El Discurso del PresidenteThe President’s Speech

20 Abril 2011

El presidente Barack Obama y su esposa, la primera dama Michelle Obama, pasaron menos de 24 horas en Chile entre sus visitas a Brasil y El Salvador en marzo, pero Chile -en palabras del propio presidente Obama un país “al final del mundo”- no fue sólo una parada en su primera visita oficial a América Latina.


La cercana relación entre Estados Unidos y Chile se basa en los principios que comparten de democracia, libertad y emprendimiento así como también en el Tratado de Libre Comercio, que entró en vigencia en el 2004 y que ha visto como el comercio bilateral se ha duplicado con creces en este tiempo.


Para el gobierno de Obama, Chile representa una nación latinoamericana ideal: una democracia sólida con un clima amigable para los negocios que está relativamente libre de corrupción y del crimen organizado.


Por supuesto, América Latina está compuesta de un grupo diverso de países con diferentes estilos de gobierno, liderazgo, niveles de desarrollo económico y temas bilaterales con Estados Unidos.


México y América Central son el centro de atención de los actuales esfuerzos del gobierno de Estados Unidos para combatir el tráfico tanto de drogas como de personas. Brasil, por su parte, es un enorme mercado con grandes reservas costa afuera de petróleo y gas que podrían ayudar a satisfacer las necesidades de energía de Estados Unidos en el futuro.


Chile, en comparación, es un mercado pequeño, pero ha abrazado la globalización y el comercio al tiempo que comparte con Estados Unidos su visión de que el fomento de la innovación es clave para capturar las oportunidades de la economía del siglo XXI.


De modo que no fue ninguna coincidencia que el presidente Obama escogiera a Chile como el lugar para entregar un discurso clave sobre el progreso de América Latina y su visión para “una nueva era de alianza” con Estados Unidos.


Hablando en un fuertemente custodiado Centro Cultural La Moneda ante la prensa mundial y la elite política de Chile -incluidos su actual Presidente, Sebastián Piñera, y tres ex presidentes: Aylwin, Frei y Lagos-, el presidente Obama elogió la pacífica transición del país “de la dictadura a la democracia”.


El mandatario además alabó su avance económico: “Pese a las barreras de distancia y geografía, ustedes han integrado a Chile a la economía global, negociando con países de todo el mundo”, sostuvo.


Estados Unidos es el segundo mayor socio de comercio de bienes de Chile y en el 2011 planean expandir su TLC mediante la eliminación de los aranceles aplicados a 134 productos.


Sin embargo, el presidente Obama destacó que se puede hacer más para incrementar el intercambio comercial de ambas naciones y acordó con el Presidente Piñera “implementar plenamente” el TLC para incluir la protección de la propiedad intelectual “de manera que nuestras empresas puedan innovar y mantenerse competitivas”.


Asimismo, Obama destacó que Estados Unidos está trabajando para unirse al Acuerdo Estratégico de Asociación Económica Trans Pacífico (TPP), del que Chile es miembro, para fines del 2011 con el fin de impulsar el comercio con la región del Asia-Pacífico, en especial para las pequeñas y medianas empresas.


Además del comercio, Obama identificó áreas prioritarias que incluyen seguridad, emprendimiento, educación, energía y democracia, donde los países latinoamericanos podrían verse beneficiados por trabajar estrechamente con Estados Unidos.


En términos de seguridad, Obama elogió el respaldo de Chile a las iniciativas internacionales de no proliferación nuclear y su decisión el año pasado de enviar su último uranio altamente enriquecido a Estados Unidos para su disposición final. Chile además comparte su experiencia técnica con países centroamericanos para combatir el tráfico de drogas y el crimen organizado, señaló.


La energía es otra área clave de cooperación. Pocos días antes de la llegada de Obama a Chile, y de manera controversial en medio de la crisis nuclear de Japón, Estados Unidos y Chile suscribieron un acuerdo de cooperación nuclear. Si bien no hay ningún plan (aún) para construir una central nuclear en Chile, el acuerdo debería allanar el camino para tener lazos más estrechos en materia de energía.


Asimismo el presidente Obama enfatizó la cooperación en energías limpias y cambio climático. Anunció la creación de un nuevo Consejo Empresarial Chileno-Estadounidense sobre Energía, concentrado en eficiencia energética y energías renovables, y Chile acordó ser sede de un nuevo centro regional para estudiar el derretimiento de glaciares en Los Andes.


La educación es otra área en la que las universidades e institutos de investigación de Estados Unidos pueden apoyar el desarrollo de la región. Obama anunció dos iniciativas: un plan para usar medios sociales con el fin de ayudar a estudiantes, académicos y emprendedores a colaborar; y una iniciativa para aumentar la cantidad de alumnos estadounidenses que estudian en América Latina a 100.000 y recibir la misma cantidad de estudiantes latinoamericanos en Estados Unidos.


Finalmente, Obama instó a Chile y otros países a “volver a comprometerse” para defender los valores de la democracia y los derechos humanos a lo largo de la región, incluida Cuba.


La Alianza para el Progreso del presidente Kennedy, anunciada hace 50 años, para entregar ayuda a América Latina fue bien intencionada, dijo Obama, pero “las realidades de nuestro tiempo -y las nuevas capacidades y confianza de América Latina- exigen algo diferente”.


Eso significa más participación por parte de los países latinoamericanos en la formación de su propio destino: “Creo que hoy en día en América, no hay socios de primer y segundo nivel, sólo hay socios igualitarios”, afirmó Obama.


Chile claramente no es el igual de Estados Unidos en muchos aspectos, pero está bien considerado por su sólida gestión económica y unidad nacional de cara a los recientes desastres.


