Eneldo en NepalEneldo in Nepal

01 Junio 2006


Londres y Nueva York, 25 de abril del 2006: “Recomendamos no viajar a Nepal a menos que sea estrictamente necesario durante el actual período de mayor tensión…”

Santiago, 29 de abril del 2006: “Santiago Eneldo viaja a Katmandú, Nepal, para recorrer e informar a nombre de bUSiness CHILE…”

¡¡Informando en VIVO desde Katmandú!! ¿Qué hará ahora este hombre para entregar la mejor información en “tiempo real” sobre eventos internacionales? He estado lejos de Chile por 30 días y la mayor parte de ellos los ocupé en hacer trekking a través del noreste de Nepal hacia el Campamento Base del Everest para reunirme con la enormemente exitosa expedición chilena que ha puesto a 11 montañistas en la cumbre del Monte Lhotse (8.516 metros) en un lapso de dos días, el 11 y 12 de mayo. Tuve un sueño y ¡ahora he visto los picos del Everest, el Lhotse y el Nuptse!

La verdad es que escalé el Kala Pattar, un pico en cierta forma menor, de 5.600 metros, ¡todo un logro para alguien que encuentra que escalar fuera de la cama es muy estresante! También pasé una noche en una carpa del campamento base, donde casi me congelé. No obstante, caminé de cinco a ocho horas diarias durante 15 días y perdí más de seis kilos; ¡la mejor dieta que haya hecho nunca!

Déjenme tratar y resumir.

Nepal es una de las naciones más pobres de la tierra y ha luchado por reestablecerse como una democracia (el rey ha sido despojado de todas sus facultades, pero puede mantener un rol “ceremonial”) y llegar a acuerdos con los revolucionarios maoístas que controlan grandes zonas rurales. Todo esto suena inquietante para el viajero, y la prensa internacional ha dado considerable cobertura a las manifestaciones y revueltas. Pero, ¡no vimos nada de eso!. Incluso pensé en ofrecerme como un nuevo estilo de monarca, pero “El Hombre Que Quiso Ser Rey” de Kipling termina de manera más bien violenta.

Al arribar el 3 de mayo a Katmandú, la capital, no presenciamos nada de violencia ni manifestaciones y sólo vimos una huelga, que se traducía en pilas de basura quemándose en las calles, lo que se sumaba a la visión de una tierra perdida en el tiempo.

Katmandú es caótica, bulliciosa, contaminada, maloliente, colorida y pobre, repleta de gente ocupada con su vida diaria o que intenta venderte cualquier cosa desde una pulsera hasta un nuevo lavaplatos; y son ¡muy persistentes! Una sociedad en donde los hombres de todas las edades recorren las calles dándose la mano -sin indicar nada más que amistad- pero donde hombre y mujeres ¡nunca se toman de la mano en público! Una sociedad en donde la mayoría de los matrimonios son “arreglados”.

Nos encontramos con gente tremendamente respetuosa, simpática, paciente y generosa, ya sea que fueran hindúes, budistas, ricos, pobres o indigentes. Pese a la reciente inquietud social, no parece haber conflicto entre las dos principales religiones y el compromiso de practicar sus creencias es absoluto. ¡Ellos realmente viven sus religiones!

El tráfico es una maravilla de tolerancia humana. Al parecer hay pocas, pero bien entendidas reglas de compromiso e incluso un policía ocasional que apunta un brazo en una y otra dirección. Sin embargo, los autos -nuevos y viejos-, las motocicletas con pasajeros sentados en cascos laterales y los triciclos con “cabinas” en la parte trasera hacen sus propias reglas y entrelazan las calles con fuertes bocinazos en tono de “advertencia”. A menudo están por producirse choques, pero ¡NUNCA hay un intercambio de palabras! Lo que en Santiago tendría como resultado una violenta confrontación en Katmandú sólo produce una gentil sonrisa. Incluso los peatones deambulan por las calles a través de un tráfico potencialmente letal como si se deslizaran a través de una pista de baile. ¡Quizás la promesa de la reencarnación les proporciona la confianza para arriesgarse de tal manera!

Las boutiques son bastante excepcionales y cada marca conocida de equipamiento y ropa indoor y outdoor está disponible a precios increíblemente bajos. Debe destacarse que todos los artículos North Face, Patagonia, Columbia, Nike, Adidas, Reebok, Lacoste, Benetton, etc. en oferta han sido “fabricados localmente”… ¡pero no estaban para nada malos! Aunque por supuesto, no compraría nada falso…

Nuestro programa comenzó con una visita a al famoso Stupa budista de Boudhanath (que data del año 500 DC) para recibir una bendición para el viaje épico que estaba por venir. ¡¡Fue divertido ver algunos hippies de mediana edad que quedaron rezagados de los 70 y 80!!

