El Imperio del Sol Empire of the Sun

19 Abril 2013

El desierto de Atacama en Chile es uno de los lugares más secos de la Tierra. Para las compañías mineras que excavan ahí en busca de cobre y otros minerales, eso es un problema. El agua dulce -necesaria para sus procesos- es escasa y costosos combustibles a carbono tales como el carbón, el gas y el diésel deben importarse. Pero a juicio de First Solar, uno de los mayores desarrolladores de proyectos solares en Estados Unidos, el fuerte sol que brilla casi todo el año podría ser parte de la solución.


En enero, First Solar adquirió la compañía chilena Solar Chile como el primer paso en su expansión en Latinoamérica. La firma estadounidense se había asociado con Solar Chile en el 2011, pero el año pasado decidió que la mejor forma de crecer en la región era a través de una presencia directa en Chile, dice Alex Hay, director de desarrollo de negocios para América Latina de First Solar.


“First Solar ve mucho potencial en Chile”, sostiene Hay quien se acaba de reubicar en la nueva oficina de la compañía en el barrio de negocios de El Golf en Santiago. First Solar ya tiene proyectos en Estados Unidos, Australia, Medio Oriente e India, y ahora quiere añadir Latinoamérica a su cartera.


“Estamos buscando mercados que sean económicamente sustentables sin subsidios gubernamentales y Chile es uno de esos mercados”, afirma Hay.


En muchos sentidos, Chile es el mercado perfecto para la energía solar. Los precios de la energía se han disparado a niveles que tienen profundamente preocupadas a las industrias que tienen un alto consumo de energía y la demanda, en especial del sector minero, continúa creciendo. Sume a eso menores precios internacionales para los paneles solares, los que según la asociación estadounidense US Solar Energy Industries Association han caído un 60% desde comienzos del 2011 en parte debido a la inversión en capacidad de fabricación, especialmente de los chinos, y en parte por la eliminación de subsidios a las energías renovables en países europeos faltos de dinero, y se tiene un mercado potencialmente fenomenal.


“Chile tiene una tremenda oportunidad con el mayor nivel de radiación en el mundo y la energía solar se puede producir a un menor costo que en cualquier otro lado”, asevera el director general y cofundador de Solar Chile, Cristián Sjögren.


La baja temperatura promedio en el desierto de Atacama debido a la alta altitud también implica que los semiconductores usados en los paneles solares funcionan de manera más eficiente, explica Sjögren.


Las plantas de fabricación de First Solar en Estados Unidos y Malasia podrían suministrar, en teoría, paneles thin-film a Chile. Sin embargo, antes de que Solar Chile coloque paneles en terreno necesita acuerdos de adquisición de energía con compradores. Una vez que existan estos acuerdos, lo que según Hay podría tardar algún tiempo, el historial de First Solar debería ayudarle a obtener financiamiento.


“Hay mucho interés en [energía] solar de parte de las minas y otros, lo que no ocurría hace dos años”, destaca Hay.


Solar Chile está en proceso de obtener los permisos para una serie de sitios en el norte de Chile que tienen un potencial de generación que totaliza 1.500 megavatios, pero solo algunos de ellos serán viables.


Chile cuenta con cerca de 50 proyectos solares en desarrollo; -según el Centro de Energías Renovables (CER) del país cerca de 3.100 megavatios han obtenido aprobación medioambiental y proyectos que suman otros 800 megavatios están solicitando aprobación-, pero menos de cinco megavatios estaban en operación el año pasado, lo que representa apenas un 0,02% de la capacidad instalada total de Chile. Ello debería cambiar a medida que cae el costo de la energía solar y que crece la demanda energética del sector minero, pero incluso entonces solo una fracción de los proyectos seguirá adelante.


“Solo los proyectos con los mejores sitios, los menores costos y la mejor tecnología avanzarán, porque serán viables en términos económicos”, dice Hay.


Los proyectos solares solo generan energía durante el día y la tecnología para almacenar energía aún no está suficientemente desarrollada, lo que significa que las compañías mineras que operan las 24 horas del día los siete días de la semana necesitan asegurar suministros alternativos de energía. No obstante, Hay no ve esto como un problema.