En sus palabras de cierre, Obama se refirió al drama de los 33 mineros en octubre pasado cuando Chile, observado por el mundo, lideró una exitosa iniciativa de rescate que incluyó a equipos de perforación de Estados Unidos y Canadá.


“Cuando un país como Chile se decide, no hay nada que no pueda hacer”, indicó Obama.


Tras asistir esa noche a una cena brindada en su honor por el Presidente Piñera y su esposa, Cecilia Morel, el presidente Obama y su familia dejaron el país a primera hora del día siguiente con rumbo a El Salvador, pero el brillo de su visita perdurará por los meses y años que están por venir.


Los desafíos de América Latina siguen siendo enormes, incluidos los altos niveles de pobreza e inequidad en muchos países incluido Chile, y el rol de Estados Unidos en la región es tan importante como siempre. No obstante, Chile puede estar orgulloso de que, al menos en las elocuentes palabras del presidente Obama, es un socio igualitario con mucho que ofrecer a la región y al mundo.


Julian Dowling es editor de bUSiness CHILE

President Barack Obama and his wife, First Lady Michelle Obama, spent less than 24 hours in Chile in between visits to Brazil and El Salvador in March, but Chile – in President Obama’s own words a country “at the end of the world” - was not just a stopover on his first official visit to Latin America.


The close relationship between the United States and Chile is based on shared principles of democracy, freedom and entrepreneurship as well as a Free Trade Agreement that came into force in 2004 and has seen bilateral trade more than double in that time.


For the Obama administration, Chile represents the ideal Latin American nation – a strong democracy with a business friendly environment that is relatively free of corruption and organized crime.


Of course, Latin America is comprised of a diverse group of countries with different styles of government, leadership, levels of economic development and bilateral issues with the United States.


Mexico and Central America are the focus of on-going efforts by the U.S. government to combat drug and human trafficking. Brazil, for its part, is a huge market with large offshore oil and gas reserves that could help meet U.S. energy needs in the future.


Chile, by comparison, is a tiny market, but it has embraced globalization and trade while sharing with the United States a vision that promoting innovation is critical to capturing the opportunities of the 21st century economy.


So it was no coincidence that President Obama chose Chile as the platform to deliver a key speech on Latin America’s progress and his vision for “a new era of partnership” with the United States.


Speaking at the heavily guarded La Moneda Cultural Center before the world press and Chile’s political elite, including its current President, Sebastián Piñera, and three previous presidents: Aylwin, Frei and Lagos, President Obama hailed the country’s peaceful transition “from dictatorship to democracy.”


He also praised its economic progress: “Despite barriers of distance and geography, you’ve integrated Chile into the global economy, trading with countries all over the world,” he said.


The United States is Chile's second largest goods trading partner overall and in 2011 they plan to expand their FTA by eliminating tariffs on 134 products.


But President Obama noted more can be done to increase trade and he agreed with President Piñera to “fully implement” the FTA to include protection for intellectual property “so our businesses can innovate and stay competitive.”


He also pointed out that the U.S. is working to join the Trans-Pacific Partnership (TPP) agreement, of which Chile is already a member, by the end of 2011 to boost trade in the Asia-Pacific region, especially for small and medium size companies.


In addition to trade, Obama identified priority areas including security, entrepreneurship, education, energy and democracy where Latin American countries could benefit from working closely with the United States.


In security terms, Obama praised Chile’s support for international nuclear non-proliferation efforts and its decision last year to ship its remaining highly enriched uranium to the United States for disposal. Chile is also sharing its expertise with Central American countries to fight drug trafficking and organized crime, he said.


Energy is another key area of cooperation. A few days before Obama arrived in Chile, and controversially in the midst of Japan’s nuclear crisis, the U.S. and Chile signed a nuclear cooperation agreement. Although there are no plans (yet) to build a nuclear plant in Chile, the agreement should pave the way to closer energy ties.


President Obama also emphasized cooperation in clean energy and climate change. He announced the creation of a new U.S.-Chile Energy Business Council, focused on energy efficiency and renewable energy, and Chile has agreed to host a new regional center to study glacial melt in the Andes.


Education is another area where U.S. universities and research institutions can support development in the region. Obama announced two initiatives: a plan to use social media to help students, academics and entrepreneurs collaborate, and an initiative to increase the number of American students studying in Latin America to 100,000 and to receive the same number of Latin American students in the U.S.


Finally, Obama called on Chile and other countries to “recommit” to defending the values of democracy and human rights across the region including in Cuba.


President Kennedy’s Alliance for Progress plan, announced 50 years ago, to provide aid to Latin America was well-intentioned, said Obama, but “the realities of our time - and the new capabilities and confidence of Latin America - demand something different.”


That means more participation by Latin American countries in shaping their own destiny: “I believe that in the Americas today, there are no senior partners and there are no junior partners, there are only equal partners,” said Obama.


Chile is clearly not the United States’ equal in many respects, but it is well-regarded for its sound economic management and national unity in the face of recent disasters.


In his concluding remarks, Obama referred to the drama of the 33 miners last October when Chile, watched by the world, led a successful international rescue effort that included U.S. and Canadian drilling teams.


“When a country like Chile puts its mind to it, there’s nothing you can’t do,” said Obama.


After attending a dinner hosted by President Piñera and his wife, Cecilia Morel, that evening, President Obama and his family departed early the next day for El Salvador, but the afterglow of his visit will linger for months and years to come.


Latin America’s challenges remain huge, including high levels of poverty and inequality in many countries including in Chile, and the role of the United States in the region is as important as ever. But Chile can be proud that, at least in President Obama’s eloquent words, it is an equal partner with much to offer the region and the world.


Julian Dowling is editor of bUSiness CHILE

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