Columna de opinión escrita por Roberta Valenca, presidenta de AmCham Chile.

Cada 8M vemos cómo un gran número de organizaciones 'saludan' a las mujeres en este día. Y si bien el gesto se agradece, no basta solo con compartir mensajes que promuevan acciones en materia de inclusión, sino que es crucial llevarlos a la práctica, considerando el enorme significado estratégico que esto tiene para el sector empresarial, para la sociedad y las personas.

La equidad de género en el ámbito laboral es definida como un activo muy valioso que brinda a las mujeres y a los hombres las mismas oportunidades, condiciones y formas de trato, incluyendo la participación económica y empresarial, desde la toma de decisiones hasta la eliminación de discriminación en todos sus ámbitos, aportando no solo paridad, sino que también diferencias en los rangos de edad y formación, en un contexto donde los desafíos para las empresas son cada vez más adaptativos.

Un estudio del ESE Business School ha demostrado que los directorios presididos por mujeres presentan un mayor nivel de organización y efectividad, mientras que el Ranking IMAD, que realiza anualmente Mujeres Empresarias en Chile, durante el período 2017-2023, señala que la presencia femenina en directorios aumentó de un 9% a un 23%. Este es un avance significativo, pero que debemos seguir trabajando.

En el directorio de AmCham Chile, contamos con presencia femenina desde inicios de los 90’, ya que nos convencimos de que, sin nosotras, los socios no estaban realmente representados. De esta manera, la diversidad, equidad e inclusión se han transformado en un pilar fundamental de nuestro trabajo que, con mucho orgullo, podemos decir que no solo impulsamos, sino que también lo vivimos, y que en la actualidad nos ha permitido ser el único gremio empresarial en Chile cuyo directorio está compuesto mayoritariamente por mujeres.

En AmCham, estamos convencidos que los gremios tenemos un rol clave para contribuir a mejores políticas, avanzando, por ejemplo, en corresponsabilidad, eliminación de la discriminación salarial y el fomento de la igualdad de género e inclusión laboral femenina, generando un mayor acceso a puestos de liderazgo y reconociendo el valor de la diversidad, todas temáticas que impulsamos desde nuestro Círculo de Mentorías en Diversidad, Equidad e Inclusión.

La promoción del talento de las mujeres y el aumento de su participación en roles de liderazgo debe ser visto como una oportunidad para las empresas, en la toma de mejores decisiones, involucrando más miradas, habilidades, y maneras diversas de enfrentar los desafíos. La equidad y presencia de las mujeres es fundamental también para contribuir a una agenda centrada en un crecimiento integral. No podemos concebir políticas públicas que fomenten el crecimiento sin incorporar la presencia activa de las mujeres, ya que de lo contrario este no sería sostenible en el tiempo, y nuestra inclusión es necesaria para que este sea equitativo y beneficie a toda la sociedad.

Este es el camino por el que estamos trabajando, en el cual las mujeres deben ser protagonistas para seguir construyendo sociedades donde el talento y el potencial de las personas son valorados sin importar su género.