Experta canadiense: “El director escolar no puede hacer su trabajo desde la oficina”

06 Julio 2015
La doctora Beverly Freedman, académica de la Universidad de Toronto, afirma que es fundamental que los directores visiten las salas de clases para observar el trabajo de sus profesores y darles feedback para mejorar su desempeño. La experta visitó Chile para guiar a jóvenes directivos escolares en metodología de observación de salas de clases.

“La investigación nos indica que las escuelas mejoras sus resultados cuando tienen un excelente líder escolar”, afirma Beverly Freedman, académica del Ontario Institute of Studies in Education (OISE) de la Universidad de Toronto. En este sentido, se marca una diferencia sustancial cuando el director ejerce un liderazgo pedagógico más que administrativo. “Esto significa que el director entiende cómo se produce la enseñanza y aprendizaje en su propia escuela y entrega feedback a sus profesores sobre prácticas efectivas”, ejemplifica.

La Dra. Freedman habla con el respaldo de una amplia trayectoria. Además de su trabajo académico, se ha desempeñado como asesora del Ministerio de Educación de Ontario, como superintendenta de programas del distrito escolar de Durham -a cargo de 125 escuelas- y como consultora en temáticas como mejoramiento escolar y apoyo a equipos escolares.

Para graficar más claramente el nuevo rol del director escolar, la Dra. Freedman usa la siguiente analogía: “el director escolar es como un entrenador de fútbol, no puede hacer su trabajo desde la oficina”. Para que el directivo pueda asumir este nuevo enfoque, es importante que observe lo que está pasando al interior de su escuela. “Un entrenador de fútbol no le dice a los jugadores que lo hagan mejor. Les da un feedback muy específico”, explica.

En el colegio San Alberto Hurtado, ubicado en Pudahuel, la académica canadiense enseñó la metodología de observación de clases a un grupo de estudiantes del Diplomado en Liderazgo para el Aprendizaje, que imparte Fundación Chile en alianza con Fundación Luksic. Los directores deben visitar cada sala de clases por espacio de cinco a diez minutos, en múltiples ocasiones. El objetivo no es observar a un profesor en específico, sino al conjunto de los docentes para buscar patrones comunes y enfocar el trabajo en la mejora de la escuela en su conjunto.

¿Cómo conseguir que el profesor vea a un entrenador y no a un policía en su sala de clases? Según Freedman, lo importante es que el director logre establecer una relación de confianza con sus maestros, para que la observación de clases pueda convertirse en un aporte al mejoramiento de la escuela y no en una fuente de conflictos internos. “Se tiene que sentar con los profesores y explicarles qué es lo que va a hacer, qué está buscando”, explica.  Del mismo modo, la académica sugiere que cuando empiece sus observaciones, el director acuerde con cada docente cuando comenzará el proceso y no aparezca sorpresivamente en las salas de clases.

Por otro lado, el feedback que el director entregue al cuerpo de profesores debe partir destacando los aspectos positivos y fortalezas de la práctica pedagógica y evitar focalizarse en algún docente en específico. “Una vez que se haya establecido esa relación de confianza, el director se podrá mover más libremente por la sala de clases y entrar en aspectos más problemáticos”, asegura la experta canadiense.

A juicio de Beverly Freedman, todo este proceso es fundamental para que el director se empape de lo que ocurre en su escuela y pueda ser considerado como un líder pedagógico por sus profesores. “Si él no experimenta en terreno lo que ocurre en su escuela, no podrá decirle a los profesores cómo pueden hacer mejor su labor”, concluye.
Compartir