Tomamos un avión Twin Otter de Katmandú hasta Lukla, poblado fundado por Sir Edmund Hillary, e iniciamos nuestro viaje. Éramos seis en el grupo: tres turistas, un sherpa y dos personas a cargo de las maletas. Caminamos de arriba abajo durante los 10 días siguientes desde Lukla a Phakding y de ahí a Namche Bazaar, a Thame, a Khumjung, Pangboche, Phortse, Dingboche, Chhukung, Pheriche, Dugla y Gorak Shep, y luego hasta Kala Pattar y finalmente al campamento base del Everest.

Paramos para almorzar y durante las noches en los lodges de los sherpas. Las instalaciones y la comida eran simples, pero la hospitalidad siempre fue generosa. Duchas, agua caliente, té (que se bebe cada vez que es posible), recarga de baterías y chocolates eran “extras” y los precios subían considerablemente con la altitud.

Nos dimos un festín con las vistas y sonidos de esta acercamiento a la antigua a los picos de los Himalayas. Los porteadores de las maletas, torcidos casi por completo, usaban una simple correa para trasladar una inimaginable carga sobre sus espaldas. Cerca del Mercado de Namche Bazaar, traté de llevar la carga de un muchacho de 16 años que iba al mercado pero apenas fui capaz de luchar contra mis pies y sólo conseguí avanzar unos pasos. ¡Miles de carcajadas! Llevaba 90 kilos y ¡encima sonreía! Nuestros dos encargados de las maletas (hindúes de villas más abajo) cargaban 40 kilos cada uno.

La vida comenzó a ser una rutina de objetivos simples: ¡dónde está el próximo lodge, dónde podemos sacar la próxima foto! Seguíamos senderos que se habían usado desde que el hombre recién comenzó a comunicarse y viajar. Desde el aire, podías ver esta red de senderos y también las antiquísimas y cuidadosamente construidas terrazas agrícolas que dominan la campiña.

Nos cuidaban los sherpas, gente de la montaña que llegó a Nepal (y al norte de la India) hace unos 400 años. A diferencia de los nepaleses, que son descendientes de India y Euroasia, los sherpas son esencialmente mongoles. Ganaron su prestigio con las expediciones a los Himalayas de principios del siglo XX y hoy en día son bastante ricos, poseen lodges y ayudan a organizar expediciones y recorridos a pie Sus lodges son construcciones simples, de dos pisos de piedra con vigas y ventanas de madera. Las puertas son bajas para ayudar a reducir las corrientes frías, pero me causaron muchos y fuertes dolores de cabeza… Las mujeres se visten de manera muy colorida y tradicional. Acarrean yaks, trasladan carga y administran los lodges.

Y finalmente ¡Lo logramos! Cumplimos nuestra meta. Caminamos de ida y vuelta. Una experiencia muy pacífica y poderosa. En el último día, nuestro guía me preguntó cómo podría parecerse más Nepal a Chile, con mayores avances y un desarrollo más rápido. Lo pensé y le respondí luego: “Sí, hay cosas que aprender del modelo socioeconómico chileno, pero Chile tiene mucho que aprender de los nepaleses”. En verdad, una de las naciones más pobres de la Tierra tiene mucho que enseñarnos en términos de humildad, compasión, espiritualidad, amabilidad y el valor de una sonrisa sincera.

Continúo atrapado en el limbo, mientras vuelvo lentamente a la tierra en el contaminado Santiago. (Debiera pedir lluvia a los monjes de Thame…)

Santiago Eneldo
(Comentarios y críticas a [email protected])

Ésta es una versión ampliada de la edición impresa de este artículo.

Dateline London and New York, April 25, 2006: “We advise against all but essential travel to Nepal during the current period of enhanced tension…”

Dateline Santiago, April 29, 2006: “Santiago Eneldo flies to Kathmandu, Nepal, to trek and report for bUSiness CHILE…”

Reporting LIVE from Kathmandu!! What will that man do next to bring you the best “real time” information on international events? I have been away from Chile for 30 days and most of these were spent trekking through northeastern Nepal towards Everest Base Camp to meet up with the tremendously successful Chilean expedition which put 11 climbers on the summit of Mt. Lhotse (8,516 meters) over a two-day period - May 11 and 12. I had a dream and I have now seen the Everest, Lhotse and Nuptse peaks!

The truth is I climbed Kala Pattar, a somewhat lesser peak but, at 5,600 meters, quite an accomplishment for someone who finds climbing out of bed very stressful! I also spent one night in a tent at base camp where I nearly froze solid. Regardless, I trekked five to eight hours a day for 15 days and lost over six kilos; best diet I have ever been on!

Let me try and summarize.


