La tradición sugiere que cada nuevo Embajador de Estados Unidos en Chile hace su debut en público en un evento de la AmCham. Y, cumpliendo con la tradición, el embajador Paul E. Simons fue el orador invitado al desayuno que la Cámara celebró el 23 de enero en el Hotel Marriott de Santiago.
Diplomático de carrera, el embajador Simons previamente estuvo designado en Washington, donde se desempeñó como subsecretario de Estado Adjunto para Energía, Sanciones y Bienes de la Oficina de Asuntos Económicos, Energía y Comercio del Departamento de Estado. Pero también cuenta con conocimiento empírico sobre América Latina, tras haber ocupado cargos tanto en Ecuador como en Colombia.
Describiendo a Chile como “un país realmente maravilloso” -visión influida a lo mejor por sus visitas a viñedos, las que según confesó visitó en promedio una vez por semana desde su llegada-, el embajador Simons indicó que había recibido una muy cálida acogida. Y añadió que sus hijas estaban bastantes satisfechas con los estándares de los centros comerciales de Santiago.
Para los miembros de la AmCham y sus invitados al desayuno, tuvo un mensaje claro. “Como embajador, una de mis principales prioridades será intensificar y profundizar los lazos comerciales y de inversión entre nuestros países”, sostuvo. “Ésa ha sido una de mis principales actividades –incluso una pasión personal- durante mis 16 años en el servicio exterior”.
Asimismo añadió que esperaba trabajar con el sector empresarial chileno. “Trabajar con el sector privado siempre me ha entusiasmado, inspirado e incluso ‘oxigenado’, de modo que tras seis años en Washington… la oportunidad de trabajar con ustedes en actividades productivas en un país tan atractivo como Chile es muy emocionante”, aseveró en el desayuno.
El Tratado de Libro Comercio (TLC) entre Chile y Estados Unidos provee una plataforma ideal para esas iniciativas, destacó. En los cuatro años que han transcurrido desde que el TLC entró en vigencia, Chile ha surgido como el cuarto mayor socio comercial de Estados Unidos en América Latina, con un intercambio comercial bilateral que llegó a los US$17.000 millones en el 2007, un alza notoria frente a los US$6.400 millones que se registraron en el 2003.
Las exportaciones forestales junto con las de mariscos y pescados de Chile a Estados Unidos han experimentado un auge, destacó el embajador Simons y, en los dos casos, ahora fluctúan en torno a los US$1.000 millones anuales, mientras que las exportaciones de frutas y verduras están avaluadas en unos US$1.500 millones. “Cuando las temperaturas están bajo cero, es un placer para los norteamericanos entrar a un supermercado y comprar kiwis, cerezas, frutillas y uvas chilenas”, enfatizó.
Pero el TLC no ha sido unilateral, añadió. Por primera vez, frutas cultivadas en Estados Unidos -damascos, duraznos, ciruelas y cerezas- están ingresando al mercado chileno durante el invierno del hemisferio austral.
Estados Unidos sigue siendo el mayor inversionista directo en Chile, pero el flujo ha decrecido en los últimos años. En respuesta a una pregunta del plenario, el embajador Simons atribuyó esta situación a las estrategias globales de las empresas en lo que respecta a las regiones del mundo en las que se concentran actualmente, pero indicó que la Embajada de Estados Unidos en Santiago intentará atraer nuevas inversiones a Chile en sectores, como el de energía, que ofrece muchas oportunidades interesantes.
Sin embargo, la relación de los dos países va más allá del comercio y la inversión, aseveró el embajador Simons, destacando la cooperación bilateral en materia de educación. “Compartimos el interés de Chile por mejorar la educación, que es vital para promover la innovación y el desarrollo del país como una sociedad basada en el conocimiento”.
Un resultado de esa cooperación es el Programa de Becas de Igualdad de Oportunidades, diseñado para ayudar a estudiantes que no han tenido la oportunidad de adquirir la necesaria competencia en inglés para realizar estudios superiores en Estados Unidos. En virtud del programa lanzado en el 2007, 63 estudiantes ya están cursando carreras de postgrado en Estados Unidos y, a futuro, se seleccionarán hasta 100 estudiantes por año.
