El arancel efectivo va disminuyendo progresivamente cada año, siendo actualmente menos que el 1%.
Lo anterior, es claramente un resultado directo de la gran cantidad de acuerdos que Chile ha suscrito con sus principales socios comerciales, incluyendo el tratado con Estados Unidos, el que cumple 10 años desde que entró en vigencia el 1 de enero de 2014. Este acuerdo ha sido tremendamente beneficioso para ambos países y como resultado, el 2015 se habrá eliminado la totalidad de los aranceles y cuotas en los productos que se comercian entre ambos mercados.
No obstante, el objetivo de liberación comercial y de alcanzar una real integración no ha concluido. Por el contrario, aún quedan importantes áreas y sectores donde seguir avanzando.
Lo que falta por hacer tiene relación con procedimientos y regulaciones de diversa índole que impiden o atrasan el comercio, haciéndolo más difícil y costoso. Esto se debe a situaciones que afectan la cadena de suministro en distintas áreas, como son los servicios de aduanas, regulaciones específicas que afectan la logística del movimiento de bienes y el flujo de servicios, además del establecimiento de estándares técnicos, medidas sanitarias y fitosanitarias, que no están basados en ciencia o bien se duplican y, por ende, incrementan el costo del comercio, entre muchos otros. Los esfuerzos que se hacen hoy para superar el desafío de lograr que el comercio ocurra de manera más fluida y sin impedimentos burocráticos innecesarios es conocido como facilitación de comercio.
Con este fin y con la expectativa de contribuir no sólo con la facilitación de comercio entre Chile y Estados Unidos, sino con la región y el mundo, AmCham Chile, en conjunto con el BID y Sofofa, han iniciado un importante trabajo para identificar las barreras más significativas que enfrentan la empresas. El objetivo es poder formular y hacer propuestas concretas y constructivas a la autoridad.
Específicamente, el BID ha desarrollado una detallada encuesta dirigida a las empresas, a través de la cual se busca identificar las principales barreras que enfrentan en el comercio exterior. AmCham Chile ha distribuido dicha encuesta entre todos sus asociados que realizan operaciones de comercio exterior. Una vez reunida esta información se realizarán grupos de análisis con los representantes de las empresas, a objeto de obtener mayor información y detalles respecto de los obstáculos que se enfrentan.
Cabe mencionar que este ejercicio se está repitiendo en los cuatro países de la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia, México y Perú) y se espera entregar sus resultados al Consejo Empresarial, que participará en la próxima cumbre de la Alianza a realizarse en Chile. La idea es que esta información y análisis se transformen en propuestas concretas de facilitación de comercio y que puedan ser eventualmente implementadas por los países de la región.
Si bien, aún quedan muchos cuellos de botella por superar, este no es un desafío mayor o más difícil que el enfrentado por Chile y Estados Unidos cuando negociaron el TLC. En muchos aspectos es algo que podría tener menos resistencia, puesto que la mayoría de las reformas a realizar no son complejas y en muchos aspectos son más fáciles y menos costosas de implementar que lo que fue la progresiva rebaja arancelaria. Las medidas de facilitación de comercio tienen la gran ventaja que no requieren realizar cambios en la política económica o exterior de un país y raras veces implica enfrentar grupos de intereses. Por el contrario, se trata más bien de revisar procesos, incorporar tecnología, profesionalizar servicios y varios otros aspectos donde Chile tiene una gran experiencia y reconocimiento internacional.
Una vez más, el implementar estas medidas tanto en Chile como en Estados Unidos, tendría un efecto positivo sobre las exportaciones, lo cual sin duda redundaría en amplios beneficios para la calidad de vida de la ciudadanía de ambos países. El Banco Mundial estima que países con sistemas logísticos eficientes tienen un incremento de 1% en su PIB y un aumento de 2% en su comercio en promedio – un impacto positivo en el crecimiento y bienestar de Chile.