“Estamos trabajando con las minas para desarrollar un paquete con múltiples tipos de energía, no tiene que ser necesariamente carbón o gas”, sostiene.


El primer proyecto de Solar Chile debería estar listo en el 2015 cuando se espera que la demanda energética aumente a medida que nuevos y enormes proyectos mineros comiencen a operar. “Demora un par de años desarrollar un buen proyecto; para nosotros el momento es el correcto”, señala Hay.


Fomentar una Idea Brillante


Una razón por la que First Solar eligió Chile es el soporte que recibió de Fundación Chile, corporación privada respaldada por el Gobierno y la firma minera BHP Billiton que se dedica a promover la innovación.


“El respaldo de Fundación Chile hizo una gran diferencia para nosotros”, manifiesta Hay. “Trabajar con ellos ha facilitado el ingresar al mercado local”.


De hecho, de no ser por Fundación Chile, Solar Chile a lo mejor ni siquiera habría comenzado. En el 2009 Sjögren, quien estaba haciendo su MBA en la Universidad de Berkeley en California, conoció al emprendedor estadounidense en alta tecnología Koichi Arimitsu -quien entonces estaba radicado en Silicon Valley- y juntos idearon un plan.


Pero había un problema; no tenían ni un centavo. En un viaje de regreso a Chile, Sjogren contactó a Fundación Chile, que lo puso en contacto con Daniel Villablanca, uno de los primeros inversionistas en Solar Chile, quien le pidió que creara un plan de negocios. Los emprendedores pasaron un año trabajando en el plan y en el 2010 volvieron a Chile.


Tras una semana visitando minas en el desierto de Atacama, se dieron cuenta de que su idea tenía fuerza, pero necesitaban ayuda. “Necesitábamos el respaldo de una institución y Fundación Chile nos aportó credibilidad y contactos en la industria”, comenta Sjögren.


Fundación Chile puso a los emprendedores en contacto con Eduardo Novoa, presidente de Chile Global Angels, que es una red local de inversionistas ángeles. En ese entonces, Novoa estaba trabajando con la fundación para identificar oportunidades en el desarrollo de energías renovables y Solar Chile captó su atención.

“Todos estábamos trabajando por nuestra cuenta, no nos conocíamos, pero Fundación Chile actuó como un catalizador para reunirnos”, explica Novoa.


Con los inversionistas instalados, Sjögren y Arimitsu estaban libres para concentrarse en el lado comercial. En el 2011 ganaron un premio al emprendimiento del Banco Mundial y formaron la alianza con First Solar. El resto, como se dice, es historia.


Solo el tiempo dirá si las minas de Chile recurren a la energía solar para sus necesidades energéticas, al menos durante las horas en que hay luz, pero Solar Chile ya es una historia de éxito: en apenas tres años pasó de un plan de negocios a ser adquirido por una multinacional estadounidense.


Su experiencia muestra que con la mezcla correcta de capital de riesgo y respaldo de una organización como Fundación Chile, una idea brillante puede iluminar el camino al éxito.


Julian Dowling es editor de bUSiness CHILE

Chile’s Atacama Desert is one of the driest places on earth. For the mining companies that excavate copper and other minerals there, that’s a problem. Fresh water – needed for many of their processes – is in short supply, and costly carbon-based fuels such as coal, gas and diesel must be imported. But according to First Solar, one of the largest solar project developers in the United States, the fierce sun that shines nearly year round could be part of the solution.

In January, First Solar acquired Chilean company Solar Chile as the first step in its Latin America expansion. The US firm had partnered with Solar Chile since 2011, but last year it decided the best way to grow in the region was through a direct presence in Chile, says Alex Hay, First Solar’s Director of Business Development for Latin America.

“First Solar sees a lot of potential in Chile,” says Hay who recently relocated to the company’s new office in Santiago’s El Golf business district. First Solar already has projects in the United States, Australia, the Middle East and India, and now it wants to add Latin America to its portfolio.

“We’re looking for markets that are economically sustainable without government subsidies and Chile is one of those markets,” says Hay.

