Doctor MagnetoDoctor Magneto

01 Octubre 2013

Aunque la cirugía a la vesícula biliar es una de las operaciones que más se realizan en Estados Unidos, puede ser una intervención compleja. Implica varias incisiones pequeñas en la parte baja del abdomen para insertar instrumentos quirúrgicos y la remoción del órgano. Sin embargo, un dispositivo creado por Levita Magnetics, una compañía chilena fundada por un médico chileno en el 2012, podría hacer que procedimientos como este sean mucho menos invasivos, con menos dolor y una recuperación más rápida.

Ha pasado casi una década desde que el doctor Alberto Rodríguez-Navarro tuvo la idea original. En ese entonces trabajaba como cirujano en un hospital público en Chile y estaba frustrado por la cantidad de incisiones que tenía que realizar durante procedimientos laparoscópicos. “No me gustan las cicatrices”, sostiene.

Un día estaba discutiendo el problema con su padre, ingeniero de profesión, cuando recordó los pequeños magnetos que usaba de niño para limpiar la parte de adentro del tanque de su tortuga. Se les ocurrió la idea de un dispositivo magnético similar que permitiera al cirujano manipular unas pinzas de metal dentro del cuerpo sin cortar la carne.

“Es el mismo concepto aplicado a la cirugía”, afirma. “Esto te entrega un dispositivo que es mucho más versátil y que reduce la cantidad de incisiones”.

Hace unos cuatro años, recibió el respaldo de la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO) de Chile para desarrollar la tecnología. Con fondos aportados por su familia, fabricó el primer prototipo y desarrolló un estudio clínico preliminar de eficacia.

Fue entonces que se acercó a la firma chilena de capital de riesgo Aurus. Alex Seelenberger, quien encabeza el fondo de Ciencias de la Vida de Aurus, quedó impresionado inmediatamente por lo que denomina “la determinación y motivación” de Rodríguez-Navarro.

“Su solución al problema fue tan elegante, fue un poco asombrosa”, señala Seelenberger.

Los emprendedores con un historial médico son raros en Chile, pero según Seelenberger, Rodríguez-Navarro es un doctor orientado a los negocios. “Él tiene esa visión, lo sabes cuando lo ves”, afirma.

Con un cheque de Aurus en su bolsillo, Rodríguez-Navarro fue seleccionado a comienzos del 2012 para participar en el programa Go To Market de CORFO. El programa auspicia a cinco equipos de emprendedores chilenos para que pasen un mes en el Stanford Research Institute en Silicon Valley donde cuentan con mentores y reciben capacitación.

“Básicamente esto era para entender cómo se desarrollan los instrumentos médicos en Estados Unidos, que es el polo de desarrollo más importante del mundo”, indica.

Después del programa, Rodríguez-Navarro volvió a Chile para reunir más financiamiento. Unos pocos meses después, con el respaldo de Aurus y CORFO, volvió a San Francisco donde actualmente reside. Desde entonces formó una filial estadounidense y un equipo de 15 profesionales que incluyen ingenieros, gerentes de ventas, abogados y otros cirujanos.

“En América Latina, no existen los recursos [humanos] hoy en día para desarrollar dispositivos médicos al nivel internacional”, sostiene. “Somos la primera compañía chilena que hace esto, es una nueva industria para Chile”.

A fin de comercializar un nuevo dispositivo médico en Estados Unidos, las empresas primero deben obtener la aprobación de la Dirección de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés). Si todo sale según lo planeado, Levita Magnetics espera obtener la aprobación para su primer prototipo dentro de un año.

La externalización de la fabricación del prototipo a empresas estadounidenses familiarizadas con las regulaciones de la FDA ha ayudado a acelerar el proceso, dice Rodríguez-Navarro. Otra ventaja de estar en Estados Unidos es su experiencia en protección de la propiedad intelectual.

