Gas de Esquisto: Una Oportunidad para ChileShale Gas: An Opportunity for Chile

26 Agosto 2013

El Consejo Empresarial Chile-Estados Unidos sobre Energía de AmCham realizó una exitosa misión comercial al estado de Pensilvania entre el 17 y 18 de julio. La misión fue liderada por la presidenta de la Cámara, Kathleen Barclay, y Rodrigo Álvarez, consejero del directorio de AmCham y ex ministro de Energía de Chile, quienes fueron acompañados por el secretario ejecutivo del Consejo, Rafael Lorenzini.

En abril de este año, durante una misión comercial a Chile, el gobernador de Pensilvania -Tom Corbett- invitó a AmCham a organizar una visita centrada en temas energéticos.

Amcham hizo suyo el desafío y organizó una misión de alto nivel con la participación de ejecutivos de empresas de la industria de generación eléctrica de Chile, incluidas AES Gener, Endesa, Colbún, Pacific Hydro y GDF Suez. Los ejecutivos tuvieron la oportunidad de reunirse con actores relevantes del sector energético de Pensilvania -tanto del sector público como del privado- y visitar la formación Marcellus, centro neurálgico de la perforación de gas de esquisto en Estados Unidos.

La generación energética representa un desafío para Chile tanto en términos de obtener suministros económicos de energía como de promover el desarrollo de una matriz de generación más sustentable. En el 2004, Chile sufrió una crisis energética debido a la decisión de Argentina de cortar las exportaciones de gas vía gasoducto. Desde entonces, las demoras en el desarrollo de nuevos proyectos energéticos han sido una preocupación no solamente para la industria sino que también para el desarrollo económico del país. Según los cálculos del Ministerio de Energía, Chile necesita 8.000 MW para el año 2020 a fin de satisfacer la creciente demanda.

Oportunidades de Gas de Esquisto para Chile

En Pensilvania, la industria de gas natural ha experimentado una importante transformación durante los últimos años, donde la formación Marcellus representa el segundo mayor campo de gas natural del mundo después de Irán. Debido a nuevos métodos de extracción del gas natural que emplean el fracturamiento hidráulico (ofracking), el costo ha bajado tan bruscamente (se estima que en cerca de un 50% en los últimos cuatro años) que esta fuente de energía se ha transformado en muy competitiva en algunos mercados y ha generado un debate en Estados Unidos acerca de la exportación de este recurso. Los aspectos económicos son realmente atractivos con los costos de la energía en Pensilvania a menos de un cuarto de los precios chilenos, esto significa un potencial impacto global en los precios relativos de la energía.

Por el momento, el gas solo puede exportarse a países que tengan un tratado de libre comercio con Estados Unidos, algo que Chile ha tenido desde el 2004. Chile podría acceder a gas natural de Estados Unidos en el corto plazo, no obstante, esto depende del desarrollo de una infraestructura similar a la que hoy existe en Pensilvania.

Volviendo más Sustentable y Competitivo a Chile

Según analistas, el gas de esquisto tiene diversas ventajas. La quema de este combustible es 45% menos contaminante que el carbón y 30% menos que el petróleo, su costo de producción es menor y se puede transportar con tecnología similar a la del gas natural.

La tecnología ha avanzado rápidamente. La Universidad de Pensilvania y otros centros de investigación, junto con empresas privadas y el Estado, han invertido recursos para reducir los costos y, al mismo tiempo, el impacto de la extracción de gas natural en las personas y el medio ambiente.

La experiencia de la misión chilena ha hecho que los actores piensen seriamente en la posibilidad de aprovechar este combustible en Chile, la rapidez de los cambios y las ventajas de trabajar en conjunto. Chile cuenta con infraestructura que se desarrolló después de que Argentina cortara las exportaciones de gas, con empresarios hábiles y visionarios, y con políticos que tomarán las decisiones para disponer de esta y otras fuentes de energía.

En Pensilvania, las fuentes de energías renovables no convencionales (ERNC) corresponden a más del 7% de la matriz energética del estado y es uno de los fabricantes más importantes de paneles solares del país, aunque combustibles convencionales como el carbón aún se utilicen. Chile puede sacar diversas conclusiones de esto, como que es posible y conveniente usar una mezcla de fuentes de energía por seguridad, por el medio ambiente y por la competitividad.

Sin embargo, no son solamente los recursos de Pensilvania los que deberían atraer la atención del sector energético chileno, sino que también su experiencia en la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías en eficiencia energética y energías renovables no convencionales. El estado de Pensilvania gasta alrededor de US$1.000 millones anualmente en investigación y desarrollo, y tiene algunas de las instituciones más prestigiosas del país en el estudio de energía, tales como el National Energy Laboratory y el Energy Efficient Buildings (EEB) Hub en Pittsburgh.

