Estados Unidos: Una Sociedad de Oportunidades The United States: A Society of Opportunities

22 Agosto 2012

El campeón estadounidense de natación Michael Phelps ha ganado 22 medallas olímpicas, incluidas seis en Londres. Tomás González, el gimnasta chileno que compitió en los Juegos Olímpicos de Beijing y Londres, no tiene ninguna. Ambos son deportistas talentosos y dedicados, pero Phelps ha alcanzado el éxito mientras González ha tenido que luchar constantemente. ¿Por qué?

La respuesta, a juicio de Karin Ebensperger, periodista chilena y analista político del centro de estudios santiaguino Libertad y Desarrollo, es que Phelps fue criado en una sociedad de oportunidades, Estados Unidos, mientras que González tuvo la mala fortuna de crecer en Chile donde las oportunidades para los deportistas son limitadas.

El dinero es parte de ello, pero no lo es todo. A diferencia de Chile, Estados Unidos alienta y apoya a los talentos individuales en cualquier deporte, campo o emprendimiento, señaló Ebensperger
en un desayuno que AmCham celebró en el Hotel Radisson el 10 de agosto.

En su juventud, la misma Ebesenperger fue una estrella del atletismo, estableciendo el récord femenino juvenil de Chile de 100 metros con vallas, y jugaba tenis de manera competitiva. Posteriormente formó su familia y cubrió eventos internacionales para medios de comunicación chilenos, incluida la red de televisión Canal 13, pero sigue siendo -en sus propias palabras- una admiradora de Estados Unidos.

Estados Unidos ha cometido errores, en particular en términos de su política extranjera, pero ha sentado un ejemplo positivo en la forma en que ha equilibrado la libertad individual y la autoridad, señaló. Ese equilibrio, consagrado en la Constitución de Estados Unidos promulgada por los Padres Fundadores de la nación en 1787, es un logro notable en la historia de la humanidad.

La Constitución ha sido enmendada muchas veces, pero su mensaje básicamente no ha cambiado. Esto, a su vez, ha dado paso a sólidas instituciones, una saludable democracia y una cultura del emprendimiento, que ha ayudado a convertir a Estados Unidos en una superpotencia global.

“La autoridad [de Estados Unidos] es muy respetada, no obstante, tener una sociedad civil que esta dispuesta a criticar esa autoridad en todo minuto”, sostuvo Ebensperger. “Todo está ahí”, dijo, sosteniendo una pequeña copia de la Constitución de Estados Unidos en inglés y español.

Este texto influyó la Revolución Francesa en 1789 y ha cambiado el curso de la historia del mundo, destacó. “Estados Unidos es una sociedad muy joven” y el hecho de que pudiera establecer este concepto liberal desde una etapa tan temprana es extraordinario.

A diferencia de los países latinoamericanos, en donde la libertad a menudo se asocia con la libertad “contra algo”, en Estados Unidos siempre ha estado estrechamente vinculada a la creatividad, afirmó. Y ¿a dónde van los estadounidenses para ser creativos? A sus garages, por supuesto.

Tome como ejemplo a Steve Jobs, un “héroe” estadounidense quien, junto con Steve Wozniack, creó el primer computador Macintosh en el garaje de sus padres. Jobs es parte de una larga tradición de emprendimiento estadounidense que se remonta a más de 200 años desde Benjamin Franklin hasta Larry Page y Sergey Brin de Google.

“Lo que tienen en común es que esperan muy poco del Estado, (...) ellos no esperan que el Estado les venga a solucionar la vida, tampoco esperan mucho un golpe de suerte, lo que ellos hacen es trabajar muy duro, pero con la seguridad de estar en una sociedad que valora el emprendimiento, el intelecto, la creatividad y la propiedad”, afirmó Ebensperger.

Es significativo que la Oficina de Patentes y Marcas Registradas de Estados Unidos, antes conocida solo como la Oficina de Patentes, fuera creada por la Ley de Patentes de Estados Unidos en 1790, poco después de que se promulgara la Constitución. Esto ha dado a los inventores como Jobs la seguridad y la confianza para perseverar, dijo.

Este espíritu de hacerlo uno mismo también está detrás del meteórico ascenso económico de Estados Unidos desde el término de la Segunda Guerra Mundial y que ha atraído a inventores de otras naciones como Wernher von Braun, el científico que desarrolló los cohetes bajo el régimen Nazi y después de unió a la NASA.

De hecho, la carrera armamentista del Siglo XX entre Estados Unidos y Rusia muestra cómo el ingenio de los estadounidenses, aunque para fines militares, podría beneficiar a la sociedad a través del desarrollo de nuevas tecnologías, indicó.

El sistema de Gobierno de Estados Unidos está firmemente arraigado en una tradición de filosofía occidental que se remonta al concepto griego de logos (razón), las leyes romanas y la idea germánica del “consentimiento de los gobernados”.

Esta filosofía sigue dominando en Occidente, pero está siendo desafiada en estos días por diferentes visiones de mundo en China, India y los países islámicos, destacó Ebensperger. De hecho, cada una de estas culturas tiene un concepto diferente de libertad que es difícil que los occidentales entiendan.

China, en particular, está económicamente avanzada, pero tiene una idea de libertad que difiere significativamente de la de Estados Unidos, destacó.