Nepal is one of the poorest nations on earth and has struggled to re-establish itself as a democracy (the king has been stripped of all his powers but may retain a “ceremonial” role) and to come to terms with Maoist revolutionaries who control large parts of the countryside. All this sounds ominous for the traveler and the international press has given considerable coverage to the demonstrations and riots. But we saw none of this! I even thought of offering myself as a new-style Monarch, but Kipling’s “The Man Who Would Be King” ends rather violently.

Arriving in Kathmandu, the capital, on May 3 we witnessed no violence, no demonstrations and only one strike, which resulted in piles of garbage burning in the streets, adding to the vision of a land lost in time.

Kathmandu is chaotic, noisy, polluted, smelly, colorful and poor, teeming with people going about their daily lives or intent on selling you anything from a bracelet to a new kitchen sink; and they are very persistent! A society where men of all ages walk the streets holding hands - no indication of anything except friendship - but where men and women never hold hands in public! A society where most marriages are still “arranged”.

We found people to be tremendously respectful, kind, patient and generous - whether Hindu or Buddhist, rich, poor or penniless. Despite the recent social unrest, there appears to be no conflict between the two main religions and the commitment to practicing their beliefs is absolute. They live it!

The traffic is a marvel of human tolerance. There appear to be limited but well-understood rules of engagement and even an occasional policeman pointing an arm in one direction or another. However, cars old and new, motor bikes with side-saddle passengers and tricycles with “cabins” on the back make their own rules and weave down streets with horns blasting in a “warning” tone. There are frequent near misses but NEVER a cross word! What in Santiago would result in a violent confrontation causes only a gentle smile in Kathmandu. Even pedestrians amble across streets through potentially lethal traffic as if gliding across a dance floor. Maybe the promise of reincarnation provides the confidence for such abject risk taking!

The boutiques are quite exceptional and every known brand of indoor and outdoor clothing and equipment is available at incredibly low prices. It should be noted that the North Face, Patagonia, Columbia, Nike, Adidas, Reebok, Lacoste, Benetton, etc. items on offer had all been “locally manufactured”…but they weren’t at all bad! Of course, I wouldn’t buy a fake anything…

Our program started with a visit to the famous Buddhist Stupa at Boudhanath (dates from 500 AD) to receive a blessing for the epic journey to come. It was fun to see some very middle-aged Hippies left behind from the 1970s & 80s!!

We took a Twin Otter from Kathmandu to Lukla, founded by Sir Edmund Hillary, and started our trek. Six in the group: three trekkers, a Sherpa guide and two Porters. We trekked onward and upward over the next ten days from Lukla to Phakding to Namche Bazaar to Thame to Khumjung, Pangboche, Phortse, Dingboche, Chhukung, Pheriche, Dugla and Gorak Shep, then up Kala Pattar and finally to Everest Base Camp.

We stopped at Sherpa lodges for lunch and for the night. Accommodation and food were simple but the hospitality was always generous. Showers, hot water, tea (which is drunk on every possible occasion), battery charge and chocolates are all “extra” and the prices inflated considerably with altitude.

We feasted on the sights and sounds of this age-old approach to the Himalayan peaks. Porters, bent almost double, used a simple head strap to carry unimaginable loads on their backs. Near the market town of Namche Bazaar, I tried lifting the load of a 16-year-old boy headed to the market but was barely able to struggle to my feet, let alone advance a few paces. Roars of laughter! He was carrying 90 kgs - and smiling! Our two porters (Hindus from the lower villages) carried about 40 kgs each.

Life became a routine of simple objectives - where’s the next lodge, where’s the next photo opportunity! You follow trails which have been in use since man first started to communicate and travel. From the air, you can see this network of trails and also the very old and carefully-built agricultural terraces which dominate the countryside.

We were looked after by the Sherpas, a mountain people who came to Nepal (and northern India) some 400 years ago. Unlike the Nepalese, who are of Indian/Eurasian descent, the Sherpas are essentially Mongols. They earned their fame with the Himalayan expeditions of the early 1900s and today many are quite wealthy, own lodges and help organize expeditions and trekking. Their lodges are simple, two storey, stone constructions with wooden windows and beams. The doors are low to help reduce cold draughts, but which caused me many a severe headache… The women are very traditionally and colorfully dressed. They herd Yak, carry loads and manage the lodges.

And we made it! We achieved our objective. We walked there and we walked back again. A very peaceful and powerful experience. On the last day, our guide asked me how Nepal could become more like Chile - progressive and fast-developing. I thought and then said: “Yes, there are lessons to be learned from the Chilean socioeconomic model, but then Chile has many lessons to learn from the Nepalese.” In truth, one of the poorest nations on earth has much to teach us in terms of humility, compassion, spirituality, kindness and the value of a sincere smile.

I remain,
Trapped in limbo as I slowly come back down to earth in smog-shrouded Santiago. (I should have asked the Monks of Thame for rain…)

Santiago Eneldo
(Comments and abuse to [email protected])

This is an extended version of the print edition of the article.
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