EE.UU.: CINCUENTA TLC

04 Septiembre 2009
Un fuerte reforzamiento de la presencia de nuestro país en los estados norteamericanos, materializar un tratado que evite la doble tributación con EE.UU. y un aún más decido apoyo y resguardo de la propiedad intelectual fueron las propuestas concretas que Ricardo García, presidente de AmCham plantea en una columna publicada hoy en Diario Financiero a propósito de la importancia que tiene para Chile optimizar las relaciones con el principal socio comercial, EE.UU.  Lea la columna completa.






Así como hace seis meses las noticias negativas de las economías del mundo nos inundaban, en este segundo semestre los signos parecen indicar que la pendiente dejó de ser negativa y la recuperación se ha iniciado o está por hacerlo.
La economía más grande y flexible del mundo, EE.UU., liderará esta recuperación.
¿Cómo puede Chile aprovechar mejor esta recuperación?

Hace pocos semanas ejecutivos y autoridades chilenas del área financiera se reunieron con la comunidad financiera de Nueva York, en el marco de la exitosa tercera versión del “Chile Day”. Esta jornada fue el resultado de un gran esfuerzo público-privado en el que AmCham, a través del Comité de Emisores, tuvo participación activa y cuyo propósito es posicionar a Chile como socio y plataforma financiera confiable y eficiente, destacando las ventajas que nuestro país posee.

En este contexto, hubo oportunidad de comparar a cada estado norteamericano con un país cuya economía es equivalente a la de cada uno de éstos. Así, Chile aparece en vez de Alabama y Rusia en vez de California. El mapa demuestra que tener libertad de comercio e inversión con EE.UU. es equivalente a hacerlo en forma simultánea con cincuenta economías. La gran diferencia es que no con todos los países mencionados en la comparación, Chile tiene un TLC, mientras que, gracias a un único tratado, sí lo tenemos con estos 50 “países” simultáneamente. Se trata, por tanto, del acceso a un gran mercado, del tamaño de 50 economías importantes juntas, muchas de ellas más grandes que la del propio Chile. Ver mapa completo


La recuperación en 2010 y siguientes años puede tener mucho más resiliencia si Chile aprovecha mejor el mercado de EE.UU., que ya es el principal socio comercial, y cuyo comercio no depende de unos pocos productos, sino de más de siete mil bienes y servicios. Bien vale darle a esta relación de negocios una prioridad especial.
Hay tres ideas fuerza que debieran entusiasmar al Gobierno y a los particulares para desarrollar con más fuerza esta relación comercial.
En primer lugar, un fuerte reforzamiento de la presencia de nuestro país en los estados norteamericanos, con oficinas comerciales eficientes y proactivas. A pesar de que ProChile recientemente abrió dos oficinas comerciales adicionales en EE.UU., esto parece insuficiente y debiera ser sólo una forma de calibrar la efectividad de las siguientes oficinas. La búsqueda de empresas que inviertan en Chile; de productos chilenos que se comercialicen en el estado, y las posibilidades y facilidades para que empresas chilenas inviertan en éste, debieran ser la vara de evaluación de estas oficinas comerciales.
El comercio entre Chile y EE.UU. que supera los US$20.000 millones. Si como país gastásemos US$50 millones en financiar 50 oficinas eficientes en cada uno de los estados, ¿cuántos más negocios podríamos generar?
En segundo lugar, materializar un tratado que evite la doble tributación con EE.UU., situación que afecta especialmente a las empresas chilenas que tienen inversiones en ese país. La disposición de ambos Gobiernos a este tratado es buena, y están dadas las condiciones para esperar que esto quede iniciado antes del término del mandato de la Presidenta Bachelet, a partir de la aprobación de la ley sobre acceso a la información bancaria por parte de la autoridad tributaria.
Por último, un aún más decido apoyo y resguardo de la propiedad intelectual. No nos engañemos: sin duda no estamos entre los países inescrupulosos en materia de violación a la propiedad intelectual, pero estamos lejos de ser un ejemplo de virtud en esta materia. Ello nos daña a nosotros mismos en primerísimo lugar. Esto porque somos nosotros los que tenemos que crear activos y bienes “intelectuales” e intangibles para que nuestro desarrollo esté basado más en la creación de valor proveniente de las personas, y no tanto en ventajas de recursos naturales. Eso no se logra sin una férrea defensa de la propiedad intelectual.
Gozamos hoy de un prestigio y acogida en EE.UU. como pocas veces en la historia. Las condiciones están dadas, por tanto, para aprovecharlas ahora. No hay que titubear y, aunque mucho le corresponde al sector privado, hay un liderazgo de parte del Gobierno que no puede reemplazarse.

