Finanzas: Estados Unidos al alzaAmerica soaring

26 Marzo 2015

La economía estadounidense crece nuevamente, entregando nuevas oportunidades a países como Chile.


Transcurridos seis años desde la crisis financiera que casi la hizo caer de rodillas, la economía de Estados Unidos se encuentra nuevamente de pie. Durante el tercer trimestre de 2014, la mayor economía del mundo creció al 5%, su mayor ritmo de crecimiento en más de una década. Y aunque el cuartotrimestre decepcionó con un 2,6%, la economía creció por sobre 3,5% en cuatro de los últimos cinco trimestres.

Las empresas estadounidenses han surgido con el rebote, con ganancias corporativas 30% por sobresu máximo anterior de 2008, mientras que los mercados de valores se están recuperando a niveles récord, con el Índice de Precios Industriales Dow Jones rompiendo la marca de 18.000 puntos lograda en diciembre del año pasado.

Al mismo tiempo, el resto del mundo desarrollado, desde Europa hasta Japónluchan por su desarrollo, mientras China, la economía de más rápido crecimiento de las últimas dos décadas, se ha enfriado rápidamente. Otras economías emergentes de gran tamaño comolas de Brasil y Rusia se ven enfrentadas a problemas aún más serios.

"Es indudable que Estados Unidos es hoy el motor de la economía mundial", dice Sergio Tricio, analista jefe de ForexChile, empresa de inversiones en línea.

SALIENDO DEL ABISMO


El escenario actual está muy distante del dehace seis años, cuando Estados Unidos y el resto del mundo desarrollado parecían estar al borde del colapso económico, luego de la agitación sin precedente de los mercados financieros. La difícil decisión del Secretario del Tesoro, HenryPaulson, en septiembre de 2008, de no rescatar al altamente endeudado banco de inversiones, Lehman Brothers, paralizó los mercados monetarios, amenazando a la banca con la quiebra y empujando a la economía hacia su peor caída desde la Gran Depresión.

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Sólo la intervención sin precedente del gobierno en la economía del país, que incluyó un paquete de rescate financiero de US$ 400 mil millones para la banca; el rescate del grupo de compañías de seguro AIG;la toma de control de las corporaciones hipotecarias Freddie Mac y FannieMae, y el apoyo financiero brindado a las compañías fabricantes de automóviles, Chrysler y GM, lograron detener ladebacle.

El programa de estímulos ha continuado hasta el día de hoy. Mediante su Programa de Expansión Cuantitativa (QuantitativeEasingProgram), que se mantuvo vigente hasta octubre de 2014, la Reserva Federal de Estados Unidos había adquirido un total de US$ 4.500 billones de deuda bancaria, pagarés del Tesoro y títulos respaldados con hipotecas.

Este programa le ha inyectado trillones de dólares al sistema financiero, proporcionando liquidez donde no la había y devolviendo la confianza a un sistema que había sido sacudido hasta lo más profundo.

Aunqueen su momento fuera ácidamente criticada (los opositores acusaron al Presidente Barack Obama de socializar la economía estadounidense y los republicanos en el congreso lograron cerrar el gobierno en dos ocasiones oponiéndose a los programas de gasto), la respuesta radical de la administración demostró ser la medicina requeridapara la economía.

Los incrédulos harían bien en comparar lo anterior con lo que ha estado sucediendo en le Eurozona, cuyos programas de austeridad prescritos por el Banco Central Europeo han resultado en masivos desempleos, penurias generalizadas y un magro crecimiento en economías como las de España, Grecia y Portugal. En reacción a lo anterior, los votantes de esos países se han volcado cada vez más hacia partidos políticos más radicalizados que amenazan con destruir el mencionado bloque monetario.

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Sin embargo, la sólida recuperación de Estados Unidos no es sólo una cuestión de política fiscal.Un mercado laboral más flexible y una fuerza de trabajo más joven significa que, tanto las personas como el capital, pueden ser asignados donde se los necesita de manera mucho más rápidade lo que ocurre en las envejecidas economías de Europa y Japón, dice Kathleen Barclay, presidenta de la Cámara Chileno Norteamericana de Comercio, AmCham Chile.

En tanto, Ricardo Raineri, profesor de la Universidad Católica de Chile, destaca el espíritu innato de emprendimiento e innovación de Estados Unidos, "algo que ha quedado esculpido en el carácter mismo de esa nación".