Como parte de los esfuerzos de Chile por promover la investigación y el desarrollo, la nación sudamericana debiera mejorar su protección de los derechos de propiedad intelectual, instó Simons. “Esto mejoraría mucho el ‘PowerPoint’ que usaré para atraer inversiones a Chile”, destacó
Respecto de la energía, el embajador Simons identificó este tema como un desafío que es similar en Estados Unidos y Chile -“quizás el mayor desafío de nuestra generación”- a medida que los dos países intentan incrementar y diversificar el suministro. La Universidad de Concepción, en el sur de Chile, ya está trabajando con universidades de Estados Unidos en el desarrollo de biocombustibles de segunda generación producidos a partir de celulosa y desechos forestales, anunció.
No obstante, ésta es un área en la que el embajador Simons quisiera incrementar la colaboración bilateral. “Estamos trabajando intensamente, hablando con las autoridades, el sector privado y las universidades para desarrollar un plan de cooperación en este sector”, manifestó.
Ruth Bradley es editora general de bUSiness CHILE. Además trabaja como corresponsal en Santiago de The Economist.
Entrevista con el Embajador Simons
Tras el desayuno de la AmCham, bUSiness CHILE tuvo la oportunidad de conversar con el embajador Simons y de conseguir más detalles de algunos de los temas planteados en su discurso.
Embajador, una pregunta inevitable dado los recientes acontecimientos: ¿está Estados Unidos en una recesión?
Sólo diré que tenemos una economía muy sólida, diversificada y flexible. Nuestra fuerza laboral ha cambiado y la economía estadounidense en el 2007 es bastante distinta a la de, digamos, 15 años atrás, porque las expectativas de la gente sobre cuánto tiempo se mantendrá en un trabajo son distintas y la recapacitación continúa todo el tiempo. De modo que hay mucho dinamismo y flexibilidad, y creo que tenemos una mayor capacidad para adaptarnos a los shocks que la que teníamos en el pasado. Ello no quiere decir que no estemos en un período desafiante, pero creo que hay mucha estabilidad incorporada en nuestra economía.
En el desayuno de la AmCham, usted mencionó nuevas oportunidades en Chile para las empresas energéticas estadounidenses. ¿En qué áreas ve esas oportunidades?
Las empresas estadounidenses han estado extremadamente activas en este sector en Chile durante muchos años, especialmente en el área termal del negocio. Somos actores importantes y, por ejemplo, una empresa estadounidense tiene el contrato de construcción de la planta de gas natural licuado en Quintero. Pero podemos ver otras áreas tales como las energías alternativas: geotérmica -donde Estados Unidos cuenta con la experiencia técnica-, solar y eólica. Con los precios tan altos como están en Chile, algunas de estas alternativas que incluso podrían no ser competitivas en Estados Unidos, podrían ser competitivas aquí.
¿Puede Chile beneficiarse de las experiencia de Estados Unidos en materia de eficiencia energética?
Definitivamente y eso es algo que estamos analizando. El Departamento de Energía está interesado en trabajar con Chile en esta materia y forma parte del plan de trabajo que estamos desarrollando. El tema con estas tecnologías es dónde se vuelven competitivas en términos de costos.
¿Cuán optimista está respecto a lograr que la protección a la propiedad intelectual esté en ese ‘PowerPoint’ que está preparando?
Veo esto como un tema en que se gana por todos lados. Para un país con la infraestructura, ingreso per capita e interés en desarrollar la industria de servicios como Chile, la protección a la propiedad intelectual va de la mano con sus demás atributos.
No obstante, no creo que sea algo que necesariamente va a ser influido por la comunidad internacional. Mucho depende de que surjan voces locales sobre este tema que sean escuchadas. El pueblo chileno, los líderes de opinión, los investigadores y la gente de negocios tienen que decidir que esto forma parte de sus intereses.