Exhibiendo a ChileShowcasing Chile

01 Mayo 2008

Con sólo 36 años Shaun Sheffield, fundador y gerente general de The Austral Group, irradia entusiasmo. “Esto es lo que más he disfrutado en toda mi carrera”, afirma el empresario nacido en Indiana.


Lo que hace su empresa es organizar viajes de estudio de MBA a Latinoamérica para universidades extranjeras. Lanzada a fines del 2005, The Austral Group ya está manejando a cerca de 1.000 estudiantes al año, principalmente desde Estados Unidos y es el actor latinoamericano líder en este campo, señala Sheffield.


Los viajes de educación comercial son un mercado de alto crecimiento y América Latina -que aún es un destino relativamente nuevo para viajes de estudio- tiene mucho que entregar, destaca. Es más barata que Europa -destino que de todas formas muchos estudiantes ya han visitado- y, en comparación con Asia, tiene la ventaja de ahorrarles el jet lag que genera un incómodo vacío en un viaje de 10 días promedio.


Los tratados de libre comercio también han ayudado, indica Sheffield, incrementando no sólo el comercio, sino también el conocimiento de la región. Aún así, Chile es una gran sorpresa para los estudiantes.


“Siempre quedan totalmente impresionados con Chile”, comenta. Tanto así que muchos vuelven para trabajar aquí o desarrollan relaciones con el país, por ejemplo, usando productos de un proveedor chileno.


Sheffield -“viajero por naturaleza”, sostiene- llegó a Chile por primera vez en 1999. Luego de trabajar para una pequeña empresa farmacéutica en Boston, Massachusetts, su idea era pasar algunos años en Santiago o en Buenos Aires y se decidió por Santiago debido a su calidad de vida. En ese entonces, antes de la crisis financiera de Argentina y la devaluación de su moneda, Chile además era más barato, reconoce.


Durante ocho años como gerente de desarrollo de negocios de Business News Americas, un servicio noticioso con sede en Santiago, hizo el MBA for the Americas ofrecido conjuntamente por la Universidad de Chile y la Universidad de Tulane, que tiene sede en Nueva Orleans. Y fue para el ramo de Creación de Empresas del programa que desarrolló el proyecto que a la larga se convertiría en The Austral Group.


La semilla de la idea creció a partir de los contactos que Sheffield tenía en Estados Unidos con, por ejemplo, directores de programas de MBA. Después de todo, ¿quién podría ser mejor como para pedirle ayuda con un planificado viaje de estudios que un estadounidense, ya en Santiago, en un programa de MBA y con el conocimiento práctico de las empresas locales necesario para garantizar una visita productiva?


Hoy en día, la empresa, respaldada por un inversionista estadounidense, tiene oficinas en Santiago y Buenos Aires y un representante en Brasil. Empleando a ocho personas, ofrece viajes de estudio a estos tres países y, de manera incipiente, a Perú y espera sumar pronto a Costa Rica y Panamá. Aprovechando su experiencia en el MBA, también está tratando de expandirse a viajes de estudio para programa de graduados de agronegocios y de la industria vitivinícola, señala Sheffield.


Los viajes que organiza pueden incluir más de un país -digamos, Chile y Argentina- lo que ilustra gráficamente las diferencias -además de las similitudes- que existen dentro de la región, no sólo en lo que respecta al desempeño económico, sino que también en la cultura comercial.


Los clientes de The Austral Group son programas de MBA y Executive MBA dictados por universidades en Norteamérica -principalmente de Estados Unidos- además de aquellas en Puerto Rico y Trinidad y Tobago. Estos incluyen grandes escuelas con mucha experiencia en viajes de estudio -tales como la Stern School of Business de la Universidad de Nueva York y, este año, la Anderson School of Management de la UCLA- así como también a escuelas más pequeñas donde en ocasiones los estudiantes están sacando su pasaporte por primera vez.


