El Triunfo de la DemocraciaThe Triumph of Democracy

01 Julio 2005


Durante este mes celebramos en AmCham el aniversario de Estados Unidos, una democracia altamente exitosa y una tierra de oportunidades para su gente y por definición, para las compañías que comercian e invierten en ella. También celebramos la fortaleza democrática de Chile, un país donde vivimos y trabajamos los miembros de AmCham.

En Diciembre próximo, Chile celebrará su cuarta elección presidencial desde su retorno a la democracia. Los comicios de este año son particularmente interesantes. Los tres Presidentes anteriores -Patricio Aylwin, Eduardo Frei y Ricardo Lagos- tenían estrechos vínculos con la oligarquía política anterior al año 1973, mientras que los actuales candidatos representan a una nueva clase política que surgió después de la transición de 1989. Ellos reflejan una diversidad refrescante, que muestra antes que nada, el éxito del proceso democrático y la transformación que está sucediendo en Chile, permitiendo un incremento de apertura y creatividad.

¿Pero, quiénes son estos candidatos?

Joaquín Lavín, que representa al principal partido de la oposición, el Partido Unión Democrática Independiente (UDI), casi derrotó al Presidente Ricardo Lagos en 1999, con una brillante campaña basada sobre una promesa de cambio. Él es economista de profesión, graduado de la Universidad de Chicago y con un fuerte compromiso hacia el servicio personal, que refleja sus profundas creencias, como miembro activo del Opus Dei, en la familia y en la tradición Católica, que tiene fuertes raíces en Chile. Fue Alcalde del municipio de Las Condes, en el barrio alto de la ciudad y también de la comuna de Santiago, de carácter más popular y diverso.

Michelle Bachelet, la probable candidata de la coalición de gobierno de centro izquierda -que reúne a los partidos Demócrata Cristiano, Socialista, PPD y Radical-, que ha gobernado a Chile desde 1990, es miembro del Partido Socialista y ha militado en la política activa desde su juventud, cuando su padre, un era general de la Fuerza Aérea que apoyaba a Salvador Allende, murió en prisión bajo el régimen militar. Es médico de profesión y a mediados de los años ‘90, estudió en la Escuela Interamericana de Defensa, en Washington D.C., antes de ser nombrada por el Presidente Lagos como Ministra de Salud y servir posteriormente como Titular de la cartera de Defensa, siendo la primera mujer en Chile en desempeñar dicho cargo. Ella ha capturado la imaginación del país con su personalidad carismática y una sorprendente falta de resentimiento acerca de la forma en que falleció su padre y representa una nueva generación con ideas más liberales en asuntos sociales.

El tercer candidato que ingresó a la carrera presidencial es Sebastián Piñera, un exitoso hombre de negocios autodidacta, que encarna el pensamiento liberal y un refrescante espíritu empresarial. Él, a pesar de pertenecer al partido de centro derecha, Renovación Nacional (RN) -del cual fue un respetado senador durante los años ‘90- apoyó la campaña por el NO en contra del Presidente Pinochet, en 1998, debido a su preocupación por asuntos en materia de derechos humanos. Su padre fue uno de los fundadores del partido Demócrata Cristiano, pero Sebastián, un economista con estudios en Harvard, decidió unirse a RN debido a su pensamiento acerca de un modelo económico de mercado más libre, que el que apoyaba el partido Demócrata Cristiano. Con un patrimonio superior a USD 1 billón, forma parte del grupo que controla la propiedad de la línea aérea LAN y es accionista mayoritario en diversas otras grandes sociedades anónimas chilenas. No obstante que su éxito comercial genera admiración, también ha suscitado preocupaciones acerca de los potenciales conflictos de interés que ello podría ocasionar, en el caso de que fuese elegido presidente. Su respuesta ha sido la de renunciar a sus cargos en los directorios, pero aún tiene que lidiar con su posición como dueño, mientras que el gobierno ha reaccionado presentando una ley para incrementar la transparencia con respecto a las actividades económicas de los candidatos presidenciales.

El cuarto candidato (en este momento) es Tomás Hirsch, una figura poco conocida en el ámbito político, perteneciente al partido Humanista. Fue Embajador de Chile en Nueva Zelanda bajo el Presidente Aylwin.

