla con Latinoamérica, pero frente a la OCDE, todavía hay campo para avanzar. A su juicio, los desafíos del país se relacionan con el acceso a terapias más modernas, además de la falta de especialistas y camas en los hospitales públicos.

“El intercambio de mejores prácticas con socios estadounidenses probablemente mejorará el nivel de servicio de los proveedores de atención médica en Chile”, señala Indelli, pero aclara que el impacto es difícil de medir, dadas las importantes diferencias entre ambos sistemas de salud y los

volúmenes del mercado de Estados Unidos, que seguramente aprovechan un poder de negociación mayor que el que tienen los centros chilenos.[:en]For a number of years, certain Chilean clinics have been working with leading American hospitals to train medical staff and develop a collaborative working relationship in patient care. Private US funds have even been invested in local healthcare centers. According to industry experts, these practices could have a significant impact on improving patient care in Chile. 

By Claudia Marín 

The final few months of 2017 marked the 20th anniversary of one of the longest standing agreements between a Chilean and US healthcare center. The agreement in question is the one signed between Clínica Alemana and Mayo Clinic, which currently tops the annual U.S. News Best Hospitals & World Report 2017-2018 ranking of leading hospitals in the United States.

A separate but similar agreement has also been entered into between Clínica Universidad de los Andes and Massachusetts General Hospital, which sits in fourth place in the aforementioned ranking. Likewise, in 2013 the US-based CHRISTUS Health network also invested in the Red de Salud UC network which forms part of the Pontificia Universidad Católica de Chile.

These developments have been inspired by a spirit of collaboration, based on shared values and outlooks, and have directly impacted on the standards of Chilean healthcare centers, with resultant benefits for patients.

The Commercial Director of Clínica Universidad de los Andes, Arturo Zúñiga, compares this situation to Chile joining the Organisation for Economic Co-operation and Development (OECD), at which point the country ceased to compare itself with its Latin American neighbors.

At that juncture, he states, “we began to see that our productivity, per capita income, level of education and a whole host of other international indicators had progressed significantly and, as a result, the country had achieved more positive outcomes. In comparative terms regarding health, it is a good idea to replicate the best practices of internationally renowned healthcare institutions”.

According to the General Manager of Sanofi, Henry Ordoñez, Chile possesses the technological capabilities and professionals to deliver superior healthcare compared to its Latin American counterparts. However, he stresses the need to improve certain processes to streamline efficiency in resource investment, as well as closer monitoring of those resources in order to identify not only short-term, but also medium- and long-term answers. All of which could be framed within a context of cross-cutting initiatives that aim to enhance care and expand coverage.

Therefore, the significance of these types of agreements goes beyond just possible investment opportunities and relates more to the improvement of procedures or standardization of protocols, which gives rise to improved ways of comparing local standards to international standards.



Consolidated collaboration

The scientific-teaching collaboration agreement signed two decades ago between Clínica Alemana and Mayo Clinic arose out of the interest of the Chilean entity to forge links with its American counterpart, one of the most prestigious hospitals in the United States, with over 150 years of history and experience in the field of medicine.

The similarity in values and principles of the two institutions was also a contributory factor behind the agreement, according to the Jefe del Departamento de Medicina Interna (Head of the Internal Medicine Department) of Clínica Alemana, Dr Luis Miguel Noriega. The main similarity in this regard is the common outlook of both entities whereby the patient is viewed as the core element within the establishment, and that the establishment, in turn, assumes the duty of medical education.

“This exchange of knowledge and search for new information has a significant and mutual value. We and our colleagues in Chile are working to advance medicine in the United States, Chile and the wider world”, says Dr Alfredo Quiñones-Hinojosa, Head of Neurology at Mayo Clinic in Jacksonville (Florida) and also President Consultant for projects and initiatives in Latin America for the same institution.

The relationship between Mayo Clinic and Chile began more than a century ago when the cofounder of the American group, Dr William Mayo, visited the country and formed working relations with a number of local doctors and hospitals. However, the idea to formalize this particular agreement was born out of another visit, this time by a group of Mayo Clinic directors, to Latin America.

During that trip, Dr Claus Krebs, then-Director Médico (Medical Director) at Clínica Alemana initiated contact. Soon after, and thanks to the support of Dr Salvador Álvarez, who was then in charge of international affairs at the US clinic, the introductions had been transformed into a formal agreement. One of the most noted initiatives arising out of the agreement has been the Actualización del Board de Medicina Interna (Internal Medicine Board Review) program. This particular scheme has been jointly implemented since 2005 on a biannual basis and its objective is to prepare Chilean doctors for their board certification and recertification exam in the United States.

The institutional and personal ties that have been created over 20 years of collaboration have, explains Dr Noriega, enabled Chilean patients to receive second opinions from medical professionals at the American clinic. Likewise, Chilean patients have been introduced to medical teams from Mayo Clinic to receive diagnostic and therapeutic assessments and suggestions.

In turn, professionals from Clínica Alemana have visited the United States to learn about the models applied in that country and to gauge their applicability to the Chilean market. For example, one of the most significant aspects in this regard was the implementation of electronic records in the Chilean entity. This came about due to the fact that numerous professionals, whether doctors or individuals from other fields, were able to experience how these worked in practice during their  trips to Mayo Clinic, witnessing first-hand the associated problems and benefits of their use.

“Mayo Clinic has opened its doors to show us its patient care model, its different areas of work, its mistakes and its successes”, explains Dr Noriega. “This has significantly impacted certain aspects of our decision-making in terms of strategic planning”, he adds.



