El mercado de EEUU es el más importante para Chile aún

27 Julio 2011
Transcribo una columna de Karen Poniachik publicada en el Diario Financiero el 27 de julio del 2011, en la que destaco su análisis sobre nuestras exportaciones al mundo y también la importancia que le da al mercado estadounidense frente al comercio que tiene nuestro país con China.   Esta es la columna que comento:

Qué hacer para no transformarnos en monoexportador de commodities

Hace unos días, DF informaba que el número de empresas exportadoras cayó 10% entre 2008 y 2010. Esta tendencia pone aún más peso en la advertencia que nos hizo la OCDE en el sentido de que Chile debe incrementar su base exportadora en términos de volumen, cantidad de firmas que participa en el proceso e intensidad tecnológica de los productos y servicios que se comercializan internacionalmente.

Es preocupante que la autoridad consultada por DF atribuya la caída sólo a factores de mercado asociados al tipo de cambio y a la baja en la demanda externa sin hacer alusión al rol que juegan las políticas públicas que apuntan, por un lado, a promover el desarrollo productivo de empresas y sectores exportadores y, por el otro, a reformular estrategias de promoción y posicionamiento de marca. Es cierto que la Agenda Pro Competitividad contribuirá a mejorar la eficiencia y reducir costos de las firmas que venden productos y servicios al extranjero; pero también está claro que estas medidas, aunque necesarias, no bastan para enfrentar el desafío de hacer crecer y diversificar nuestra matriz exportadora. 
El diagnostico de la OCDE es categórico en cuanto a que la cantidad de productos añadidos en los últimos diez años a la canasta ha sido considerablemente inferior al valor esperado para un país con nuestro ingreso per cápita.

Casi 90% de las exportaciones de bienes aún está concentrada en la minería y en productos elaborados en base a recursos naturales, en comparación con un promedio de menos de 65% para otros países OCDE intensivos en commodities como Canadá, Australia y Nueva Zelandia. 
Muchas de las propuestas de la OCDE apuntan a la promoción de un entorno macro e institucional que contribuya a incentivar la innovación, mejorar procesos regulatorios, fortalecer el capital humano y promover mayor flexibilidad en el mercado laboral. Estas son medidas que, sin duda alguna, resultan fundamentales para mejorar nuestra alicaída productividad. Sin embargo, la organización también propone una serie de políticas industriales específicas de incentivo con miras a apalancar exportaciones de bienes y servicios ligados a la explotación de recursos naturales así como a identificar y fortalecer clusters sectoriales donde exista evidencia de que Chile cuenta con ventajas competitivas.

Sobre esto último, la OCDE destaca el trabajo del Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad (CNIC), mencionando que el diseño, contenido y tenor de sus propuestas, aprobadas en el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet en base a un consenso entre más de mil expertos, permiten mitigar el riesgo de que se apueste por sectores que no requieren apoyo. En ese contexto y considerando que la de las proposiciones de la CNIC eran parte de una estrategia de Estado, llama la atención que Corfo haya decidido reformular el enfoque sobre política de promoción de clusters sin debatir públicamente ni explicar los fundamentos técnicos que avalaron su medida. Es un contrasentido argumentar que las políticas industriales deben ser no selectivas.

Otro aspecto de política pública que debemos fortalecer dice relación con cómo y dónde promovemos nuestros productos. En 2010, las exportaciones hacia EEUU y China alcanzaron US$ 6,5 mil millones y US$ 16,7 mil millones, respectivamente. Sin embargo, en el primer caso, 2.113 empresas vendieron 1.898 diferentes productos con la minería representando 44% del total. En el segundo, 926 firmas exportaron sólo 565 productos con la minería acaparando 86,8% del total. Así, el cierre de una de las oficinas de ProChile en Estados Unido resulta incomprensible a la luz de los desafíos que experimenta nuestra matriz exportadora.

El 10 de agosto, el XII Foro Anual de la Industria de Asimet abordará este tema a través de una convocatoria que lleva el vigentísimo título “Industria que se duerme ¡en los commodities se queda!” Este encuentro representa un excelente escenario para debatir estrategias y medidas concretas para enfrentar nuestro dilema exportador.