En tanto, los estadounidenses han perdido la confianza en su propio sistema producto de la crisis hipotecaria subprime del 2008. A juicio de Ebensperger, la confianza profundamente arraigada en sus instituciones se vio removida por el engaño de algunos millonarios en Wall Street y tomará tiempo en recuperarse.

La economía de Estados Unidos ha vuelto al camino a la recuperación, pero la crisis del 2008 es una “señal de alerta” en cuanto a que es vulnerable si la confianza pública en la sociedad de igualdad de oportunidades se ve socavada, indicó.

Sin embargo, Ebensperger está optimista en cuanto al futuro de Estados Unidos. Pese a sus recientes problemas, sigue siendo un faro de libertad económica construido sobre la base de libertades civiles y el respeto por la autoridad legítima.

Por su parte, Chile tiene la importante ventaja de tener a Estados Unidos como socio comercial, pero tiene un largo camino por recorrer para crear una sociedad con las mismas oportunidades. Sólo pregúntele a Tomás González.

Julian Dowling es editor de bUSiness CHILE

The American swimming champion Michael Phelps has won 22 Olympic medals, including six in London. Tomás González, the Chilean gymnast who competed in the Olympics in Beijing and London, has none. Both athletes are talented and dedicated, but Phelps has thrived while González has struggled. Why?

The answer, according to Karin Ebensperger, a Chilean journalist and public policy analyst at Santiago think tank Libertad y Desarrollo, is that Phelps was raised in a society of opportunities, the United States, whereas González had the misfortune of growing up in Chile where opportunities for athletes are limited.

Money is part of it but it’s not everything. Unlike in Chile, the United States encourages and supports talented individuals in any sport or field of endeavor, Ebensperger said at an AmCham breakfast at the Radisson Hotel on August 10.

In her day, Ebensperger was herself a track and field star, establishing a Chilean youth record in the women’s 110-meters hurdles, and playing tennis competitively. She went on to raise a family and cover international affairs for Chilean media, including television network Canal 13, but she is still, in her own words, an “admirer” of the United States.

The United States has made missteps, particularly in terms of its foreign policy, but it has set a positive example in the way it has balanced individual freedom and authority, she said. That balance, enshrined in the U.S. Constitution signed by the nation’s Founding Fathers in 1787, is a “remarkable achievement” in the history of humanity.

The Constitution has been amended many times but its message is basically unchanged. This has, in turn, given rise to strong institutions, a healthy democracy and a culture of entrepreneurship, which have helped make the U.S. into a global superpower.

“Americans are free to criticize their government, but they also have a deep respect for institutional authority,” said Ebensperger. “It’s all in here” she said, holding up a small bound copy of the U.S. Constitution in English and Spanish.

This document influenced the French Revolution in 1789 and has changed the course of world history, she pointed out. “The United States is a young country and the fact that it was able to establish this liberal concept from such an early stage is astounding.”

Unlike Latin American countries, where freedom is often associated with freedom “from something”, in the United States it has always been closely linked to creativity, she said. And where do Americans go to be creative? Their garage, of course.

Take Steve Jobs, an American “hero” who, with Steve Wozniack, created the first Macintosh computer in his parents’ garage. Jobs is part of a long tradition of American entrepreneurship that stretches back over 200 years from Benjamin Franklin to Google’s Larry Page and Sergey Brin.

“These people didn’t expect much from their government and they didn’t wait to get lucky, but they worked hard because they lived in country that values intellectual property,” Ebensperger said.

It is significant that the United States Patent and Trademark Office, formerly just the Patent Office, was created by the U.S. Patent Act in 1790, shortly after the Constitution was signed. This has given inventors like Jobs the security and confidence to persevere, she said.

This do-it-yourself spirit is also behind the United States’ meteoric economic rise since the end of World War II and has attracted inventors from other such as Wernher von Braun, the scientist who developed rockets under the Nazis and later joined NASA.

In fact, the 20th Century arms race between the United States and the USSR shows how American ingenuity, albeit for military ends, could benefit society through the development of new technologies, she said.

The United States’ system of government is firmly rooted in a tradition of Western philosophy going back to the Greek concept of logos (reason), Roman law and the Germanic idea of the “consent of the governed”.

This philosophy remains dominant in the West, but it is being challenged these days by different world views in China, India and Islamic countries, noted Ebensperger. In fact, each of these cultures has a different concept of freedom which is hard for Westerners to understand.

China, in particular, is economically advanced but has an idea of freedom that differs significantly from the United States, she pointed out.

Meanwhile, Americans have lost confidence in their own system as a result of the subprime mortgage crisis of 2008. According to Ebensperger, the deeply ingrained trust in their institutions was shaken by the “cheating” of some Wall Street millionaires and will take time to recover.

The United States’ economy is back on the path to recovery, but the 2008 crisis is a “warning sign” that it is vulnerable if public confidence in the society of equal opportunities is undermined, she said.

Ebensperger is, however, optimistic about the future of the United States. Despite its recent problems, it remains a beacon of economic freedom built on a foundation of civil liberties and respect for legitimate authority.

For its part, Chile has the important advantage of having the United States as a trading partner, but it has a long way to go to create a society with the same opportunities. Just ask Tomás González.

Julian Dowling is Editor of bUSiness CHILE

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