Martes 26 de noviembre de 2013
Por Kathleen Barclay
El arancel efectivo va disminuyendo progresivamente cada año, siendo actualmente menos que el 1%.
Lo anterior, es claramente un resultado directo de la gran cantidad de acuerdos que Chile ha suscrito con sus principales socios comerciales, incluyendo el tratado con Estados Unidos, el que cumple 10 años desde que entró en vigencia el 1 de enero de 2014. Este acuerdo ha sido tremendamente beneficioso para ambos países y como resultado, el 2015 se habrá eliminado la totalidad de los aranceles y cuotas en los productos que se comercian entre ambos mercados.
No obstante, el objetivo de liberación comercial y de alcanzar una real integración no ha concluido. Por el contrario, aún quedan importantes áreas y sectores donde seguir avanzando.
Lo que falta por hacer tiene relación con procedimientos y regulaciones de diversa índole que impiden o atrasan el comercio, haciéndolo más difícil y costoso. Esto se debe a situaciones que afectan la cadena de suministro en distintas áreas, como son los servicios de aduanas, regulaciones específicas que afectan la logística del movimiento de bienes y el flujo de servicios, además del establecimiento de estándares técnicos, medidas sanitarias y fitosanitarias, que no están basados en ciencia o bien se duplican y, por ende, incrementan el costo del comercio, entre muchos otros. Los esfuerzos que se hacen hoy para superar el desafío de lograr que el comercio ocurra de manera más fluida y sin impedimentos burocráticos innecesarios es conocido como facilitación de comercio.
Con este fin y con la expectativa de contribuir no sólo con la facilitación de comercio entre Chile y Estados Unidos, sino con la región y el mundo, AmCham Chile, en conjunto con el BID y Sofofa, han iniciado un importante trabajo para identificar las barreras más significativas que enfrentan la empresas. El objetivo es poder formular y hacer propuestas concretas y constructivas a la autoridad.
Específicamente, el BID ha desarrollado una detallada encuesta dirigida a las empresas, a través de la cual se busca identificar las principales barreras que enfrentan en el comercio exterior. AmCham Chile ha distribuido dicha encuesta entre todos sus asociados que realizan operaciones de comercio exterior. Una vez reunida esta información se realizarán grupos de análisis con los representantes de las empresas, a objeto de obtener mayor información y detalles respecto de los obstáculos que se enfrentan.
Cabe mencionar que este ejercicio se está repitiendo en los cuatro países de la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia, México y Perú) y se espera entregar sus resultados al Consejo Empresarial, que participará en la próxima cumbre de la Alianza a realizarse en Chile. La idea es que esta información y análisis se transformen en propuestas concretas de facilitación de comercio y que puedan ser eventualmente implementadas por los países de la región.
Si bien, aún quedan muchos cuellos de botella por superar, este no es un desafío mayor o más difícil que el enfrentado por Chile y Estados Unidos cuando negociaron el TLC. En muchos aspectos es algo que podría tener menos resistencia, puesto que la mayoría de las reformas a realizar no son complejas y en muchos aspectos son más fáciles y menos costosas de implementar que lo que fue la progresiva rebaja arancelaria. Las medidas de facilitación de comercio tienen la gran ventaja que no requieren realizar cambios en la política económica o exterior de un país y raras veces implica enfrentar grupos de intereses. Por el contrario, se trata más bien de revisar procesos, incorporar tecnología, profesionalizar servicios y varios otros aspectos donde Chile tiene una gran experiencia y reconocimiento internacional.
Una vez más, el implementar estas medidas tanto en Chile como en Estados Unidos, tendría un efecto positivo sobre las exportaciones, lo cual sin duda redundaría en amplios beneficios para la calidad de vida de la ciudadanía de ambos países. El Banco Mundial estima que países con sistemas logísticos eficientes tienen un incremento de 1% en su PIB y un aumento de 2% en su comercio en promedio – un impacto positivo en el crecimiento y bienestar de Chile.