Transcribo una columna de Karen Poniachik publicada en el Diario Financiero el 27 de julio del 2011, en la que destaco su análisis sobre nuestras exportaciones al mundo y también la importancia que le da al mercado estadounidense frente al comercio que tiene nuestro país con China.   Esta es la columna que comento:


 


Qué hacer para no transformarnos en monoexportador de commodities


Hace unos días, DF informaba que el número de empresas exportadoras cayó 10% entre 2008 y 2010. Esta tendencia pone aún más peso en la advertencia que nos hizo la OCDE en el sentido de que Chile debe incrementar su base exportadora en términos de volumen, cantidad de firmas que participa en el proceso e intensidad tecnológica de los productos y servicios que se comercializan internacionalmente.


Es preocupante que la autoridad consultada por DF atribuya la caída sólo a factores de mercado asociados al tipo de cambio y a la baja en la demanda externa sin hacer alusión al rol que juegan las políticas públicas que apuntan, por un lado, a promover el desarrollo productivo de empresas y sectores exportadores y, por el otro, a reformular estrategias de promoción y posicionamiento de marca. Es cierto que la Agenda Pro Competitividad contribuirá a mejorar la eficiencia y reducir costos de las firmas que venden productos y servicios al extranjero; pero también está claro que estas medidas, aunque necesarias, no bastan para enfrentar el desafío de hacer crecer y diversificar nuestra matriz exportadora. 
El diagnostico de la OCDE es categórico en cuanto a que la cantidad de productos añadidos en los últimos diez años a la canasta ha sido considerablemente inferior al valor esperado para un país con nuestro ingreso per cápita.


Casi 90% de las exportaciones de bienes aún está concentrada en la minería y en productos elaborados en base a recursos naturales, en comparación con un promedio de menos de 65% para otros países OCDE intensivos en commodities como Canadá, Australia y Nueva Zelandia. 
Muchas de las propuestas de la OCDE apuntan a la promoción de un entorno macro e institucional que contribuya a incentivar la innovación, mejorar procesos regulatorios, fortalecer el capital humano y promover mayor flexibilidad en el mercado laboral. Estas son medidas que, sin duda alguna, resultan fundamentales para mejorar nuestra alicaída productividad. Sin embargo, la organización también propone una serie de políticas industriales específicas de incentivo con miras a apalancar exportaciones de bienes y servicios ligados a la explotación de recursos naturales así como a identificar y fortalecer clusters sectoriales donde exista evidencia de que Chile cuenta con ventajas competitivas.


Sobre esto último, la OCDE destaca el trabajo del Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad (CNIC), mencionando que el diseño, contenido y tenor de sus propuestas, aprobadas en el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet en base a un consenso entre más de mil expertos, permiten mitigar el riesgo de que se apueste por sectores que no requieren apoyo. En ese contexto y considerando que la de las proposiciones de la CNIC eran parte de una estrategia de Estado, llama la atención que Corfo haya decidido reformular el enfoque sobre política de promoción de clusters sin debatir públicamente ni explicar los fundamentos técnicos que avalaron su medida. Es un contrasentido argumentar que las políticas industriales deben ser no selectivas.


Otro aspecto de política pública que debemos fortalecer dice relación con cómo y dónde promovemos nuestros productos. En 2010, las exportaciones hacia EEUU y China alcanzaron US$ 6,5 mil millones y US$ 16,7 mil millones, respectivamente. Sin embargo, en el primer caso, 2.113 empresas vendieron 1.898 diferentes productos con la minería representando 44% del total. En el segundo, 926 firmas exportaron sólo 565 productos con la minería acaparando 86,8% del total. Así, el cierre de una de las oficinas de ProChile en Estados Unido resulta incomprensible a la luz de los desafíos que experimenta nuestra matriz exportadora.


El 10 de agosto, el XII Foro Anual de la Industria de Asimet abordará este tema a través de una convocatoria que lleva el vigentísimo título “Industria que se duerme ¡en los commodities se queda!” Este encuentro representa un excelente escenario para debatir estrategias y medidas concretas para enfrentar nuestro dilema exportador.

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