Los años transcurridos desde la Gran Depresión son testigos de notables desarrollos tecnológicos, desde los teléfonos inteligentes y los vehículos eléctricos, hasta la posibilidad de los viajes espaciales comerciales, todos ellos ligados a la tierra de Edison.

UN GIGANTE ENERGÉTICO


Tal vez la más importante innovación tecnológica ha sido la producción de petróleo a partir de formaciones de esquisto bituminoso (shaleoil). Liderada por pequeñas compañías de exploración de petróleo del medio oeste de Estados Unidos, utilizando nuevas técnicas de perforación horizontal, supercomputadoras para analizar datos y líquidos especiales que pueden romper y abrir rocas que contienen petróleo, la producción de shaleoilha revolucionado la industria energética estadounidense.

La producción de petróleo de Estados Unidos, en declive desde los años setenta, se ha duplicado a más de 11 millones de barriles/día, superando a Rusia y Arabia Saudita,y convirtiéndose en el productor de petróleo más grande del mundo.

Por otra parte, la producción de gas ha aumentado en casi un tercio durante el mismo período, reduciendo los precios a menos de US$ 5 por millón de BTU. Proyectos en Texas y Luisiana para importar gas natural licuado están ahora siendo revertidos para enviar gas desde Estados Unidos hacia otros países con escasez de energía, incluyendo a Chile.

Pero la diferencia no es la geología, advierte Raineri, ex Ministro de Energía. Tanto Argentina como China tienen reservas de shaleoilvarias veces más grande a las norteamericanas. Sin embargo, Estados Unidos fue capaz de reunir la necesaria combinación de conocimientos y capital para hacerlo realidad.

Este auge ha transformado los remansos de Oklahoma y Dakota del Norte en pueblos febriles que ahora atraen inversiones masivas que están arrastrando a trabajadores de todo el país,empujando al alza los precios de las propiedades, mientras que los bajos precios del gas le están dando una nueva ventaja a las manufactureras estadounidenses, especialmente a la industria petroquímica.

Tanto han caído los costos de la energía que algunos empresarios industriales están considerando la posibilidad de traer de regreso al país algunas operaciones manufactureras que habían sido trasladadas a China o México aprovechandosalarios más bajos, dice Edward Glab, director del Foro de Seguridad Energética de la Universidad Internacional de Florida.

El aumento de la producción de petróleo en Estados Unidos también ha fortalecido la balanza comercial del país, dondeel petróleo representa ahora sólo un 20% de su déficit comercial, reduciéndolo desde 40% al momento de la invasión de Irak. La industria petrolera estadounidenseestá ahora haciendo lobby ante el poder ejecutivo para levantar la total prohibición de exportaciones de crudo, introducida hace 40 años. Además, eso mejoraría la balanza comercial del paísy fomentaría la inversión y el empleo nacional, señala Glab.

Lo que todavía se echa de menos en medio de este notable resurgimiento, es la presencia del ciudadanoestadounidense.Si bien la tasa de desempleo ha disminuido desde casi uno de cada diez personasel año 2009 hasta 6% hacia fines del año pasado, las cifras sugieren que varios millones de personas en edad laboral se han retirado definitivamente del mercado.

Aún más, a pesar de cinco años de un sólido crecimiento, el salario promedio en Estados Unidos apenas se ha alterado desde la época de la crisis, mientras que el ingreso medio familiar, del que depende la mayoría de los estadounidenses, ha caído por debajo de los US$ 50.000 anuales por primera vez en 18 años.

Indicadores como éstos reflejan la preocupación de si los atribulados consumidores estadounidenses -por décadas el motor de la economía del país-, serán capaces de sostener la expansión de los años recientes, gatillando debates sobre la desigualdad que podrían dominar las elecciones presidenciales del año próximo.

No obstante lo anterior, cifras recientes sugieren que el grueso de ellos ya está comenzando a participar en la recuperación económica. En enero, el Índice de Confianza de los Consumidores, preparado por la Conference Boardllegó a su nivel más alto en casi siete años como expresión de un mayor optimismo frente al estado de la economía y del mercado laboral.

Los precios de las viviendas también se han recuperado con fuerza, volviendo a niveles nunca antes vistos desde la caída de LehmanBrothers en septiembre de 2008. Lo anterior es clave, dado que la mayoría de los estadounidenses mide su patrimonio según el valor de su vivienda, dice Barclay.

