Hacia una Sociedad más Justa Towards a Fairer Society

19 Octubre 2010

Aun cuando Chile continúa con su estable progreso hacia el estatus de país desarrollado, está perdiendo la lucha contra la pobreza. La Encuesta Casen 2009 del Ministerio de Planificación y Cooperación (Mideplan) muestra que la pobreza subió en Chile a un 15,1 por ciento en el 2009 frente al 13,7 por ciento del 2006, el primer incremento en 23 años.


¿Qué significa esto en la calle? Las estadísticas son deprimentes; unos 2,5 millones de chilenos viven en la pobreza y cerca de un tercio de ellos viven con menos de US$ 60 por mes. Las mujeres y los niños son los más afectados: el 40% de todos los pobres de Chile son jóvenes de 17 años de edad o menos y uno de cada cuatro niños nace en la pobreza.


“Es malo, no se puede negar, vivimos en un país con demasiada injusticia social”, sostuvo el ministro de Mideplan, Felipe Kast, en un desayuno de AmCham realizado en septiembre.


A los 33 años de edad, Kast es uno de los miembros más jóvenes del gabinete del presidente Piñera, pero su aire de autoridad oculta su edad.


Hijo de un inmigrante alemán, Felipe siguió los pasos de su padre, Miguel Kast, quien fue ministro de Mideplan entre 1978 y 1980 durante el mandato del general Augusto Pinochet y uno de los famosos “Chicago Boys”.


Pero Felipe -quien terminó sus estudios de postítulo en sociología y economía en la Habana, Cuba, antes de obtener su doctorado en políticas públicas en Harvard- se ha concentrado en las políticas para superar la pobreza.


El Chile de hoy en día ha cambiado mucho desde que su padre encabezara la cartera de Mideplan, pero aún enfrenta muchos de los mismos desafíos en términos de pobreza y desarrollo social, señaló Kast.


“Desafortunadamente, aún hay una fuerte correlación entre nuestro background socioeconómico y el futuro éxito de nuestros hijos”, afirmó Kast.


Sin embargo, el nuevo Gobierno tiene una “ventana de oportunidad” para cambiar eso a través de la implementación de mejoras a los programas sociales y del asegurar que dichos programas beneficien a aquellos que más lo necesiten.


“Ahora tenemos una oportunidad para construir una sociedad más justa en donde los orígenes que uno tenga no determinen su futuro”, aseveró Kast.


La pobreza, aduce Kast, está estrechamente vinculada al empleo y reducir la pobreza significa crear nuevos puestos de trabajo. El Presidente Piñera aspira a crear 200.000 puestos de trabajo al año durante los próximos cuatro años y está en miras a lograr esta meta en el 2010.


Por supuesto, el sector privado tiene un importante papel que cumplir. “El empleo es clave para derrotar la pobreza (…) necesitamos más alianzas público privadas para construir una sociedad más justa”.


La educación también es importante. Kast admitió que el sistema de educación de Chile favorece el status quo, dado que es improbable que los estudiantes más pobres obtengan puntajes en el percentil más alto en la Prueba de Selección Universitaria, o PSU. No obstante, los nuevos liceos de excelencia del Gobierno están diseñados para recompensar a los estudiantes dotados sin importar su situación socioeconómica.


“Necesitamos un campo de juego parejo en donde la excelencia se recompense sin importar cuál sea el background de uno”, indicó Kast.


Crear una sociedad más justa con igualdad de oportunidades también significa integrar a las minorías de Chile, incluidos los mapuches y los discapacitados, afirmó Kast.


Los programas sociales para brindar ayuda a estos grupos han existido por cuatro años, pero el problema, según Kast, es que se ha malgastado mucho dinero debido a que no había una institución coordinadora a cargo de manejarlos y, de manera más importante, de evaluarlos.


“No había un marco social integrado y el presupuesto de Mideplan era insuficiente”, dijo Kast. “Los programas que no funcionan tienen que morir naturalmente y liberar fondos para nuevos programas”.


El nuevo Ministerio de Desarrollo Social, creado por el Presidente Sebastián Piñera en agosto para reemplazar a Mideplan, está diseñado para abordar este problema a través de la agrupación de todos los servicios sociales bajo un ministerio que asuma la responsabilidad no sólo de diseñar los programas, sino también de hacerles un seguimiento y de evaluarlos.


“Este no es sólo un cambio cosmético, estamos haciendo cambios profundos en la forma en que los programas sociales se desarrollan en este país”, afirmó Kast.


Debido a que el desarrollo social involucra a muchos sectores, Kast presidirá un nuevo Comité Interministerial de Desarrollo Social , el que será integrado por los ministros de Educación, Salud, Vivienda, Trabajo, Secretaría General de la Presidencia y Hacienda.


Con el fin de mejorar la eficiencia, el ministerio contará con una Subsecretaría de Servicios Sociales responsable de la coordinación de todos los servicios y una Subsecretaría de Evaluación Social para diseñar y evaluar programas.


Además el ministerio presentará un informe anual de política social al Presidente, siguiendo el ejemplo del Ministerio de Desarrollo Social de Nueva Zelanda, explicó Kast.