“Cuando uno necesita defender su producto contra compañías multinacionales, uno necesita abogados especializados en su área particular”, sostiene.

En la actualidad está trabajando con una firma de abogados en Silicon Valley que también maneja temas de derechos de autor para Apple. “Más que solo una patente, uno necesita una estrategia de protección de la propiedad intelectual”, asevera.

Además, Levita Magnetics recientemente contrató un presidente ejecutivo del directorio, quien tiene experiencia en la industria de dispositivos médicos de Estados Unidos. Con el equipo de administración de la empresa en funcionamiento, planea realizar las pruebas clínicas en Chile a partir del próximo año.

Por supuesto, todo esto cuesta dinero antes de que la compañía pueda recuperar algo de inversión. Seelenberger indica que una de las claves del éxito de Levita Magnetics ha sido su eficiencia en términos de efectivo. “La cantidad de dinero que ha gastado esta compañía para estar donde está hoy en día es una pequeña fracción de lo que habría ocupado una compañía estadounidense”, comenta.

No obstante, la empresa necesitará más a medida que crezca. Aurus planea lanzar una segunda ronda de financiamiento en Chile y Estados Unidos a fines de este año. “Esta es una nueva área en Chile, pero los potenciales retornos sobre este tipo de inversión son enormes”, asevera Rodríguez-Navarro.

Eso debería ser suficiente para tentar a algunos inversionistas, pero puede que tenga que recurrir a sus conexiones en Silicon Valley, al menos en las etapas iniciales. “El dinero está ahí [en Chile], pero simplemente no está disponible porque está esperando a ver [qué pasa]”, sostiene Seelenberger.

Esto es parte del problema del huevo y la gallina en Chile: la inversión no vendrá hasta que haya emprendedores exitosos, pero necesitan inversión para tener éxito.

“Recaudar dinero en Chile para este tipo de empresas es difícil, porque no hay un historial”, dice. Si Rodríguez-Navarro puede traspasar este callejón sin salida, Seelenberger afirma que podría ser el “rompehielos” que necesita la industria de capital de riesgo de Chile.

Y él no se ha olvidado de sus raíces. Tras establecer una cabeza de puente en Estados Unidos, el doctor dice que su plan es ayudar a Chile a convertirse en un centro para el desarrollo de dispositivos médicos.

Pese a su falta de especialistas en este campo, Rodríguez-Navarro sostiene que Chile es un buen lugar para hacer investigación médica por varias razones. Una es el abundante talento que se está graduando de sus universidades. Otra es la alta calidad de su infraestructura de salud. Pero desarrollar una nueva industria tardará tiempo.

“Esta es una lenta transición que requiere mucha capacitación y desarrollo, pero claramente se puede hacer”, asevera.

En tanto, Seelenberger y otros están mirando con atención. Aún es muy pronto, pero desde el quirófano hasta Silicon Valley, la emergente empresa de este doctor tiene un atractivo magnético.

Julian Dowling es editor de bUSiness CHILE

Although gall bladder surgery is one of the most commonly performed operations in the United States, it can be a complex operation. It involves several small incisions in the lower abdomen to insert surgical instruments and remove the organ. But a device created by Levita Magnetics, a Chile-based company founded by a Chilean doctor in 2012, could make procedures like this one much less invasive, with less pain and faster recovery.

Nearly a decade has past since Dr. Alberto Rodríguez-Navarro had the original idea. Back then he was working as a surgeon in a public hospital in Chile and was frustrated by the number of incisions he had to make during laparoscopic procedures. “I don’t like scars,” he says.

One day he was discussing the problem with his father, an engineer, when he remembered the small magnets he used as a child to clean the inside of his turtle tank. They came up with an idea for a similar magnetic device that would allow a surgeon to manipulate a metal clamp inside the body without cutting through flesh.

“It’s the same concept applied to surgery,” he said. “This gives you a device that is much more versatile and that reduces the number of incisions.”