En consecuencia, más familias se sentirán confiadas para lanzarse a hacer arreglos a sus viviendas, comprar un nuevo automóvil o tomar unas agradables vacaciones. El informe de ventas récord dado a conocer por Apple respecto de su último iPhone 6 sugiere que una recuperación del consumoparece haberse puesto en marcha. Con consumidores ahora acudiendo masiva y nuevamente a los centros comerciales, las expectativas son de que la economía continuará creciendo al 3% o más, tanto este año como el próximo.

RIESGO CONTROLADO


Sin embargo, hay muchos nubarrones en el horizonte, el menor de los cuales no es precisamente la economía mundial en su totalidad. Aunque Estados Unidos está entrando a un suave y agradable verano, la mayoría de las otras regiones enfrentan condiciones climáticas inestables.

Europa todavía se encuentra atascada en medio de los chubascos y tormentas de la crisis financiera. Con tropas rusas ocupando la frontera occidental de Ucrania y con un gobierno socialista en Grecia amenazando salirse de la Eurozona -con consecuencias desconocidas-, las cosas podrían empeorar antes de mejorar.

Pese a las drásticas reformas llevadas a cabo por su Primer Ministro, Shinzo Abe, Japón ha vuelto a caer en recesión; entretanto, China, el motor de la economía mundial por más de una década, se está enfriando más allá de lo proyectado, reduciendo así su demanda por una amplia gama de commodities.

Pero los analistas responden que Estados Unidos debería ser capaz de salir más airoso que la mayoría de los países de estas tormentas. A pesar de su tamaño y alcance mundial, su economía es relativamente cerrada, con sus exportaciones representando solo 13% del Producto Interno Bruto(PIB), comparado con 45% de Alemania y 32% de Chile.

"Las perspectivas económicas mundiales no son muy buenas, esto afectará a Estados Unidos, pero el país continuará con un rendimiento superior al resto del mundo", aseguraTricio.

Algunos analistas han sugerido que un crecimiento más lento en otros países podría beneficiar a Estados Unidos. Ello porque los inversionistas podrían preferir acciones y bonos estadounidenses para escapar del débil crecimiento económico de otros lugares del planeta. Entanto, la desaceleración económica de China, combinada con la lucha por ganar participación de mercado entre productores de Estados Unidos, Rusia y Arabia Saudita, han desplomado los precios del petróleo a menos de 50% de su valor de hasta hace pocos meses atrás.

Aunque semejante desplome podría ser desastroso para las pequeñas empresas petroleras que lideraron la bonanza del esquisto(shale),al igual que para aquellos pueblos que de ellos dependen, el impacto sobre la economía estadounidense en su conjunto será positivo.

El menor precio del gas significa que habrá más dinero en los bolsillos de los consumidores para gastar en los centros comerciales o comprar una nueva casa. La Agencia Informativa de Energía de Estados Unidos ha estimado que una familia promedio podría ahorrar unos US$ 550 anuales como resultado de la disminución del precio del gas.

Lo anterior sería más que suficiente como para compensar el riesgo de contagio proveniente del resto del mundo.

El principal desafío que enfrentan las autoridades financieras estadounidenses es el de corregir la política financiera del gobierno sin arruinar la recuperación económica que estas últimas lograron.

Luego de algunos tambaleos iniciales, la Reserva Federal ya ha logrado separar a algunos mercados del flujo de dinero proveniente de los programas de expansión cuantitativa (QEprograms). La barrera siguiente consiste en elevar hacia niveles más sostenibles las tasas de interés, actualmente en 0,25%.

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Alberto Ramos, de Goldman Sachs, confía que la primera mujer en encabezar la Reserva Federal, Jane Yellen, será capaz de inducir una transición suave y ordenada. "Cualquier impacto en el ritmo de recuperación puede retrasar la primera movida", dice el economista.

Y con las tasas de interés comenzando desde un nivel tan bajo, el riesgo de sofocar la actividad económica queda mayormente mitigado, dice Tricio.

De hecho, el riesgo real puede no ser que la Reserva Federal intente normalizar la política monetaria demasiado rápido, sino queal estar enfocada hacia la protección de los puestos de trabajo y la recuperación económica, no lo haga con la suficiente premura.Eso podría promover una burbuja deprecios de las propiedades y de las acciones arriesgandoun sobrecalentamiento de la economía, dice el economista Ricardo Raineri.