Una de las innovaciones de Mideplan es una ficha estandarizada de monitoreo de programas sociales en ejecución que asigna puntos en categorías como eficiencia administrativa. En la actualidad, estas fichas son únicamente de uso interno, pero se darán a conocer públicamente en el futuro cercano, prometió Kast.


Chile ha dado un paso importante al reconocer que necesita mejorar la eficiencia de sus servicios sociales, pero el ministro admite que hay espacio para hacer mejor las cosas, en especial en términos de aumentar el acceso a las oportunidades.


El empleo es la respuesta en el largo plazo, pero sacar a los 634.000 chilenos en situación de extrema pobreza y ponerlos por sobre la línea de la pobreza costaría cerca de US$ 170 millones, que es menos que el presupuesto anual de Mideplan, señaló Kast.


“No será fácil, pero tenemos los recursos, sólo tenemos que ponernos a trabajar”, concluyó.


Julian Dowling es editor de bUSiness CHILE

Even as Chile continues its steady progress towards developed country status, it is losing the fight against poverty. The 2009 Casen survey by the Ministry of Planning and Cooperation (Mideplan) shows that poverty rose in Chile to 15.1 percent in 2009 from 13.7 percent in 2006, the first increase in 23 years.


What does this mean on the street? The statistics are depressing; some 2.5 million Chileans live in poverty, and nearly a third of those on less than US$60 a month. Women and children suffer the most: 40% of all poor Chileans are 17 or younger with one in four infants born into poverty.


“It’s bad, there’s no denying it, we live in a country with too much social injustice,” Mideplan Minister Felipe Kast told an AmCham breakfast in September.


At 33 years old, Kast is one of the youngest members of President Piñera’s cabinet, but his air of authority belies his age.


The son of a German immigrant, Felipe has followed in his father’s footsteps - Miguel Kast was Minister of Mideplan from 1978 to 1980 under General Augusto Pinochet and one of the famous “Chicago Boys.”


But Felipe, who completed postgraduate studies in sociology and economics in Havana, Cuba, before obtaining a PhD in Public Policy from Harvard, has focused on policies to overcome poverty.


The Chile of today is much changed since his father held the Mideplan portfolio, but it still faces many of the same challenges in terms of poverty and social development, said Kast.


“Unfortunately, there is still a strong correlation between your socioeconomic background and the future success of your children,” said Kast.


But the new government has a “window of opportunity” to change that by improving social programs and making sure they benefit those who need them most.


“We have an opportunity now to build a fairer society where your origins do not determine your future,” said Kast.


Poverty, argues Kast, is closely linked to employment, and reducing poverty means creating new jobs. President Piñera aims to create 200,000 jobs a year over the next four years and is on track to achieving this goal in 2010.


Of course, the private sector has an important role to play. “Employment is key to defeating poverty… we need more public-private partnerships to make a fairer society.”


Education is also important. Kast admitted that Chile’s education system favors the status quo since poor students are unlikely to score in the top percentile on the PSU university entrance exam. But the government’s new Schools of Excellence (Liceos de Excelencia) are designed to reward gifted students regardless of their socioeconomic situation.


“We need a level playing field where excellence is rewarded no matter what your background,” said Kast.


Creating a fairer society with equal opportunities also means integrating Chile’s minorities including the Mapuches and the handicapped, said Kast.


Social programs to assist these groups have existed for years but the problem, according to Kast, is that a lot of money has been wasted since there was no coordinating institution in charge of managing and, most importantly, evaluating them.


“There was no integrated social framework and Mideplan’s budget was insufficient,” said Kast. “Programs that don’t work have to die naturally and free up funds for new programs.”


The new Ministry of Social Development, created by President Sebastian Piñera in August to replace Mideplan, is designed to address this problem by grouping all social services under one ministry and taking responsibility not just for designing programs, but also for monitoring and evaluating them.


“This is not just a facelift, we are making deep changes to the way social programs are developed in this country,” said Kast.


Since social development involves many sectors, Kast will preside over a new Inter-ministerial Social Development Committee with the Ministers of Education, Health, Housing, Labor and Finance.


To improve efficiency, the Ministry will have an Undersecretary of Social Services responsible for coordination between all services, and an Undersecretary of Social Evaluation to design and evaluate programs.


The Ministry will also present an annual social policy report to the President, following the example of New Zealand’s Ministry of Social Development, said Kast.


One of Mideplan’s innovations is a standardized “report card” for social programs that awards marks in categories like administrative efficiency. These reports are currently for internal use only but will be made public in the near future, promised Kast.


Chile has taken the important step of recognizing that it needs to improve the efficiency of its social services, but the Minister admits there is room to do things better especially in terms of improving access to opportunities.


Employment is the answer in the long-term, but lifting the 634,000 Chileans in extreme poverty over the poverty line would cost about US$170 million, which is less than Mideplan’s annual budget, said Kast.


“It won’t be easy but we have enough resources, we just have to get down to work,” he concluded.


Julian Dowling is editor of bUSiness CHILE

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