¿Por qué algunos países avanzan navegando en un corriente estable de crecimiento económico mientras que otros avanzan con tanta dificultad? O, en otras palabras, ¿por qué algunos países de ingresos medios -como Chile- ubicados en el umbral del desarrollo en realidad nunca lo logran?
Una teoría -presentada por Ricardo Hausmann, el economista venezolano que encabeza el Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard- es que esto depende de la naturaleza de sus exportaciones y de hasta dónde los insumos que estas requieren -tecnología, capital, instituciones y capacidades- son propicios para el desarrollo de nuevos y más sofisticados productos.
Y ahí, sostiene, es donde Chile se encuentra en una importante desventaja tanto por la composición de su cesta de exportaciones como por la posición política que ha adoptado -erróneamente a su juicio- en detrimento de sus futuras perspectivas de crecimiento.
Entonces en su opinión, ¿cuál es el problema de Chile?
Esta especializado de manera ineficiente en recursos naturales, porque ha estado obsesionado ideológicamente con un trato igualitario y con no tener una política industrial. Como resultado, ha sido muy poco pragmático al permitir que su economía siga altamente concentrada en la minería y la agricultura.
Pero ¿no es eso simplemente el resultado de una abundancia de recursos naturales?
Otros países, como Nueva Zelanda, Australia, Canadá y Noruega, son mucho más ricos en dotación de recursos naturales -definidos como tierra cultivable y exportaciones de combustibles y minerales per cápita- pero están mucho más diversificados en exportaciones de servicios y bienes no primarios.
Pero ¿si se le compara con otros países latinoamericanos tales como Brasil o Colombia?
Colombia y Brasil están mucho más diversificados que Chile. Brasil exporta zapatos y aviones, mientras que Colombia exporta autos y textiles. Chile, de hecho, ocupa el lugar número 18 entre los 21 países latinoamericanos en un índice I desarrollado por otros investigadores que miden la diversificación y complejidad de las cestas de exportaciones.
Si la razón no es una abundancia de recursos naturales, entonces, ¿cuál es?
Es un legado de la influencia de la escuela de Chicago, reflejada en la visión de que se debería recurrir únicamente a la política industrial ante un posible fracaso del mercado. El muy modesto uso de Chile de los dineros obtenidos a partir del royalty minero [para respaldar el desarrollo de otras industrias], por ejemplo, ha sido deshecho por el actual Gobierno debido a que elegir a quienes tengan más posibilidades es una postura que ideológicamente no le gusta. Chile tiene una política industrial muy efectiva para los sectores de la minería, los servicios financieros y la agricultura, pero ha tenido un descuido evidente respecto del desarrollo potencial de otras partes de la economía.
¿Qué quiere decir con política industrial en estos tres sectores?
En el sector forestal, en la década de los 80, había políticas muy específicas por industria con altos subsidios estatales y, en agricultura, ha habido significativas iniciativas de investigación y desarrollo -en el caso del salmón, por ejemplo- además del control de problemas fitosanitarios, certificación y desarrollo de clusters. En materia de servicios financieros, está el uso de los ahorros de pensión de los trabajadores y la asignación de esos ahorros a activos específicos, la creación de oficinas de información de crédito para asegurar que los bancos puedan compartir información sobre el desempeño crediticio de sus clientes y así sucesivamente.
¿Y en la minería?
Bueno, gran parte de la producción de cobre del país corresponde a una empresa estatal y también ha habido una reflexión muy meditada sobre los derechos específicos de propiedad de las minas, las necesidades logísticas y de infraestructura de la industria, su uso del agua y la energía, y su impacto ambiental. Hay toda un área de la actividad del sector público que crea el ecosistema que esta industria requiere.
La demanda china de materias primas y la apreciación cambiaria juegan en contra de la diversificación de las exportaciones no solo en Chile, sino que en toda América Latina…
Sí, la región está luchando con la enfermedad holandesa asociada al hecho de que las exportaciones primarias están teniendo buenos resultados debido a la demanda de China. Eso está dificultando la diversificación para el resto de la economía. América Latina puede aprender de Malasia que también tiene significativas exportaciones de recursos naturales, pero ha podido mantener una base de exportaciones no primarias altamente diversificada centrada en electrónica y maquinaria.