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OPORTUNA RECUPERACIÓN


Para los efectos de Chile, la recuperación de la economía estadounidense no podría estar ocurriendo en un mejor momento.

Con casi todas las otras economías importantes entrando en un período de crecimiento débil, Estados Unidos podría proveer a Chile una línea de salvación para sus debilitadas exportaciones.

Tradicionalmente, Estados Unidos, como el principal socio comercial de Chile, ha perdido terreno durante la última década frente a China. En 2013, China fue el destino de 25% de las exportaciones nacionales, comparado con 13% de Estados Unidos, según cifras publicadas por la Dirección de Relaciones Económicas Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile (DIRECON).

Pero mientras las exportaciones chilenas a China son predominantemente de productos minerales (85% del total exportado en 2013), las exportaciones chilenas a Estados Unidos abarcan una más amplia variedad de productos que los exportados a ningún otro país, destacaKathleen BarclaydeAmchamChile.

Así como con el crecimiento de la economía estadounidense, las exportaciones nacionales también se beneficiarán con la debilidad del peso chileno, el que se ha depreciado en alrededor de 30% contra el dólar estadounidense desde mediados de 2013.Lo anterior debería beneficiar especialmente a los exportadores de fruta fresca, vinos, salmón y otros productos agrícolas, dice Tricio de ForexChile.

Otro sector susceptible de beneficiarse es el turismo, enla medida que más estadounidenses, con un dólar más fuerte en su bolsillo,extiendan sus vacaciones en Chile en busca de relajo y paisajes espectaculares.

La recuperación de la economía estadounidense también debería ser una oportunidad para diversificar aún más la gama de productos que Chile embarca al norte. "Ésta es una ventana de oportunidad para iniciar una segunda etapa de penetración en el mercado de Estados Unidos", argumenta Raineri.

Tal como ocurre con los productos basados en los formidables recursos naturales del país, las compañías chilenas deberían intentar vender más servicios y productos basados en conocimientos. "Existe un espacio significativo para aumentar las exportaciones con mayor valor agregado", añade.

Chile también será un candidato obvio a medida que empresas estadounidenses que comienzan a resurgir busquen plataformas para expandirse dentro de América Latina. Por lo tanto, las empresas y el Gobierno deberíantender a incorporar las mejores prácticas internacionales, como aquellas promovidas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE), para cumplir con los más altos estándares requeridos por los países desarrollados.

El fuertecomportamiento económico proyectado para Estados Unidosen los próximos dos años representa un potente impulso para un Chile que está sufriendo el impacto del fin de un súper-ciclo de commodities. Pero, para aprovechar esta nueva oportunidad de crecimiento, será necesario que haya más innovación, mejores regulaciones y una productividad superior a la evidenciada durante la bonanza del cobre.

The US economy is growing again, providing new opportunities for countries like Chile.


Six years on from the financial crisis whichalmost brought it to its knees, the US economy is back on top. In the third quarter of 2014, the world's largest economy grew by 5%, its fastest rate in more than a decade. And though the fourth quarter disappointed at 2.6%, the economy has grown by more than 3.5% for four of the last five quarters.

US business has surged on the rebound, with corporate profits now 30% above their previous peak in 2008, while the country's stock markets are rallying to record levels, the Down Jones Industrial Index breaking through the 18,000 mark in December last year.

At the same time, the rest of the developed world, from Europe to Japan, is struggling while China, the fastest growing economy for the past two decades, has cooled rapidly. Other big emerging economies like Brazil and Russia are facing even more serious problems.

"There is no doubt today that US is the motor of the global economy," says Sergio Tricio, chief analyst at online investment firm ForexChile.

BACK FROM THE BRINK


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It’s a far cry from the scene six years when the US and rest of the developed world looked on the brink of economic collapse following unprecedented turmoil in financial markets. The hard decision in September 2008 by US Treasury Secretary Henry Paulson not to rescue heavily indebted investment bank Lehman Brothers paralyzed money markets, threatening the banking sector with bankruptcy and sending the economy into its worst decline since the Great Depression.
Only unprecedented government intervention in the US economy, including a US$400 billion bailout to the banking industry, the rescue of insurance group AIG, the federal takeover of the mortgage firms Freddie Mac and Fannie Mae and support for carmakers Chrysler and GM, managed to stop the rot.

