Entrevista: Charles Kimber, Gerente de Asuntos Corporativos y Comerciales de Celulosa Arauco y Constitución

09 Mayo 2006

Celulosa Arauco y Constitución enfrentó difíciles momentos el año 2005. Charles Kimber, Gerente de Asuntos Corporativos y Comerciales de la empresa y director de AmCham habla sobre cómo enfrentaron esa crisis y el momento actual de la compañía.










Celulosa Arauco y Constitución experimentó hace un año momentos de extrema dificultad. ¿Cuáles han sido las principales acciones que le han permitido revertir la situación?



Como consecuencia de su sostenido crecimiento industrial, Arauco compite hoy en un mundo que exige calidad, diversidad, costos y comercialización de alcance global. Esto incluye asumir los más altos estándares medioambientales disponibles, pues competimos en un mundo donde el tema medioambiental es de alta sensibilidad pública y provoca fuerte desconfianza hacia las empresas.
Hoy somos una empresa más consciente de nuestras fortalezas y debilidades, lo que nos ha llevado a adaptar nuestra organización a la nueva realidad.
Más que nunca, en Arauco estamos convencidos de la necesidad de mantener un diálogo permanente con la sociedad.
Y así como entendemos que la inversión tecnológica es una condición necesaria para la sustentabilidad de la empresa y fundamental para el desarrollo exportador, es que en muchos casos estamos invirtiendo más allá de lo que exige la propia legislación ambiental, lo que nos permite contar con las tecnologías ambientales más modernas disponibles en el mundo.
La experiencia vivida con la planta de celulosa en Valdivia nos ha mostrado que a pesar de las dificultades y desconfianzas es posible conciliar intereses diversos en beneficio de todos.

¿Cuál es la visión de Arauco en relación a las comunidades locales?

Arauco tiene más de 35 años de experiencia en la industria forestal y es una de las empresas más importantes del rubro en el mundo. Pero lo paradojal es que
a mayor globalización, aumenta la necesidad de raigambre en la propia comunidad. En esto precisamente consiste la sustentabilidad de la globalización.
De ahí que necesitamos de un diálogo abierto y permanente con todas las comunidades, instituciones y organizaciones de las regiones en donde trabajamos.
Creemos que la agenda común se construye a partir de los intereses de ambas partes, en el marco del desarrollo en conjunto de proyectos de mediano y largo plazo.
Pero no queremos confundir ese trabajo con una especie de paternalismo. La sustentabilidad de la internacionalización requiere de pequeñas y medianas compañías que puedan cumplir con altas exigencias y estándares internacionales. Es por eso que necesitamos involucrarnos activamente en el desarrollo de las comunidades y su integración a la cadena de valor.
Así, lo que redunda en un logro y beneficio para las medianas y pequeñas empresas que forman parte de la cadena de proveedores de Arauco, es una necesidad para Arauco y redunda en una perspectiva de desarrollo diversificado desde el punto de vista del país.
Por eso trabajamos con la lógica de consolidarnos en una plataforma de empleo para la región, producir sinergias con el comercio y los oferentes de servicios de la zona donde estamos presentes con instalaciones industriales.

¿Qué medidas tendría que adoptar la industria forestal para que Chile fuera más competitivo en el ámbito medioambiental y en la relación empresas y comunidad?
Es un tema transversal y la receta debería ser la misma para cualquier industria, y no sólo la forestal.
Siempre es posible fortalecer la institucionalidad vigente, no obstante que la nuestra ha sido legitimada a nivel interno y es reconocida y destacada a nivel internacional.
Como país, deberíamos pensar en instancias que nos permitan desarrollar prácticas que apunten al cuidado del medioambiente, en el entendido que esta no es una tarea de unos pocos actores sociales, sino también de las empresas, del gobierno y de la comunidad como un todo.
Para lograr lo anterior, primero es imprescindible construir confianzas y dejar de vernos –empresas, comunidad, gobierno, actores sociales– como fuentes de conflicto.
Y es necesario que esta mirada distinta a los desafíos medioambientales se proyecte en el ámbito de la formación de nuestros hijos.

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