El Panorama desde WashingtonThe View from Washington

01 Julio 2009


José Goñi no es ningún desconocido en el mundo de la diplomacia. Ha sido embajador de Chile en Suecia, Italia y México y ahora, tras un periodo como ministro de Defensa del país, comanda la Embajada de Chile en Estados Unidos.


“Este es un momento muy especial para estar en Washington con el cambio de Gobierno, políticas y énfasis”, afirma el embajador Goñi, “y también está la crisis económica y financiera, lo que significa que tenemos que ser muy cuidadosos para que Chile no pierda presencia en el mercado estadounidense”.


Claramente –y como a muchos otros- el presidente Barack Obama lo encantó. El mandatario lo recibió de manera oficial en mayo. “Tiene un enorme carisma y es muy espontáneo; te hace sentir cómodo”, señala el embajador Goñi.


¿De qué habló con el presidente Obama? ¿Cuánto sabe realmente sobre Chile?


Está muy bien informado y muy al tanto de los logros económicos de Chile. También pude confirmar su enorme admiración y estima por la presidenta Michelle Bachelet, con quien se reunió durante la Cumbre de las Américas celebrada en abril en Trinidad y Tobago.


Su visita acá (el 23 de junio) es un gran honor para nosotros. Fue una invitación especial que el presidente Obama le hizo durante sus conversaciones telefónicas. Ella es uno de los primeros mandatarios mundiales en reunirse con él y el segundo líder de América Latina en ser invitado a la Casa Blanca después del presidente brasileño, Lula.


Hay una gran similitud entre sus preocupaciones, valores y prioridades, en especial en temas sociales. Ambos asignan una gran importancia al acceso de los menos privilegiados a la salud, al cuidado de los niños y la educación en general; y ambos están comprometidos con el fortalecimiento de las organizaciones multilaterales, el trabajo por la paz y la defensa de los derechos humanos.


¿Qué efecto cree que tendrá el nuevo Gobierno de Estados Unidos en las relaciones en América?


El Gobierno de Obama quiere establecer un nuevo tipo de relación con el mundo en general y eso incluye a América Latina. El respaldo unánime en la Organización de Estados Americanos (OEA) para levantar la resolución de 1962 que excluía a Cuba es sólo un signo de su nuevo enfoque inclusivo. Implica una agenda hemisférica más amplia que incluye temas como medio ambiente y energía, y pone más énfasis en el fortalecimiento de la democracia, los derechos humanos y la autodeterminación.


La designación en la Organización de las Naciones Unidas del ex presidente Bill Clinton como su enviado especial para Haití es una señal del interés del presidente Obama en esta causa en la que Chile también está profundamente comprometido.


Esencialmente, lo que tenemos es un nuevo comienzo y eso significa grandes oportunidades. El desafío está en aprovecharlas. En Trinidad y Tobago, el presidente Obama propuso una alianza entre su país y el resto del hemisferio, pero también subrayó que esto exige que cada país desempeñe su rol.


¿Qué significa eso para Chile?


Está claro que nuestras relaciones seguirán desarrollándose en el ámbito político, económico, comercial y cultural. También esperamos fortalecer la colaboración en áreas como ciencia y tecnología, y capital humano; en otras palabras, tenemos una agenda para el siglo XXI.


¿Qué pasa con el libre comercio? ¿Cuán comprometido está el presidente Obama con eso?


Ese es un tema delicado aquí en Estados Unidos, pero el Gobierno está trabajando en la dirección correcta.


¿Cómo ve el panorama para los propuestos tratados de libre comercio de Estados Unidos con Colombia y Panamá? ¿Cuál veremos primero?


Mi sensación es que Panamá se aprobará primero, aunque Colombia es más importante. Depende del Congreso, pero el Gobierno está trabajando en eso, aunque –por cierto- se aproxima el receso estival. Chile continuará respaldando la aprobación de estos acuerdos. Mostrando cuán exitoso ha sido el TLC entre Chile y Estados Unidos es una manera en la que podemos contribuir a su aprobación.


¿Cuáles son sus objetivos pare este año?


Promover los productos chilenos es siempre importante, pero aún más durante una crisis económica. Con ProChile, estamos analizando nuevos mercados nicho para nuestras exportaciones. En tiempos de crisis, los hábitos de los consumidores cambian; por ejemplo, la gente sale menos a restaurantes, pero compra más comida congelada de manera que es una oportunidad para introducir productos que seguirán comprando aún cuando la crisis haya terminado.


También estamos trabajando para consolidar el Plan Chile-California y para crear nuevas instituciones que faciliten la implementación de programas para el desarrollo de capital humano, transferencia tecnológica, energía renovable, etcétera. Dado el tamaño de Estados Unidos, también quisiéramos tener planes similares con otros estados. Aún no puedo decir con cuáles, pero estamos hablando con varios.


¿Qué papel puede desempeñar AmCham Chile?


Ha sido extremadamente importante en el crecimiento de la inversión y el comercio bilateral y, en particular, (ha servido) como un puente entre grupos empresariales de los dos países. Esa es la labor que debería continuar haciendo.


En general, ¿cómo ve la imagen de Chile en Estados Unidos?


A nivel del ciudadano estadounidense promedio es superficial y esa es un área en la necesitamos trabajar con más fuerza, pero en los sectores donde Chile es conocido -entre políticos, empresarios y académicos- es excelente. Nuestro desafío ahora es ‘vender’ los bienes y servicios de Chile y sus atractivos turísticos a un público más amplio.