Ricardo García
Presidente
AmCham
Agosto, 2009
Un fuerte reforzamiento de la presencia de nuestro país en los estados norteamericanos, materializar un tratado que evite la doble tributación con EE.UU. y un aún más decido apoyo y resguardo de la propiedad intelectual fueron las propuestas concretas que Ricardo García, presidente de AmCham plantea en una columna publicada hoy en Diario Financiero a propósito de la importancia que tiene para Chile optimizar las relaciones con el principal socio comercial, EE.UU.  Lea la columna completa.







Así como hace seis meses las noticias negativas de las economías del mundo nos inundaban, en este segundo semestre los signos parecen indicar que la pendiente dejó de ser negativa y la recuperación se ha iniciado o está por hacerlo.
La economía más grande y flexible del mundo, EE.UU., liderará esta recuperación.
¿Cómo puede Chile aprovechar mejor esta recuperación?


Hace pocos semanas ejecutivos y autoridades chilenas del área financiera se reunieron con la comunidad financiera de Nueva York, en el marco de la exitosa tercera versión del “Chile Day”. Esta jornada fue el resultado de un gran esfuerzo público-privado en el que AmCham, a través del Comité de Emisores, tuvo participación activa y cuyo propósito es posicionar a Chile como socio y plataforma financiera confiable y eficiente, destacando las ventajas que nuestro país posee.


En este contexto, hubo oportunidad de comparar a cada estado norteamericano con un país cuya economía es equivalente a la de cada uno de éstos. Así, Chile aparece en vez de Alabama y Rusia en vez de California. El mapa demuestra que tener libertad de comercio e inversión con EE.UU. es equivalente a hacerlo en forma simultánea con cincuenta economías. La gran diferencia es que no con todos los países mencionados en la comparación, Chile tiene un TLC, mientras que, gracias a un único tratado, sí lo tenemos con estos 50 “países” simultáneamente. Se trata, por tanto, del acceso a un gran mercado, del tamaño de 50 economías importantes juntas, muchas de ellas más grandes que la del propio Chile. Ver mapa completo


La recuperación en 2010 y siguientes años puede tener mucho más resiliencia si Chile aprovecha mejor el mercado de EE.UU., que ya es el principal socio comercial, y cuyo comercio no depende de unos pocos productos, sino de más de siete mil bienes y servicios. Bien vale darle a esta relación de negocios una prioridad especial.
Hay tres ideas fuerza que debieran entusiasmar al Gobierno y a los particulares para desarrollar con más fuerza esta relación comercial.
En primer lugar, un fuerte reforzamiento de la presencia de nuestro país en los estados norteamericanos, con oficinas comerciales eficientes y proactivas. A pesar de que ProChile recientemente abrió dos oficinas comerciales adicionales en EE.UU., esto parece insuficiente y debiera ser sólo una forma de calibrar la efectividad de las siguientes oficinas. La búsqueda de empresas que inviertan en Chile; de productos chilenos que se comercialicen en el estado, y las posibilidades y facilidades para que empresas chilenas inviertan en éste, debieran ser la vara de evaluación de estas oficinas comerciales.
El comercio entre Chile y EE.UU. que supera los US$20.000 millones. Si como país gastásemos US$50 millones en financiar 50 oficinas eficientes en cada uno de los estados, ¿cuántos más negocios podríamos generar?
En segundo lugar, materializar un tratado que evite la doble tributación con EE.UU., situación que afecta especialmente a las empresas chilenas que tienen inversiones en ese país. La disposición de ambos Gobiernos a este tratado es buena, y están dadas las condiciones para esperar que esto quede iniciado antes del término del mandato de la Presidenta Bachelet, a partir de la aprobación de la ley sobre acceso a la información bancaria por parte de la autoridad tributaria.
Por último, un aún más decido apoyo y resguardo de la propiedad intelectual. No nos engañemos: sin duda no estamos entre los países inescrupulosos en materia de violación a la propiedad intelectual, pero estamos lejos de ser un ejemplo de virtud en esta materia. Ello nos daña a nosotros mismos en primerísimo lugar. Esto porque somos nosotros los que tenemos que crear activos y bienes “intelectuales” e intangibles para que nuestro desarrollo esté basado más en la creación de valor proveniente de las personas, y no tanto en ventajas de recursos naturales. Eso no se logra sin una férrea defensa de la propiedad intelectual.
Gozamos hoy de un prestigio y acogida en EE.UU. como pocas veces en la historia. Las condiciones están dadas, por tanto, para aprovecharlas ahora. No hay que titubear y, aunque mucho le corresponde al sector privado, hay un liderazgo de parte del Gobierno que no puede reemplazarse.

Ricardo García
Presidente
 AmCham
Agosto, 2009

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