Cualquier viaje de estudios es uno de los puntos altos de un programa de MBA. “Pero para los estudiantes que están viajando al extranjero por primera vez, tiene un enorme impacto”, destaca Sheffield.


La competencia de The Austral Group en el mercado de los viajes de estudios proviene principalmente de empresas de viajes en Estados Unidos. Como ellos, entregan toda la logística -pasajes de avión y alojamiento además de actividades turísticas como visitas a viñas-, pero también se concentran en la experiencia académica que los estudiantes adquirirán durante el viaje. “Somos un servicio de viajes educacionales concentrado en los negocios que integra contactos y conocimiento local de primera mano”, afirma Sheffield.


The Austral Group ha tenido como norma desarrollar relaciones con multinacionales latinoamericanas líderes, como la cadena de farmacias FASA y la empresa forestal Arauco, así como también con empresas nacionales líderes tales como Codelco, la cuprífera estatal chilena. Y, para estas empresas, recibir visitas de estudiantes no es sólo un acto de responsabilidad social corporativa.


“Es una gran exposición para ellos” , destaca Sheffield. Debido a que las clases estudian las empresas de antemano, los estudiantes pueden entregar una valiosa retroalimentación y las visitas también representan una oportunidad para que las compañías atraigan talento, añade.


Además de reuniones con altos ejecutivos en estas empresas, los programas de The Austral Group incluyen reuniones con economistas, funcionarios de Gobierno y empresarios. Las empresas emergentes creadas por extranjeros pueden ser particularmente interesantes, asegura Sheffield, debido a que sugieren oportunidades que a lo mejor de otra manera no se le habrían ocurrido a los estudiantes.


Pero, como primer ejemplo de un empresario extranjero, no tienen más allá que mirar al propio Sheffield. En su hogar, creó su primer negocio en sociedad con su hermano, a los 16 años de edad.


Aprendiz de una empresa que fabricaba las placas grabadas que eran una característica común de las oficinas corporativas, los dos hermanos idearon una mejor forma de hacer el mismo trabajo y lo convirtieron en una empresa que continuaron hasta venderla dos años después, registrando una ganancia.


Sheffield no está seguro de si los empresarios nacen o se hacen, si bien sugiere que ser alentado a trabajar desde una edad temprana -en su caso, comenzó en quinto básico con la clásica repartición de diarios- es importante. “Aprendes a querer la libertad que te da”, comenta.


Pero, si su experiencia es una guía, el emprendimiento también tiene que ver con la chispa que entrega el disfrutar de los que se hace. “En The Austral Group, estoy involucrado con las comunidades empresariales y educacionales, y me encuentro con gente fascinante que está haciendo cosas interesantes acá y en Estados Unidos”, sostiene. “Pero el valor de crear es lo que más disfruto”.


Ruth Bradley es la editora general de bUSiness CHILE y además trabaja como corresponsal en Santiago de The Economist.



For entrepreneur Shaun Sheffield, requests for help in organizing study trips to Chile were the seed of a new company and, for Chile, of a service export that showcases the country to the business generations of the future.

Thirty-six year-old Shaun Sheffield, founder and CEO of the Austral Group, radiates enthusiasm. “This is what I’ve most enjoyed doing in all my career,” says the Indiana-born entrepreneur.

What his company does is to organize MBA study trips to Latin America for overseas universities. Launched in late 2005, Austral Group is already handling close to 1,000 students a year, mostly from the United States, and is the leading Latin American player in its field, says Sheffield.

Business education travel is a high-growth market and Latin America - still a relatively new destination for study trips - has a lot going for it, he points out. It’s cheaper than Europe - which many students have already visited anyway - and, as compared to Asia, has the advantage of sparing them the jet lag that knocks a nasty hole in an average ten-day trip.

Free trade agreements have helped too, says Sheffield, increasing not only trade but also awareness of the region. Still, Chile is a big surprise to students.