La oportunidad de importar gas de esquisto desde Estados Unidos es una posibilidad y es un cambio en el juego para la industria energética global. También podría ofrecer una forma de reducir los costos de generación eléctrica y alcanzar el nivel de desarrollo que todos quisiéramos ver en Chile. En general, la experiencia fue reveladora, los cambios están desarrollándose ahora y hay una necesidad de que Chile incorpore las implicancias de estos cambios en su futura estrategia energética.

Rafael Lorenzini es secretario ejecutivo del Consejo Empresarial Chile-Estados Unidos sobre Energía

AmCham’s US-Chile Energy Council held a successful trade mission to Pennsylvania on July 17-18. The mission was led by AmCham President Kathleen Barclay and Rodrigo Álvarez, advisor to the AmCham Board and a former Chilean Minister of Energy, who were accompanied by the Council’s Executive Secretary, Rafael Lorenzini.

In April this year, during a trade mission to Chile, the Governor of Pennsylvania, Tom Corbett, invited AmCham to organize a visit focused on energy issues.

AmCham rose to the challenge and organized a high-profile mission with the participation of executives from companies in Chile’s power generation industry, including AES Gener, Endesa, Colbún, Pacific Hydro and GDF Suez. They had the opportunity to meet with senior actors in Pennsylvania’s energy sector – both public and private – and to visit the Marcellus Formation, which is the nerve center of shale gas drilling in the United States.

Power generation represents a challenge for Chile, both in terms of obtaining cheap energy supplies and promoting the development of a more sustainable generation mix. In 2004, Chile suffered an energy crisis due to Argentina’s decision to cut off piped gas exports. Since then, delays in the development of new energy projects have been a concern, not only for the industry but also for the economic development of the country. According to estimates by the Energy Ministry, Chile needs 8,000MW by 2020 to meet the growing demand.

Shale gas opportunities for Chile

In Pennsylvania, the natural gas industry has undergone a major transformation during the last few years, with the Marcellus Formation representing the second largest natural gas field in the world after Iran. Due to new methods of natural gas extraction using hydraulic fracturing (orfracking), the cost has dropped so sharply (an estimated 50% over the last four years) that this source of energy has become very competitive in some markets, and has sparked a debate in the United States about exporting this resource. The economics are truly compelling with energy costs in Pennsylvania at less than one quarter of Chilean prices – this means a potential global impact on the relative prices of energy.

For the moment, the gas can only be exported to countries that have a free trade agreement with the United States, which is something Chile has had in force since 2004. Chile may be able to access natural gas from the United States in the short term, although this depends on the development of infrastructure similar to that which exists in Pennsylvania today.

Making Chile more sustainable and competitive

According to analysts, shale gas has several advantages. Burning this fuel is 45% less polluting than coal and 30% less than oil, its cost of production is lower, and it can be transported with technology similar to natural gas.

The technology has advanced rapidly. The University of Pennsylvania and other research centers, together with private companies and the state, have invested resources to reduce the costs and, at the same time, the impact of natural gas extraction on people and the environment.

The experience of the Chilean mission has made the players think seriously about the possibility of using this fuel in Chile, the rapidity of the changes and the advantages of working together. Chile has infrastructure that was developed after Argentina cut off gas exports, it has skilled and visionary entrepreneurs, and politicians who will make the decisions to harness this and other energy sources.

In Pennsylvania non-conventional renewable energy sources account for 7% of the state’s energy matrix, and it is one of the leading manufacturers of solar panels in the country, although conventional fuels like coal are still used. Chile can draw some conclusions from this, namely that it is both possible and convenient to use a mix of energy sources for security, for the environment and for competitiveness.

However, it is not only Pennsylvania’s resources that should attract the attention of the Chilean energy sector, but also its experience in the research and development of new technologies in energy efficiency and non-conventional renewable energy. Pennsylvania spends around US$1 billion annually on R&D and it has some of the most prestigious energy institutions in the country, such as the National Energy Technology Laboratory and the Energy Efficient Buildings (EEB) Hub in Pittsburgh.

The opportunity to import shale gas from the United States is a possibility and it is a game changer for the global energy industry. It could also offer a way to reduce electricity generation costs and reach the level of development that everyone would like to see in Chile. Overall, the experience was enlightening, the changes are taking place now and there is a need for Chile to incorporate the implications of these changes into its future energy strategy.

Rafael Lorenzini is Executive Secretary of the US-Chile Energy Council

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