¿Pero, qué significa todo esto para Chile? ¿Y quien ganará? ¿Podrían existir más candidatos que aún no han aparecido?

Nadie conoce la respuesta. Todavía es demasiado pronto para la campaña y los candidatos no han definido claramente sus plataformas. No obstante, está claro que el pueblo Chileno y el proceso democrático, ya son grandes ganadores. Los chilenos tienen una nueva generación de muy diversas opciones para su futuro. Ellos tienen elección y ésta significa, oportunidades. El desafío actual es el de aprovechar dicha oportunidad, para participar y comprender las alternativas y marchar así de manera proactiva hacia un futuro que ellos elijan para sí mismos.

AmCham celebra el aniversario de la democracia de los Estados Unidos y el nacimiento de una nueva era en la historia democrática chilena. ¡Aplaudimos el triunfo de la democracia!

This month, we at AmCham celebrate the birthday of the United States - a highly successful democracy and a land of opportunities for its people and, by definition, the companies that trade and invest there. We also celebrate the democratic strength of Chile, a country where we, AmCham members, operate.

This December, Chile will hold its fourth presidential election since the return to democracy. This year’s election is particularly interesting. Chile’s three previous Presidents - Patricio Aylwin, Eduardo Frei and Ricardo Lagos - all had close ties to the pre-1973 political oligarchy whereas this year’s candidates represent a new political class born after the 1989 transition. They reflect a refreshing diversity which shows, better than almost anything else, the success of the democratic process and the transformation that is taking place in Chile, allowing for increased openness and creativity.

But who are these candidates?

Joaquín Lavín, who represents the main opposition party, the Independent Democratic Union (UDI), almost defeated President Ricardo Lagos in 1999, with a brilliant campaign based on a promise of change. He is an economist by training and a graduate of the University of Chicago with a strong commitment to personal service, reflecting his own deep beliefs, as an active member of the Opus Dei, in family and the Catholic tradition which have such strong roots in Chile. He was mayor of a large upscale suburb of Santiago and, later, of the more diverse and popular city center district.

Michelle Bachelet, the probable candidate of the governing center-left coalition (Christian Democrat, Socialist, PPD and Radical parties), which has led Chile since 1990, is a member of the Socialist party and has been an active player in politics from her youth when her father, an air force general who supported Salvador Allende, died in a prison under the military regime. She is a medical doctor by training and, in the mid-1990s, studied at the Inter-American Defense College in Washington, DC before serving under President Lagos as Minister of Health and, subsequently, as Chile’s first woman Minister of Defense. She has captured the country’s imagination with her charismatic personality and surprising lack of resentment over the manner of her father’s loss, and represents a new generation with more liberal ideas on social issues.

The third candidate to enter the race is Sebastián Piñera, a successful self-made man who embodies liberal thinking and a refreshing entrepreneurial spirit. Although from the center-right National Renewal (RN) party - for which he was a highly respected senator in the 1990s - he supported the NO campaign against President Pinochet in 1988 because of human rights concerns. His father was one of the founders of the Christian Democrat party, but Sebastián, a Harvard-educated economist, decided to join RN due to his belief in a more free market economic model than that supported by the Christian Democrat party. With a net worth in excess of US$1 billion, he is part of the controlling ownership of the LAN airline and a major shareholder in several other large Chilean corporations. Although his business success generates admiration, it has also raised concern about potential conflicts of interest if he were to become president. His response has been to resign from his directorships, but he still has to deal with his ownership position, while the government has reacted by proposing a law to increase transparency with respect to the economic activities of presidential candidates.

The fourth candidate (at this time!) is Tomás Hirsch, a little-known political figure from the Humanist party. He was Chile’s Ambassador to New Zealand under President Aylwin.

But what does all this mean for Chile? And who will win? Could there be more candidates that we have not seen yet?

The answer is no one knows. It is still early days in the campaign and the candidates have not clearly defined their platforms. It is clear, however, that the Chilean people and the democratic process are already big winners. Chileans have a new generation of very diverse options for their future. They have choice and choice means opportunity. The challenge now is to grasp that opportunity, to participate, to understand the alternatives and to proactively step into a future which they choose for themselves.

AmCham celebrates the birthday of U.S. democracy and the dawning of a new age in Chile’s democratic history. We celebrate the triumph of democracy!
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