“They’re always completely impressed with Chile,” he says. So much so that many return to work here or develop relationships with the country by, for example, using products from a Chilean supplier.

Sheffield - “always a traveler,” he says - first came to Chile in 1999. After working for a small drug company in Boston, Massachusetts, his idea was to spend a few years in either Santiago or Buenos Aires, and he plumped for Santiago because of its quality of life. At that time, before Argentina’s financial crisis and its devaluation, Chile was also cheaper, he acknowledges.

During eight years as business development manager for Business News Americas, a Santiago-based news service, he took the MBA for the Americas program offered jointly by the University of Chile and New Orleans-based Tulane University. And it was for the program’s Venture Creation course that he developed the project which was eventually to become the Austral Group.

The seed of the idea grew from Sheffield’s contacts in the United States with, for example, directors of MBA programs. After all, who better to ask for help with a planned study trip than an American, already in Santiago, in an MBA program, and with the hands-on knowledge of local business needed to ensure a productive visit?

Today, the company, backed by a U.S. investor, has offices in Santiago and Buenos Aires and a representative in Brazil. Employing a staff of eight, it offers study trips to these three countries and, incipiently, Peru and soon hopes to add Costa Rica and Panama. Building on its MBA experience, it is also looking at expanding into study trips for wine-industry and agribusiness graduate programs, says Sheffield.

The trips it organizes can include more than one country - say, Chile and Argentina - graphically illustrating the differences - as well as the similarities - that exist within the region, not only as regards economic performance but in business culture.

The Austral Group’s clients are the MBA and Executive MBA programs offered by universities in North America - mostly the U.S. - as well as Puerto Rico and Trinidad & Tobago. These include large schools with lots of experience in study trips - such as New York University’s Stern School of Business and, arriving later this year, UCLA’s Anderson School of Management - as well as smaller schools where students are sometimes getting their passport for the first time.

Any study trip is one of the highlights of an MBA program. “But for students who are traveling abroad for the first time, it has a huge impact,” notes Sheffield.

The Austral Group’s competition in the study trip market comes mostly from travel companies in the U.S. Like them, it provides all the logistics - airplane tickets and accommodation as well as tourist activities such as visits to wineries - but it also focuses on the academic experience that students will gain during the trip. “We’re a business-focused educational travel service that integrates first-hand local knowledge and contacts,” says Sheffield.

The Austral Group has made a point of developing relations with leading Latin American multinationals, like the FASA pharmacy chain and the Arauco forestry company, as well as leading national companies such as Codelco, Chile’s state copper producer. And, for these companies, hosting student visits is not just an act of corporate social responsibility.

“It’s great exposure for them,” points out Sheffield. Because the classes study the companies beforehand, students can provide valuable feedback and the visits are also an opportunity for companies to attract talent, he adds.

As well as meetings with senior executives at these companies, Austral Group’s programs include meetings with economists, government officials and entrepreneurs. Start-ups created by ex-pats can be particularly interesting, says Sheffield, because they suggest avenues that would perhaps not otherwise have occurred to the students.

But, for a prime example of an ex-pat entrepreneur, they don’t have to look further than Sheffield himself. Back home, he created his first business, in partnership with his brother, at the age of 16.

Apprenticed to a company making the engraved nameplates that were then a common feature of corporate desks, the two brothers devised a better way of doing the same job and turned it into a business that they went on to sell at a profit two years later.

Sheffield is not sure whether entrepreneurs are born or made, although he suggests that being encouraged to work from a young age - in his case, starting in fifth grade with the classic newspaper delivery round - is important. “You learn to like the freedom it gives you,” he says.

But, if his experience is any guide, entrepreneurship also has to do with the spark of enjoyment. “In the Austral Group, I’m involved with the business and educational communities and am meeting fascinating people who are doing interesting things here and in the U.S.,” he says. “But the value of creating is what I most enjoy.”

Ruth Bradley is general editor of bUSiness CHILE. She is also the Santiago correspondent for The Economist.
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