¿Cuánto daña la reputación de Chile en Estados Unidos el estar en la Lista de Vigilancia Prioritaria sobre Propiedad Intelectual de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR, por su sigla en inglés)?


Ese informe no refleja el esfuerzo que Chile ha hecho por mejorar la protección de la propiedad intelectual. Es además una decisión unilateral que no corresponde a los mecanismos establecidos en virtud del TLC entre Chile y Estados Unidos. Sin embargo, independientemente de esto, el Gobierno de Chile ha reiterado su compromiso para lograr continuas mejoras a la protección de la propiedad intelectual. Pero quisiera ser muy claro en un punto: estar en la Lista de Vigilancia Prioritaria no ha tenido consecuencias negativas de ningún tipo para la inversión de Estados Unidos en Chile. Chile es un país serio y los inversionistas estadounidenses lo saben.


Ruth Bradley es editora general de bUSiness CHILE además de corresponsal en Santiago de The Economist.



José Goñi is no stranger to the world of diplomacy. He has served as Chile’s ambassador to Sweden, Italy and Mexico and now, after a spell as the country’s defense minister, as its ambassador to the United States.

“This is a very special time to be in Washington with the change of administration, policies and emphasis,” says Ambassador Goñi, “and there’s also the economic and financial crisis which means we have to be very careful Chile doesn’t lose presence in the U.S. market.”

Clearly - like so many others - he has been charmed by President Barack Obama by whom he was officially received in May. “He has enormous charisma and is very spontaneous; he makes you feel comfortable,” reports Ambassador Goñi.

What did you talk about with President Obama? How much does he really know about Chile?

He’s very well informed and aware of Chile’s economic achievements. I could also confirm his enormous admiration and affection for President Michelle Bachelet whom he met during the Summit of the Americas in Trinidad and Tobago in April.

Her visit here [June 23] is a great honor for us. It was a special invitation from President Obama made during their telephone conversations. She’s one of the first world leaders to meet him and only the second Latin American president to be invited to the White House after Brazil’s President Lula.

There’s a great similarity between their concerns, values and priorities, especially on social issues. They both attach great importance to the access of the less-privileged to healthcare, childcare and education in general and both are committed to strengthening multilateral organizations, working for peace and the defense of human rights.

What effect do you think the new U.S. administration will have on relations in the Americas?

The Obama administration wants to establish a new type of relation with the world in general and that includes Latin America. The unanimous support in the Organization of American States (OAS) for lifting the 1962 resolution that excluded Cuba is just one sign of this new inclusive approach. It means a broader hemispheric agenda that includes topics like the environment and energy, and places more emphasis on the strengthening of democracy, human rights and self-determination.

The appointment by the United Nations of former President Bill Clinton as its special envoy to Haiti is also a sign of President Obama’s interest in this cause to which Chile is also deeply committed.

Essentially, what we have is a new beginning and that means great opportunities. The challenge is to take advantage of them. In Trinidad and Tobago, President Obama proposed a partnership between his country and the rest of the hemisphere but he has also underlined that this requires each country to play its part.

What does that mean for Chile?

It’s clear that our relations will continue to develop politically, economically, commercially and culturally. We’ll also be looking to strengthen collaboration in areas like science and technology and human capital - in other words, we have an agenda for the twenty-first century.

What about free trade? How committed is President Obama to that?

That’s a sensitive subject here in the U.S. but the administration is working in the right direction.

How do you see the outlook for the proposed U.S. free trade agreements with Colombia and Panama? Which will we see first?

My feeling is that Panama will get through first, although Colombia is more important. It’s up to Congress but the administration is working on that, although there is, of course, the summer recess coming up. Chile will continue to support approval of these agreements. Showing how successful the Chile-U.S. FTA has been is one way we can contribute to their approval.

What are your aims for this year?

Promoting Chilean products is always important but even more so during an economic crisis. With ProChile, we’re looking at new niche markets for our exports. In times of crisis, consumer habits change - for example, people go to restaurants less but buy more frozen meals so it’s an opportunity to introduce products that they’ll continue to buy even once the crisis is over.

We’re also working to consolidate the Chile-California Plan and to create new institutions to facilitate the implementation of programs for the development of human capital, technology transfer, renewable energy and so on. Given the size of the U.S., we would also like to have similar plans with other states. I can’t say which yet, but we’re talking to several.

What role can AmCham Chile play?

It’s been extremely important in the growth of bilateral trade and investment and, particularly, as a bridge between business groups in the two countries. That is the job it should continue to do.

In general, how do you see Chile’s image in the U.S.?

At the level of the average U.S. citizen it’s sketchy and that’s an area where we need to work harder, but in the sectors where Chile is known - among politicians, businesspeople and academics - it’s excellent. Our challenge now is to ‘sell’ Chile’s goods and services and its tourist attractions to a wider public.

How much does being on the USTR’s Intellectual Property Priority Watch List damage Chile’s reputation in the U.S.?

That report doesn’t reflect the efforts that Chile has made in recent years to improve protection of intellectual property. It’s also a unilateral decision that doesn’t correspond to the mechanisms established under the Chile-U.S. FTA. However, independently of this, the Chilean government has reaffirmed its commitment to seeking ongoing improvements in IP protection. But I would like to be very clear on one point - being on the Priority Watch List hasn’t had negative consequences of any kind for U.S. investment in Chile. Chile is a serious country and U.S. investors know that.

Ruth Bradley is general editor of bUSiness CHILE. She is also the Santiago correspondent for The Economist.
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