¿Está padeciendo Chile la enfermedad holandesa?
Le reconoceré a Chile el tener uno de las políticas más concienzudas y, hasta cierto punto, exitosas para prevenir la enfermedad holandesa. Está haciendo ahorros muy significativos a partir de sus exportaciones de cobre y, dentro de los límites para lograr la meta de inflación, el banco central ha tratado de limitar la apreciación real del peso.
Existe una visión en Chile en cuanto a que la política industrial no lograría mucho debido a los bajos logros educacionales…
Definitivamente no comparto esa visión; es un distractor. Los logros educacionales de Chile están muy por encima de, digamos, Malasia y eso no ha impedido que Malasia desarrolle un sector de exportaciones no primarias altamente sofisticado. De hecho, si esas industrias estuvieran en Chile, el mercado educacional habría respondido a sus necesidades. Todos los países se verían beneficiados por una mejor educación, pero no creo que el problema radique ahí.
Entonces el gran impedimento es una mentalidad política…
Creo que la dificultad limitante es un descuido evidente de la diversificación. Una excusa que se da es que Chile es un lugar muy distante, pero eso también ocurre en el caso de Australia y Nueva Zelanda, y ellos están más diversificados que Chile en exportaciones no primarias y seis veces más diversificados en servicios.
Ellos tienen a la Mancomunidad Británica…
Sí, geográficamente, de todos modos no tienen vecinos cercanos.
¿Hay sectores en los que Chile tenga una ventaja competitiva? ¿Hacia dónde debería diversificarse?
La ventaja comparativa no es algo que uno tenga; es algo que uno crea. Evoluciona del producto en que uno está a un producto relacionado. Chile es un país que, debido a su cesta de exportaciones basadas en recursos, se habría beneficiado en particular por tener políticas específicas por industria, pero ha tenido una particular desatención a esas políticas.
Entonces, el oráculo, ¿dónde va a estar Chile en 20 años más?
Deseo todo lo mejor para Chile, pero sus perspectivas de crecimiento a mediano plazo son pésimas. Siento que, en 20 años más, su capacidad mineral per cápita no habrá crecido y probablemente se contraerá, y que recordará este período como comparable a su auge de los nitratos. La nación se está confundiendo con los beneficios de corto plazo de la riqueza temporal y no necesariamente construyendo el país del futuro. Es algo triste, porque Chile ha sido un líder y un innovador en tantas áreas públicas, pero esta es un área en que se equivocó mucho.
Entonces, en cierta forma, Chile podría haber alcanzado un peak…
La tasa de crecimiento de Chile ha estado declinando desde hace algún tiempo y la reciente aceleración es solamente una consecuencia de inyecciones fiscales de corto plazo y de la reconstrucción asociada con el terremoto. Su dinamismo provino de un estallido de diversificación en la década de los 80, pero no ha habido ningún nuevo estallido de diversificación desde entonces.
Ruth Bradley trabaja como periodista freelance en Santiago y es ex editora de bUSiness CHILE.
Why do some countries sail ahead on a steady stream of economic growth while others flounder? Or, in other words, why do some middle-income countries poised - like Chile - on the threshold of development never quite make it?
One theory, put forward by Ricardo Hausmann, the Venezuelan economist who heads Harvard University’s Center for International Development, is that this depends on the nature of their exports and the extent to which the inputs they require - technology, capital, institutions and skills - lend themselves to the development of new and more sophisticated products.
And there, he argues, Chile is at an important disadvantage both because of the composition of its export basket and the policy position it has - mistakenly, he says - espoused to the detriment of its future growth prospects.
So what, in your view, is Chile’s problem?
It’s inefficiently specialized in natural resources because it has been ideologically obsessed with not picking winners and not having an industrial policy. As a result, it has been very non-pragmatic in allowing its economy to remain highly concentrated in mining and agriculture.
But isn’t that just a result of an embarrassment of natural resources?
Other countries, like New Zealand, Australia, Canada and Norway, are much richer in natural resource endowment - defined as arable land and mineral and fuel exports per capita - but much more diversified in exports of non-primary goods and services.