The stimulus program continued almost to the present day. Through its quantitative easing program, which continued right up to October 2014, the US Federal Reserve has acquired a total of US$4.5 trillion worth of bank debt, Treasury notes and mortgage-backed securities.

That program has pumped trillions of dollars in the financial system, providing liquidity for investment where there was none and returning confidence to a system which had been shaken to its core.

Although bitterly criticized at the time (opponents accused President Barack Obama of socializing the US economy and Republicans in Congress have twice shut down the government over opposition to spending programs), the administration's radical response has proved the tonic the economy required.

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Doubters should look at the Eurozone for comparison, where the austerity programs prescribed by the European Central Bank have resulted in mass unemployment, widespread hardship and meager economic growth in economies such as Spain, Greece and Portugal. In response, voters are increasingly turning to more radical political parties that threaten to tear the currency bloc apart.

But the US's robust recovery is not just a matter of smart fiscal policy.

A more flexible labor market and young workforce mean that people and capital can be deployed where they are needed much faster than in aging Europe and Japan, says Kathleen Barclay, president of the Chilean-American Chamber of Commerce (AmCham Chile).

Ricardo Raineri, a professor at Chile's Pontificate Catholic University, points to America's innate spirit of entrepreneurship and innovation, "something which has sculpted the country's character", comments.

The years since the crash have witnessed remarkable technological development, from smart phones and electric cars to the possibility of commercial spaceflight, all led by the land of Edison.

AN ENERGY GIANT


The perhaps the most important technological breakthrough has been the production of oil and gas from shale formations. Led by small wildcat firms in the Midwest using new horizontal drilling techniques, supercomputers to analyze data and special liquids that can crack open oil-bearing rocks, shale production has revolutionized US energy industry.

US oil production, in decline since the 1970's, has doubled to over 11 million barrels/day, overtaking Russia and Saudi Arabia to become the world's biggest oil producer.

Gas production has risen by almost a third over the same period, sending prices down to below US$5/million BTU. Projects in Texas and Louisiana to import liquefied natural gas are now being reversed to ship US gas to energy-hungry nations, including Chile.

The difference is not geology, notes Raineri, a former Energy Minister. Both Argentina and China possess share reserves several times bigger than US reserves, but the US was able to marshal the necessary combination of knowhow and capital to make it happen.

The boom has transformed backwaters in Oklahoma, and North Dakota into feverish boomtowns, attracting massive investment, dragging in workers from across the country, and pushing up property priceswhile low gas prices have given new edge into US manufacturing, especially the petrochemicals industry.

So far have energy costs fallen that industrialists are discussing the possibility of bringing back manufacturing which had been offshored to take advantage of lower wages in China and Mexico, says Edward Glab, director of the Global Energy Security Forum at Florida International University.

The surge in US oil production has also strengthened the country's trade balance with oil now accounting for just 20% of the US trade deficit, down from 40% at the time of the invasion of Iraq. The US oil industry is now lobbying the executive to lift the blanket ban on crude exports, introduced in 40 years ago. That would further improve US trade balance and encourage further investment and jobs at home, notes Glab.

The missing leg of this remarkable comeback has been the US consumer.

Although unemployment has fallen, from almost one in ten in 2009 to less than 6% by late last year, figures suggest that several million working-age have withdrawn permanently from the labor market.

Moreover, despite five years of solid growth, average wages in the US have barely moved since the crisis, while median household income, on which most Americans survive, have fallen below US$50,000 for the first time in eighteen years.

Indicators like these have raised concerns about whether the beleaguered US consumer, for decades the motor of the country's economy, would be able to sustain the expansion of recent years and triggering debates about inequality which could dominate next year's presidential elections.

However, the most recent figure have suggested that the bulk are finally beginning to participate in the country's recovery. In January, the Conference Board's Consumer Confidence Index hit its highest level in almost seven years as expressed greater optimism about the state of the economy and labor markets.

House prices have also recovered strongly, returning to levels not seen since before the fall of Lehman Brother in September 2008. That's key, given that most Americans measure their wealth by the value of home, says Barclay.

As a result, more families will have the confidence to splash outon home improvements, a new car or a nice holiday.Apple's report of record sales of its latest iPhone 6 productsuggests that a recovery in conspicuous consumption is finally underway. With shoppers now flocking to the malls again, expectations are that the economy could continue to grow at 3% or more both this year and next.