In many ways, Chile is the perfect market for solar energy. Energy prices have soared to levels that have energy-intensive industries deeply concerned and demand, especially from the mining sector, continues to grow. Add to that lower international prices for solar panels, which according to the US Solar Energy Industries Association have fallen 60% since early 2011 partly due to investment in manufacturing capacity, especially by the Chinese, and partly to the elimination of renewable energy subsidies in cash-strapped European countries, and you have a potentially hot market.

“Chile has a tremendous opportunity with the highest level of radiation in the world and solar energy can be produced at a lower cost than anywhere else,” says Solar Chile’s CEO and co-founder Cristián Sjögren.

The low average temperature in the Atacama due to the high altitude also means that semi-conductors used in solar panels function more efficiently, explains Sjögren.

First Solar’s manufacturing plants in the United States and Malaysia could, in theory, supply thin-film panels to Chile. However, before Solar Chile puts panels on the ground it needs power purchase agreements with offtakers. Once these are in place, which according to Hay could take some time, First Solar’s track record should help it obtain financing.

“There is a lot of interest in solar from the mines and others which wasn’t the case two years ago,” Hay points out.

Solar Chile is in the process of obtaining permits for a handful of sites in northern Chile with potential generation totaling 1,500 megawatts, but only a few of those will be viable.

Chile has around 50 solar projects in development – according to the country’s Center for Renewable Energies (CER) around 3,100 megawatts worth have obtained environmental approval and projects totaling another 800 megawatts are seeking approval – but less than five megawatts were in operation last year, representing just 0.02% of Chile’s total installed capacity. That should change as the cost of solar falls and energy demand from the mining sector grows, but even then only a fraction of the projects will go ahead.

“Only the projects with the best sites, the lowest costs and best technology will go forward because they will be economically viable,” says Hay. 

Solar projects only generate during the day and technology for storing power is still not sufficiently developed, which means mining companies that operate 24/7 need to ensure alternative energy supplies. But Hay does not see this as a problem.

“We are working with the mines to develop a package with multiple types of energy, it doesn’t necessarily have to be coal or gas,” he says.

Solar Chile’s first project should be ready by 2015 when energy demand is expected to rise as huge new mining projects start up. “It takes a couple of years to develop a good project – for us the timing is right,” says Hay.

Fostering a bright idea

One reason First Solar picked Chile is the support it received from Fundación Chile, a private corporation supported by the government and mining firm BHP Billiton that promotes innovation.

“The support from Fundación Chile made a huge difference for us,” says Hay. “Working with them has made it easy to enter the local market.”

In fact, if not for Fundación Chile, Solar Chile might never have got started in the first place. In 2009 Sjögren, who was doing his MBA at the University of Berkeley in California, met American high-tech entrepreneur Koichi Arimitsu – then based in Silicon Valley  – and together they hatched a plan.

But there was one problem; they were penniless. On a trip back to Chile, Sjogren contacted Fundación Chile, which put him in touch with Daniel Villablanca, one of the first investors in Solar Chile, who asked him to come up with a business plan. The entrepreneurs spent a year working on the plan and in 2010 they returned to Chile.

After a week visiting mines in the Atacama Desert, they realized their idea had traction but they needed help. “We needed the support of an institution and Fundación Chile brought us credibility and contacts in the industry,” says Sjögren.

Fundación Chile put the entrepreneurs in touch with Eduardo Novoa, the president of Chile Global Angels, which is a local network of angel investors. At the time, Novoa was working with the foundation to identify opportunities in renewable energy development and Solar Chile caught his eye.
 
“We were all working on our own, we didn’t know each other, but Fundación Chile acted as a catalyst to bring us together,” explains Novoa.

With investors in place, Sjögren and Arimitsu were free to focus on the business side. In 2011 they won an entrepreneurship award from the World Bank and formed the alliance with First Solar. The rest, as they say, is history.

Only time will tell whether Chile’s mines turn to solar for their energy needs, at least during daylight hours, but Solar Chile is already a success story – in just three years it has gone from a business plan to being acquired by a US multinational.

Its experience shows that with the right mix of venture capital and support from an organization like Fundación Chile, one bright idea can illuminate the path to success.

Julian Dowling is Editor of bUSiness CHILE

Compartir