But what about compared to other Latin American countries such as, say, Brazil or Colombia?
Colombia and Brazil are much more diversified than Chile. Brazil exports shoes and airplanes while Colombia exports cars and textiles. Chile, in fact, ranks 18th out of the 21 Latin American countries in an index I developed with other researchers to measure the diversification and complexity of their export baskets.
And, if the reason isn’t an abundance of natural resources, what is it?
It’s a legacy of the influence of the Chicago school, reflected in the view that industrial policy should be narrowly targeted to market failure. Chile’s very modest use of monies from the mining royalty [to support the development of other industries] has, for example, been undone by the present government because of a picking-winners flavor it ideologically dislikes. Chile has a very effective industrial policy for the mining, financial services and agricultural sectors but has had a blatant disregard for the development potential of other parts of its economy.
What do you mean by industrial policy in these three sectors?
In forestry, in the 1980s, there were very industry-specific policies with high state subsidies and, in agriculture, there have been significant R&D efforts - in the case of salmon, for example - as well as the control of phytosanitary problems, certification and cluster development. In financial services, you have the use of workers’ pension savings and the allocation of those savings to specific assets, the creation of credit bureaus to ensure that banks can share information about their customers’ credit performance and so on.
And in mining?
Well, a large part of the country’s copper output corresponds to a state-owned enterprise and there’s also been very thoughtful reflection as to the specific property rights of mines, the industry’s infrastructure and logistics needs, its use of water and energy and its environmental impact. There’s a whole area of public-sector activity that creates the ecosystem this industry requires.
Chinese demand for raw materials and currency appreciation work against export diversification not only in Chile but also around Latin America…
Yes, the region is struggling with Dutch disease associated with the fact that primary exports are doing well because of demand from China. That’s making life harder for the diversification of the rest of the economy. Latin America can learn from Malaysia which also has significant exports of natural resources but has been able to maintain a highly diversified non-primary export base centered around electronics and machinery.
Is Chile suffering from Dutch disease?
I would credit Chile with having one of the most conscientious and, to some extent, successful policies to prevent Dutch disease. It is making very significant savings out of its copper exports and, within the limits of inflation targeting, the Central Bank has tried to limit the real appreciation of the peso.
There’s a view in Chile that industrial policy wouldn’t achieve much because of low educational attainment…
I definitely don’t share that view; it’s a red herring. Chile’s educational attainment is well above that of, say, Malaysia and that hasn’t prevented Malaysia from developing a highly sophisticated non-primary export sector. In fact, if you had those industries in Chile, the educational market would have responded to their needs. All countries would benefit from better education but I don’t think that’s where the problem lies.
So the one big constraint is a political mindset…
I think the binding constraint is a blatant disregard for diversification. One excuse offered is that Chile is a far-away place but so are Australia and New Zealand and they’re more diversified than Chile in non-primary exports and six times more diversified in services.
They had the Commonwealth…
But, geographically, they still don’t have near neighbors.
Are there sectors in which Chile has comparative advantages? Where ought it to be diversifying?
Comparative advantage is not something you have; it’s something you create. It evolves from the product you’re in to a related product. Chile is a country that, because of its resource-based export basket, would have benefitted particularly from having more industry-specific policies but has had a particular disregard for those policies.
So, crystal ball, where is Chile going to be in 20 years’ time?
I wish the very best for Chile but its medium-term growth prospects are lousy. My sense is that, in 20 years’ time, its mineral capacity per capita will not have grown and will probably have dwindled and it will remember the present time as comparable to its nitrates boom. It’s being confused by the short-term benefits of temporary wealth and not necessarily building up the country for the future. It’s a sad story because Chile has been a leader and innovator in so many policy areas but this is one area it got very wrong.
So, in a way, Chile may have peaked…
Chile’s growth rate has been declining for some time and the recent acceleration is just a consequence of short-term fiscal inputs and earthquake-associated reconstruction. Its dynamism came from a burst of diversification in the 1980s but there haven’t been any new bursts of diversification since then.
Ruth Bradley is a freelance journalist based in Santiago and a former editor of bUSiness CHILE.