Second opinion

One of the most recent mutual agreements entered into by a Chilean and US health provider is the aforementioned arrangement announced in October 2017 between Clínica Universidad de Los Andes and Massachusetts General Hospital (Mass General), the original university hospital of Harvard University.

According to the Director Comercial (Commercial Director) of Clínica Universidad de los Andes, it was representatives of Mass General who initially approached the Chilean institution, on the basis that both healthcare entities are nonprofit clinical campuses in which research and teaching are key priorities.

The agreement enables Chilean patients to request their medical records to be sent to Boston for review by doctors from Mass General, in order to obtain a second opinion. Within just weeks of this process getting off the ground, more than 10 patients with complex conditions have already requested the use of this service. Their medical records are currently undergoing review by a multidisciplinary team of specialists in order to determine whether they should be flown to the United States for further treatment.

With regard to the Chilean specialists, the agreement enables them to interact with global leaders in the field from a diverse range of specialties, including the opportunity to share techniques and exchange medical opinions.

“The biggest impact that institutions like Mass General can have on Chile is to further strengthen the country’s healthcare systems, in addition to supporting doctors to provide the highest quality of care to patients at the local level”, says the Chief Marketing Officer and Senior Director for International and Specialized Healthcare Services at Massachusetts General Hospital, Misty Hathaway.

In her opinion, Chile has a robust system of healthcare with top-class clinics and hospitals. However, in line with many other countries, certain disorders are growing in prevalence among the Chilean population, including stomach and lung cancer, kidney disease and diabetes, and these are the consequences of lifestyle choices, diet and environmental factors. As a result, experts from Mass General see this as an opportunity for Chilean doctors and other healthcare professionals to improve education in terms of risk factors. “No country has a perfect healthcare system, not even the United States!” Hathaway points out.

Innovation and standards 

General nationwide conditions, a stable economy, and the opportunity to form a partnership with a like-minded institution in terms of mission and values were the main reasons that attracted CHRISTUS Health to Chile, within a wider context of its strategic objective to position itself in Latin America.

The Texas-based healthcare center, which forms part of the Sisters of Charity of the Incarnate Word, had already established operations in Mexico prior to its venture into Chile. These moves into Latin American markets fit with the institution’s goal to identify countries in the region where it is possible to grow and provide high-quality care services. In terms of its expansion into Chile, in 2013 CHRISTUS Health acquired a 40% stake in Red Salud UC, with the new entity subsequently becoming Red Salud UC CHRISTUS. Later, the US entity acquired 50% of the Clínica UC San Carlos de Apoquindo, having purchased that institution’s stake in the Isapre (private healthcare insurance provider), Colmena.

The Gerente de Desarrollo de Nuevos Negocios (New Business Development Manager) at Red de Salud UC CHRISTUS, Thomas Leisewitz, believes that one of the key benefits brought to Chile by US healthcare centers, such as CHRISTUS Health, is a greater exposure to different ways in which health-related challenges are confronted in other parts of the world. This, he states, includes an expedited incorporation of new innovation, practices and technology.

These new relationships have also allowed Chilean healthcare centers to compare themselves with others in the region as well as to the reality of the health sector in the United States. “The same thing will happen for other care providers that form agreements with large international organizations. This helps to make competition more dynamic and generates an interesting space to improve the quality of patient services”, he notes.

Likewise, Leisewitz highlights the new emphasis that has been introduced following the arrival of CHRISTUS Health in terms of patient outcomes, which is based on compliance with strict quality and efficiency standards.

Accordingly, he explains that access to services is merely the first step, and that the most important aspect is that these services add value to and genuinely benefit the patient. This, he points out, can be achieved by aligning incentives between the patient, the provider and the insurer.

Since innovation and ongoing improvement are part of the systematic practices introduced by CHRISTUS Health, the network prepares a series of steps that include enhancing information systems to integrate the clinical information of patients and enable them to interact more efficiently with clinical teams. In addition, Red de Salud UC CHRISTUS anticipates growth in outpatient services and the development of innovative care models to offer improved access to their medical centers.

“Certainly, comprehensive collaboration between both countries is important due to exchanges in the field of research, in which Chile is also providing significant material that, undoubtedly, will help to improve prospects moving forward”, concludes Ordoñez from Sanofi. 



Room for improvement

After having signed its agreement with Mayo Clinic, Clínica Alemana formed new accords with a range of diverse healthcare specialists in the US, including the Cleveland Clinic Foundation, the Children’s Hospital of Philadelphia, the MD Anderson Cancer Center, the Hospital for Special Surgery, the Chest Disease Center-Beth Israel Deaconess Medical Center, and the Nicklaus Children’s Hospital. The Chilean healthcare provider also has agreements with a number of hospitals in Germany, Belgium, Argentina, Italy and Spain. And thanks to the competitive system of healthcare that exists in Chile, there are still many new opportunities to explore.

According to Bruno Indelli, Managing Director of MSD Chile, while local care exceeds the Latin American average, there is still room for improvement in terms of comparisons with other OECD nations. In his opinion, the major pending challenges in Chile relate to access to modern care, as well as a lack of specialists and beds in public hospitals.

Indelli believes that “the exchange of best practices with American partners will probably raise the level of service of healthcare treatment in Chile”. Nevertheless, he points out that the impact is difficult to measure due to significant differences between the two national health systems and because of the sheer volume of sales in the United States. With regard to this latter point, he argues that their presence in such a substantial market means that US players, without a doubt, hold more weight when it comes to negotiating agreements than their Chilean counterparts.

“y los volúmenes del mercado de Estados Unidos, que seguramente aprovechan un poder de negociación mayor que el que tienen los centros chilenos”[:]
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