About four years ago, he received support from the Chilean Economic Development Agency (CORFO) to develop the technology. With funds from his family, he then built the first prototype and performed a “proof of concept” clinical trial.

It was then that he approached Chilean venture capital firm Aurus. Alex Seelenberger, who heads Aurus’ Life Sciences Fund, was immediately impressed by what he calls Rodríguez-Navarro’s “drive and motivation”.

“His solution to the problem was so elegant, it was kind of a head slapper,” said Seelenberger.

Entrepreneurs with a medical background are rare in Chile, but according to Seelenberger, Rodríguez-Navarro is a business-minded doctor. “He has that vision, you know it when you see it,” he said.

With a check from Aurus in his pocket, Rodríguez-Navarro was selected in early 2012 to participate in CORFO’s Go To Market Program. The Program sponsors five teams of Chilean entrepreneurs to spend a month at the Stanford Research Institute in Silicon Valley where they receive mentoring and training.

“Basically this was to understand how medical instruments are developed in the US, which is the most important pole of development in the world,” he said.

After the program, Rodríguez-Navarro returned to Chile to round up more financing. A few months later, with the support of Aurus and CORFO, he moved back to San Francisco where he currently resides. Since then he has incorporated a US subsidiary and formed a team of 15 professionals including engineers, sales managers, lawyers and other surgeons.

“In Latin America the [human] resources do not exist today to develop medical devices at the international level,” he says. “We are the first Chilean company doing this, it’s a new industry for Chile.”

In order to market a new medical device in the US, companies must first obtain approval from the Food and Drug Administration (FDA). If all goes to plan, Levita Magnetics expects to get approval for its first prototype within a year.

The outsourcing of the prototype’s fabrication to American companies familiar with FDA regulations has helped to speed up the process, said Rodríguez-Navarro. Another advantage of being in the US is its experience in intellectual property protection.

“When you need to defend your product against multinational companies, you need lawyers specialized in your particular area,” he said.

He is currently working with a law firm in Silicon Valley that also manages copyright issues for Apple. “More than just a patent, you need an intellectual property protection strategy,” he said.

In addition, Levita Magnetics recently hired an Executive Chairman who has experience in the US medical device industry. With the company’s management team in place, it plans to conduct clinical trials in Chile starting next year.

Of course, all of this costs money before the company can recoup any investment. Seelenberger says one of the keys to Levita Magnetics’ success has been its cash efficiency. “The amount of money this company has spent to be where it is today is a small fraction of what it would have taken a US company,” he said.

But the company will need more as it grows. Aurus plans to launch the second round of financing in Chile and the US later this year. “This is a new area in Chile, but the potential returns on this kind of investment are huge,” said Rodríguez-Navarro.

That might be enough to tempt some investors, but he may have to tap his Silicon Valley connections, at least in the early stages. “The money is there [in Chile] but it’s just not available because it’s waiting to see,” said Seelenberger.

This is part of the chicken and egg problem in Chile – investment will not come until there are successful entrepreneurs, but they need investment to succeed.

“Raising money in Chile for these kind of ventures is tough because there’s no track record,” he said. If Rodríguez-Navarro can break through this Catch 22, Seelenberger says he could be the “icebreaker” that Chile’s venture capital industry needs.

And he hasn’t forgotten his roots. After establishing a beachhead in the US, the doctor said his plan is to help Chile become a hub for the development of medical devices.

Despite its lack of specialists in this field, Rodríguez-Navarro says Chile is a good place to do medical research for several reasons. One is the abundance of talent graduating from its universities. Another is the high quality of its healthcare infrastructure. But developing a new industry will take time.

“This is a slow transition that requires a lot of training and development, but it clearly can be done,” he said.

Meanwhile, Seelenberger and others are watching closely. It is early days still, but from the operating room to Silicon Valley, this doctor’s start-up has magnetic appeal.

Julian Dowling is Editor of bUSiness CHILE

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