RISK LIMITED


However, there are numerous clouds on the horizon, not least the state of the global economy as a whole. While the US is entering a balmy summer, most other regions are facing less settled weather.

Europe is still stuck in the squalls and storms of the financial crash. With Russian troops occupying eastern Ukraine and the new socialist government in Greece threatening to exit the Eurozone with unknown consequences, things could get a lot worse before they get better.

Despite the radical reforms implemented by Prime Minister Shinzo Abe, Japan is slipped back into recession, meanwhile, China, the engine of global growth for over a decade, is cooling more than expected, reducing demand for a range of commodities.

But analysts counter the US should be able to weather these storms better than most. Despite its size and global reach, its economy is relatively closed with exports representing just 13% of GDP, compared to 45%for Germany and 32% for Chile.

"The global economic outlook is not very good, this will hurt the US but it will continue to outperform the rest of the world," says Tricio.

Some analysts have even suggested that slower growth elsewhere could benefit the US. Investors may favor US stocks and bonds to escape weak growth elsewhere on the planet. Meanwhile, China's economic slowdown, combined with a struggle for marketshare between US, Russian and Saudi producers, has sent oil prices plummeting, down over 50% in just a few months.

Although the crash could spell disaster for dozens of small US oil firms that led the shale boom, and the towns which depend on them, for the US economy as a whole the effect will be positive.

Lower gas prices will mean more disposal income in consumers' pockets for them to spend at the mall or buying a new house. The US Energy Information Agency has estimated that the average US family could save US$550 per year as a result of the slide in prices.

This should be more than enough to compensate for the risk of contagion from the rest of the world.

The main challenge facing US financial authorities is to correct the country's financial policy without wrecking recovery that they have engendered.

After an initial wobble, the Federal Reserve has already weaned markets off the flood of money under QE programs. The next hurdle is to lift interest rates, currently at 0.25%, to more sustainable levels.

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At Goldman Sachs, Alberto Ramos is confident that the Fed's first female head Janet Yellen will be capable of a smooth transition.

"Any impact on the pace of recovery may delay the first move", the economist says.

And with interest rates starting from such a low base, the risk of a rise dampening activity is largely mitigated, says Tricio.

In fact, the real risk may not be that the Fed tries to normalize monetary policy too quickly, but that, with the focus on protecting jobs and the recovery, it does not do it fast enough.

That could encourage a bubble in property and stock prices and put the economy at risk of overheating, says the economist Ricardo Raineri.

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TIMELY RECOVERY


For Chile, the recuperation of the US economy could not come at a better moment.

With almost all other major economies entering a period of weak growth, the US could provide the lifeline to Chile's flagging exports.

Traditionally, Chile's leading trade partner, the US has lost ground over the last decade to China. In 2013, China accounted for 25% of Chilean exports, compared 13% to the US, according to figures published by the country's Department for Economic Relations (DIRECON).

But while Chilean exports to China are dominated by mineral products (85% of the total in 2013), Chile exports a wider variety of products to the US than to any other country, notes Kathleen Barclay at AmchamChile.

As well as the growth of the US economy, Chilean exports will also benefit from the weakness of the Chilean Peso, which has depreciated around 30% against the US dollar since mid-2013.

This should particularly benefit exporters of fresh fruit, wine, salmon and other agricultural products, says Tricio at ForexChile.

Another sector likely to benefit is tourism as more Americans, with a stronger dollar in their pocket go further afield in search of relaxation and spectacular scenery.

The recovery of the US economy should also prove an opportunity to further diversify the range of products Chile sends north.

"This is a window of opportunity to begina second stage of penetration of the US market," argues Raineri.

As well as products based on the country's formidable natural resources, companies should try to sell more services and knowledge-based products.

"There is significant space to increase exports with more added value," he says.

Chile will also be an obvious candidate as newly resurgent US corporations seek to platforms to expand into Latin America. As a result, both business and government should seek to incorporate international best practices, such as those promoted by theOrganisation for Economic Co-operation and Development(OECD), in order to meet the higher standards required by developed countries.

The expected strong performance over the next two years of the US economy represents a boon to a Chile suffering from the end of the commodities super cycle. But taking advantage of this new opportunity for growth will require more innovation, smarter regulation and higher productivity than the copper boom did.
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