[:es]Columna de opinión: Alianza público privada para el desarrollo social[:]

22 Julio 2018
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El ministro de Desarrollo Social, Alfredo Moreno, dialogó sobre algunos desafíos que están pendientes a nivel país durante un CEO Meeting organizado en AmCham Chile. En su exposición, señaló que vivimos tiempos de cambios constantes, lo que exige la colaboración entre diversos actores, en especial de privados. Esto, porque las empresas han avanzado en la gestión de talentos siempre con una mirada estratégica hacia la resolución de problemas y la detección de mejoras.

El trabajo público-privado es clave para el desarrollo, por ejemplo, en aquellas instancias de colaboración a nivel comunitario. Nos hemos interiorizado en modelos de vinculación que van en esta línea, tomando como referente buenas prácticas y experiencias de lugares como California. Este enfoque es importante para poder identificar la relevancia que tienen aquellas empresas que se conectan con problemáticas sociales.

Un desafío social que ha estado presente en la contingencia es la protección de las personas en situación de calle. Para ello se han habilitado albergues que puedan sostener los requerimientos de la población más vulnerable, lo que ha sido posible gracias a donaciones y campañas de empresas como Rosen, VTR, Sodimac y Mall Plaza.

Sin embargo, este tipo de ejemplos todavía muestran acciones aisladas, en especial, al considerar que Chile es uno de los países más desiguales de la OCDE, con 0,47 en el Índice de Gini, que mide la brecha entre ingresos. Desde otra perspectiva, somos testigos de un Santiago que continúa avanzando a nivel de infraestructuras y proyectos habitacionales, si bien todavía hay comunas con problemáticas sociales y comunitarias. Esta situación es aun más preocupante en lugares como la Región de La Araucanía, que tiene el más alto porcentaje de pobreza del país. Según la encuesta Casen 2015, la cifra de personas en situación de pobreza por ingresos en esa región asciende al 23,6%, y el 9,6% de la población no tiene acceso a agua potable.

Esta realidad demuestra que las alianzas de carácter público-privado son esenciales para concretar soluciones, lo que es parte de un cambio de paradigma a nivel internacional. A modo de ejemplo, en Barcelona se comenzó a construir en el año 2000 el célebre Distrito 22@, iniciativa que transformó 200 hectáreas de suelo industrial del barrio de Poblenou en un área productiva e innovadora. En esta zona se instalaron organizaciones como Microsoft y Yahoo! en torno a universidades, además de centros de investigación y de transferencia tecnológica. A ello se suma el desarrollo de entidades culturales y educativas, creando no sólo proyectos con un enfoque de renovación económica, sino también con iniciativas dirigidas a mejoras sociales, entre ellas, la construcción de 4.000 viviendas de protección y 114.000 m2 de zonas verdes.

La experiencia del Distrito 22@ demuestra que la colaboración representa nuevas oportunidades para el desarrollo de las personas. Con esto no sólo me refiero a condiciones de vida dignas, sino también al acceso al conocimiento, a que los grupos de escasos recursos también puedan ser protagonistas de las transformaciones digitales.

En el mundo de los negocios priman conceptos como la inteligencia artificial y la innovación, para lo cual se requiere ser disruptivo. Las mejoras sociales, el trabajo con comunidades y el crecimiento del país tienen el desafío de impulsar este enfoque, siendo la colaboración una de sus principales herramientas.

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